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capitulo 41. - ¿Es tu padre?

Katarina

La noticia de nuestra marcha se hizo publica muy rapido, en todos los canales de noticia estabamos nosotros unidos. Incluso en el diario aparece una foto de Michael y yo besandonos, todos han sido buenos con nosotros y muchas personas han comenzado a preparar marchas en otros lados segun lo que me han dicho algunos de mis conocidos. Somos felices, y ni hablar de Michael hemos tenido una junta con Martin Luther King, el nos ha hecho parte de su causa y hemos estado presente en sus video conferencias para la prensa. La vida con Michael es hermosa, muchas personas nos han dado las gracias por haberles dado el empujon a hacer un cambio y expresarse y se siente genial.

- El lunes tenemos una reunión e iremos a Hollywood Boulevard.

- Genial, estoy emocionada por todo lo que viene. - sonreí y lo abracé.

Han sido dos meses emocionantes, Michael y yo hemos estado compartiendo mas momentos de intimidad y cada momento es unico, el me hace sentir como toda una mujer y me ha confesado que lo hago sentir como si el me perteniciera y eso me agrada ya que siento que tengo poder sobre el con cada cosa que hago.

- Es impresionante que hayamos hecho esto juntos. - me abrazó y me miró a los ojos. - Creo que me encantaría pasar otra noche con usted, señorita Katarina.

- Katarina de Jackson. - sonreí. - Y a mi tambien me gustaria, pero creo que debemos cenar. - le di un pequeño beso.

- ¿No tendras compasión de mi? - puso sus manos en mi cintura y me apretó contra su cuerpo. - En serio siento que no puedo esperar.

- Michael.. yo... - mordí mis labios y justo sonó el tiembre. - Me ha salvado. - sonreí.

- Eres mala, me quieres hacer esperar. - mordió sus labios.

Negué y me dirigí a la puerta, deseaba ver quien era y si era lo suficientemente importante como para no ir a la habitación con mi prometido.

- ¿si? - dije abriendo la puerta.

Sentí un impacto en mi mejilla muy  fuerte y caí al suelo, al levantar mi vista lo vi parado en la entrada de la casa mirandome.

- ¿Aqui te has venido?, ¿crees que puedes ser la esclava de un negro? - me tomó del cuello. - Iremos a casa, he intentado dar contigo durante estos meses.

- ¡Dejame! - grité llorando.

- ¡No me grit... - Michael le dió un golpe haciendo que me soltara. - ¿Quien te crees, negro? - dijo intentando ponerse de pie.

- ¡Me acuerdo de ti maldito desgraciado! - dijo el y comenzó a golpearlo.

- No, no... Michael... - dije intentando que lo soltará.

- Vas a pagar por todo lo que me hiciste pasar. - susurró y comenzó a darle patadas mientras  mi padre estaba en el suelo.

- ¡Basta, amor! - dije tomando su brazo. - ¡Papá, ya vete! - dije llorando.

Michael se tensó y me miró, no entendía porque me miraba asi.

- ¿Es tu padre? - preguntó con asombro en su rostro. - ¿Co... como puedes ser hija de este hombre?

Me quedé en silencio y vi como sus ojos se cristalizaban, no entiendo porque se comporta asi.. quizás porque ya ha visto a mi padre golpearme.

- ¡El asesinó a mi madre y a mi padre! - me gritó en el rostro.

- ¿Qué? - me dije sintiendo un nudo en la garganta. - ¿es.. estas seguro de lo que dices? - miré a mi padre. - ¿haz hecho eso? - dije sintiendo que mis ojos se llenaban de lagrimas.

Sonrió y asintió cinicamente.

- ¡Tienes la osadia de reirte! - dijo Michael  y comenzó a golpearlo.

- ¡Dile que me deje! - gritó mi padre.

Tragué saliva y no dije nada, vi como Michael seguia golpeandolo, su labio estaba partido y salia muchas sangre en una herida que Michael le habia hecho sobre el ojo. Tres patadas le dió y eso lo hizo  retorcerse en el suelo, debia hacer algo porque era mi padre pero el se merecía eso.. le quitó los padres a un niño y lo afirmó burlandosé, ahora mas que nunca siento vergüenza al ser parte de esa familia.

- Dejalo. - dije tomando la brazo de Michael viendo que mi padre ya casi no se movía y se quejaba del dolor.

- Quiero acabarlo.. - me dijo entre dientes.

- No solucionarás nada.. - dije lamiendo mi labio inferior. - Ya no  soy tu hija, y no quiero volver a verte nunca mas. - le dije mirandolo con odio y desprecio.

- ¡Thaddeus! - gritó Michael llamando a uno de sus amigos que estaba con otros mas. - Llevatelo y dejalo en el barrio de los blancos.. - dije el y luego se dió la vuelta pasando a un lado de mi.

- Esta bien. - dijo el chico. - nos divertiremos contigo. - dijo mirando a mi padre.

- No lo maten, solo dejenlo. - dije mirandolo.

Puede ser el peor ser humano del mundo, pero aun asi es mi padre y aunque jamas me haya tratado como si me quisiera.

Cerré la puerta a mis espaldas y miré a Michael, estaba parado en medio de la sala cubriendo su rostro, me sentía avergonzada.. pero yo no sabia que mi padre habia sido culpable de algo asi.

- Lo siento mucho. - dije pasando mis brazos alrededor de el. - yo no sabia que el habia hecho algo asi... - comencé a llorar. - perdoname, me siento muy avergonzada.

El no me dijo nada y tomó mis manos, lentamente se dió vuelta para quedar frente a mi, apoyó su frente en la mia y cerró sus ojos.

- Lo siento, lo siento mucho.. - dije llorando.

- Shh.. - me dió un beso en la frente. - Tranquila.. no es tu culpa. - me abrazó. - Yo tampoco sabia que el era tu padre, el me lastimó mucho.. pero.. - me miró. - No me sentí bien golpeandolo, creo que me sentí bien al saber que el es tan malo que hasta su hija le ha dado la espalda.

Bajé la mirada.

- Perdón. - susurré otra vez y el puso sus manos sobre mis mejillas.

- Te  perdono, amor. - mordió sus labios y comenzó a besarme.

Puse mis manos en su nuca y lo atrajé mas hacia a mi.

- Perdón, perdón.. - susurré en su oido y metí mis manos lentamente en su pantalon.

- Hmm.. estas perdonada. - dijo mirando mis manos dentro de su pantalón.

- Creo que estoy lista para hacer algo que he estado planeando.. - susurré cerrando mis ojos y sintiendo su miembro en mi mano.

Estaba haciendo que se pusiera duro y el estaba intentando hacer que me acercara mas y mas.

- La habitación está arriba. - dijo sonriendo.

Sonreí y quité mis manos de su pantalon, comencé a subir las escaleras y a sentir sus pasos detrás. Cerré la puerta detras de mi espalda y lentamente me quité el vestido, ya no me sentía incomoda y disfrutaba mostrarle mi cuerpo.

Nos amamos tanto que ni siquiera hubo un limite de tiempo, terminamos exhaustos en la madrugada y dormimos juntos, como siempre lo haciamos.

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Espero que lo disfruten.

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