capitulo 33. - Nadie lo sabrá.
Katarina
Estaba sentada cerca del altar, siendo parte de la peor estupidez que mi hermana está apunto de hacer. Mi vestido estaba asfixiandome, y mas me asfixiaba sintiendo a la gente hipocrita a mi alrededor. Mis padres, muy orgullosos de eso y mis tios ni hablar, aunque creo que habia alguien de mi lado, tia Veronica.
- Creo que esto no durará mucho. - dijo mientras se rascaba la nuca. - Tiene que terminar de una vez, me estan esperando en casa.
- Y yo quiero ver a Michael. - dije frustrada.
- ¿Y han estado probando cosas nuevas? - preguntó y la miré.
- No, su religión no permite el sexo antes del matrimonio. - dije creyendo saber a que se referia.
- No hablo de eso, me refería a las reuniones. - comenzó a reir por lo bajo. - Quieres hacerlo con el, ¿cierto?
- Ay, perdón.. es que estos dias han estado pasando muchas cosas. - me cubrí el rostro. - Y no, no quiero estar con el de esa forma. - mentí.
No creía en las hormonas, pero desde que conocí a Michael estan saltando dentro de mi. No creía que un hombre me haría sentir de esta forma hasta que lo conocí, ha cambiado todo por el.
- A mi no me mientes, pero bueno esta bien si no quieres decirmelo. - rió. - Al fin. - dije poniendose de pie.
Al parecer, ya habia terminado este intento de ceremonia, fue mas aburrido que estar en clases. Me levanté y estaba yendo hacia el baño, hice mis necesidades y cuando salí me miré al espejo, me veo linda hoy.
- Vaya, que gusto encontrarte aqui. - lo miré.
- ¿Que haces aquí?, deberias estar con mi hermana. - fruncí el ceño.
- Solo queria tus felicitaciones por mi boda en civil. - se acercó a mi.
Este hombre no se ve bien ni con trajes de etiqueta.
- Felicitaciones, puedes irte. - dije sonriendo e intentando pasar a un lado.
Me tomó del brazo e hizo que me apoyara en la pared.
- Vamos, solo un beso.
- ¿Que mierda?, ya dejame y ve con tu esposa, maldita sea. - intenté soltarme.
- Puedo divorciarme si quieres, estaria contigo. - sus ojos estaban oscuros y sentí tanto miedo.
- ¡Dejame! - me quejé e intenté soltarme nuevamente.
- Vamos, nadie lo sabrá. - intentó besarme pero le di un cabezaso que supongo le dolió tanto como a mi. - ¡Maldita sea! - se cubrió la nariz soltandome.
- No te acerques a mi o juro que te irá peor, es mi ultimo aviso ¿oiste? - dije molesta y saliendo de aquel lugar.
Iba acariciandome la cabeza y el brazo que el habia apretandome, me sentía mal y queria largarme, no puedo creer que mi padre este dañando de esta forma el legado familiar.
- ¿Que haces aqui?, ¿donde esta mi esposo? - me tomó del brazo.
- ¡Esta en el baño ese maldito idiota! - grité y la empujé alejandola de mi.
Ya no voy a permitir humillaciones, voy a hablar de esto cuando sea el momento, quiero que mi padre sepa que tipo de hombre es el nuevo marido de mi hermana.
Entré a mi habitación poniendo llave a la puerta y tomando el telefono en mi mano, rodeé aquella rueda marcando el numero de mi novio, me siento tan desprotegida en mi propia casa.
- Buenas noches, princesa.
- Mike...
- ¿Por que estas llorando?, ¿que pasó?, ¿necesitas que vaya?.
- No, es que mi cuñado ha estado acosandome y estoy harta.. quiero salir de aqui, pero no puedo al menos no hasta que cumpla los dieciocho.
- Amor, te juro que quisiera ir pero estoy en el restaurante ayudando a mis hermanos.. decidí salir gracias a ti.
Sonreí, me sentía orgullosa por haber hecho algo bueno en todo este dia.
- Esta mas que genial, amor... esta bien, no tienes que venir, pero mañana no volveré a casa y mentiré que estaba en casa de mi tia.
- ¿Piensas quedarte conmigo?
- Claro que si, a menos que no quieras.
- Claro que quiero, estaré esperando con ansias verte.
- Igual yo, te amo.. y espero que tengas una hermosa noche, tanto como tú.
- Kat, me haces sonrojar.
- Te amo, te amo, te amo.
- Yo te amo el triple, nos veremos mañana.. te amo.
Corté la llamada y sonreí, hablar con el me calmaba, el curaba mi alma con solo escuchar su voz.. creo que he escogido bien, no hay nada mejor que tener a alguien que te ame aun cuando estas en el peor momento de tu vida.
Y aqui estaba yo, recostada pensando en un futuro con Michael, con una familia y con felicidad.. pero por sobre todo derechos, con libertad de expresión.. solo siendo nosotros, enseñando a nuestros hijos sobre el amor propio y sobre amar y aceptar a los demas. Michael, sería un gran padre y no tengo dudas de eso.
- Katarina, ¿donde estás?
Mi madre, parecía estar molesta y entró a mi habitación sin tocar.
- ¿Que quieres? - pregunté poniendome de pie.
- Estas faltandole el respeto a Jack, ¿como es eso que intentaste acercarte de forma indebida?
- ¡¿Que?!, ¿el te dijo eso? - la miré con el ceño fruncido.
- Claro que si, ademas tu hermana te vió.
Apareció Grace y a un lado el maldito de su esposo.
- ¡Es una mentira, dicelo Grace! - grité molesta.
- No es mentira, yo te vi.. mamá ella no tiene que estar aqui.
- Tiene razón.
- ¡Son unos malditos, todo es mentira! - sentía tanto odio.
- Claro que no, ahora mismo armas tus maletas y te iras a un convento.
- ¡Claro que no! - grité molesta y fui hacia mi armario para sacar una valija. - No me iré a ese lugar y tampoco me quedaré aquí.
- ¿Que haces, Katarina? - dijo mi padre entrando en el cuarto.
- Tu hija ha estado incinuandose a tu yerno. - dijo mi madre.
- ¡Es mentira, papá!, ¡el, hizo todo lo posible para estar cerca de mi y como no lo acepto quiere hacerme quedar mal! - sentía impotencia y mis lagrimas ya estaban saliendo.
- ¡¿Como te atreves?! - gritó y sentí uno de sus golpes en mi rostro.
- ¿Como eres capaz de creerle a el? - dije llorando. - ¡Soy tu hija!
- Pero eso no quita el hecho de que te has estado portando como una zorra.
Eso habia dolido mas que una apuñalada, mis padres les creyeron a ellos y mi hermana.. de ella no me sorprende porque claramente ese estupido la tiene cegada, pero no esperaba algo asi por parte de mi padre..
- Me iré al demonio y no volverán a ver la casa, ¡nunca más! - tomé mi valija y pasé a un lado de mi madre.
- ¡Katarina, ven ahora mismo! - gritó molesto.
No le hice caso, y apenas salí a la calle comencé a correr. Queria escapar, esta era la oportunidad y todo iba a cambiar apartir de ahora. Llegué a la casa de Michael, estaba empapada en lagrimas y mi mejilla me dolía, podia sentir el sabor de la sangre en mi boca y el abrió la puerta...
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Espero que lo disfruten.
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