CAPÍTULO 8
乁༼☯‿☯✿༽ㄏ
Los días comienzan a pasar poco a poco, la Princesa ha hecho un pequeño espacio para tomar algunas clases de refinamiento con ayuda de la mucama Lila, quien conoció muy bien las costumbres de las antiguas princesas, Amy se emociona por aprender nuevas cosas y empieza a conocer más a los jóvenes, quienes dan inicio a sus planes de conquista.
Jin sigue siendo enojón, aunque trata de tener detalles con la Princesa, sabe que ella no lo eligiría, por ello no se esfuerza mucho.
—Esto es para ti... —Jin le avienta un ramo de flores silvestres a la Princesa, quién los recibe directamente en la cara—. No sé cuáles te gustan, pero esas brillan.
—¡Eres un...! —Amy se molesta y toma las flores para arrojarlas al agua—. Gracias por el detalle, Jin —sonríe falsa y regresa a su lectura.
Tae usa sus mejores prendas frente a Amy, le enseña modales y cómo caminar frente a la sociedad.
—Con la cabeza en alto y la espalda recta —indica viendo a Amy encorvada y con la mirada en sus pies.
—¡Es imposible caminar en estas cosas! —Amy esta usando tacones y un mini vestido que encontró en su maleta—. Siento que camino como Bambi, es incómodo y además.... ¡Aaaah! —Amy cae al suelo, justo en un charco de lodo.
—Tienes que esforzarte más, Amy. —Tae la observa con los brazos cruzados y ella se molesta.
—¡Ya no quiero! —Se levanta y va a lavarse.
Mientras Amy observa la noche estrellada, Nam se acerca a hablar con ella.
—Hola, Amy. —Le sonríe y sus hoyuelos hacen que Amy lo vea con ternura.
—Hola, Nam, ¿qué tranza? —ata su cabello en una trenza y presta atención a sus palabras.
—Hace mucho que no veía a mis hermanos tan esperanzados por romper el hechizo, a decir verdad, pensamos que viviríamos así para siempre, hemos pasado así dos largos años, esto no es vida...
—La neta que si se me apachurra el cora solo de pensarlo, pero neta que estoy haciendo mi mejor esfuerzo, es de adevis que los quiero ayudar.
—Lo sabemos, y te estaremos eternamente agradecidos si esto funciona, aunque si no funciona, también te agradeceremos por intentarlo. —Nam le sonríe y ella recuerda que tenía una pregunta pendiente.
—Solo quiero saber una cosita —comenta observando la luna.
—¿Qué sucede?
Amy voltea a verlo y pregunta con algo de curiosidad.
—Llevo varios días aquí y no me han dejado verlos cuando se transforman en patos, se supone que vine para pasar todo el tiempo con ustedes y na' más nada, ¿por qué? —cruza los brazos molesta y él le sonríe nervioso.
—Bueno... Nosotros no queríamos... No es nuestra intención que te sientas excluida...
—Pos me siento como en el jardín de niños, cuando nadie quería jugar conmigo.
—Lo siento, Amy, lo que sucede es que... Uno de mis hermanos no quiere que nos veas así... —confieza evitando verla—. Desde que te conocimos no nos has visto así y... Él se siente apenado por ello, así que...
—¡Eso no es justo! —Se pone de pie y camina de un lado a otro—. Si voy a ser la dueña de uno de ustedes, creo que es necesario conocerles todo.
—Y estas en tu derecho, pero...
—¡Pero nada, Nam! —camina en dirección al sendero sumamente molesta—. Los voy a ver y no hay vuelta atrás.
Amy sale furiosa a correr por el bosque, hasta que se topa con Hope, chocando contra su pecho.
—¡Aaaah! —Ella está a punto de caer cuando Hope la sostiene por los hombros y la cintura.
—¿Estás bien, Amy?
Ella voltea a verlo, inclusive preocupado; Hope luce radiante: su cabello bien acomodado es iluminado por la tenue luz de la luna, su mirada es profunda y serena, sus labios lucen ligeramente rosados y su pecho esta muy cerca de la anatomía de la atolondrada Princesa, quien respira a toda velocidad.
—Mi... Yo... —entreabre un poco la boca, buscando las palabras para expresarse, pero parece que se han ido de vacaciones—. Si... Estoy muy-bien... —suspira y sonríe—. Pareces un ángel...
—¿Tan duro fue el golpe? —Hope la ayuda a reincorporarse y Amy ríe nerviosa.
—No... Yo... —Se acomoda su pequeña tiara, la cual sostiene con broches y voltea a ver al joven—. ¿Qué haces aquí?
—Ensayaba un poco... A veces me gusta ensayar solo, aquí es más privado y eso me ayuda a hacer los pasos mejor —camina a un pequeño círculo rodeado de árboles, lo suficientemente grande como para que pueda bailar a gusto—. Aunque me gusta estar con mis hermanos, prefiero ensayar solo y practicar pasos nuevos, ya que soy muy estricto en ese sentido.
—Yo ni yendo a bailar a chalma podría hacer eso... —comenta Amy viendo a Hope bailar una coreografía que parece de hip hop.
—¿Quieres que te enseñe?
—La neta no creo poder hacerlo, a veces quiero hacer Tik toks, pero lo único que se medio bailar es lo que la mucama del castillo me enseñó, soy re burra para coordinar haha...
—No digas eso, Amy, ven... —Hope la toma de la mano dejándola delante de él, toma sus manos y comienza a cantar al mismo tiempo que mueve las manos de Amy—. 다 말하지 너무 작던 내가, 영웅이 된 거라고 (oh, nah), 난 말하지 운명 따윈, 처음부터 내 게 아니었다고 (oh, nah), 세계의 평화 (no way), 거대한 질서 (no way), 그저 널 지킬 거야 난...
—¿Qué dijistes? —Amy voltea a verlo riendo—. No te entendí ni papas...
Hope la ve a los ojos y toma las manos de Amy, la mueve a la derecha y a la izquierda, ella lo ve siguiendo sus pasos.
—Todo el mundo dice que yo era pequeño, y ahora me volví un héroe (oh, no), yo les digo que algo como el destino unca ha sido para mí (oh, no), la paz mundial (de ninguna manera), una gran orden (de ninguna manera), solo quiero cuidarte...
Amy se detiene y lo ve directamente a los ojos.
—Eso es tan dulce... Romántico... No lo sé, medio te entiendo, pero me gusta lo que dices.
—Es la letra de una canción que solíamos bailar en el teatro... —Hope se acerca más y con una mano acaricia el cabello de la Princesa, mientras que con la otra mano sostiene la mano de ella—. Chico enamorado.
Hope hace el primer movimiento y se acerca más, hasta llegar al cuello de la Princesa, dejando un suave y tierno beso.
Ella se asusta y lo suelta.
—Debo... Regresar... Hace frío... —Su respiración se hace más pesada y él sonríe ampliamente—. Eres muy bonito... Pero me pones nerviosa...
Da la vuelta y sale corriendo en dirección al jardín del castillo, se detiene frente a las margaritas y se coloca de cuclillas pensativa.
—¿Qué me esta pasando?
—Estas hablando sola. —JK habla a sus espaldas y ella se sobresalta cayendo al suelo—. ¡Princesa! Dejame ayudarte —Se apresura a levantarla y ella solo ríe.
—Estoy bien, relaja la raja, ha ha —Amy se pone de pie y sacude su vestido—. ¿Qué haces por aquí? ¿No deberías estar bailando con tus carnalitos?
—A eso iba, solo que quería estar solo un rato... La verdad es que no tengo idea de qué hacer para conquistarte, y comienzo a pensar que yo no soy tu tipo.
—¿Mi tipo?
—Si, el tipo de chicos que te gustan.
—La mera neta... No tengo un tipo... —acomoda su tiara y levanta la vista a la luna—. No sé, nunca me había pasado eso por la choya, como nunca me he enamorado... —voltea a verlo y sonríe—. Solo haré lo que el corazón mande.
—De todas formas, creo que alguno de mis otros hermanos si puede ganar tu corazón.
—¿Te das por vencido tan fácil?
—No... Si... Bueno... Es que creo que me gusta alguien más...
—¡No te pases! —Amy se emociona y lo toma de la mano para que regresen al bosque—. ¿La conozco? ¡Suelta la sopa!
—Tal vez... —JK luce apenado, pero se siente tranquilo ahora que puede contar su secreto—. Es una de las mucamas... La primera vez que la vi fue cuando llegamos aquí... Quedé flechado al instante...
—¿Es Lila?
—¿Cómo lo supiste? —La observa sorprendido y da un último vistazo al castillo antes de perderlo de vista entre los árboles—. ¿Soy tan obvio?
—Solo me lo pensé, como Lila es la más joven de las mucamas y es la que más tiempo se la pasa en el jardín.
—Si, es ella... Justo la conocí cuando estaba en el jardín, de vez en cuando platicamos, ella sabe todo de nosotros y ha guardado bien nuestro secreto.
—¿Por qué no los ayudó? Tengo entendido que es solterita.
—Porque es muy enamoradiza, así que no puede.
—¡Uy! Que mala onda, con corazón de condominio no se puede.
Ambos llegan al manantial donde los demás hermanos están preparados para bailar, August se acerca a la Princesa mientras JK se integra al grupo.
—Esta noche le dedico mi baile a Amy —anuncia en voz alta viéndola a los ojos, sus hermanos se quejan diciendo que es trampa, pero a él no le importa—. Este baile va para ti, nena.
Su voz es grave y profunda que hace a Amy estremecerse por dentro, experimentando emociones y sentimientos que jamás pensó sentir.
De inmediato da un vistazo a Jimin, es el unico que no ha hecho nada para ganar su corazón, pero el que a ella más le llamó la atención en un principio, aunque ahora su corazón comienza a dividirse en tres.
Se percata del vestuario de los jóvenes, todos vestidos de enanitos, como en el cuento de blanca nieves, inclusive JK, quien se apresura a vestirse.
—Ven un momento conmigo, Amy. —Jimin la toma de la mano y ella se deja guiar, la lleva hasta la cueva y le entrega un bonito vestido—. Esta noche serás nuestra blanca nieves.
—Ha ha, ¡que suave! —entra rápido a su pequeño vestidor y se cambia—. Me queda muy bien, con mis greñas negras y mi pellejo blanco, me parezco a la blanquita.
—Ha ha, Amy, pero qué cosas dices... —Jimin ríe un poco, pero en cuanto la ve, deja de hacerlo—. Te ves hermosa...
—¡Ora! —Amy le da un leve empujón en el hombro y él sonríe—. ¡Estate que me chiveo!
—Es la verdad... Te ves muy bonita. —Jimin la toma de la mano y ella se sonroja—. Te preparamos un asiento especial.
—Ta gueno.
Amy sonríe ampliamente, pues se siente a gusto estando con los jóvenes y muy emocionada por tomar una desición.
Cuando salen de la cueva, los jóvenes toman sus posiciones.
—Esto se llama: Go go de los Bangtan Sonyeondan —anuncia Nam y la música empieza a sonar de algún lugar remoto.
En esta ocasión los jóvenes bailan y cantan también, mientras Amy toma asiento en una roca y admira el espectáculo.
—Santa Madre de Dios...
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