6.
Un silencio desolador recorrió los pasillos internos de cada muralla agrietada por marcas de dedos huesudos que algún día las escalaron.
En el interior de lo que alguna vez fue el nuevo cuartel militar que daría el primer paso para el impulso de Star Hell...solo había masas deformes de capullos negros hechos de carne putrefacta.
Nueva vida se agitaba dentro. Con una materia retorcida y una influencia maldita...Poco a poco, los súbditos oscuros del dios Nirrua hiban tomando forma.
Cada segundo, los acercaba más y más a la perfección jurada por su maestro.
Nash podría ser juzgado como un traidor para la montaña de Azrael..pero ante los ojos de quienes habían decidido seguirlo. El era su libertador.
Aquel que le traería de vuelta los tiempos de gloria a la raza Hashasin...claro, que...
Para ello.
Primero debían tomar cientos de miles de almas inocentes como sacrificio.....
...............
Cuartel provisional de la milicia de Star Hell...
Rosa Forget analizaba los cientos y cientos de mapas, documentos y cartas en su mesa. Los últimos días, los había pasado en grave desvelo y arduo estrés, pues había hecho hasta lo imposible por organizar los recursos del imperio para mantener en pie a los poblados más afectados por la hambruna y la falta de defensas.
La llegada de aquellos invasores no trajo más que un problema igual de serio que lo que lo era la gestión de recursos y demandas en subida por parte del imperio, así como una alerta más al hecho de que varios segmentos de lucifer blacks habían sido inutilizados en la última temporada oscura.
La mano derecha del emperador Darius se devanaba los sesos tratando de aligerar la sobrecarga que la había acometido a ella y a sus ayudantes. Por lo que hasta el propio emperador se había unido a la tarea.
Darías, al ser el dirigente de un imperio decadente gracias a manos de líderes pasados. Quería traer de nuevo la gloria a sus tierras.
Pero la llegada de un nuevo enemigo no hacia más que retrasar sus planes. Y la duda en ojos de su gente se hacía cada vez más evidente.
Era una suerte que la capitana Grosa Ulmaris hubiese logrado sacar a gran parte de los supervivientes de la masacre de la negra noche. Nombrada así por lo catastrofico de aquel evento maldito.
Con el apoyo de aquella guerrera valquiria y la bravesa de todos los soldados puestos a su mando, la operación para recuperar el cuartel y erradicar a aquellos engendros del abismo sería muy provechosa.
Incluso Loauin, el honorable y vivaz muchacho que ascendió desde los barrios bajos para convertirse en el guerrero más fuerte de los Lucifer black quiso unirse a la campaña con algunos de sus mejores soldados. Pero ante la crisis en el sector necrotico, era mejor reservar sus fuerzas para cuando la torre oscura vomitara nuevas oleadas de muerte.
Darius dio un paseo por el cuartel provisional ubicado a un par de kilómetros del sitio de ataque. Y respiro el frío aire de las montañas. Le agrado la vista que contemplaba.
No solo las grandes montañas gélidas y su ambiente serio y estoico. Si no que las filas y filas de guerreros que entrenaban día y noche calentando para el gran enfrentamiento.
Contaba con ferreos guerreros de la guardia de Star Hell. Hombres y mujeres cuya determinación por la victoria estaba bien alimentada por su lealtad al imperio y el amor a susfamilia.s.
Bloques de curtidas mujeres amazónicas pertenecientes a las Valquirias trotaban de aquí allá portando estandartes y cajones con armas que llevaban a los herreros. Creando ornamentos, nuevo equipamiento e insignias. Así como baluartes de aspectos bélicos.
Debían demostrarle a los invasores que se habían metido con el pueblo equivocado. Y que Star Hell estaba lleno de guerreros fuertes y vengativos.
Con gran poderío militar, lidiarian con sus amenazas, y las aplastarian con un ataque fulminante.
No muy lejos de las tiendas de campaña principales. Chozas alargadas y abarrotadas de guerreros de baja calaña convertidos en soldados para el imperio, gruñian y roncaban mientras sus capitanes les dejaban descansar un poco antes de volver a levantarlos para una rutina matadora de su adiestramiento.
El segmento "sacrificable" de guardianes encapuchados siempre tenía materia prima pata entrenar. Criminales y esclavos eran constantemente fichados para su integración a la milicia de Star Hell.
Bajo la estricta mirada de sus capitanes y supervisores militares, toda la escoria marcada por las runas degradantes y las capuchas de baja calaña obedencian a regañadientes o se veían en peligro de caer en la pena de muerte.
Estar al servicio del emperador Darius era el único camino digno para su supervivencia. Y aunque duró, el estilo de vida de los guardianes encapuchados era levemente satisfactorio.
No por algo, los civiles se enlistaban con la esperanza de ganar estatus y una mejor posición para sus seres queridos. Con un imperio en ascenso desde la miseria y la ruina, las oportunidades que les daba su nuevo líder eran demasiado grandes y provechosas como para rechazarlas.
Los civiles pasaban una temporada como marginados de la sociedad, y recibían el mismo trato que los esclavos y criminales que tenían como compañeros de armas. Solo los civiles podían ascender a la guardia de Star Hell, y de estos reclutas que se imbuian en la cruel formación, sólo eran seleccionados los más capaces.
Los débiles, desertaban al poco tiempo, y agachaban la cabeza al ver el rostro férreo de los hermanos de batalla que dejaron atrás. Viendo como estos últimos se curtian a base de experiencia militar.
.......
Darius recorrió el borde de los campamentos, mientras dirigia su atención a lo bajo de la montaña.
Ahí, pudo observar a las gruesas filas bajo el mando de la capitana Ulmaris.
La valquiria que dirigió a sus soldados hacia la seguridad cuando la derrota era más que evidente. Su fría determinación y salvaje coraje la ayudaron a abrirse paso para escapar de la fortaleza invadida por aquellas retorcidas criaturas..mismas..que estaban a punto de masacrar para obtener venganza por aquella vergonzosa derrota.
-Se ve que aquella mujer es de armas tomar...-.
Le dijo Rosa mientras tomaba una taza de café humeante y bostezaba por el sobreesfuerzo de sus investigaciones y gestiones del ejército de más de cincuenta mil guerreros listos para apoyar a las fuerzas de la capitana Ulmaris.
-Mjhm..-.
Asintió Darius mientras deslizaba un dedo por su casco completo recién pulido.
Levanto la mirada y sonrió tristemente.
-Aunque..para una valquiria orgullosa como esa. Debe ser muy difícil haber abandonado el cuartel que tanto le costó alzar-.
-De todos modos se le dio una oportunidad para enmendar su error...-.
-...¿Quien hubiese previsto aquella desgracia?-.
Señaló la fortaleza a lo lejos. Cubierta por una espesa bruma maldita.
-Las vidas que se perdieron aquel día duelen en mi corazón como en la memoria de aquellos que no volverán a ver a sus seres queridos...pero los vengaremos-.
Rosa asintió, y le ofreció beber café caliente, mientas Darius aceptaba y se quedaban un rato más contemplando a lo lejos desde las alturas.
Una fría brisa acaricio su cuerpo...y contrasto con su gélida mirada calculadora....
Una gran batalla estaba apunto de librarse..cómo marca de una nueva era de pura violencia para el imperio Star Hell.
Pues la profecía de los campeones del caos lo dictaba así...
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