CAPÍTULO 10
乁༼☯‿☯✿༽ㄏ
Ambos disfrutan de la cena y la música, mientras llevan una conversación amena y con temas triviales, hasta que terminan el postre y unos minutos después, Jimin se pone de pie.
—He preparado un baile especial para ti. —La observa con timidez.
—Ta gueno, quiero verlo.
Jimin camina hasta un pequeño escenario que ha montado en el prado, rodeado de coloridas flores, se quita los zapatos y el saco, desabotona un poco su camisa y pone la música, Serendipity cantada por él; empieza a sonar.
Va de un lado a otro mostrando sus dotes en la danza, además de dejar ver su elegancia y delicadeza, Amy lo observa perpleja y cuando la canción termina corre a abrazarlo.
—Me gustó mucho... —confiesa aún en sus brazos.
—Me alegra mucho, porque ahora viene mi revelación. —La toma por los hombros y la ve a los ojos—. Amy, espero que esta confesión no altere la desición que tomarás para casarte... Pero debo decirlo o explotaré.
—Desenbucha.
—Princesa Amy Purple... —La suelta sin dejar de verla y deja salir su más tierno secreto—. Estoy enamorado de ti.
Amy sonríe ligeramente, pero no logra decir una sola palabra, es demasiada la emoción, que solo logra acercarse a él y darle un tierno beso en la mejilla.
Respira agitada y camina de regreso a la mesa, toma su abrigo y se va a la cueva, se despide de todos los chicos, excepto Jimin quien se ha quedado pensativo a la mesa, pues no sabe cómo tomar la reacción de Amy.
Mientras la Princesa regresa al castillo, los jóvenes duermen emocionados, pues el gran día ha llegado, por fin podrán romper el hechizo y volver a ser humanos.
Es noche buena, el cumpleaños de la Princesa y el gran día de la revelación, en el gran jardín del castillo se ha montado una gran carpa para llevar a cabo la fiesta, pues una de las reglas para romper el hechizo, es llevar a cabo la revelación del gran amor en un lugar abierto.
Han llegado invitados de todas partes del mundo, incluidos los viejos amigos de Amy, del barrio donde solía vivir.
Los siete jóvenes visten trajes especiales que el hechicero dejó en la cueva mientras ellos dormían, al parecer ha estado más cerca de lo que pensaban. Y las miradas de lujiria de todas las mujeres no de hacen esperar, ya que la belleza de los jóvenes no pasa desapercibida.
El Rey se encarga de recibir a todos los invitados y algunas de las mucamas hacen de anfitrionas para llevar a las familias a las mesas, mientras la Princesa termina de arreglarse con un atuendo especial: un hermoso vestido en color negro cubierto completamente por una delgada tela en color blanco con incrustaciones de diamantes, una hermosa tiara que encontró en un baúl viejo, perteneciente a la primera princesa de ese castillo.
Todo mundo se encuentra en el jardín, cuando el Rey hace su gran entrada llevando de la mano a si hermosa hija, el maestro de ceremonias los anuncia para que todos guarden silencio.
—Damas y caballeros, con ustedes el rey Mc Rastas y la princesa Amy Purple.
—¡Larga vida al Rey!
Todos aplauden emocionados y el Rey toma la palabra.
—Buenas noches pueblo de Forever Alone, gracias por venir esta noche a celebrar con nosotros el cumpleaños número veinte de mi hija, esta noche es importante porque al final de la velada, mi hija anunciará su compromiso. —Los presentes se entusiasman y voltean a ver a la hermosa chica—. Mi hija ha crecido y es momento de que habra sus alas y vuele del nido.
—¡Papá! —Amy murmuran entre dientes apenada.
—Bueno bueno demos inicio a la pachanga. —El Rey hace su camino con su hija del brazo, hasta una mesa especial solo para ellos dos, muy cerca de la mesa de los siete jóvenes.
El banquete da inicio y todos comen gustosos los ricos platillo que han preparado los chefs del castillo.
—¡El pollito frito esta para chuparse los dedos, apa! —Amy se esta chupando los dedos cuando recuerda que eso no es digno de una princesa, entonces se limpia con la servilleta—. Pero aquí no...
—Cuando estés sola comerás el pollo como quieras, hija —comenta Mc Rastas, quien también ha tomado sus lecciones de etiqueta.
—Si apa... Oye... —voltea a ver a los jóvenes, quienes son asechados por las miradas coquetas de las jóvenes que han llegado a la fiesta, lo que hace que Amy se ponga celosa.
—Dime...
—Voy un momento con los morros, como que están muy sólitos... —No espera respuesta y camina a prisa a la mesa de los jóvenes, justo antes de que un grupo de jovencitas los asalte—. ¡Hey! ¿Cómo están? —toma asiento junto a Jimin y ve con malos ojos a las chicas, quienes prefieren alejarse.
—Buenas noches, Amy —corean todos al mismo tiempo, causando la risa de la Princesa.
—Gracias por invitarnos, princesa Amy. —Nam toma la palabra en representación de sus hermanos.
—Nos sentimos honrados de estar aquí —agrega August sentado a su izquierda, toma la mano de la princesa y deposita un suave beso en ella, Amy se sonroja y evita verlo a los ojos.
Al notar el gesto Hope se pone de pie y camina hasta la Princesa para hacer lo mismo, los demás jóvenes lo imitan, incluso Jimin.
—¡Ya ya ya! —Amy se limpia la mano con una servilleta—. Me llenan de sus babas.
Todos ríen antes las ocurrencias de la Princesa, quien se queda a compartir la velada con ellos, aunque el ambiente es tenso entre ella y Jimin, quien se ha limitado a decir algunas palabras.
—El hechicero esta aquí... —murmuran Jin a sus hermanos, quienes voltean discretamente a la entrada.
Sin pena ni tapujos, Amy voltea rápido y observa al hombre.
—Me parece haberlo visto antes...
—¿En dónde? —cuestiona August intrigado.
—Aquí... Cuando llegamos y dimos la fiesta por la coronación... —voltea a ver a los jóvenes—. Ese anciano estaba entre los invitados.
—Es imposible... —condena Tae viéndolo de reojo.
—Pues aquí está. —JK lo ve con cierto recelo.
—Tranquilos hermanos, tal vez solo quiere estar presente para el compromiso —comenta Nam tratando de mantener la calma.
Amy voltea sobre su hombro para verlo una vez más, entonces se da cuenta de que el hechicero es el padre de Danilo Vizcaíno, aquel joven con el que bailó aquella noche en que vio a Jimin por primera vez.
—¡No es cierto...!
—Es él... —Jimin voltea a verla y Amy lo observa con la boca abierta—. Es el chico con el que estabas bailando cuando me viste en la puerta, ¿verdad?
—Si, es él...
—Manténganse alerta, hermanos, y no se separen —advierte Hope con seriedad.
El maestro de ceremonias anuncia el inicio del baile con una banda sinaloense abriendo la pista, los invitados pasan al centro a bailar, Amy lleva a los chicos con ella, aunque ellos no conocen del género musical, tratan de dar sus mejores pasos.
Todos bailan cerca del hechicero para tratar de averiguar sus planes, pero es imposible entre tanga gente.
Antes de la media noche los invitados salen de la carpa para encender farolas de papel, se acomodan por parejas y cada pareja toma una de las farolas y las enciende.
Amy elige estar con Hope para ese momento, lo que provoca los celos en Jimin.
Todas las farolas iluminan el cielo y Amy toma un micrófono para dar su anuncio.
—Buenas... —está nerviosa y le tiemblan las manos, pero respira profundo y continúa—. En esta noche de mi cumpleaños veinte, quiero hacer un anuncio muy importante... —voltea a ver a Lila, con quien ensayó su discurso, ella le sonríe y le pide que respire, Amy inhala despacio y sigue—. He encontrado al hombre con el que quiero pasar el resto de mis días... El verdadero amor.
Los siete jóvenes se preparan para el momento, el hechicero se mantiene cerca, y Amy voltea a verlo, sabe que él tiene que escucharlo todo.
—He prometido mi amor y fidelidad a... Jimin. —Amy voltea a ver a los jóvenes, August y Hope lucen decepcionados, mientras que los demás hermanos aceptan su desición, Jimin camina al frente con un porte un tanto soberbio y altanero—. Él es mi prometido.
—La luz de la luna llena romperá el hechizo. —El hechicero toma la mano de Amy y la de Jimin para juntarlas, ambos se prometen amor y fidelidad, pero cuando se colocan frente a frente y la Princesa ve el rostro de Jimin, se da cuenta de que no es él, sino Danilo, el hijo del hechicero.
—¡Me engañaron!
—¡Pobre Princesa tonta! —El hechicero deja ver su verdadero yo y los aldeanos se asustan, mientras que el Rey se acerca a su hija para protegerla—. ¿De verdad pensaste que romperías el hechizo con tu cursi amor de niña tonta?
La Princesa se molesta y empuja a Danilo con todas sus fuerzas y busca entre los invitados a Jimin, nadie entiende lo que sucede, pero ayudan a la Princesa a buscar a su prometido.
—¡Jimin! —Amy lo busca desesperada entre los arbustos.
—¡Jimin! —Los invitados buscan entre ellos y por todo el jardín.
—¡Jimin! —Los seis hermanos buscan al joven quien parece haber desaparecido.
Amy corre a la cueva a buscar a Jimin, y lo encuentra en el manantial convertido en cisne.
—¡Noooo! —Ella llora desesperada y el cisne Jimin luce triste nadando solo en el manantial—. ¡Yo te amo a ti, Jimin! —Amy se mete al manantial con todo y ropa, mojando su hermoso vestido—. ¡Esperame! ¡Te prometí estar contigo y eso haré!
Una especie de luz proveniente del fondo del manantial los ilumina, una corona de reina sale del agua y vuela mágicamente hasta la cabeza de la Princesa, ella se quita la tiara que lleva y la corona se posiciona sobre su cabeza.
Jimin empieza a flotar sobre el agua y todos los invitados incluidos los seis hermanos, llegan a observar lo que sucede, los demás hermanos son elevados en el aire rodeando a su hermano y una luz cegadora ilumina todo el pueblo.
El hechicero intenta huir junto con su hijo, pero una magia pura los envuelve convirtiendolos en estatuas.
—¡Jimin! —Amy intenta alcanzarlo, brinca alto y él la abraza regalándole un tierno beso en los labios.
Las campanas del castillo que anuncian la media noche comienzan a sonar y el hechizo por fin se rompe.
Todo parece volver a la normalidad, los aldeanos están felices por ver a la Princesa con su verdadero amor y pequeños copos de nieve empiezan a caer del cielo.
Los siete hermanos se encuentran de pie en el manantial, a lado de la Princesa, quien ahora viste un hermoso vestido negro cuyas capas de tela simulan las plumas de un cisne.
—Hija.. —El Rey se acerca emocionado—. Tú eres la reina cisne... Black Swan.
—¿Qué? —Amy no entiende lo que sucede.
—Hace veinte años, una viejecita tocó a mi puerta, era tu abuela, la reina de este lugar... Tú madre era la princesa, ella murió por culpa del hechicero, que en ese momento estaba enamorado de ella.
—Entonces, ¿yo soy la reina del pueblo?
—Así es, Amy, y tu presencia aquí ha roto el hechizo. —El Rey se quita la corona para hacer una reverencia, lo que repiten los aldeanos.
—¡Larga vida a la reina Amy!
Amy sonríe emocionada, abraza a su prometido Jimin y el pueblo de Forever Alone, por fin vuelve a tener paz.
—También te amo. —Jimin la ve a los ojos, sellando su amor con un romantico beso.
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