13.
Siempre desafiante. El pequeño Nash había crecido retando todo lo que lo rodeaba...
Las reglas impuestas por sus superiores...las enseñanzas de su padre. Y los mandatos de su abuelo.
Fue por ello...que había sido castigado y tomado como ejemplo para todos los que osaran retar la voluntad de Hassan..El anciano que gobernaba la montaña de Azrael.
Desde siempre, el en aquel tiempo muchacho. Había cuestionado su existir.
Pendiente de que no todo en la vida era aislarse en una montaña arenosa rodeada de bestias monstruosas y plagada de gente en decadencia para la vanagloracion de un supuesto dios que hacía mucho tiempo...los había abandonado.
Azrael era el ángel de la muerte...El creador de la raza Hashasin. Y el perfecto castigador de los que no eran lo suficientemente fuertes como para servirle.
Día y noche se le tenia que rendir tributo. Y día y noche le eran ofrecidas las vidas de cada víctima traída de las tribus salvajes que merodeaban el territorio.
Incluso..cuando cada tribu nómada había sido cazada y exterminada en los templos..se ofrecían las jóvenes vidas de los recién nacidos Hashasins.
Gracias a esto. Habían sido tan prósperos, y sus números crecieron como una marea de gloria y adoración hacia su dios.
Pero todo este júbilo, No fue más que una cortina de distracción, para ignorar el hecho de que las riquezas estaban siendo consumidas...todo lo que esa aislada raza estaba consiguiendo.
Se marchitaba día tras día.. y necesitaban ofrecer cada vez más vidas.
La energía que desprendia la muerte de cada ofrenda. Sustentaba un poco más a la montaña.
Y..era por ello. Que el primero en encontrar una solución para cuando los sacrificios se volvieron insuficientes...
Fue el anciano.
Hassan-I-Sabbah mando a construir los grandes sarcófagos. Donde encerró y uso como baterías de energía espiritual y decadencia, a sus propios hijos.
Su descendencia..era fuerte por naturaleza. Usar tan solo a uno de sus hijos y sus descendientes. Era suficiente para bajar la cantidad de sacrificios que se necesitaban al día.
¿Y que decir si usaba a toda su progenie?...a la verdad. Todo caía en una rotunda paz.
Pero. El anciano. Sabía que no podía quedarse solo, así. Era vulnerable a los peligros de la corrupción...
A la locura provocada por el remordimiento, y al temor de una verdad que hacía mucho tiempo lo estaba consumiendo.
El ángel de la muerte parecía aletargado en el fondo de sus recuerdos..más. su devoción por el no podía parar.
Los cultos...las tradiciones...su imperio.
Nada de eso podía ser en vano.
Hassan no podía quedarse solo..necesitaba un mano derecha, y fue por ello que liberó al padre de Nash y al resto de ese linaje.
Lastima..que no pudiesen cumplir con las expectativas del viejo.
Pues..la hermana menor del que ahora era un traidor. Murió al poco tiempo y luego, tras un intento desesperado de su padre por recuperarla. Se convirtió en una afrenta a la voluntad de Hassan.
La hermana de Nash había sido traída de vuelta a la vida..con el coste de renunciar a lo que era antes.
Un poder antiguo y prohibido..o al menos una pizca de este. Había sido usado en la pequeña Sera para traerla de vuelta.
Y ahora..ella yacía en alguna parte del mundo. Levantando su propio imperio, lejos de la voluntad de su señor y abuelo.
Nash no podía culparla...su padre había caído en desgracia, y cometió un error.
Abriendo las puertas a las fuerzas herejes de la oscuridad y la existencia...permitiendo que la influencia de los dioses antiguos rivalizados con el suyo. Entrarán y buscarán a los mas débiles pero prometedores para afianzarse un dominio seguro.
Y de nuevo...Nash siempre fue un joven rebelde. Inconforme con lo que pasaba a su alrededor.
Siempre retando sus tradiciones y costumbres.
Transformado en un simple soldado de la categoría más baja. Prestado a los diaconos como batería. A los verdugos como sujeto de prueba, y posteriormente. A los reclutas del ejército como un mero entretenimiento.
El joven Nash maduro de forma erratica y creció con rencor.
Mientras su padre..oh, su pobre padre. Siempre había intentado convencerlo de reivindicarse y mantenerse en un camino agradable ante los ojos del gran Hassan.
Pero el nieto de aquel viejo tirano corroido por los delirios de grandeza de épocas pasadas..miraba hacia un futuro desconocido.
......
Un día.. mientras vagaba por las extensas arenas del valle de la perdición. Vio a lo lejos a quien fuese a ser el actual recipiente del alma de su hermana.
Vio a Sera convertida en una golem con la consciencia de una niña. Acompañada por una gran hueste de seres inorganicos hechos de pura roca labrada.
Su séquito. Emitía una viva luz de energía espiritual poderosa, que era a su vez, una pizca del gran poder en el núcleo de Sera.
Verla, le causo un gran desconcierto...se cuestiono entonces su realidad, y el como era posible traer a la vida a un muerto.
Más aún..con tan enorme cambio.
Sera ya no era una Hashasin. Ni mucho menos aquella pequeña niña, el no se atrevió a seguirla ni a interactiar con ella.
Y solo observo...
Se sintió...extraño.
Confuso, comprobó que sonreía oculto tras las dunas del desierto, mientras se movía entre los bordes rocosos de arenisca y sorteaba la tormenta de arena evitando ser descubierto.
Entonces..se percató de que no era el único espiando a su hermana.
Una a una. Las criaturas rocosas hechas con el aliento de vida de Sera fueron siendo arrancadas de la vida. Con una furtiva cacería por parte de los Asesinos Hashasins.
Estos cazaban el rastro de vida, y el inmenso poder que manaba Sera.
Con ellos..hiba su padre. Quien no dudo ni un segundo, al momento de capturar a la pequeña golem con forma de vela, y llevarla..a donde a Nash le fue imposible encontrarla.
Perdido en aquel acontecimiento. El joven marginado se preguntó el origen de tales sucesos.
En los métodos de resurrección y el origen de tal poder....
Y lo comprendió...si quería descubrir a fondo el secreto de su padre. Y el ritual ancestral con el que trajo de vuelta el alma de su hermana...
Debía internarse en los dominios del saber de los sacerdotes más decrépitos y celosos de su sabiduría.
No le había costado mucho..tan solo un par de años como adepto, fingiendo interés en servir verdaderamente bien a Azrael para agradar a su abuelo.
Nunca había obtenido ni el más mínimo reconocimiento de Hassan. Pero al menos su padre se sentía orgulloso de sus avances.
Nash descubrió su talento innato para las preparaciones de rituales oscuros. Y descubrió grandes tecnologías de usos antiguos gracias a sus experimentos.
También desarrollo los pilares que absorbian la energía de la muerte y segregaban esa espesa bruma adictiva que tanto inhibia los sentidos y conectaba con los vestigios de la presencia de Azrael...
Con estos descubrimientos, se convirtió en cardenal del culto de Azrael.
Solo ahí.. El anciano de la montaña le permitió ser parte del séquito que asistía al sumo sacerdote supremo que dirigía los rituales más perturbadores y secretos.
Donde...para su horror.
Descubrió el destino de su hermana.
............
!!¡¡.
Nash salió de su ensimismamiento y sonrió tetricamente al ver que se había perdido en sus recuerdos.
Había pasado por tanto..y no le había servido de nada.
Solo cuando decidió seguir a su propio dios. Encontró el sentido de su vida.
-¡¡¡Graaaaaaaaaah!!!-.
Rugio su horda. Antes de chocar contra los bloques organizados del regimiento Redentum y las fuerzas de asalto de Darius que masacraron a las criaturas en los subterráneos.
Nash tenso sus brazos, y sus gruesas uñas manchadas de sangre humana refulgieron con un brillo siniestro.
Se relamio los labios, y se interno en el caos de la batalla mientras buscaba a una presa digna.
Podía oler el fuerte y delicioso olor de las hembras guerreras de esas maravillosas tierras. Poderosas valquirias que no hacían más que insitarlo.
Su sudor..sus gritos de batalla.
Eran tan llamativos para el.
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