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1.

En el palacio del emperador Hassan, el silencio era la compañía constante para aquellos que deambulaban diariamente para servir a su amo en este lugar lúgubre.

"Hassan-I-Sabbah..."

[..El anciano de la montaña..].

El anciano de la montaña repiqueteo sus huesudos dedos en el reposabrazos de su trono, mientras miraba de forma arrogante y con matices de aburrimiento a su hijo.

"Hanam-I-Sabbah".

[El brazo maldito ★4 ].

Hanam estaba arrodillado y con la cabeza gacha, usando su brazo maldito para sostenerse en aquella posición para mostrar su respeto.

Ya llevaba largo rato así, con el sudor escurriendo por su nuca y sus ojos fijos en el suelo.

-¿Y bien?, ¿ya sabes porque estas aquí?-.

Hanam se removió inquieto, sin ser capaz de adivinar el porqué de su llamado ni el motivo del estado tan molesto de su padre.

Se aclaro la garganta y hablo aún sin levantar la vista.

-No..padre..¿ocurre algo?-.
Trago saliva de manera inconsciente..era su trabajo saber antes que el emperador cualquier cosa que supusiera un problema para los suyos.

Quizás..pensó, todo esto se tratara por las noticias de los grupos y grupos de Hashasins que armaban revueltas por la hambruna.

Hacia décadas que habían extinguido a las bestias del desierto y solo quedaban monstruos, pero el hijo del anciano sabía perfectamente que solo sería cuestión de tiempo para que tales criaturas compartieran el destino de las glorias pasadas de carne jugosa.

Solo serian recuerdos...y ahora si,
El canibalismo aumentaría, o..incluso algo peor.

-Si eres inteligente. Hijo mio, estarás pensando en el motivo por el que estás aquí, y si..es por la situación crítica de nuestro imperio..la montaña de Azrael se enfrenta a tanta abundancia en nuestra gente..que irónicamente nos hemos visto condenados-.

-....-.
Hanam quiso aguardar a que su padre siguiera hablando, pero esto solo pareció molestar al gran Hassan-I-Sabbah.

El Emperador se enderezó en su trono y pareció tomar aire mientras carraspeaba y liberaba una densa y sutil niebla de sus fosas nasales.

-Sabes..hijo mio, la razón por la que te permito estar aquí, y no en una cripta sellado como el resto de tus hermanos, es porque te considero útil..no hagas que me arrepienta de mi decisión-.

Con estas palabras, Hanam se puso de pie tan rápido, que su brazo pareció contorsionarse hacia atrás..como muestra de la rabia que intentaba ocultar.

-Padre....-.
Rebusco las palabras adecuadas en su mente.
-Encontrare un plan para que nuestra gente no muera de hambre ni se vea reducida al burdo comportamiento de los demás imperios, nuestra raza se alzará y gobernara Nirruá como nuestro amo lo ah dicho-.

-Azrael espera que así sea..se un buen elemento, y procura no defraudarme..
Como mi nieto-.

-¡!-.
Hanam se puso más tenso de lo que hubiera deseado mostrar, trago saliva, y con el corazón latiendo en suspenso miro a su emperador con ojos de suplica.
~Nassh..tu no...Nassh, hijo mio.. ~.

Al ver la mirada tan llena de consternación de su hijo, el anciano de la montaña sonrió entre una mezcla de arrogancia y malicia tan suspicaz, que incluso sus cuchillas, ocultas entre las sombras, movieron la cabeza lamentándose por Hanam a pesar de que en el fondo se divertían con tal humillación.

-Me diste nietos muy bien dotados...futuros guerreros muy prometedores para la montaña, pero...
Desde tu fracaso para traer con vida a Sera sin volverla una vela de mente independiente,..no has tenido muy buen control sobre tu descendencia, porque sabes..¿Que tan difícil es que tu hija menor obedezca a su abuelo y no funde un imperio que no obedezca a mi mano?-.
Su voz era tan áspera como baja, cargada de ira y reproche.

Al no obtener respuesta, más que la clara señal de sumisión y arrepentimiento, el emperador trato de relajarse un poco.

-Perdone tu fracaso...e incluso perdone a mi nieta y a sus tierras libres de la influencia de Azrael.
Pero si hay algo que no pienso tolerar, es el declive de nuestra raza-.

-La sobrepoblacion es algo que no teníamos previsto, a pesar de tener un territorio tan reducido como aislado, no se suponía que la fauna del desierto y la rica variedad de bestias se extinguiera tan rapido-.
Informo Hassan tratando de sonar lo más útil posible acorde a los conocimientos que había obtenido durante sus investigaciones para un imperio más prospero.

Lo que dijo pareció tener efecto, ya que su padre suspiro un poco más relajado.

-Si...solo Azrael sabe porque nos manda estas duras pruebas..nos bendice con una taza de natalidad y longevidad alta..pero a cambio, ah arrazado nuestra mayor fuente de alimentación-.

-Aun así el pueblo es fuerte..padre, ¿Acaso no nos adaptamos para consumir a los monstruos que se suponía estaban hechos para cazarnos?-.

-Sin duda algo que causo el agrado del ángel de la muerte, pero solo es cuestión de tiempo, para que esa fuente provisional de carne también se acabe..-.

-......-.
Hanam vio un ligero cambio en el ambiente, las cuchillas del emperador se removian ansiosas, y su padre pareció ser el causante de esto.

Con un movimiento de su mano, sus siervas mejor entrenadas salieron de la habitación y los dejaron completamente solos.

-Eh estado lleno de furia...pero que bueno que tu tengas la cabeza más fría que tu viejo padre-.

-Padre-.

Hassan alzo una mano para detener las palabras de su hijo.

-Más sin embargo, hay algo que no puedo ni podemos ignorar, el imperio está en crisis, hay una gran sobrepoblacion y falta de alimentos, me temo..que la montaña que vio surgir a nuestra raza terminara siendo la tumba que nos deje en el olvido...-.
El anciano se removió ligeramente en su asiento y suspiro con cansancio.
-La mente de nuestra gente se está debilitando, se que pronto surgirán las revueltas, las dudas hacia nosotros, los agravios hacia nuestra autoridad...es inevitable, pero tampoco nos quedaremos con los brazos cruzados..hay que actuar...aunque debamos hacer ciertos sacrificios-.

Su hijo pareció meditar estas últimas palabras, más aún con la oración final que pareció atraparlo en un lúgubre presentimiento.

-Algunos pueden pensar que tienen la solución a la crisis que enfrentamos..aunque..lamentablementeesto no sea así, ya que nos faltan al respeto con estos vanos intentos de conseguir sus objetivos...-.
Hassan se reclina hacia el frente y clavo la mirada en su hijo.
-Y lastimosamente, otro de mis nietos parece querer desafiarme...Nassh, tiene una idea muy equivocada de lo que es el futuro para la raza Hashasin-.

-Nassh...-.
Repitió aquel que era conocido como el brazo maldito.
-¿Que agravio a cometido mi muchacho?-.

La rabia y la preocupación se agolpaban en su garganta, pero por temor y respeto hacia el emperador, decidió ver a donde llegaba esto.

-Ah tomado el papel de un nuevo ídolo..
Se cree el futuro líder de nuestra raza, y me ah faltado al respeto con su desafío-.

-Es solo un joven testarudo..eso es todo, el al igual que yo ah visto que es lo que nos esta condenando, sus ideas son solo vagas tonterías, ignora lo que esas malditas cuchillas te digan sobre el, solo buscan injuriar a la sangre de tu sangre-.

-........-.
Hassan guardo silencio por unos segundos, pareciendo meditar lo dicho por su hijo, pero al final, solto sus palabras como un frío balde de agua helada en Hanam.
-Nassh tomó a diez mil Hashasins asesinos y a otros cien mil más "testarudos" como el..con esto, ha desafiado mi autoridad y me ah escupido en la cara marchando fuera de la montaña, mis informantes me han dicho sobre sus ideas, y a mi no me parecen "vagas tonterías"-.

-¿Padre?-.
Hanam estaba tan consternado como atónito, en shock por lo recién descubierto.

¿Como era posible que su propio hijo fuese capaz de hacer eso?, de declararle la guerra al gran Hassan-I-Sabbah, el anciano de la montaña.

-Al parecer, su plan es tomar una nueva tierra y fundar un imperio fuera de mi mando, lejos de la bendición de Azrael, y si es que llega a mostrar prósperos resultados en su maldita encomienda, terminara corrompiendo las mentes de todos los demás...por el momento, solo tu, yo, mis cuchillas y un puñado de nobles y espías saben sobre esto, pero los rumores se esparcen como las motas de polvo durante las tormentas de arena, y será cuestión de tiempo para que otros se le unan. Si dejamos que se vayan..que abandonen las tierras que nuestro ángel nos ah dado..estaríamos condenandonos-.

Al fin, Hassan se puso de pie, y camino alrededor de su hijo, mirándolo de forma penetrante, no para rebajarlo como cuando quería transmitirle que estaba mal, si no, como muestra de la gran labor que estaba a punto de poner sobre el.

-Lo que voy a pedirte será lo peor que yo como tu padre pueda exigirte, pero...-.








...................

Hanam respiraba con pesar, forzandose así mismo a no caer en la ira.

Mil asesinos lo seguían, con una formación de cuatro cuadros, marchando rumbo al lugar donde el traidor había decidido huir.

"MATA O TORTURA A MI NIETO..Y TRAEME SU CUERPO".

Fue la orden que el anciano de la montaña le había dado, y el la cumpliría, aunque le doliera el alma.

De sus hijos, tan solo le quedaban Nassh y Sera, su hija, no había querido volverlo a ver desde que decidió utilizarla como Hassan quería, y Nassh, tan rebelde como era..ahora se había condenado.

Hanam sabía que las intenciones de su hijo no eran del todo malas..pero el anciano y más fiel servidor de Azrael no hiba a tolerar otra traición, y menos, en tiempos como ese.

Con tan solo mil hombres, debería ponerle un alto a su descendiente, con tan solo una décima parte del poder militar que portaba aquel que desafío al emperador, debía hacer lo que se le había ordenado.

Tenía varios objetivos en esa cruzada..
El primero, averiguar que tan prósperas eran las tierras a las que Nassh había viajado, el segundo, dejar que los propios moradores de ese lugar enfrentaran a su hijo, y de este seguir vivo, ser el quien dictaminara su destino..si matarlo.. o dejar que el cruel Hassan-I-Sabbah lo torturara hasta el fin de los tiempos.

Un último objetivo estaba en su conciencia..y ese era, descubrir si las tierras a las que viajaría serían idóneas para hacer prospero de nuevo a su imperio.

La montaña volvería a alzarse.. aunque ellos mismos tuvieran que ofrecer sus vidas a Azrael.

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