6. Huída
Había algo en la comunidad - como se hacían llamar - que a Wonho no le daba muy buena espina. Al día siguiente, después del festín que prepararon para ellos, los tres chicos pasaron la mañana entre retretes y toallas húmedas. Era obvio que la cena les sentó mal, tal vez porque pasaron mucho tiempo comiendo conservas en lata y puré en polvo. Comieron hasta saciarse de la carne jugosa que les cocinaron, bebieron vino y tomaron dulces caseros. Hasta ahí, todo normal. Pero para Wonho, había algo que no cuadraba del todo. Algo estaba mal.
"¿A dónde vas?" le preguntó su mejor amigo adormilado.
"A por mi arma. Sigue durmiendo y no hables con nadie, ¿he hablado claro?" le señaló con el dedo índice amenazante.
Changkyun asintió sin ganas de discutir. Le dolía demasiado el cuerpo como para prevenir a su amigo de alguna pelea que pudiera causar con los dueños de la casa. Miró por última vez a Hyungwon y Jooheon, también dormían. Aún tenían mala cara. Entornó la puerta para darles más privacidad y sigilosamente, caminó por cada pasillo de la enorme casa. Muchas de las puertas estaban cerradas con llave.
"Esto es raro... " susurró.
Si cerrar las puertas estaba prohibido, ¿por qué la mayoría tenían echada la llave? Wonho se pegó a la pared para ocultarse cuando oyó a dos personas acercarse.
"Esos muchachos son débiles, están vivos de milagro"
"¿Te fijaste en el otro? El más mayor de los cuatro. Parece que siempre está observando, fue el único que no comió nada. Hay que tener cuidado con él"
Wonho apretó los labios y frunció el ceño al escuchar la conversación. Espero unos segundos a estar solo de nuevo para seguir buscando la habitación donde se habían escondido su arma. Consiguió entrar a una habitación aislada. No había muebles, solo un ventanal que daba a la parte trasera de la casa y unas sabanas blancas en el suelo. Nada. Otra habitación igual a la anterior. Empezaba a perder la paciencia.
Llegó hasta la cocina. El congelador estaba abierto, se asomó con cuidado y atinó a ver a Ricardo y a otro hombre hablar entre ellos.
"Sí, ya está listo. Pero ellos aún no despiertan"
"No importa si lo hacemos más tarde, lo importante es que el chico este sano".
"¿Escondiste bien el arma?"
"En mi habitación está segura, yo protegeré a la comunidad"
Wonho vió con el hombre más joven sonreía a Ricardo. Parecía el padre de todos. Se alejó de la cocina y buscó la habitación del hombre canoso. Cuando llegó a ella, gritó victorioso para sí. Entró y cerró. Miró rápidamente y por encima todo el cuarto. Se sorprendió de lo bien amueblado que estaba a diferencia de las otras habitaciones. Se fijó en la cama. Abajo parecía haber una caja de madera. Se acercó y la cogió entre sus manos. Otra victoria para él. Su pistola estaba ahí, con el cargador lleno de balas y limpia. Colocó la caja en su sitio y salió de la habitación. Ahora con el arma en la mano, no le importaba ser menos cuidadoso.
"¡Ey! Wonho, ¿cómo están tus amigos?" se interpuso la mujer que había sido buena y considerada con ellos desde el primer momento.
"Nos vamos ya" dijo cortante.
La mujer se quedó con la boca abierta cuando la apartó hacia un lado. Empezaba a desesperarse con tanta atención de unos simples desconocidos que pretendían hacer algo con ellos.
Llegó a la habitación donde se hospedaban y cerró con cerrojo. Importandole un carajo si estaba prohibido o no. Recogió todas sus pertenencias: la ropa y las mochilas más que nada. Despertó a los chicos uno a uno.
"¿Qué sucede?" preguntó Hyungwon sentándose en la cama.
"Nos vamos de aquí, ahora mismo"
"Otra vez... Wonho ya te dije que-"
"¡Nos vamos y no hay más que hablar!" gritó desesperado. El par de ojos somnolientos lo miraron asustado. Respiró hondo y se sentó a su lado. "Disculpame. Perdón" le cogió de la mano. " Ya tengo mi arma, ¿vale? Y-y he escuchado a la gente de aquí hablar sobre nosotros. Están preparando algo".
"Pues espero que no sea esa carne otra vez" habló con arco el pelimorado.
"No creo que sea otra cena de bienvenida. Estaban siendo muy discretos y nos necesitan sanos. Hablaban de uno en concreto" se mordió el labio intranquilo "Tenéis que hacerme caso"
"Joder, claro que sí" Jooheon se levantó de un salto bastante ágil. "Además, ¿quién coño llama «hermanos» a cuatro desconocidos?" expresó.
Se pusieron en marcha para recorrer la casa llevando sus pertenencias a la espalda. Tanto como Changkyun como Jooheon, parecían estar bastante mejorados. El único que aún estaba débil y mareado era Hyungwon. El mayor le tenía agarrado por la cintura y el brazo. Después de haber escuchado esas conversaciones no quería dejarlo solo ni un segundo.
Llegaron a la puerta principal. Wonho sacó el arma cuando la voz de Ricardo les hizo detenerse. Los cuatro se giraron cuando estaban apunto de escapar. El hombre canoso y vestido como un ayudante de enfermería se acercó con paso ligero a ellos.
"No os ha dado tiempo a conocernos. ¿Ni un adiós?" abrió los brazos esperando un abrazo que, no llegó. "Os podéis ir, pero el chico se queda" dijo señalando con la punta de sus dedos a Hyungwon.
"Alejate de él" le apuntó con la pistola. "Sois una panda de psicópatas, ¿qué cojones le echásteis a la comida? ¿Y por qué le queréis a él?" habló rápido.
"Estáis aqui en busca de respuestas. Hyungwon, es la llave que cierra el portal. Queremos, intentar una vacuna contra el virus"
"¿La llave de qué?" abrió los ojos incrédulo "Escucha, si no quieres que una bala atraviese tus huevos, no te acerques más" amenazó apuntando a los genitales del adulto.
"Deberías canalizar mejor tu ira, Wonho. A ninguno de ellos les conviene estar con alguien que, cuando cree ver el peligro, está dispuesta a gastar munición" sonrió divertido, lo que enojó más al pelinegro.
Changkyun abrió la puerta tras de sí y salió en compañia de Jooheon. Hyungwon se mantenía agarrado al más fuerte para no caerse, acercó su rostro al suyo y le susurró palabras que los demás no lograron escuchar. Aquellas palabras, provocaron más desesperación en Wonho y disparando cerca del pie del adulto con ínfulas de salvador para distraerlos. Escaparon corriendo del lugar. Alejándose todo lo que sus piernas y fuerzas podían soportar hasta llegar a una parte del frondoso bosque.
Se dejaron caer al suelo cansados por la carrera. Wonho, se sentó en un tronco alargado e hizo que el pequeño se sentara sobre él.
"¿Estáis bien? Antes de que caiga la noche encontraremos un búnker" habló mirando al chico por el que tenía debilidad.
"¿Qué búnker, Wonho? Hyungwon no despierta del todo y no tenemos mapas. No podemos movernos si él no se despierta" habló asustado.
"Me dijo que había uno al lado de un riachuelo antes de salir corriendo. Estamos cerca, descansar y nos ponemos en marcha" habló con tono apacible y tranquilizador.
Los dos chicos bebieron agua para despejar la garganta. Pasaron la mañana cayados porque de cierta manera, se sentían culpables de que ahora se encontraran desprotegidos. Si tan sólo hubieran hecho caso a las advertencias constantes del mayor, no se hubieran tirado de cabeza al peligro.
"¿Qué habría querido decir con eso de que Hyungwon es la llave para cerrar el portal?" habló cortando el silencio, Jooheon. "Es el chico más ordinario que conozco"
"No tengo ni idea y ni quiero saberlo" desvío la mirada para que no pillaran su mentira.
Wonho era el único al que Hyungwon habia confiado para decirle su preocupación sobre las líneas negras que se tatuaban en su blanca piel. En ese mismo momento y mientras él descansaba sobre su hombro, le cogió la mano con suavidad y pasó el pulgar por las líneas negras y finas. No había rastro de alguna nueva. Suspiró aliviado.
"Wonho..." se removió en su regazo.
"Chicos, ¿podéis dejarnos solos un minuto? Pero no os vayáis lejos". Se dirigió a ellos con una sonrisa. Ellos, lo entendieron al instante.
"Hyungwon, estoy aquí" le acomodó mejor "¿Te sientes mejor?"
"Ha sido mi culpa, ¿verdad? Casi nos matan por obligarte a ceder..." susurró.
"La culpa es mía por hacerte caso" soltó una pequeña carcajada. El menor abrió los ojos con pesadez y fijos su mirada avellana en la suya. "No te esfuercen de más"
"Una vez mi padre..." se detuvo para toser "mi padre me dijo cuando era pequeño que yo sería la causa de su desdicha. Y la salvación... . Mi hermano, quiso hacer que me olvidase de ello...pero no soy capaz de borrar esa imagen de mi cabeza" una lágrima mojó su mejilla "¿Y si por eso, nos dejó solos? ¿De qué serviría seguir buscándolo? Era bueno conmigo, me cuidaba en casa cuando caía enfermo y de pronto, desaparece"
Wonho se tragó el nudo que tenía en la garganta al escuchar la triste historia del pequeño. Le enjuagó las lágrimas y acarició su rostro con delicadeza. No sabía que decir. Estaban ahí por él, porque quería encontrar a su padre ya que era el único que podía aclarar lo que estaba sucediendo en el mundo. Pero ahora dudaba de si lo podrían conseguir. Hyungwon ocultó su cara en la curva de su cuello y lloró.
"Mientras yo esté contigo, nadie va a decirte nada hiriente..." le separó sin llegar a soltarlo y apartó los mechones de cabello que caían sobre sus húmedos párpados. "Lograremos reunirnos con los demás y encontraremos la solución a nuestros problemas; y lo haremos juntos".
"Wonho..." se limpió las lágrimas con la manga y sonrió. "Eres tan bueno conmigo. Con nosotros..." Su rostro pequeño y con sus emociones a flor de piel, le perecieron adorables al mayor. "¿No quieres dormir? Te noto cansado..." subió su mano a la mejilla afeitada del pelinegro.
"Cuando estemos en una cama y la seguridad del bunker nos proteja" bostezó inconscientemente.
Los chicos volvieron más ánimos justo cuando la conversación terminó. Las horas pasaban con lentitud, eso le dio más ventaja para encontrar el camino del riachuelo donde el castaño afirmaba que se encontraba el siguiente búnker. Pusieron atención a los ruidos de la naturaleza. De pronto, unos chapoteos y el cantar de los pájaros les condujeron hacia el punto exacto donde estaba el baúl metalizado que les protegería de la lluvia incansable.
Hyungwon se separó de Wonho y apoyó su mano en la pantalla de seguridad para tener acceso al interior. Los cuatro gritaron agotados y contentos de tener un lugar fijo en el que poder estar solos y en buena compañia. Se aseguraron de que no había nadie, de que tenían alimentos para el tiempo que estuvieran dentro y de los trajes para el exterior. La radio seguía sin funcionar.
"El grupo estará bien. Shownu tenía más munición. Es igual de bueno que nuestro protector Wonho" le tranquilizó Changkyun.
"Gracias" le devolvió el gesto cariñoso. Guardó la radio en su respectiva caja y se tumbó en una de las camas. Ahora más despierto, levantó los brazos y miró las líneas negras. Entre cerró los ojos dubitativo. Las líneas negras parecían tomar forma de raíz de árbol. Se extendían por sus dedos hasta sus antebrazos. No eran muy llamativas pero eso no quitaba que no se preocupara.
El ruido punzante de la lluvia y los truenos, le despertó del sueño. Era tarde en la noche. El reloj digital marcaba las tres de la madrugada. Se acostó del otro lado y abrió los ojos cuando chocó con la figura de Wonho. En la otra cama inflable estaba la otra parejita roncando.
Volvió a observarle. Su mano rodeaba su pequeña cintura y ni siquiera lo había notado entrar en la cama. Se perdió el los lunares de que tenía: uno en la nariz, dos en su cuello, otro cerca de sus labios. El también tenía un lunar en el labio, ¿se habría dado cuenta él también?.
"¿Estás despierto?" susurró muy cerca de él.
No obtuvo respuesta de su parte, eso le entristeció bastante. Rendido, intentó dormirse de nuevo sin embargo, unos labios húmedos y suaves rozaron los suyos, carnosos y rojizos. El corazón de Hyungwon se alborotó. Dejó escapar una exhalación que chocó en los labios ajenos. El agarré en su cintura se hizo fuerte. Nunca antes había experimentado algo tan intenso como el roce de unos labios.
Hyungwon estaba nervioso, cansado físicamente y agitado por dentro. El mayor seguía durmiendo, sin enterarse de nada de lo que pasaba en su interior. Sin pensárselo demasiado y sabiendo que era mala idea aprovecharse de la situación, pegó sus temblorosos belfos a los de Wonho. Un pequeño beso, inofensivo. Un primer beso corto y con emoción por parte de solo una persona. Hyungwon quería más. Volvió a pegar sus labios a los de Wonho, esta vez por más tiempo; sintiendo un cosquilleo recorrer su cuerpo. En ese momento, en décimas de segundos, se vio preso por el mayor. La lengua del dormido - supuestamente - se paseó con timidez por su boca. Hyungwon la dejó pasar, maravillado con las delicias que le estaba haciendo. Solo un hilo de saliva les conectaba cuando se separaba a tomar oxígeno. Wonho le dio un pequeño mordisquito en la punta de su lengua haciéndole jadear de la impresión, continuó con un pico en sus labios y se separó lo suficiente para relajar el agarré en la cintura del castaño y seguir durmiendo como hace unos minutos.
Hyungwon apoyó la cabeza en la fina almohada y le imitó.
No tuvo pesadillas esa noche. El cosquilleo seguía paseándose por su cuerpo. Delegadas líneas negras haciéndose con más partes en sus brazos; y una felicidad inmensa que le hacía sonreír como un tonto que le hizo dormir bien. Se preguntó: ¿Wonho estaba despierto de verdad? O si por el contrario, ¿el beso que compartieron fue fruto de algún sueño lúcido?
Quizás, la emoción tan bonita que sentía por quien se aseguraba de protegerlo, solo era una ilusión y nada de lo que había pasado era real.
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