capitulo 37.- Es Daisy.
Katarina
Desayunaba en silencio mientras miraba un punto fijo en la sala, Michael aun no se despertó y Janet no estaba en la casa y no me quedaba mas que desayunar y comenzar mi dia sola. Me daba algo de lastima despertar a Michael, ya que se veía tan comodo y tierno.
Me levanté de la silla cuando oí que alguien tocaba la puerta de forma desesperada, no entendía que podía ser tan importante como para estar llamando a la puerta de esa forma.
- Fabian... buenos dias, ¿que pasa? - dije viendolo.
En su rostro habia miedo, preocupación y yo simplemente presentía que algo malo habia pasado.
- Habla... - dije viendo como sus ojos se llenaban de lagrimas.
- La mató, ¡él la mató! - dijo comenzando a llorar.
- ¿A quien?, ¿quien es? - dije sintiendo ese dolor en el pecho.
- Es Daisy, su marido la mató.. el cobarde la mató a golpes. - me abrazó tan fuerte.
Yo estaba en shock, aun no podia entender aquellas palabras, ¿como podía ser posible?.
- ¿Que está aquí? - nos separamos y miré a Michael con lagrimas en los ojos.
- El marido de Daisy.. el.. el la asesinó. - dije y lo abracé tan fuerte como pude. - No pude sacarla de ahí... no pude protegerla como debía. - comencé a sollozar.
- Amor, tranquila.. tranquila. - el puso su mano en mi nuca y me abrazó. - Esto no es tu culpa..
- ¡Si lo es, le prometí que la sacaría de ahí! - lo solté y me senté en la silla en la que anteriormente estaba desayunando. - ¿Que mas te dijeron? - le pregunté a Fabian aun sin poder entrar en razón.
- Aparentemente ella intentó defenderse, pero el la atacó y terminó asesinandola.. nadie quiere hacer una denuncia, aquel maldito está suelto.. - tragó saliva de forma pesada. - ¡Le prometí que le daría un vestido, no puede ser que se haya ido!
Yo solamente respiré, intentando sentirme tranquila, es la peor noticia de todas las que he recibido a lo largo de los años. No pude proteger a una mujer, como se supone que debe hacerlo toda mujer.. ni siquiera pude estar ahí, me siento tan culpable.
- No es culpa de nadie, ese hombre la va a pagar. - dijo Michael hincandosé frente a mi. - No llorés, haremos justicia.
- ¿Como?, ellos no nos oirán. - dijo Fabian con un tono de preocupación.
Tragué saliva, Michael tiene razón..
- Si nos oirán.. - susurré entre lagrimas. - debemos apurarnos y haremos la marcha, esto no puede seguir pasando. - me abracé a mi misma. - ella me dijo que estaba feliz de ver que nosotros estabamos ayudando a varias personas.. pero.. no pude hacer nada por ella.
Me cubrí el rostro con ambas manos y sentí los brazos de Michael abrazarme, lo necesitaba para darme fuerza y animos.. aunque sé que tambien le dolió tanto como me está doliendo a mi, admiro el hecho de que está intentando contener la tristeza y no quebrarse conmigo.
- Lo haremos, hablaré con mis amigos del bar donde trabajo y les pediré telas grandes para crear carteles.. - miré a Fabian. - Se lo debemos, es lo minimo...
- Tienes razón, haremos todo para hacer justicia por la muerte de Daisy. - el me tomó las mejillas. - Proteme que dejaras que tu mujer fuerte salga del anterior, no debes llorar, debes alzar tus manos y pedirle a dios por suerte, juro que tendremos todo listo en unos dias. - besó mi frente.
- ¿Me lo prometes? - dije sintiendo paz.
- Lo prometo, sabes que jamas mentiría. - tocó el hombro de Fabian. - sé que lo haremos genial, cariño.
Asentí con lagrimas en los ojos, confio en su palabra y en nuestra buena causa, pero como duele.. duele saber que una mas de nosotras falleció a manos de un maldito. Por años he estado oyendo en la radio sobre este tipo de asesinatos, ahora denominados "feminicidios" recuerdo que cuando era pequeña siempre intentaba nunca volver sola de la escuela por miedo a que alguien intentará lastimarme.. es horrible que una niña tan pequeña tenga que vivir con ese miedo.
- Quiero que te tomes una ducha, ya no llores.. - besó mi frente.
Habia estado una media hora sentada pensando en muchas cosas, lloré tanto que ya no sentía ganas de seguir. Me tomó entre sus brazos y comenzó a subir los escalones conmigo en sus brazos.
- No tienes que dudar de nuestra causa, pronto lo lograremos y ninguna mujer o niña e incluso cualquier persona va a volver a sufrir. - me sentó sobre la cama.
Lo miraba con tanta ternura, el estaba preparando mi ropa para bañarme y seguia hablando y diciendo cosas positivas, creo que todas necesitamos un amor sano como el que el me ofrece.
- Te lavaré el cabello y luego tu te vas a bañar, luego preparé cafe y te voy a consolar todo el tiempo que desees. - besó mi mejilla y me tomó la mano.
- Suena bien. - susurré.
- Sonríe, no importa lo que pase a nuestro alrededor siempre debes sonreír.. eso cura el corazón. - prendió el agua.
Me quité el vestido lentamente y el solo comenzó a sentirse incomodo, ya no habia miedo en mi.. deseaba que el vea lo que yo soy realmente una vez mas, deseaba que ese hombre encontrará todo lo que habia en mi, que me curara y me consolara. Jamas habia deseado que alguien me protegiera tanto como el lo hace conmigo.
- Hmm.. ya esta el agua lista. - miró mi parte baja con timidez. - adelante.
Sonreí a medias y lentamente metí mis pies a la bañera, me recosté y puse mi cabeza en el cabezal para que Michael pudiese lavar mi cabello. Sus manos acariciaron mi cabello mientras que con la otra colocaba un poco de shampoo y agua caliente.
- Tu cabello es hermoso, y eres como un angel. - lo miré de reojo y sonreí. - Te amo.
- Te amo más. - dije sonriendo y cerrando mis ojos.
Sus manos me lavaban el cabello y su voz invadía mis oidos, cantaba canciones romanticas que nunca antes habia oido y estaba tan atento en lo que hacia que podia sentir como sus manos lavaban mi pelo con ternura y delicadeza, personas como el te curan el alma.
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Espero que lo disfruten.
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