Era una noche lluviosa, los más afortunados hacían guardia dentro de las torres bien apostadas a cada tantos metros en las murallas.
Mientras que otros, se aguarnecian debajo de las estructuras que pudieran, las Valkirias no desaprobecharon tal oportunidad, y sacaron a trotar a los soldados más rebeldes, los pobres diablos corrian cargando mochilas rellenas de harapos acolchados, y gracias a la lluvia su carga se volvía más pesada.
Solo había unas cuantas de aquellas poderosas guerreras vigilando a los guardianes encapuchados, pues la mayoría se resguardaba en las habitaciones privadas de las cuales ellas gozaban por su alto rango.
El resto, como algunas secciones de guardias de Star Hell, servían para vigilar la disciplina y cambiar entre turnos de guardia.
Por el día era cuando se realizaban la mayor parte de las actividades, dejando las noches solo para la vigía y el desvelo.
"Grosa Ulmaris".
[Valquiria superior ★4].
Grosa sorbio de su jarra espumosa, rica cerveza de enanos, una delicia importada desde Ignis hacia cientos de años, al parecer, en los interiores del asentamiento abandonado había almacenes secretos, y fue en estos donde se encontró tal botín.
El lugar debió pertenecerle a algún noble importante, pero debido a la masacre de estos a manos de Darius, el sitio se quedó sin dueño y fue abandonado.
Así pues, la jefa Valkiria esbozo una sonrisa ruborizada antes de despedirse de sus compañeras.
Ella no tenia porque reducir sus horas de sueño, ya se habia divertido molestando lo suficiente a esas sabandijas, por lo que le encargo a Variely y a Oshan terminar con el castigo de los encapuchados problemáticos después de que alguno se desmayara de cansancio.
Los habían estado entrenando bien, por lo que su resistencia era excelente para este punto.
La Valkiria Ulmaris sabía que no había soldados como esos en otros lugares del imperio, sólo lamentaba que fueran de tan asquerosa calaña.
~Mira que ser prisioneros que en lugar de apoyar al gran emperador Darius decidieran ser una piedra en el camino~.
La gran mayoría de los guardianes encapuchados a su cargo, eran los mismos prisioneros de los calabozos liberados por aquel joven de la familia real.
Aunque nadie nunca supo quién fue realmente aquel que los libero, se especulaba que fue un intento del padre de Darius por frenar su revuelta.
Una táctica demasiado tardia, pues para cuando esos criminales salieron del subterráneo hacia el castillo real, Darius ya se había coronado como nuevo emperador.
Grosa giro la cabeza ligeramente mientras caminaba por los pasillos hacia su habitación..le pareció ver un borrón negro al otro lado del complejo, como si algo cayera desde una de las torres en la muralla.
Pero decidió que quizás se tratara de su imaginación, tenía mucho sueño, y el cansancio la hacía ver cosas.
~Ya dormiré...~.
Pensó para si misma, antes de internarse en las alcobas de las Valkirias.
Solo ellas podían estar en esas áreas, y varías fueron apostadas como guardias..eran fuertes si, pero ante tantas unidades de tan baja calaña, era mejor asegurar la privacidad ante las miradas indecentes de los soldados varones.
................
Un guardian encapuchado merodeaba por lo alto de la muralla, acompañado de cinco de sus amigos.
El grupo de seis vigilaba la espesura de la noche, observando la larga caída hacia el vacío.
Era tanta la oscuridad, que se les antojaba aterrador el mero hecho de ir y asomarse al borde de la muralla.
Apresuraron el paso, y llegaron al próximo farol.
..Era extraño, los caminos que conducían a la fortaleza desde el asentamiento exterior parecían estar consumidos por las penumbras.
Era cierto que ningún solo soldado tenía permitido ir a los asentamientos exteriores si no era para los trabajos necesarios, pero siempre se mantenían varias luces en los postes cuyo aceite se llenaba diariamente.
Estaban más que seguros que por la mañana azotarian al pobre idiota que olvidó rellenar las lamparas de aceite del camino.
Tuick hizo un ruido extraño, era el que estaba al ultimo de ellos, y un soldado de la guardia de Star Hell en una de las torres cercanas comenzó a hacerle señas al grupo.
La oscuridad y la distancia no ayudaban mucho a la visión..pero parecía querer advertirles de algo.
El guardian encapuchado que lideraba a su grupo sonrió nerviosamente, quizás aquel sujeto trataba de advertirle que había una Valkiria detrás de ellos.
Los seis deberían estar cada uno en sus puestos, no paseando y charlando tan ruidosamente.
El encapuchado pareció aceptar el castigo, así que redujo su andar y miro nerviosamente a sus amigos, estos estaban un poco ebrios.
Habían sido de los primeros en saquear los almacenes secretos del asentamiento, ocultar tal tesoro líquido fue difícil, pero esa noche habían juzgado correcto beber un poco de tal botín.
Era por ello que actuaban de manera tan relajada, aunque su líder, no pensaba lo mismo, no estaba tan ebrio,
Y por eso, se le hizo raro ver a Tuick varios metros atrás, tumbado en el suelo y tociendo mientras se hacia un ovillo en el piso, la lumbrera que iluminaba esa parte se había roto, y sus brazas tililaban antes de extinguirse.
Giro la cabeza, más alarmado que nada, y vislumbro como el guardia de Star Hell había desaparecido de repente, las luces de aquella torre comenzaron a apagarse una por una de manera súbita, y las risas de sus amigos comenzaron a menguar a medida que escuchabanlos gritos y forcejeos ahogados dentro de la torre.
Algo andaba mal...
Llevo su mano instintivamente a su arma, su espada larga no le parecía tan pesada como cuando fue obligado a servir a Darius, así que se sintió con más confianza al blandirla ahora.
Los demás hicieron lo mismo, y dos de ellos corrieron en ayuda de Tuick.
Casi al instante, pareció como si la oscuridad se los tragara, pues fueron derribados por una masa oscura que los envolvió por completo en un bulto que se retorcía.
Los dos guardianes soltaron un quejido ahogado, y el resto de sus compañeros se tensaron aún más.
Su líder se giro de repente en dirección a la torre, lanzando un corte como mero espasmo de terror,
Corto algo..y hundio el filo de su espada más profundo.
Un borboton de sangre caliente le salpicó la cara, y vio como una criatura humanoide totalmente negra se sacudía hacia el frente tratando de alcanzarlo con dedos flacuchos y retorcidos.
[Huestes Hashasins del elegido oscuro].
El soldado lo hizo a un lado de un golpe, pero sintió como algo lo empujaba desde atrás, se dio la vuelta para mirar, pero solo consiguió horrorizarse en cuanto vio a uno de sus amigos siendo derribado y arrastrado hacia una masa viviente de esas criaturas.
Los monstruos le desgarraron el estómago y sacaron sus entrañas con mucha premura, y con grandes ansias comenzaron a devorar sus entrañas, sin importar que para ese momento, los últimos dos encapuchados comenzaron a soltar espadasos furiosos contra ellos.
Les hicieron cortes profundos, cercenaron los brazos, rajaron sus cuellos y hasta les hicieron grotescos tajos en la cara..sin importar que.
Por mas que mataran, otros ocupaban su lugar, como si fuera más poderosa el hambre que el miedo.
Y cuando empezaron a ser demasiados monstruos, el cadáver de su amigo pareció no ser suficiente.
Tres monstruos de piel negra se abalanzaron sobre ellos, y solo alcanzaron a matar a dos antes de que el último clavara sus fauces en la carne.
-!!!Ulszius!!!-.
Suplico su amigo cuando cayo al suelo y esa cosa le rasgo el hombro de un mordisco.
Un tajo acabo con la criatura, y Ulszius trabo un fuerte agarre en el sobaco de su amigo y lo jalo con desesperación hacia el interior de la torre.
Por el camino, observaron de reojo como cientos y cientos de brazos parecían escalar el borde de la muralla, y tras ellos, torsos con cabezas de rostros desesperados y hambrientos treparon y saltaron hacia la muralla.
Ellos entraron a la torre, y soltaron tajos desesperados contra la oscuridad,
Tenían mucho miedo, esas cosas parecían fusionarse con la oscuridad de la noche, y no podían correr riesgos.
Su táctica pareció tener éxito, pues chorros de sangre caliente los salpico.
Escucharon como varios cuerpos cayeron al suelo, y a tientas, el amigo de Ulszius encontró una lámpara de aceite que encendió de manera torpe.
La luz iluminó la habitación, y entonces, una marea de monstruos en los pisos superiores de la torre y los caminos altos de la muralla comenzaron a cargar contra ellos.
Y..aunque no lo vieran.
Su lado de la muralla no fue el único arrazado.
Toda la fortaleza había sido invadida por ese aterrador ejército de monstruos que trepaban y saltaban al interior de los asentamientos convertido en cuartel.
Esa noche, ese par de amigos fueron afortunados..pues no todos tendrían la oportunidad de morir luchando.
Pues los seguidores de Nassh habían llegado a Star Hell...tan hambrientos como cegados por la influencia de algo mayor que aquel al que adoraba el anciano de la montaña
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