capitulo 32. - Todos tenemos defectos.
Katarina
Han pasado dos semanas desde la ultima vez que vi a Michael, el no me ha permitido acercarme y sus hermanos no me han dejado entrar a la casa. Janet, está manteniendome al tanto de todo, me ha dicho que Michael se ha descuidado que se siente horrible y que ni siquiera ha salido de su habitación aun despues de que la hinchazón de la operación se fue. Me molesta mucho, deseo verlo y no me lo permiten y sé que el me necesita aunque diga que no lo hace y que no quiere que lo vea de esa forma.
- Espero poder verlo pronto, la primera junta fue genial y estabas mas feliz. - dijo Daisy mirandome.
- Yo tambien espero lo mismo, intentaré hablar con el en estos dias. - suspiré. - Iré a verlo y voy a decirle de todo, me hace mal estar alejada de el.. realmente lo quiero.
- Lo sé, y creo que deberias ir hoy mismo y decirle todo lo que sientes y mereces una explicación a todo este motodo absurdo de protegerse. - besó mi mejilla. - Nos vemos, linda.
- Cuidate mucho. - sonreí.
He llevado acabo las reuniones yo sola y es triste, porque me encantaba escucharlo hablar desde el fondo de su corazón y verlo sonreir cuando alguien hacia un comentario de cualquier tipo.
- Nena, he visto a mi heróe esta mañana está demasiado dejado, deberias ir a afeitarlo un poco. - Miré a Fabian.
- ¿A ti te dejan entrar? - asintió. - Es algo tan injusto, yo quiero verlo desde hace tiempo.. - suspiré.
- Está mal lo que hace y se lo dije, pero sigue con su mentalidad de que ya no lo querrás por las cicatrices en su nariz y nena, tiene una mancha blanca algo grande en su mano y es raro, deberias llevarlo al medico. - dijo caminando a mi lado. - Tengo que ir a hacer las compras o me moriré de hambre, cuidate y espero novedades.
- Está bien, gracias, Fab. - sonreí y miré hacia el restaurante donde la familia de Michael trabaja.
Todos ellos se estan haciendo cargo ahora que Michael está encerrado, está realmente paranoica y eso no me gusta. Caminé hacia su casa, iba a verlo y si o si entraría.
- Kat, que bueno verte. - dijo Janet. - Michael esta en su habitación, aprovecha que no hay nadie en casa, aqui tienes la llave.
- Pero.. yo.. bueno, esta bien. - dije nerviosa tomando las llaves.
No me dió tiempo de decirle nada mas, solo se alejó corriendo hacia el restaurante. Era el momento adecuado para hablar con el, nerviosa abrí la puerta de su habitación, lo vi recostado en la cama mirando hacia la ventana, lo habia extrañado tanto.
- Amor... - susurré sentandome detras de el.
- ¿Que haces aquí? - dijo dando un salto e intentando cubrirse la nariz.
- Soy tu novia, Michael, debo estar aqui apoyandote. - susurré mirandolo a los ojos.
- No quiero que me veas, les dije que no te dejaran entrar.
- ¡Ya basta!. - dije molesta. - He estado dos semanas sin saber de ti y me estas dando la espalda como si no fuera nada para ti, no quiero que me alejes de esta forma por estipideces.
- ¡¿No ves lo que pasa?! soy horrible y mi nariz no es la misma. - se quitó la mano de esta.
Su nariz era mas delgada y mas respingada, pero eso no le quitaba el hecho de que seguia siendo el.
- No digas estupideces, te amo y te ves tan hermoso como siempre.. te encerraste y me hiciste sentir horrible, ¿acaso crees que no tengo defectos?
Me miró de arriba abajo.
- Eres perfecta, eres la mujer mas hermosa de todas y no tienes ni uno solo.
Me puse de pie y desprendí por botones de mi vestido.
- Voy a demostrarte que si tengo, verás que estas equivocado. - dije mientras me quitaba el vestido y quedaba sola en bragas frente a el.
Mi cabello cubría mis pechos y todo mi horrible cuerpo estaba al descubierto frente a sus ojos, su mirada se deslizó por todo mi cuerpo.
- Todos tenemos defectos.. - dije con lagrimas en los ojos. - Y tu, sinceramente eres lo mas perfecto ante mis ojos.. y no me importa si ya no me quieres despues de ver mi cuerpo, igual seguiras siendo hermoso para mi.
Las inseguridades estaban a flor de piel, practicamente estaba desnuda frente frente a el, a su mirada profunda que recorría mi cuerpo con lentitud como escaneando cada una de mis imperfecciones.
- ¿Quien dijo que no me gustas asi? - se puso de pie y se agachó para tomar mi vestido. - Eres hermosa y aunque digas que te odias yo no lo hago, deberias odiarte si fueses una mala persona, pero no lo eres. - puso mi vestido por encima de mis brazos. - Tu cuerpo me encanta, pero no debí verlo antes de matrimonio.. esto me está haciendo mal.
Sonreí con algo de vergüenza, creo que fue mucho mostrarme asi frente a el, pero queria convencerlo y no encontré otra forma.
- Perdoname.. pero odio esta nariz. - bajó la mirada mientras abotonaba los botones de mi vestido.
- Yo no, te ves hermoso.. como siempre. - sonreí y acaricié su mejilla. - Quiero volver a besarte. - confesé.
- Hazlo. - dijo acariciando mi cabello.
Comencé a besarlo, habia extrañado esos labios carnozos durante todos estos dias y el toque suave de sus manos en mis mejillas.
- Quiero saber quien te dejó entrar. - rió. - Fabian me visitó esta mañana, no sabia que era hombre y me llevó por sorpresa.
- Lo sé, es impresionante y es realmente simpatico. - sonreí - Gracias por dejarme acercarme a ti, otra vez.. no sabes la falta que me has hecho.
- Perdoname, me han dicho que parezco una momia y me sentí mal..
- ¿Quien lo hizo? - pregunté con el ceño fruncido.
- Jermaine, pero no importa.. quiero que me digas como estas, amor.
- Extrañandote. - susurré volviendo a besar sus labios y a mi mente volvió lo de la ultima noche que estuvimos solos.
- Ya no lo harás mas.. - susurró en mi oido.
Sonreí y hundí mi nariz en su cuello, su aroma es dulce y me encanta. Y recordé de lo que Fabian me habia dicho.
- ¿Sabes? Fabian me dijo que tienes una mancha en tu mano. - dije algo preocupada.
- Si.. creo que es solo algo de.. no lo se. - me mostró su mano.
- Deberiamos ir al medico y debemos afeitarte tambien, me encantas asi pero quiero a mi joven Michael... - reí.
- No creo que necesitamos ir al medico, pero tal vez para sacarme las dudas. - encogió sus hombros. - Y creo que si necesito una depilada. - Rió.
Asentí y lo llevé hacia el baño, comencé a pasarle por la piel la navaja y a ver otra vez ese hermoso rostro de bebé que tenia.
- Eres hermoso. - susurré dandole un pequeño beso en los labios.
Sonrió y pude ver a mi bebé nuevamente, lo extrañé demasiado.
- Creo que deberias ir mañana a la escuela. - dije acariciando su mejilla.
- Iré, pero no creo que me reciban bien. - suspiró. - Pero tambien debemos ir al medico, asi que creo que escojo la segunda opción.. no me gustaria ir con esta mancha en mi mano.
- No es nada malo. - lo abracé. - Me encantaria quedarme pero hoy hay un encuentro familiar y realmente me encantaría que fueras, pero no te conocen y mi padre es un loco.
- No te preocupes, amor, espero que te vaya muy bien. - besó mis labios una vez mas.
- Te amo, cuidate y espero verte mañana.
Asintió sonriendome, estaba feliz de haberlo visto me sentia llena y animada, el me hace sentir completa y todos estaran felices despues de que les cuente que lo volví a ver. Hoy era el compromiso de mi hermana, se casarían por civil ella y Jack, yo sinceramente siento que es algo estupido ya que el hombre no es bueno en ningun aspecto, pero no debo meterme y creo que no tardará mucho en darse cuenta de lo que es su prometido.
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Espero que lo disfruten.
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