𝓓𝓲𝓮𝓬𝓲𝓼𝓮́𝓲𝓼
Capítulo 16
Él
Canción del capítulo: Aurora - Runaway.
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— ¿Fuiste con HanNa?
—Sí. Estaba muy consciente, pero preocupada por Jimin—me coloco mi suéter subiendo la cremallera. Acomodo mi cabello dejándolo suelto por mi espalda—También hablé con Jin y dijo que habló contigo durante el día.
—No sé si aparecerá o no, dudo mucho que lo haga—volteo a verlo. Está sentado en mi cama con sus manos apoyadas de ésta, esta noche su cabello se encuentra con un toque despeinado—Me dije a mí mismo que no lo presionaría y espero que tú hagas lo mismo.
—No lo haré.
—Bien—asiente. Me mira de pies a cabeza para luego levantar una de sus cejas— ¿Qué tengo?
—Sólo pensaba.
— ¿En qué?
—En nada—mis mejillas ardiendo dicen otra cosa. El pelinegro jala de mi mano atrayéndome a su cuerpo, tomo asiento a horcajadas sobre sus piernas apoyando mis manos en sus hombros, los ojos negros de JungKook cambian a uno rojizo, se acerca tanto que creo que va a besarme, pero no es así, deposita pequeños besos por mi cuello causándome cosquillas—JungKook.
Él no responde, lo siento succionar mi piel acelerando mi corazón, cierro mis ojos disfrutando la experiencia, inclino mi cabeza de lado permitiéndole más espacio, mis manos juegan con el cuello de su chaqueta. Quiero detenerlo y al mismo tiempo no.
Acaricia mi cintura deslizando sus manos hacia mis muslos, suspiro cuando los aprieta trayéndome recuerdos de ese día en la tormenta, una pequeña sonrisa se dibuja en mis labios, me alejo un poco sólo para buscar su boca, una vez se encuentra con la mía el beso no es rudo, sólo apasionado, puedo jurar que cada vez sube de nivel. Mis dedos se enredan en su nuca a la vez que siento sus brazos rodearme, en un rápido movimiento estoy debajo de su cuerpo, me gusta la sonrisita pícara que tiene.
— ¿Pensabas en eso? —susurra con voz algo ronca.
— ¿Tú no?
—Siempre pienso en eso, pero con todo lo que ocurre no hemos tenido tiempo de repetirlo.
— ¿Quieres repetirlo?
— ¿Por qué te sorprende? —retrocede un poco sólo para mirarme. Sus ojos son rojos, acaricio sus mejillas observándolos— ¿En qué piensas ahora?
—En HanNa y Jimin—respondo.
JungKook suspira sosteniéndose de sus manos.
—No todos los vampiros pueden controlarse.
—Tú lo hiciste, te controlaste cuando...lo hicimos.
—Incluso así sigo deseando probar tu sangre. Es una constante tentación que no es fácil de manejar—señala—No te preocupes, encontraremos a Jimin.
— ¿No extrañará a HanNa?
—Debe hacerlo. Yo lo hice cuando me fui por un año—acaricia mi cabello—No dejaba de pensar en ti, eso debe pasar con él.
—Tal vez se siente muy avergonzado como para ver a HanNa.
—Probablemente.
—Intento colocarme en sus zapatos, si fuera HanNa no dejaría de preocuparme, aunque Hye dice que parte de lo que extraña HanNa es la adicción.
—Sólo sé que su relación podría ser más tóxica de lo que ya es sino se controlan por ambos lados—retrocede levantándose de la cama. Me ofrece su mano ayudándome a colocarme de pie.
—Pensé que seguirías refrescándome la memoria.
Sonríe divertido depositando un corto beso a mis labios.
—La mantendré ocupada toda la noche, señorita Jang.
—Me interesa, señor Jeon.
...
La plaza donde Jade cantaría esta noche se encontraba un poco llena. Estaban los grupos de baile, grupos de canto o personas en solitario demostrando sus talentos, distingo a Jade con su guitarra obteniendo algunas monedas o billetes de sus espectadores, la chica posee una hermosa voz, no mentiría. Sus ojos oscuros al encontrarme brillan un poco, sonríe sin interrumpir su canción, muevo mi mano para saludarla al mismo tiempo que echo vistazo alrededor.
—Jin no ha llegado—susurra JungKook sin soltar mi otra mano.
— ¿Puedes llamarlo?
—No sé si...
—Si no responde no insistiremos más—prometo.
El chico busca su teléfono en el bolsillo de su pantalón. Jade termina su canción y los demás aplauden para luego dispersarse, cuando pienso en acercarme a ella me detengo, un hombre alto además de fuerte la abraza al tenerla cerca, su cabello es oscuro, diría que negro, sus ojos la miran con cariño y dulzura, mi mente viaja a cuando era una niña, cuando creía que las cosas eran más sencillas.
— ¡Appa! —corro hacia el hombre que acaba de llegar. Me carga en sus brazos besando mi mejilla.
— ¿Qué haces despierta a esta hora, SeonMi?
—La lluvia viene.
—Cierto, escuché algunos truenos...—justo uno hace estruendo. Lo abrazo con fuerza escuchando su risita—No debes tener miedo, eso significa que las nubes se encuentran muy estresadas y necesitan soltar sus cargas.
—No me gusta que estén molestas.
—Todos tenemos días malos, hija—me mira. Besa mi frente y sonríe de nuevo—Traje los bocadillos que te encantan, ¿Por qué no buscas a tu madre?
—Appa.
— ¿Sí?
—Tus ojos tienen un color diferente.
— ¿Qué?, no, claro que no—lo he puesto nervioso. Me deja en el suelo recogiendo su maletín, sus ojos de rojizos pasan a negros en segundos—Rápido, vamos con tu madre—me ofrece su mano.
—MinJi—miro a JungKook—Estás sangrando.
— ¿Qué?
—Tu nariz está sangrando.
De inmediato la cubro notando que sus palabras son ciertas. Jade pretende acercarse y el hombre que la acompaña la sigue, mis nervios van en aumento, los ruidos se hacen lejanos, JungKook me ayuda a sentarme en un banco, escucho que Jade habla, no puedo escucharla bien, mi cabeza está doliendo como en el día, alguien me ofrece un pañuelo, entonces lo veo frente a frente después de tantos años.
—No estarás sola—me mira fijamente—Hay otros niños aquí que jugarán contigo, ¿Podrías hacer eso por papá?, ¿Podrías esperarme? —niego con la cabeza. No quiero que se vaya, no quiero quedarme—SeonMi—su voz hace eco en mi mente. Sus ojos negros son interesantes de repente—Te quedarás en este orfanato por el tiempo que sea necesario, estarás aquí con esos niños y serás una buena niña.
"Es él, es el JiHoon que creía"
Casi de inmediato pienso en Jin.
— ¿Qué recuerdas de esa vida?, dicen que al pasar el tiempo vas olvidando todo eso.
—Fui el último de los siete en ser convertido. En mi mente ya no queda ningún recuerdo de familiares, amigos...—niega con la cabeza—Pero todavía recuerdo al vampiro que me mordía cuando se le antojaba.
— ¿Lo odias?
—A este punto no siento nada por esa persona. En mis recuerdos no distingo si es hombre o mujer, pero recuerdo lo que me hacía—forza una sonrisa—Así que vive tu vida, no la desperdicies.
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