[13] Triángulo de la muerte
Pocas horas después de zarpar de la isla Nabuco, el Cisne Negro seguía su rumbo a baja velocidad. La tripulación se dirigía hacía una nueva ubicación posible donde se encontraba el tercer fragmento del Imperium. Al menos así había dicho Hoseok.
Todos estaban cansados por los hechos ocurridos en la sla. Junbuu se llevó a Taehyung con él para abastecer el barco mientras la tripulación estaba en el Fuerte de Barbarroja y mientras tanto, los otros tripulantes tardaron mucho en llevar el barco al mar, por lo que se merecían un descanso.
Después del entierro de los cuatro valientes piratas que perdieron la vida en la fortaleza de Barbarroja, arrojando sus cuerpos al mar, algunos prefirieron dormir y descansar y otros se quedaron en la cubierta inferior, bebiendo y hablando.
Seokjin ayudó al Omega a limpiar la sangre de Barbarroja que estaba en su cuerpo, y después de eso no quiso dejarlo solo, Jimin estaba bien físicamente, pero sus emociones se vieron sacudidas por las muertes violentas que presenció. Poco después se retiró al camarote del Capitán y sin pensar en nada más se acostó en su cama.
Jeon decidió descansar un poco más tarde y tan pronto como entró a la cabina, vio al Omega acostado en su cama. Nunca había dicho que podía quedarse allí, el pequeño colchón que estaba destinado a él, todavia estaba en la esquina de la habitación. Jimin estaba de espaldas, pero sabía que el Omega no estaba durmiendo, podía escuchar sus sollozos y lamentos. Jeon no sabía que decir, nunca antes había tenido que consolar a nadie, asi que optó por dejarlo solo, guardó sus armas, se quitó la ropa pesada y se metió en la cama, acostándose en el borde de la cama, de espaldas al Omega.
EI Capitán cerró los ojos tratando de ignorar los ruidos bajos del otro, pero fracasó miserablemente. No era por los sollozos que hizo Jimin, sino que eso lo estaba molestando de otra manera. Era casi como una tortura escucharlo llorar.
—Deja de llorar y duérmete. —dijo Jeon torpemente, pero con una voz suave.
—No puedo. —Jimin respondió en voz baja.
—No fue tu culpa. El te atacó. Solo te estabas defendiendo.
Ambos seguían hablando de espaldas el uno al otro. Jimin no respondió por un rato, y luego confesó en un susurro:
—Tengo miedo.
—¿De que tienes miedo? —Jungkook se dio la vuelta y lo enfrentó.
—Cada vez que cierro los ojos veo a Barbarroja encima de mí, y toda esa sangre... —Jimin hizo una pausa. El llanto se intensificó y los sollozos se hicieron más fuertes. —Ellos vendrán tras de mi y me harán lo que le hicieron a ese pirata en la cruz.
La voz de Jimin se quebró y dejó de hablar, dando paso a un intenso llanto. El Capitán entonces hizo algo que nunca pensó que haría, ni en cien años. Se acercó un poco más al cuerpo del Omega y lo abrazó, encajando su cuerpo con el suyo. Jimin se sobresaltó por el acto repentino y se puso rigido. Sus ojos se abrieron como platos y su corazón se aceleró, pero no trató de alejarse y se calmó cuando Jungkook le susurró al oido:
—Estás a salvo conmigo, Jimin. No dejaré que nadie te haga daño. —al sentir el suave aroma a rosas que exhalaba el Capitán, relajó su cuerpo y dejó de llorar, respirando con más calma. —Cierra los ojos.
Jimin sintió que sus párpados se ponían pesados, tenía sueño pero no podía dormir. Tan pronto como cerró los ojos, se acurrucó un poco más en el abrazo del Alfa, y el calor que sintió de su cuerpo, así como su alor, le dieron la sensación de estar protegido. El Omega logró conciliar el sueño cuando finalmente sintió que estaba en el lugar más seguro del mundo; entre los brazos del capitán Jeon.
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Cuando abrió los ojos a la mañana siguiente, Jimin pensó que el Alfa ya se habia levantado para comenzar con sus deberes del día. Pero sintió un peso en un costado de su cuerpo y notó que era el brazo del Capitán, el cual aún lo abrazaba en la misma posición que habían tenido la noche anterior. Jimin sonrió suspirando y continuó donde estaba.
El abrazo del Capitán era cálido y el aroma natural de las rosas lo calmó. Era bueno estar allí.
Por un breve momento, quiso no levantarse nunca de esa cama, pero la vida continuaba afuera y pronto un pirata llamó a la puerta para averiguar cuáles serían las órdenes de su Capitán. Jeon se despertó y abrió los ojos. El omega fingió que aún estaba dormido mientras se levantaba con cuidado para no despertarlo.
—El viento está fuerte, Capitán. —Taehyung lo recibió informando sobre las buenas condiciones climáticas.
Todos estaban ansiosos por estar en posesión del segundo fragmento. La ansiedad era grande, sentían que cada vez estaban más cerca de encontrar el tesoro de Francis Bonny. Jeon caminó por la cubierta hasta que llegó ala proa y miró el horizonte por delante. Sólo había agua y el inmenso cielo azul. Detrás de ellos, la tripulación esperaba ansiosamente su siguiente orden.
—¡Suban todas las velas! —Jeon ordenó.
—¡Ya escucharon al Capitán! —Namjoon agregó justo después: —¡A trabajar!
La tripulación vitoreó y corrió, cada uno haciendo su trabajo. Esos piratas nunca trabajaron tan duro como lo hicieron ese dia.
—¡Manejen los cabos! —el contramaestre dictaba órdenes al lado del Capitán.
—¡Todos los auxiliares de barlovento!
Los piratas corrían de un lado a otro, Jimin apareció en la cubierta superior y los vio ir y venir desde allí arriba. Para el Omega, todo parecía un gran lío y no entendía nada. Pero los Alfas y Betas sabían exactamente lo que estaban haciendo, no chocando entre sí.
—¡Aseguren la línea de la gavia!
La embarcación pronto aceleró y los bucaneros gritaron y vitorearon entre ellos mientras el Cisne Negro se dirigía hacia el horizonte, hacía el Triángulo de la Muerte, pero a nadie parecía importarle este detalle. Solo querían encontrar la tercera parte del mapa. Se creían invencibles.
—Chaerin, —llamó el Capitán a la alfa, mientras se acercaba a donde estaba Jimin. —Toma el timón.
—Sí, señor.
EI Capitán se apoyó en la barandilla al lado del Omega. Con la velocidad alcanzada, el viento sopló y esparció el cabello de ambos, Jeon encontró esa escena adorable, Jimin todavía tenía signos de sueño en su rostro; mejillas ligeramente enrojecidas y cabello desordenado. El Omega, por su parte, sonrió al ver lo diferente que lucia el Capitán con sus mechones negros sueltos al viento.
Jimin tenía un trozo de pergamino en la mano, que pronto trató de entregarle al Capitán.
—¿Qué es esto? —preguntó Jeon, recibiendo el pergamino.
—La traducción del segundo fragmento.
Jeon lo abrió y leyó en voz alta.
—Cuando la última luz —miró al Omega quien se encogió de hombros, sin entender lo que eso significaba. —¿Qué significa esto?
—Creo que solo obtendremos respuesta s concretas cuando encontremos las otras cinco partes.
Jungkook asintió y bajó a la cabina, se reunió con su contramestre y, poco después, les contó a los demás miembros de la tripulación sobre la nueva parte traducida. Como era de esperar, nadie fue capaz de identificar o dar significado a esas palabras.
Durante los dias de viaje, procedieron a la misma velocidad, disminuyendo la velocidad solo temporalmente durante la noche, para evitar colisiones accidentales con otras embarcaciones.
Les tomó alrededor de un mes llegar al misterioso Triángulo de la Muerte, donde sucedieron muchas cosas misteriosas e inexplicables a todos los que se atrevieron a pasa por esa región. Como la mayoría imaginó, el primer inconveniente que ocurrió fue una repentina tormenta que se presentó, aumentando aún más la fuerza del viento, que, en consecuencia, arrastró al barco en su dirección.
—¡Tormenta por la proa a babor! —Chaerin informó en voz alta.
—Nos dirigimos hacia ella a más de diez nudos. —Namioon se giró hacia el Capitán. —¿Capitán?
—¡Bajen las velas! —ordenó Jungkook?
Los piratas volvieron al trabaio temiendo el fueste cambio de tiempo. El viento era extremadamente fuerte, provocando enormes olas, tan gigantescas que si golpeaban el barco, corría el riesgo de ser destruirlo.
—¡Aseguren las escotillas!"
—¡Suelten el ancla y mantengala firme!
Los esfuerzos de la tripulación parecían ser cada vez más inútiles. Las olas y los vientos empuiaron al Cisne Negro y casi lo hicieran volcar en el mar embravecido.
Jimin estaba durmiendo en la cabina del Capitán cuando se despertó por el movimiento repentino de la nave, siendo arrojado de la cama y terminando en la esquina de la pared.
Sintió que le dolía mucho el brazo y luchó por ponerse de pie. Se preguntó si estarían sufriendo un ataque y decidió salir para entender qué estaba pasando afuera. Se sobresaltó al ver la oscuridad que rodeaba la nave va su alrededor. Todavía era de día pero la tormenta era tan fuerte que ensombrecía el clima.
Jimin trató de regresar al camarote, pero una gran ola chocó contra la embarcación y lo arroió al suelo unos pasos hacia adelante.
—¡Corten los cabos! —escuchó a Namioon gritar antes de que una segunda ola, esta vez mucho más grande, lo golpeara, arrastrándolo con fuerza y arrojándolo fuera del barco.
—¡Jimin! —gritó Jeon, soltando las cuerdas y corrió en la misma dirección donde había sido lanzado el chico. Sin pensarlo dos veces, saltó tras el Omega causando que el resto de la tripulación quedara atónita.
El barco pronto siguió el curso del viento, y sin velas que interfirieran con su dirección, el Cisne Negro se encontró libre de la peligrosa agitación. Los tripulantes descendieron a lo botes y buscaron durante horas al Capitán Jeon y al Omega, pero no había ni un rastro de ellos.
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Vayan a seguirme a mi Instagram, que ya en unas horas comienzo a publicar los spoiler jsjsj
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