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[22] Sin elección

EI Cisne Negro siguió rutas comerciales en los mares de Oceanía. No tenían información sobre los otros fragmentos del Imperium, y su plan actual sería seguir saqueando barcos mercantes y dirigirse a la India.

Los delfines de la costa australiana recibieron al Cisne Negro con divertidos y curiosos saltos mientras navegaban a toda velocidad. Jimin estaba apoyado en la pared mientras sonreia encantado, señalándolos y mostrándoselo al navegante. El Beta ya estaba acostumbrado a esto debido a años de navegación, pero parecía extasiado cada vez que el rubio le señalaba uno de los delfines.

—iMira ese! —el Omega estaba tan encantado con los delfines que casi tuvo ganas de saltar al mar e ir a nadar con ellos. —¿Viste lo alto que saltó?

—Están jugando contigo.

—¡Hola señores delfines! —los saludó Jimin agitando la mano.

Al otro lado del barco, Jeon lo observaba con una sonrisa tonta en el rostro. Fue realmente adorable escuchar la risa del Omega mientras admiraba algo tan tonto para él como simples delfines.

—Mira allá. —Hoseok le dio un codazo al espadachín. —el capitán, tonto .

Yoongi rió.

—Te va a echar del barco.

—Él no está escuchando.

—Es un lupus, —Yoongi se puso de pie poniendo los ojos en blanco. —por supuesto que escuchó. —Y se fue, dejando al otro Alfa paranoico.

Una pequeña conmoción se formó en la cubierta inferior, llamando la atención del Capitán. Jungkook miró hacia abajo y vió a Scott siguiendo a su hermano. Sven, a través de la escotilla que los llevó más abajo y fuera de la vista. Un poco más tarde, Scott regresó y subió las escaleras buscando al Capitán. Lo vio hablando con Chaerin y Dahyun, y luego se dirigió hacia ellos.

—El timón se atascó de la nada. —refunfuñó Chaerin, —la alfa responsable del timón.

—Capitán. —Llegó Scott, interrumpiendo la conversación. —Sven entró en celo.

—Revisalo. —dijo Jeon a la mecánica y después se volvió hacia el otro Alfa: —Enciérrenlo en el sótano.

—Pero Capitán...

—¿Entendiste o quieres que lo dibuje? —Scott negó con la cabeza, temeroso de insistir en el tema. Jungkook centró su atención en la mecánica: —Cuando encuentres una solución para esto, dimelo. Mientras tanto, haré bajar las velas.

Dahyun asintió. Ella y Jungkook tomaron caminos separados, y Scott siguió lod pasos del lupus. El Capitán se dirigió a la tripulación y ordenó bajar las velas, mientras los mecánicos buscaban una solución al problema del timón.

—La presencia del Omega y su olor son como una tortura para el pobre Sven. —insistió Scott.

Jungkook detuvo sus pasos y miró al tripulante como si estuviera pensando en una alternativa para aliviar el sufrimiento de su hermano. Era obvio para el propio Scott que el Capitán no podia hacer nada, a no ser que cediera al Omega para satisfacer la desesperación carnal de Sven en su celo anual.

Pero claro, eso era algo que Jungkook jamás haría.

—Parece que nuestro estimado tripulante tendrá días dificiles, entonces. —dijo Jungkook y siguió la mirada de Scott, que alternaba entre él y el Omega. Jeon siguió al espadachín en la cubierta de abajo: —Yoongi, no dejes que Jimin vaya a las cubiertas inferiores.

Scott miró al Capitán con amargura mientras se alejaba. No se atrevió a preguntar, pero su deseo era claro de que el Omega fuera entregado a su hermano. Sin preocuparse, Jungkook regresó a su camarote sabiendo que el Alfa no podría pasar al espadachín si intentaba llevarse a Jimin con él.

☠️

Noche de cena en casa del gobernador

—¿dónde está Jisung? —preguntó Park Shinsung a una de las sirvientas.

—En su habitación, señor.

—Envialo que venga inmediatamente. Nuestros invitados va están llegando. —la muier asintió y continuó cumpliendo la orden.

Poco después la sirvienta llamó a la puerta de Jisung pero no obtuvo respuesta. Luego entró a su habitación y vio al chico sentado mirando su propio reflejo en el espejo.

—Es muy hermoso, señor. —distraído, el jóven Omega solo suspiró. —Su padre lo llama al comedor.

La mujer sintió pena cuando él se giró para mirarla. No había maquillaje, joyas costosas o ropa hermosa que ocultara la apariencia demacrada del Omega, quien se sentía como si estuviera yendo al matadero.

La siguió hasta que encontró a su padre.

—Más hermoso que cualquier arreglo floral. —Shinsung dio la bienvenida a su hijo, besándole la frente y le susurró al oído: —Sonríe más, así parece que vas a un funeral.

Pero así era exactamente como se sentía el Omega, pero no queriendo molestar a su padre sonrió un poco más

—Más. —exigió el mayor, colocando dos dedos en su mejilla y forzando una sonrisa más amplia en el rostro de su hijo. —Muestra los dientes. Así.

Jisung bajó la cabeza para que su padre no viera sus ojos llorar. Sus pensamientos se dirigieron a su hermano mayor y deseó fuertemente estar al menos allí para sostener su mano. Pero Jimin no estaba y necesitaba ser fuerte. Se lo debía a él, que valientemente se entregó en su lugar.

Al escuchar las voces de los invitados que se acercaban a través de la habitación, apretó los puños y contuvo las lágrimas.

"Puedo hacer esto", pensó para sí mismo. "Sonríe, Jisung."

Un Alfa alto y atractivo se acercó al gobernador. Tenía una expresión seria pero cuando sus ojos se posaron en el Omega, se suavizó y le sonrió.

—Su hijo es realmente hermoso. —Elogió el Alfa y el gobernante sonrió, orgulloso y lleno de si mismo.

Cada uno se sentó en sus sillas. El gobernador al final de la mesa, Jisung de su lado, Choi del otro y el teniente Jo al lado de Jisung.

—Le tengo una gran noticia, gobernador. —afirmó Choi. —Saldremos a nuestra misión al amanecer.

—Excelente.

La conversación continuó animadamente durante la cena. Al menos entre los Alfas, ya que el Omega parecía más bien un adorno. Tranquilo y hermoso. No se atrevía a hablar sin que alguien se dirigiera a él.

—Confieso que por un momento imaginé que el hecho de ser por lo menos veinte años menos, tal vez no te interesaría. —Comentó el gobernador como si su hijo fuera una mercancía y no estuviera ahí oyéndolo todo.

La respuesta que vino del Teniente casi hizo vomitar a Jisung:

—Los omegas son como las frutas, cuanto más ióvenes mejor, en mi opinión.

El Comodoro rió.

—Qué conversación más extraña, ¿acaso comes fruta verde, Jo? —después se giró hacia el gobernador. —Con todo respeto, señor.

El gobernador hizo un gesto con la mano indicando que todo estaba bien, mientras bebía su vino.

—No estoy de acuerdo. Prefiero las frutas maduras. —admitió Shinsung y el Comodoro levantó su copa en señal de asentimiento.

—Y tú, Jisung, —Choi finalmente se dirigió al Omega. —necesitas madurar rápidamente, para que mi apresurado amigo pueda cosecharte.

—No soy una fruta, señor. Choi. Soy un ser humano. Si el señor Jo está interesado en una, simplemente puede comprarla en el mercado de la ciudad.

—Touché. —EI Comodoro miró a su amigo y sonrió. —Tus comparaciones no le agradaron a tu prometido.

El gobernador se encogió de hombros. pero esa respuesta no agradó al teniente. Metió la mano debajo de la mesa y agarró el muslo del Omega, con fuerza suficiente para dejar una marca. Jisung saltó asustado y miró al teniente con los ojos muy abiertos.

—Nada como una buena mano firme para educar a nuestros Omegas.

—¿Está insinuando que mi hijo no tuvo una buena educación, teniente? —preguntó el gobernador ofendido. —¿Y qué quiso decir con "mano firme"? ¿Tiene la intención de atacar a mi hijo? Eso no lo admitiré.

—No, nada de eso, señor. —el Teniente apretó con más fuerza el muslo del Omega y Jisung tragó un doloroso silbido, sus ojos ya estaban llorosos nuevamente. —Pretendo tratar a su Omega con la mayor delicadeza posible.

—Me alegra escuchar eso. —Park Shinsung suspiró aliviado, sin imaginar el daño que el Teniente le estaba haciendo a su hijo en ese momento. —Mis hijos son mis mayores tesoros. Mi intención es, sobre todo, que estén contentos y bien tratados.

—Seguramente estará muy bien atendido. —el Teniente levantó su mano hasta acercarla a la entrepierna del Omega y la volvió a presionar. —Seré muy gentil y cordial con mi pequeño fruto.

El gobernador asintió satisfecho y pronto dirigió su atención al Omega, quien estaba explícitamente molesto por algo.

—¿Te sientes bien, hijo?

—Papá. —el chico sollozó y tragó tratando de contener el llanto.

Cuando el gobernador se levantó de su silla y caminó preocupado hacia el Omega, el teniente Jo lo liberó de su asqueroso agarre.

—Hijo, estás pálido.

—No me estoy sintiendo bien. —confesó Jisung-. ¿Puedo tomar un poco de aire afuera?

Le temblaba la voz y mantuvo la cabeza gacha y la mano sobre la boca, para seguir conteniendo el llanto y las inmensas ganas de vomitar.

—Por supuesto hijo mío, estoy seguro de que al Teniente no le importará. —Jo asintió y Park Shinsung ayudó a su hijo a levantarse, retirando su silla. —¿Quieres que te acompañe?

—No. —Jisung esquivó a su padre y corrió hacia la entrada principal.

De pie en el balcón, el Omega liberó el aire que tenía atrapado en los pulmones y con él cayeron algunas lágrimas. Un sonido de metal raspando llamó su atención y miró hacia un lado. Había un Alfa sentado al lado de una columna, afilando la hoja de su katana con una piedra, mirándolo con profundos ojos marrones. Su expresión oscilaba entre sorpresa y curiosidad.

El intercambio de miradas fue rápido. Jisung escuchó pasos justo detrás de él y pensando que era su padre, corrió hacia el jardin para esconderse. Pero fue el teniente Jo quien fue a buscarlo.

—Jackson, —se dirigió el Teniente al Alfa que estaba afilando su katana. ¿Viste pasar un Omega por aquí?

—No.

—Tsc... Prepárate, saldremos al amanecer. —Jo volvió a entrar.

Jackson miró hacia el jardín pero no vió señales del Omega. Luego volvió a la tarea de mejorar su arma.

🐾

Holaaa. Lamento la tardanza, ando muy ajetreada con el trabajo y deberes que aaa

Pero tranquis, en un rato más, subo el siguiente capítulo 💓

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