En el momento en que llegaron al campamento, Hoseok, Taehyung y Yoongi se unieron a los otros marineros para organizarse para encontrarse con Fenn, mientras Jimin se dirigía solo a la tienda del Capitán. Entregarían dos cofres llenos de monedas de plata, con la intención de distraer al ex pirata, para robarle el fragmento del Imperium que sospechaban estaba en su poder.

Es cierto que la tripulación del Cisne Negro podría simplemente asaltar la fortaleza y tomar el fragmento brutalmente. Al menos podrían intentarlo, pero no sería una buena idea. Había mucho en juego en el caso de atacar abiertamente al Alfa que manejaba todo el comercio ilegal y que favorece a cientos de piratas. Barba roja tenía la fuerza de sus piratas protegiéndolo, así como otras tripulaciones que le servían. No por lealtad, sino por interés en recibir una mayor parte de las ganancias del contrabando. Y les gustara o no, Barba roja hizo de la isla de Nabuco lo que era hoy.

Jimin entró en la tienda que compartía con el Capitán. Jeon se preparaba en privado, comprobando que sus dos pistolas tuvieran suficiente pólvora y plomo. Además de sus dagas y la daga que Jimin había encontrado en el barco.

—Encontraste lo que buscabas? —preguntó Jungkook, terminando de abrocharse la camisa.

—Si. —Jimin colocó la canasta sobre la mesa a la vista del pirata y se sentó en la cama, sintiéndose ansioso.

—¿Flores? —Jeon miró al Omega, y este asintió positivamente, con respecto a su pregunta. Jeon notó su comportamiento inquieto, pero no hizo ningún comentario. —Deiaré a Sully, Gary, Dominick y Bill Lee de guardia.

Jimin suspiró irritado.

—Vi a oficiales de la Marina Naval en el centro de la ciudad. —dijo el Omega con la cabeza en alto

Si el Capitán aún no confiaba en él, entonces Jimin le haría ver lo ridículo que estaba siendo.

—¿Y por qué volviste? —Jeon estaba extrañamente tranquilo

—Porque al contrario de lo que piensas, tengo palabra. —Jimin se levantó y se colocó al lado del pirata. —Te hice una promesa. Dije que no intentaría huir, y no lo hice. —Suspiró decepcionado y volvió a sentarse en la cama. —Tal vez debí haber corrido, entonces estarías satisfecho de que tenías razón.

Jungkook mantenía su semblante despreocupado. Se acercó al Omega que mantenía la cabeza gacha, colocó sus dedos en su barbilla y levantó suavemente su rostro.

—Son corsarios. —diio Jeon, y el chico frunció el ceño. _Saquean, matan, secuestran, violan... Son como piratas, Jimin. Pero a diferencia de nosotros, están protegidos por la ley, porque lo hacen a instancias de alguien mucho más grande.

—¿Estás diciendo que pueden hacer lo que quieran y no serán juzgados?"

—Si están bajo las órdenes de alguien, si. —Jeon hizo una pausa, observando las facciones del joven. Jimin parecía estar realmente desconectado de cómo funcionaban las leyes de su propio mundo. —Como los reyes y gobernadores.

Jimin frunció el ceño, su expresión molesta por la ofensa que tomó al estar dirigida directamente a su padre.

—¿Estás insinuando que mi padre podría haber tenido algo que ver en esto?

—No estoy insinuando nada. —dijo el Capitán con calma y agregó: —Lo estoy afirmando.

Jimin se puso de pie de repente, haciendo que el Alfa retrocediera un paso. La conmoción grabó su expresión cuando clavó un dedo en el rostro del Capitán.

—¡Mi padre es un alfa honorable! Nunca más vuelvas a decir algo así.

Jungkook se sorprendió por su reacción. Ninguno de sus Alfas tendría el corazón para hablarle de esa manera. Si fuera cualquier otra persona, Jeon le rompería el dedo por tal insolencia. Una vez más, se sintió confundido y se giró de espaldas al Omega.

—No ordené que se quedaras aquí para evitar que huyeras. —admitió el Capitán, caminando hacia la entrada de la tienda. —Se quedarán para protegerte.

Sin esperar la respuesta del Omega, salió al encuentro de los demás marineros, con el fin de poner en práctica el plan para robar el posible fragmento. Incluso si se hubiera quedado, Jimin no tendría una respuesta lista para eso. El Capitán Jeon realmente lo sorprendía en todos los sentidos.

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La tripulación tomó una ruta alternativa, queriendo evitar atraer la atención de otros habitantes y comerciantes en las calles. El camino entre las enormes rocas era sinuoso y oscuro. También había muchos árboles y mucha vegetación que impedía que la luz de la luna iluminara el camino. Los piratas solo podían ver lo que estaba frente a ellos, debido a las innumerables antorchas que llevaron precisamente por la oscuridad que se acercaba en esa época del año.

Cuando llegaron frente a las enormes puertas dobles que daban paso a la Fortaleza, se sorprendieron al ver que ni siquiera había un pirata cuidando el acercamiento de cualquier intruso. Todo lo que escucharon fueron gritos de horror provenientes del interior, así como las voces de innumerables hombres y mujeres, eufóricos por algún espectáculo espantoso que tenía lugar al interior del Fuerte.

A la orden del capitán Jeon, uno de los piratas fue a la puerta y golpeó con fuerza la madera. Jungkook escuchó un susurro en un arbusto y automáticamente sacó una de sus pistolas, apuntando en la dirección del ruido.

Jimin inmediatamente se puso de pie, con los brazos levantados.

—Hola. —el Omega sonrió inocentemente.

EI Capitán respiró hondo y enfundó su arma. Se acercó al chico y lo tomó por el codo.

—¿Qué crees que estás haciendo aquí? —Jeon preguntó tratando de ser paciente.

—¿Cómo sabrías qué fragmento es el verdadero si no puedes ver lo que está escrito en él? —Jimin preguntó con picardía.

Jungkook no lo quería en aquella embestida por razones obvias, pero tenía que admitir que Jimin tenía razón. Soltó el codo del chico y lo miró seriamente.

—Está bien. —Jeon sacó su propia daga de su cinturón y la colocó sobre el de Jimin, escondiéndola con la tela de su camisa. —Quedate cerca de mi. No hables con nadie y mucho menos mires a nadie. Solo haz lo que digo, ¿entendiste?

—¿Puedo al menos respirar?

—Jimin, ¿entendiste? —Jeon preguntó de nuevo, con menos paciencia esta vez. El chico solo asintió.

Finalmente una de las puertas se abrió y apareció un Alfa barbudo con cabello trenzado. Sus ojos se posaron de los cofres a la tripulación.

—¿Qué quieren?

—Hicimos una gran redada en la costa coreana. —articuló Namjoon. —Venimos a ofrecer tributo.

—¿Apareces con todo un equipo en nuestra puerta y esperas que el Capitán Fenn te deje entrar? —El Alfa sonrió, mostrando sus dientes amarillentos y algunos de ellos faltantes. —Eres más tonto de lo que pensaba.

—Dile que Jeon Jungkook está aquí.

El Alfa de la puerta marchitó su sonrisa y tragó saliva al ver al dueño de esa voz, un poco más atrás entre los otros Alfas y Betas. No podía ver al Omega ya que Jimin estaba detrás de Jeon.

—Lo siento señor. —el hombre abrió la puerta con la cabeza gacha. —No sabía que era la tripulación del Cisne Negro. Adelante, si hay algo que pueda hacer para-...

Jungkook entró al Fuerte con su tripulación, sin molestarse en escuchar lo que decía ese desafortunado hombre. Jimin hizo lo que le había dicho el Capitán y no se apartó de su lado, sobre todo cuando entraron más profundo y pudo ver la cantidad de Alfas de mal aspecto que circulaban por allí.

Pronto, pudieron identificar el motivo de todos los gritos que se escuchaban afuera. En el centro de la Fortaleza, había varios Alfas y Betas, burlándose de un hombre cuyo cuerpo fue levantado y crucificado en el centro de la habitación, Estaba todo magullado, con una desagradable fractura compuesta en el brazo izquierdo, varias laceraciones en todo el cuerpo y también quemaduras en los pies.

Jimin, que estaba pegado a la espalda del Capitán, observó esa escena con gran sorpresa en sus ojos. Sintió un miedo y pavor inmensos, su corazón comenzó a latir salvajemente y tan fuerte que— el mismo Jeon podía escucharlo. Jungkook encontró la pequeña mano de Omega y la sostuvo con firmeza.

—Capitán Jeon Jungkook. —Todos escucharon la voz aguda de un Alfa mayor, corpulento y de aspecto aterrador. Tenía una barba larga, espesa, de color cobre, el cabello le llegaba hasta los ojos y se enredaba de lado con la barba.—A qué debo el honor de su ilustre visita?

—Barbarroja. —Jungkook dio un paso adelante, sin soltar la mano de Jimin. —Trajimos tributo de un gran saqueo de hace unas semanas.

—Estoy muy sorprendido por este acto, pero contento de que finalmente hayas reconocido mi soberanía. La plata es algo de gran valor. —asintiendo, Fenn pasó una orden silenciosa y sus alfas rapidamente asintieron, recogiendo los cofres llenos de plata.

Sonrió cuando vio un par de ojos azules mirarlo desde atrás del Capitán Jeon. —Veo que llevas algo aún más valioso contigo"

Fenn se acercó, ignorando la mirada amenazante del Capitán Jeon en su dirección, atento a lo que sea que pretendiera hacer. Barbarroja levantó la mano hacia la cara del Omega, pero Jeon lo detuvo.

—No lo toques.

Barbarroja vaciló a unos centimetros de la mejilla de Jimin, pero luego bajó la mano. Dió dos pasos hacía atrás

—Lo quiero.

—No. —gruñó Jeon. Fenn arqueó las cejas. —El es mío.

Barbarroja soltó una enorme carcajada, tan fuerte y oscura que casi hizo temblar los cimientos de la Fortaleza.

—Cuando me convertí en lo que soy, tu todavía te orinabas en los pantalones, muchacho. —la tripulación de Fenn se rió y él caminó hasta llegar a la cruz donde el otro Alfa yacía agonizante. —Esto es lo que les pasa a aquellos que se atreven a desobedecer mis órdenes. —Jimin sintió que una terrible sensación se apoderaba de su cuerpo. Su corazón se sentía como si se le fuera a salir de la boca, solo imaginando a Jungkook en el lugar de ese Alfa. El capitán Fenn giró la cabeza para mirar a Jeon: —Dame al Omega.

Jungkook estaba listo para negar nuevamente, pero Jimin fue más rápido y soltó su mano, dando unos pasos hacia Fenn.

—En realidad, Señor Barbarroja... —Jimin podía sentir la mirada de Jungkook ardiendo de ira justo detrás de él. —Siempre he querido conocer un Fuerte. ¿Sería tan amable de mostrármelo?

Fenn sonrió con picardía. Se colocó frente al Omega y como si fuera un caballero, ofreció su mano para que Jimin la tomara.

—Oh. —dijo Fenn, fascinado por la belleza del Omega. —Estaré encantado de mostrartelo.

Jimin apoyó su mano en la enorme palma de Fenn. Con eso, Jeon sacó su pistola y apuntó a la cabeza de Barbarroja, pero en el mismo instante, cientos de armas y espadas fueron apuntadas hacia él. Desesperado, Jimin miró al Capitán y negó, siseando con los labios para que no hiciera nada, también a los los piratas del Cisne Negro.

—Entonces, ¿qué vas a hacer, Capitán Jeon? —preguntó Barbarroja.

—Capitán. —Jeon escuchó la voz de su contramaestre y lo miró.

Con cautela, Namjoon inclinó la cabeza hacia un lado y Jeon vio que escondido en la oscuridad y sin que nadie lo notara, era el espadachín más temido de la época. El ex cazador de piratas, Min Yoongi, observando todo sin exponer su presencia.

Jungkook suspiró y bajó su pistola. Incluso sabiendo el peligro en el que se encontraba Jimin, confiaba en las habilidades del espadachín. Sabía que podía sacarlo de la Fortaleza y regresar con la tripulación.

—Un Ojo. —gruñó Barbarroja, y una pequeña criatura apareció entre los Alfas. Era un Beta y usaba un parche sobre uno de sus ojos: —Acompañe al Capitán Jeon y su tripulación fuera de la Fortaleza.

Barbarroja hizo girar el Omega y lo condujo a los terrenos del Fuerte. Jungkook observó la escena mientras se abstenía de disparar en el centro de la cabeza de Fenn.

Un Ojo comenzó a saltar y reír como una hiena. Incluso frente a las miradas amenazantes de los piratas del Cisne Negro, trotó extrañamente emocionado y siguió la orden de su Capitán.