Michael

Me levanté de la cama como siempre, me dolía todo y al mirar a un lado de mi Katarina no estaba, sonreí al recordar lo que hicimos anoche, ella es maravillosa.

Entré a la ducha y el agua comenzó a correr por mi cuerpo, el agua estaba helada tanto que decidí salir al instante en que entré. Al salir de la ducha vi a Katarina sentada en la cama, estaba ergida y oía sus sollozos, entré en panico al verla asi.

- ¿Amor? - dije intentando llamar su atención pero pareció no oirme. - Amor.. ¿que pasa? - dije acercandome a ella.

- Michael, por favor.. no dejes de luchar.. - dijo aun sentada en la cama y dandome la espalda.

- ¿De que hablas?, no hay nada contra que luchar. - sonreí y toqué su espalda.

Se dió la vuelta al instante y me miró a los ojos, aunque a la vez parecia no estar viendome a mi.

- ¿Que pasa? - dijo alguien mas en la habitación y vi a Genna.

- Sentí algo.. pero creo que es mi imaginación. - se secó las lagrimas.

- ¿No me ves?, ¡estoy aquí! - dije intentando moverla un poco pero no pude.

- Los doctores dijeron que el está haciendo lo que puede.. es muy fuerte. - Genna tocó su espalda. - Mi amigo lo es.

- Lo sé, ¿por que tengo tanto miedo de perderlo? - susurró ella y la abrazó.

- ¿De perder a quien? - pregunté intentando entrar en razón.

De pronto la puerta de la habitación se abrió y todo cambió, esto parecía el hospital y ellas estaban en la sala de espera.

- ¡Michael está perdiendo la vida! - gritó mi hermana al salir de ahí.

Comenzó a llorar y cayó  de rodillas.

- ¿Michael?, estoy aquí. - dije intentando acercarme.

Nadie parecía verme aquí, yo solo pensaba en si lo que pasaba era realidad o estaba durmiendo aún. Un doctor salió de la misma sala y aproveché para entrar, queria ver que es lo que pasaba y despertar de una vez.

Lo que ví me dejó sin palabras, no podia ser yo quien estaba sobre esa camilla conectado a varios tubos, mis ojos se llenaron de lagrimas y estaba tan asustado en este momento y no entendia si esto era real o aun seguía en mi mente.

- ¡Michael, amor! - me di la vuelta y Katarina entró y se arrodilló a un lado de la camilla.

El pulso de la persona que estaba en la camilla estaba demasiado bajo, ella lo abrazaba.. me abrazaba y sollozaba.

- ¡No puedes irte aún! - dijo llorando. - ¿Que hay de nuestros sueños?, ¿nuestros hijos en un futuro?.

- Amor, estoy aquí... no soy el.. - dije entre lagrimas.

- Perdoname por no haberte dado lo que querias.. Michael, pensé mas en mi que en ti. - dijo mientras me seguia abrazando.

Comencé a sentir sus manos en mi cuerpo, era real.

- Amor, no debiste darme nada.. esto fue mi culpa y tenias razon, soy un niño.. - me arrodillé a un lado de ella.

- Debes luchar, sé que eres mas fuerte de lo que crees.. el cielo puede esperar, amor... - susurró en mi oido y luego besó mi mejilla.

Sentía todo eso y deseaba encontrar el sentido de esto. Cerré los ojos y comencé a recordar cosas, me recuerdo en los brazos de mi madre viendo su sonrisa y escuchandola decir que cambiaría el mundo si me lo proponía, sonreí al recordar mis primeros pasos, esto era extraño porque yo era un espectador mas. Recuerdo cuando la perdí y cuando conocí a Katarina, sus ojos verdes iluminando mi camino y impulsandome a hacer el bien.. su cuerpo sobre el mio mientras nos amabamos, la magia en sus ojos cuando me miraba y todo aquello que parecia tan poco pero ahora era demasiado. Apreté mis puños cuando comencé a imaginarme una vida sin ella, no queria no me resignaría y no podria dejar a mi amor sola, no me gustaría que alguien mas la toque... el cielo puede esperar..

- Te amo. - dijo en mi oido.

- Yo te amo más... - susurré y la abracé como pude.

Todo a mi alrededor se volvió oscuro, sentía manos en mi pecho presionandolo y oía llanto a mi alrededor pero no podia ver nada. De pronto a lo lejos vi a una mujer que se acercaba a mi con una luz rodeandola, pude reconocer esa sonrisa a varios metros de distancia.

- Michael, creí que tardarías mas.. - dijo sonriendo.

- Mamá, te extraño.. - dije y la abracé.

Era un momento demasiado emotivo para mi, no la ha visto desde que soy un niño.. la he extrañado tanto que no  puedo creerlo, no puedo creer que la estoy viendo ahora mismo.

- ¿Que haces aqui, cariño?

- No lo sé.. no recuerdo lo que me pasó, y vi a Katarina al lado de mi... o sea al lado de mi cuerpo. - dije confundida. - Mamá, deberias conocerla.. ella es una mujer demasiado encantadora, juntos logramos algo hermoso..

- Lo sé, puedo ver el brillo en tus ojos.. pero ¿por que estas aqui? tienes tan solo diecinueve años.. - acarició mi mejilla.

- No lo sé, quiero volver pero no sé como..

- Solo cierra los ojos y piensa en lo que quieres, amor debes confiar en ti y en lo que quieres hacer.. aun no es el momento.

- Lo intentaré, mamá.. - le di un abrazo.

Y pensar que antes estaba a la altura de su cintura y ahora ella esta a la altura de mi pecho, pero ella aun no ha cambiado, el amor que le siento es muy grande y sé que quiere lo mejor para mi.

- Te voy a extrañar mucho.

- Siempre estoy contigo, querido. - besó mi frente.

Cerré los ojos, pensaba en Katarina y en lo mucho que deseaba estar con ella ahora mismo, pensaba en mi futuro con ella.. pensaba en todo lo que la amé, y la amo hasta hoy.

El cielo puede esperar.

- ¡Su pulso está mejorando! - gritó ella a lo lejos.

- Te amo, hijo..

Todo en mi ser comenzaba a tomar sentido, sentí las manos de los doctores en mi. Abrí mis ojos con pocas fuerzas y vi aquellos ojos rojos de tanto llanto mirandome con una felicidad y el brillo que tanto la caracterizaba.

Continuará..

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