De repente...en los infestados túneles subterráneos. Saturados de rugidos y bramidos estridentes gracias a la marea de muerte y aberraciones abisales.
Una intensa ráfaga helada de poderosas ventiscas azotaron a los engendros y exterminadores.

Achacando sus cuerpos con un descenso precipitado de temperaturas bajo cero. Sumadas al vendaval rugiente de ecos intimidantes en cada pasillo inundado de vida asesina.

Los Hashasins corrompidos reducieron su avance, y si el frío calaba sus huesos y quebrantaba su andar. No dejaron que esto los amedrentara. Y rugieron con aún más ímpetu y vigor, opacados por las fuertes corrientes de aire gélido.

El ejército que acompañaba a su emperador. Lejos de verse afectados por estos invernales efectos. Parecían haberse quedado estáticos por unos breves momentos.

Justo, pare recibir de nuevo el choque de armas contra garras y extremidades filosas. Los gritos de batalla contra los rugidos animales, y el espíritu de guerra contra el furor asesino.

Y en medio de todo ese caos de alboroto violento. Un guerrero galardonado con una armadura real de caballero. Se abría paso entre las filas y filas desordenadas tanto de aliados como enemigos.

Con suma facilidad partía por la mitad los torsos y cabezas de aquellas criaturas de origen oscuro. Imbuido en el frío poder de su núcleo. Arrazando sin piedad contra todos los siervos de Nash.

Pronto, la ferocidad de los monstruos bajó de golpe, y su furia animal ceso para darle paso a una desesperación inclemente. Producto de la efectividad de sus letales adversarios. Quienes potenciados por el poder de su emperador, nutrian sus fuerzas por cada ráfaga helada que los azotaba.

Para los guerreros de Star Hell. Rodearse con las gelidas energías de su emperador, era como bañarse en las aguas del sagrado cielo.
Pues esto los dotaba de notables efectos. Tanto que no sentían el clima extremo bajo cero, y luchaban con todas sus fuerzas. Haciendo retroceder a un enemigo cada vez más debilitado. Mientras ellos recibían más y más energía de aquella tempestad.

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Las fuertes corrientes de aire causaban un sonido ensordecedor. Rosa, bajó la seguridad cerrada que un séquito de Darius podría darle. Analizaba el mana del ambiente y se guiaba por las corrientes oscuras que no pertenecían a la energía gélida de su emperador.

La maga filtro parte de su energía, y detectó la alteración en el aire por parte de los pilares que creaban neblina espesa constantemente.

Sería necesario destruir semejantes artefactos.
Por ello, se decidió a acercarse a su amigo para aconsejarle una nueva táctica.

Las criaturas corruptas parecían estar ligadas a esa influencia maldita. Que a su vez, se conectaba con una presencia intermediaria en el exterior de aquella estructura de pasillos subterráneos.

-¡¡Darius. La neblina parece estar siendo creada por esos extraños pilares. Hay que destruirlos si queremos abrirnos paso!!-.
Dijo Rosa en cuanto se acercó lo suficiente al emperador como para que este pudiese escucharla. Fuertes ráfagas de viento helado se formaban alrededor de el. Y tanto los gritos de batalla como sus intentos de comunicarle tal noticia eran sofocados ante una rugiente ventisca.

Pero la administradora del imperio tenía varios trucos bajo la manga. Y uno de ellos era un amplificador magico que había grabado en su cuello, junto a un receptor de sonido cerca de la oreja de Darius y varios oficiales importantes.

Las runas magicas y sus patrones especiales eran cruciales para operaciones estratégicas de tal calibre. Y sin duda esto les proporcionaría una gran ventaja donde otros se verían arrollados por el caos.

Lastimosamente. Rosa no podría decir que los soldados que luchaban haya arriba, en el interior de la fortaleza. Tuviesen la misma ventaja que ellos. Así que era crucial que se abrieran paso hasta el exterior y apoyaran a los suyos.

-...Entendido-.
Darius giro su espada y condujo a sus hombres hacia la dobladura de una esquina en donde un grotesco pilar hecho  de hueso y carne palpitaba mientras de sus poros exudaba una cortina neblinosa de densidad espesa. Y de un tajo, la partio por la mitad mientras un grito agónico era liberado de la estructura.

El esqueleto de un soldado de Star Hell fue revelado como la principal materia prima de aquel artefacto maldito. Y la maga torcio su cara con un gesto de asco.

-..¿De que otra manera si no esta?, esos malditos monstruos crearían semejante cosa-.
Rosa se agachó para acariciar el cráneo limpio del pobre soldado caído durante el primer contacto. Y susurró una oración para que el alma de tal desgraciado descansará en paz ahora que sus restos habían sido liberados de tan impío uso.
-¡¡¡Atención. Sean testigos de lo que le espera a nuestra gente si esos malditos enfermos triunfan sobre nosotros en esta batalla. Hay que pararlos de una vez por todas, y exterminar hasta a el último de ellos-.

Al ver el coraje y la rabia de su compañera. Darius le tocó el hombro y asintió con firmeza apoyando sus palabras.

Rosa suspiro y comenzó a sacar pequeños amuletos de una bolsa especial, inyectandoles un poco de magia rastreadora para conducir a los soldados hacia cada pilar impío.

-Si destruimos esas cosas. Nuestros hermanos haya arriba tendrán una mejor ventaja-.
Informo Rosa.

-No sabemos que tal les este yendo..si aquí es un espacio cerrado y lleno de niebla. ¿Que será haya arriba?, donde esos engendros pueden moverse libremente y atacar a los nuestros.
Aquí abajo ya los estamos machacando. Mi poder debilita a nuestros enemigos, mientras que a ustedes los fortalece-.
Darius observó como Rosa le entregaba varios amuletos a cada oficial. Y el mismo asigno a cada equipo para que partiera con prontitud a eliminar a los monstruos y pilares que estuviesen ahí abajo.

Los subterráneos eran tan bastos como enmarañados. Y muchas bodegas yacian ocultas esperando a que ellos se internaran en ellas para descubrir un hervidero de monstruos.

Sus gelidas ventiscas disipaban la neblina. Así que no deberían ser sorprendidos. Y solo tendrían que centrarse en matar.

No podían subir a apoyar a sus compañeros. Hasta que el último de esos pilares fuese destruido.

..............

Una criatura tan retorcida de mente como lo eran los oscuros y corruptos Hashasins bajo su mando. Gruño con una sonrisa arrogante, mientras contemplaba los restos agonizantes de sus soldados.

Engendros y exterminadores. Desperdigados de igual manera, no sin haber destrozado a cuadras enteras de esos patéticos humanos cuyo inútil intento de hecharlos de sus tierras, era tan miserable como una hormiga tratando de frenar una inundación.

Nash sonrió de manera triunfal. Para el,
Perder aquel pedazo de miseria era algo que pasaría tarde o temprano.
Invadir aquella fortaleza solo había servido a un único propósito, y ese era nutrir a sus vástagos para que tuvieran la suficiente energía necrotica y corrupta para poder transformarse en lo que eran ahora.

Solo una cuarta parte de su ejército se había quedado aquí...El resto. Había sido traslado a tierras más atroces donde seguramente. Los retoños de su dios podrían desarrollarse de una mejor manera.

Aquí, los habían tomado por sorpresa cuando sus guerreros apenas estaban despertando de un sueño pesado.
Sus cuerpos aún eran muy tiernos e inmaduros como para resistir el ritmo de la batalla contra soldados aguerridos..y aún así.

-Les a costado lidiar contra nosotros...sin táctica ni estrategia-.
Nash soltó una fuerte risotada y levanto una mano al cielo. Cuyos matices oscuros comenzaban a reinar sobre el día.
Solo un puro instinto animal...y miren cuanto daño podemos hacer.
Su dichado imperio esta condenado a ser nuestro alimento-.

El líder de aquellas aberraciones corruptas. Dio un salto desde su posición en las alturas, y se plantó de frente, el solo. Contra una línea recién formada de soldados que comenzaban a motivarse al ver la neblina desaparecer.

Quien fuese a estar frente a ellos..no era un engendro de grandes garras. Ni un monstruo creado para el exterminio.

En la cruel mirada burlona de aquel ser oscuro. Podía entreverse un vacío de muerte.

Con sus delgadas extremidades carcomidas por el poder impío. Aquel ser se movió como una sombra, y con la rapidez conque la oscuridad devora a la luz. Les arrancó la garganta y troceo sus cabezas con suma facilidad.

Los pilares en el exterior zumbaron con júbilo, y toda carga de putrefacto aire neblinoso que brotaba de ellos se concentró sobre el.

Nash se cargo con la energía de la muerte, y como un eclipse. Opaco el triunfo de sus enemigos resistiendo el solo mientras sus huestes malditas se reorganizaban a voz de grito animal.

Justo para ese momento. Las puertas que llevaban a los subterráneos de la fortaleza se abrieron de golpe. Y de ellas manaron torrentes de tropas Star Hell.

Darius había barrido con todos los monstruos en aquellas profundidades. Y ahora estaba mas que listo para terminar su trabajo.

Con frialdad observó los resultados de la estrambotica batalla en el exterior. Y lamento las aparentes perdidas aplastantes para el regimiento Redentum.
Sin duda, todos esos guerreros habían luchado con gran fiereza, y su bravura había quedado grabada en las pilas de cadáveres enemigos.

-¡¡Mi señor!!-.
La capitana Ulmaris alzo su voz a lo lejos. Levantando su hacha de batalla mientras se inclinaba con respeto. Presentando a todo su regimiento sobreveviviente. Que se preparaba para recibir el asalto de los esparcidos grupos de Hashasins corruptos.

Darius levanto su propia espada, y saludo a su oficial.
Luego dirigió su vista al que parecía ser el líder de esas aberraciones. Que estaba terminando de partir el torso de un guardia de Star Hell.

Nash lo miro, y le sonrió con una hilera de colmillos pulcros de reluciente brillo asesino. Como un reto. Pateó el cadáver de un guerrero asesinado, y con sus manos señalo el grueso del ejército de Darius.

-Ta uan moaxka... inmojuantij in tlapaleuiaj ika notlanekilis-.
Gesticuló Nash. Calando en los oídos del joven emperador, quien no podía ofenderse más por los sonidos incomprensibles que llegaban hasta sus oídos.
-Tu y los tuyos...son combustible para mi propósito-.
Tradujo el propio elegido de Nirrua. Mientras se contorsionaba y reía freneticamente.

Toda su hueste corrupta se lanzó en un ataque final. Tan frenetico como desordenado. Dispuestos a morir por el simple placer del dolor y el desgarro.

Nash por su parte. Había escogido a tres almas como sacrificio, aquellos seres tan puros representarian una buena ofrenda para su señor. Y seguro se ganaba aún más su agrado.

Ulmaris. Rosa y Darius...

........

En las profundidades de la fortaleza....

Hanam cerceno la cabeza de un par de especímenes corrompidos por la influencia maldita del ser al que su hijo tanto adoraba.

...No entendía la devoción a tal entidad...
O al menos no lo hizo...,
Hasta que vio lo horribles que eran aquellos cambios para la fisonomía de su raza.

De la estructura Hashasin no había quedado prácticamente nada en aquellos seres corrompidos. E incluso un rastro de muerte aterradora había quedado en sus restos.

No importaba que tan débil fuese...la escencia de aquella entidad estaba en esos pobres vástagos.

Y el padre de Nash..tembló ligeramente al reconocer el mismo brillo abisal que los depredadores monstruosos de su montaña tenian.

Se pregunto...si acaso...
¿Azrael....sería parte de todo esto?.

Su propio dios...¿Seria quien estuviese detrás de tal corrupción?.

No...
Con miedo. Hanam vio que esto era solo la muestra, de que su religión en base a aquel ángel. Ocultaba más cosas de las que creía.

-Mi misión ah cambiado...-.
Envolvió la cabeza de un engendro Hashasin y la de un Exterminador oscuro, y desapareció sin dejar rastro.

De los pocos soldados que se habían quedado en los túneles para rematar a los monstruos. No quedó ni uno solo que tuviese la mala suerte de ponerse en su camino.

Posteriormente. Patrullas enteras armarían una investigación preocupante. Al descubrir cómo los cuerpos de esos soldados no recibieron algún otro daño, que no fuese la rotura tan brutal de sus cuellos. Girados en un ángulo imposible de varios miles de grados hasta el punto de casi arrancarles la cabeza.

Sin saber..que el culpable estaba lejos de haberse ido.