8.
La primera línea de lanzas pesadas se abrio paso sin problemas hasta los últimos diez metros que los separaban de la gran entrada derruida por las catapultas.
El camino empedregado ofrecía una cómoda marcha, y a los alrededores, las chozas de los asentamientos exteriores daban una vista inquietante pero calma del enfrentamiento que se estaba librando.
Nada..mas que el breve murmullo del viento y un silencio sepulcral les acompaño. Hasta que los primeros bramidos ahogados salieron al exterior de la fortaleza, por aquellas muralladas manchadas por las marcas repugnantes de sus invasores. Oleadas y oleadas de muerte salieron para recibir a los legítimos dueños de esas tierras.
Famelicos y patéticos humanoides retorcidos emprendian un asalto contra las fornidas líneas de valquirias. Guerreras cuyo pulso no tembló, a la hora de lanzar el primer estoque, Ensartaron a sus presas para hacer sus hombros hacia atrás y volver a cargar el mismo ataque...uno dos y hasta tres Hashasins deformados fueron ensartados en las grandes lanzas pesadas. Con sus patéticas extremidades convulsionandose y blandiendo toscas dagas que caerían al suelo igual de rápido que sus portadores.
Con una patada limpia, cada guerrera libro sus armas de los cuerpos ensartados en ellas, y volvieron a acometer el mismo ataque.
Para cuando las hordas enemigas fueron lo suficientemente espesas como para impedir una mejor maniobra lineal. Los guardianes encapuchados a sus espaldas soltaron un grito de guerra antes de que las valquirias se abrieran para darles paso.
Una marea de dagas curvas y frenéticas, despedazaron a cada monstruo de piel oscura que emergió de aquella entrada derrumbada.
Rápidamente, el primer bloque de los Redentum aseguró el camino y se interno con raudos soldados que no paraban de matar.
Las valquirias, en formación de tres filas, les siguieron de cerca, mientras todo el bloque comenzaba a internarse por completo y a superar las gruesas murallas pasando el umbral de la puerta.
Dentro, no encontraron otra cosa que no fuese un espectáculo grotesco.
Los cuerpos de los guerreros caídos durante aquella fatídica noche. Colgaban de postes bizarros decorados con totems impíos y gravados runicos malditos en adoración a su dios tenebroso. Acompañados con extraños orbes de buen tamaño y textura pulposa y oscura.
Crucificados, colgados como criminales o clavados en pedazos. Se hallaban desperdigados por millares los restos carcomidos de sus compañeros. Mientras que, cerca de estos, masas retorcidas gimoteaban y temblaban intentando recomponerse.
Fanáticos con cuerpos desilachados rugieron y cargaron como una cerrada marea atronadora, que impacto de frente contra los conmocionados guerreros.
Incluso las poderosas mujeres amazónicas habían sido tomadas por sorpresa, y por unos angustiosos momentos, se vieron sobrepasados por aquellos imperfectos adoradores.
Caían por docenas, pero al menos causaban las mismas bajas en el bando enemigos. Los guerreros de Star Hell aumentaron su fuerza con la ira y el desprecio que les evocaban aquellos seres. Y se forzaron así mismos a resistir todo lo posible.
Nadie se dio cuenta, ni de cuando reventaron aquellos orbes grotescos. Ni de él como un nuevo bloque de unidades Redentum se abría paso para apoyar a sus hermanos de armas.
Ellos también quedaron impactados por la misma imagen que perturbó al primer bloque se ataque. Pero al ver lo sangriento y desenfrenado del combate que los envolvía, se unieron rápido a la lucha ignorando que una nueva fuerza enemiga se estaba levantando con una sombría mirada llena de hambre.
................
Nash canturreo una vieja canción de cuna, mientras sonreía al sentir las nuevas señales de vida de sus súbditos.
Aquellos desafortunados cuyos cuerpos fueron incapaces de adaptarse al regalo que Nirrua les había dado. Estaban sacrificandose en una batalla para ganar tiempo.
Y ello..no sería en vano.
Cuando los nuevos Hashasins se alzaran para marcar el futuro de su raza y el nuevo orden de aquel dios oscuro.
No habría esperanza alguna para los que se oponían a su destino.
-Incluso..si perdemos este sitio. Aun hay miles de almas más, esperando en aquel valle de muerte-.
Nash contempló el vacío de la oscuridad reflejado en sus propios ojos. Y sonrió de manera tétrica mientras se recordaba así mismo. Cual era su propósito.
Su amo y señor. Debía ser despertado y traído a este mundo nuevamente.
El, como su más grande súbdito. Hecho campeón entre la miserable escoria de una raza condenada, se alzaba como una amenaza para el resto de imperios.
El hijo pródigo de la montaña de los Hashasins, respiró hondo y cerró los ojos...en ese estado, podía sentir cada presencia en la fortaleza..en los alrededores..sobre..y debajo de ella.
Como viles ratas, sus enemigos se movían en grandes números, para aplastarlos con un ejército mucho más sólido que el suyo.
Pero no importaba..cuando Nash sintió la fuerte presencia de los campeones de Star Hell. Se dijo así mismo que no importaba.
Sus guerreros, ahora. Ya habían despertado..y no solo ahí.
-...Cuando caiga la nación de las estrellas...se alzara una mucho más prospera-.
Nash dio media vuelta y recorrió los pasillos de su nuevo hogar. Mientras enfilaba por un camino adornado con los cadáveres de guerreras de fuerte porte, y el gorgoteo de sus nuevos guerreros corrompidos.
......................
-¡¡Cierren filas..cierren filas!!-.
Ordenaba un guardia de Star Hell mientras su unidad de guardianes encapuchados resistía la marea de garras y fauces que los rodeaba por completo.
Ellos habían quedado separados del bloque principal, y poco a poco perdían las esperanzas de reunirse con los suyos entre más crecía el número de bajas y su formación se hiba desbaratando.
A más crecía su terror, cuando una espesa niebla de olor agrio lechoso trepo por sus pies y se alzo por mucho más de lo alto de las sienes de cada soldado. Opacando sus visiones y obligandolos a lanzar golpes a diestra y siniestra con la posibilidad de herir a sus compañeros.
-¡Ackress..ayúdame!-.
Imploro un esclavo con el distintivo de los encapuchados mientras varios brazos lo arrastraban hacia la marea de famelicas criaturas deformes.
Su compañero, con precavida furia. Descargo varios tajos certeros con su espada corta, y con la ayuda de más guardianes encapuchados, poco a poco trajo de regreso a su compañero. Quien quedó con graves heridas en sus hombros y piernas. Fue incapaz de alzar de nuevo un arma, por lo que se le puso en el medio de la formación mientras el resto de guerreros intentaban resistir un poco más.
Pareció que al fin se dieron cuenta de su situación. Pues oyeron a voz de grito las órdenes de la capitana Ulmaris. Quien organizaba una maniobra de punta de lanza para recuperar no sólo a esos hombres. Si no también a grupos enteros que habían quedado apartados durante la refriega contra la gran horda rugiente.
Eran incapaces de ver nada..y lo único que podían hacer era luchar y esperar a ser encontrados.
Pero..lo último que esperaba Ackress..El primo del emperador Darius.
Era que lo que se lanzará desde la niebla, fuese una temible criatura de pesadilla.
[Engendros Hashasins ★1].
De piel aspera, escamosa y gruesa. Fuerte complexión animal y antinatural. La nueva forma de los Hashasins que habian decidido seguir a Nash resultaba meramente monstruosa. Bestias reptilianas temibles y oscuras, cuyo instinto asesino exudaba de sus fuertes respiraciones pesadas. Como rasposas entonaciones cavernosas.
Grandes garras reemplazaban sus dedos. Tan gruesas y enormes como las propias pezuñas de los horrorosos osos demoníacos de las antiguas leyendas.
Sus ojos..habían perdido todo brillo de vida, y solo parecían reflejar nada más que el vacío destellante de una muerte segura para sus víctimas.
De enorme tamaño, resaltaron inmediatamente a comparación de sus famelicos hermanos no aptos. Y, con gran impacto.
Rápidamente, con sus grandes manazas respaldadas por sus garras. Trocearon sin piedad a más de una docena de soldados desprevenidos cuyos últimos alientos alimentaron gritos de sorpresa. Horrorizados por de pronto ver sus entrañas surcando el aire con un generoso hilo de sangre.
Los que no murieron ante estas espantosas heridas. Dieron un par de pasos sintiendo el ardor en carne propia. Mientras alimentaban la rabia en sus corazones con el mero instinto de supervivencia.
A Ackress ya le habían arrancado una oreja durante su primer encuentro con esos engendros..y ahora. Con un terrible zarpaso cruzandole el hombro.
No estaba dispuesto a permitirles más marcas en el.
-¡¡Venga!!..-.
Trabo su espada en la primera garganta expuesta. Y la apalanco para usar el cuerpo del endemoniado engendro para interponerlo contra el resto de abominaciones abisales.
Tan cerca de sus hermanos de batalla..y tan lejos de la seguridad que estos le proporcionaban.
-¡¡Ackress..Ackress!!..-.
Se escuchaba a uno de sus compañeros de guerra mientras imploraba su apoyo. El circulo defensivo había sido roto, y era brutalmente despedazado por los nuevos Hashasins monstruosos que alguna vez fueron civiles famelicos de la montaña de Azrael.
Pero la brumosa y espesa neblina..combinada con los gritos de batalla y dolor. Le impidieron ubicar al esclavo con el que tanto había charlado durante las largas noches en las que el recuerdo de días mejores motivaban a cada soldado a seguir adelante.
Ackress apretó los dientes. Y siguió luchando.
Quedándose cada vez..mas y más solo.
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