Capítulo 39 (ESPECIAL)
Capítulo 39 (ESPECIAL)
Sam
¿Cómo puedo verlo como amigo si he estado enamorado de él desde que tengo uso de razón? Quizás soy muy complaciente, lo dejo que reflexione y que tome decisiones que para mí son erróneas.
No puedo tratarlo como amigo después de las experiencias que hemos tenido durante los últimos años. Estoy muy mal desde que nos estamos tratando de esa forma, muero por besarlo, abrazarlo, hacerle cariños en el cabello, pero Black ha estado muy seco últimamente y se deberá a que su corazón no quiere seguir amando.
Por otro lado, Nanami me ha hecho la vida cuadritos, no quiere decir algo malo, pero me estreso más seguido, tengo una rutina de levantarme más temprano de lo habitual.
Tengo ya un año y medio de graduado y siento que no estoy haciendo nada productivo para lograr mis metas. Sé que deseo bailar en todos lados, ser famoso, pero el tema con Black me esta bloqueando y no decido que hacer.
Me duele por dentro no tenerlo todos los días, con su ceño fruncido y su mal genio. Nos vemos muy poco y él anda enfocado en sus dibujos, mientras yo me deprimo cada instante que pasa. Aprovecho de enviarle un mensaje para ver que esta haciendo, le daré una excusa para que venga a mi casa.
"Es Vinz, dejo su celular. Salió hace dos horas y no ha regresado"
Maldición. Para no matarme la cabeza, me enfoco en el desayuno de Nanami y olvido por unos segundos a Black.
Para darle de comer es frustrante porque tira todo al suelo y no abre la boca, tiendo a desesperarme demasiado y rendirme. Pienso en darme animo y le empiezo a cantar una canción infantil de esos programas que pasan en la televisión. Abre la boca sin chillar y así inicia mi día.
—Iremos al parque, ¿sí?
— ¡Sí! —exclama con emoción—. Black, Black.
¿Por qué lo tiene que nombrar justo cuando estoy pasándola mejor? En fin, cojo mi bolso y meto lo necesario. Le pido las llaves del auto a mi padre y no me dice nada, últimamente esta aislado de la familia y se concentra en lo suyo. Seguramente está enojado conmigo por no hacer nada y le doy toda la razón del mundo.
De camino al parque coloco una canción en la radio para entrenar mi mente. Nanami esta tranquila y mira por la ventana emocionada, espero que se mantenga así por el resto del día, no quiero estresarme de nuevo.
Al llegar estaciono el auto en un lugar seguro y bajo las cosas del auto. Bajo a Nanami y empezamos a caminar por todo el lugar. Busco un sitio donde haya un árbol gigante y que me tape del sol, casi todos están ocupados y ni modo, ya no me queda de otra que sentarme en donde el sol te nubla la vista.
Nanami juega tranquila con sus muñecas.
—Samuel Johnson, cuánto tiempo —me levanto el césped y la chica se acerca hacia donde estamos—. ¿Es tu hija?
—Así es. ¿Amm, eres?
—Win, la hermana de Celia. Es idéntica a ti. ¿Cómo has estado? —mira para todos lados. Si, busca a Black.
—Muy bien.
—Es raro que estés solo, siempre andas con Black. ¿Cómo está él?
¿Por qué me tienen que preguntar por él? Es demasiada tortura para mí.
—Bien —finjo felicidad para que no siga preguntando. De verdad no deseo hablar con nadie del problema que tengo con él y es mejor que se crean otra cosa—. ¿Y tú que has hecho?
—Bueno, estaba en Londres con mi hermana estudiando Danza Contemporánea y ahorita estoy enfocada en una presentación. Me gustaría que vinieras, Sam. Tranquilo que mi hermana no estará, ella se ha quedado en Londres y dudo que venga a estas alturas.
—Me pasare a ver. Suena interesante.
—Sí. Estamos buscando nuevos talentos para unos bailes, si te interesa me escribes.
—No bailo danza.
—Los de danza estamos completos, pero me refiero a shows con artistas reales, coreografías y eso. Lo que podemos hacer es que bailes y lo grabes, y así se lo muestro al director. Creo que sería interesante, Sam. Bueno tengo que reunirme con los demás, nos vemos. ¿Tienes el mismo número?
Asiento.
—Estupendo. Entonces te escribo para indicarte la hora y el lugar, la entrada es libre. Nos vemos, Sam.
Sigue estando igual. La propuesta es aceptable y puede que funcione para mí. Hare lo mejor que pueda para quedar.
El día sigue estando soleado, caluroso y sin novedades. Nanami sigue jugando y no se cansa de hacerlo, la energía en ser niño es la mejor, no estás preocupado por nada y haces lo que te plazca sin que nadie interrumpa tu felicidad.
Mi celular suena y de inmediato contesto:
— ¿En dónde estás? —es Black. ¿Qué le pasa?
—En un parque, ¿por qué?
—Hay miles de parques, Sam. Sé mas especifico.
—El parque Azul, Black.
—Ah, estoy cerca. Voy para allá.
Black me saca de quicio y quisiera matarlo, porque sus estados de ánimo desesperan mi cerebro. Un día esta bien, otro día esta mal, un día me pasa un mensaje, al siguiente día nada, me molesta que sea tan indeciso en la vida, al menos pudiese demostrar lo que siente por dentro sin tantos rodeos. Soy su mejor amigo y merezco saber que demonios le sucede. Entiendo que está mal por todo el asunto conmigo y que lo estoy presionando demasiado, pero si fuera claro desde un principio lo dejo tranquilo. Es mas esta semana no lo he llamado, y me sorprende que a estas alturas él mismo lo haga sin yo decirle algo al respecto.
— ¡Black! —Nanami sale corriendo hacia Black y lo abraza como si fuera su mejor amigo. Le tiene mucho afecto y no para de hablar sobre él.
— ¿Para que me llamaste? —le pregunto.
—Quería ver a Nanami.
—Ha estado nombrándote en toda la semana.
—Es muy dulce de su parte.
— ¿En serio a qué viniste?
Me entrega una hoja doblaba y me dice que la abra cuando llegue a mi casa, después de que la vea, él vendrá a mi casa y hablaremos mejor cuando Nanami esté dormida. Se retira dejándome con una intriga más grande de lo normal. En ese instante, lo veo alejarse con pasos lentos y después se pierde de vista.
Nanami empieza a llorar y eso significa que lo extraña y que también tiene sueño. Recojo todo y nos vamos a mi casa. Efectivamente mi hija se queda dormida apenas llegamos y me dispongo a ver lo que tiene la hoja.
¡BLACK ME DIBUJO! ¡MIERDA!
En la parte trasera del dibujo hay una pregunta. La hoja se queda en mis manos por varios segundos y no sé que pensar al respecto.
—Sabía que la ibas a ver apenas llegaras a tu casa. Eres impaciente, ¿no?
—Un poco.
— ¿Y entonces?
— ¿Entonces qué?
—La pregunta, Sam.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro