Katarina

- El doctor me ha dicho que todo estará bien, niña.. su nariz solo será arreglada y estarán felices. - puso su mano en mi hombro.

Aquel hombre le quebró la nariz a Michael, ahora mismo estan en cirugía para intentar arreglarla. Llamé a su hermana y le dije que no se preocupara y que no saliera de casa ya que Michael me dijo eso, estaba nerviosa y asustada, no debí dejarlo solo.

- Gracias, Fabian. - dije mirandola.

Habia algo raro en ella, sus manos eran grandes y creo que soy algo desubicada pero hay un bulto en su minifalda, no sé que pensar.

- Por cierto, ¿cual es tu nombre? - dijo sentandose a un lado. - Yo soy Fabian, el dios del Burlesque. - rió.

- ¿El dios? - pregunté con el ceño fruncido. - ¿No eres mujer?

- Ay, nena, soy una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre. - rió.

- Oh por dios, si no me lo decias ni siquiera me daba cuenta de que eras hombre. - reí. - Gusto en conocerte y mi nombre es Katarina, y mi novio es Michael. - estrechamos nuestras manos.

- Ay, me halagas cariño y me encantan tus caderas.. ese negrito esta feliz con una mujer asi en su cama. - golpeó mi hombro riendo como loco.

- Bueno, de hecho... nosotros no. - miré el suelo riendo como tonta.

- No puedo creerlo, ¿sabes lo que dicen de los negros? - me preguntó en voz baja.

- No, dime. - le dije interesada.

- ¡Que la tienen grande, mi reyna!

Todas las personas que pasaban por ahí nos miraron y yo deseé hacerme pequeña, con que a eso se referían cuando decían "los negros tienen algo".

- Shhh, shh.. - dije intentando no reir. - Bueno, no lo sabia y nunca lo he visto.. desnudo. - susurré lo ultimo.

- Te encantará, yo he estado con hombres negros desde que tengo memoria y en mi trabajo podia darme los lujos con todos, hasta que se me cayeron los dientes por tanto hacer trabajos vocales. - rió.

- ¿Cantas? - le pregunté curiosa.

Me miró con una sonrisa y luego estalló en risa, es demasiado dramatico.

- Canto, pero de rodillas y con un microfono de carne. - quedé espantada. - Lo siento, creí que ya estabas al tanto de esas cosas.

Yo negué, creo que Fabian me ayudara bastante.

- No, de hecho aun soy muy inocente. - miré el suelo.

- Oh, ¿te puedo dar un consejo? es que debo irme pero despues volveré para ver a mi heroe.

- Claro. - dije sonriendo.

- Debes tocar su miembro y masturbarlo, intenta usar la boca y si no te gusta solo frotalo o hazle lo que desees. - me guiñó el ojo. - Adios, amor, cuida ese trasero.

- Adios.. - dije muerta de risa.

No puedo creerlo, creo que lo dijo fue muy desagradable, pero gracioso y al menos me habia sacado una sonrisa en este dificil momento.

- ¡¿Donde está mi hermano?! - aquella voz llenó los pasillos.

Sabia que era La Toya, me levanté y la esperé, corrió rapidamente hacia a mi y me miró con enojo.

- ¡¿Que le pasó?!, ¡¿Que le hiciste?! - sus manos tomaron el cuello de mi vestido. - ¡Habla!.

- ¡Alto, baja la voz! - dije molesta. - Yo no le hice nada, estabamos en su casa y estaban atacando a una mujer y el salió a ayudar y recibió un golpe del agresor.. lo siento, me dijeron que su nariz estaba rota.  - mordí mi labio.

- Dios mio, no. - dijo cubriendose los oidos. - ¿Y como está el?

- Aun está en la sala de cirugias.. intentaran arreglar su nariz. - acaricié su hombro. - Todo va a estar bien, ¿confias en mi?

- Lo hago, perdon por haber entrado asi.. creí que tu gente lo habia golpeado. - tocó su frente.

Me quedé en silencio, creo que todos sus hermanos tienen ese miedo de que algun dia, mi "gente" le haga daño como ha pasado con sus ancestros.

- ¿Familiares de Michael Joe Jackson? - dijo una enfermera saliendo de la sala.

- ¡Soy su hermano! - gritó un hombre en el pasillo.

Era Jermaine, oh no, creo que va a odiarme cada vez mas.

- Yo soy su novia y ella su hermana. - dije nerviosa. - ¿Que pasó con el?

- Todo salió bien, su nariz estaba en mal estado pero logramos arreglarla con una rinoplastia. - dijo el doctor.

- ¡¿Que le pasó, que le hiciste?! - dijo Jermaine poniendose frente a mi.

El odio en sus ojos hizo que me alejara un poco.

- Ella no le hizo nada, ¡basta, Jermaine! - dijo La Toya. - Eso le pasó andar de heroe, nuestro hermanito recibió un golpe y le rompieron la nariz.

Jermaine me miró a mi y luego a su hermano, se alejó y luego me dirigí  al doctor.

- ¿Podemos verlo? - pregunté nerviosa .

- Claro que si, solo uno a la vez.

Asentí y miré a sus hermanos, ellos tienen mas prioridad que yo.

- Entro yo. - dijo Jermaine adelantandose.

- Adelante. - dijo el doctor.

Yo solo me senté en aquella banca, su hermana se sentó a un lado de mi y permanecimos en silencio.

- ¡No puede ser! - gritó Jermaine.

Luego salió de ahí azotando la puerta, dejandome asustada. Salió del hospital sin decir nada, miré a su hermana y ella estaba igual que yo, entró a la sala pero solo se quedó en la puerta.

- Hermanito.. - susurró y comenzó a llorar.

Necesitaba verlo, necesitaba saber que pasaba con el.

Me levanté y me dirigí hacia la sala, su hermana lloraba en la puerta y al entrar lo vi recostado en la camilla con esas vendas en su nariz y con el rostro hinchado, me partió el corazon verlo asi.. pero aun asi agradecia que el estuviera bien.

- No me mires.. vete. - dijo dando vuelta su rostro.

- Michael, estas bien.. eso importa. - dije con lagrimas en los ojos acercandome a el.

- ¡Alejate, no quiero que me mires!.

Me quedé ahí, sin habla, sintiendo ganas de llorar.

- Michael, no me iré.. no te dejaré.. - dije tocando su mano.

- ¿Que es lo que quieres ver?, ¡Ahora soy un maldito monstruo! - me miró a los ojos.

- No lo eres, eres hermoso y siempre lo serás.. - dije acariciando su mejilla.

- No me hagas sentir mas miserable, por favor.. vete. - miró hacia otro lado ignorandome.

Sentí mi corazón quebrarse nuevamente, entendía el hecho de que tal vez no le gustaba como se veía.. pero aun asi me sentia feliz de saber que el estaba bien.

- ¿Que es lo que le han hecho? - le pregunté al doctor secando mis lagrimas.

- Tranquila, es solo el hinchazón pero se le bajara en unas semanas, solo procure mañana volver aqui asi revisamos las cicatrices. - puso su mano en mi hombro. - Creo que necesitará un poco de terapia, he notado su inseguridad.

- Gracias. - dije asintiendo y secandome las lagrimas.

Queria abrazarlo y decirle lo feliz que me hacia saber que estaba bien, pero no quiere que me acerque. Sus hermanos comenzaron a llegar y todos ellos lo vieron, pero el no queria que yo entrara.

- Me dijo que al menos hasta que no se cure no quiere que lo veas. - dijo Janet. - Y se molestó conmigo por salir de casa.

- Lo siento mucho. - dije sonriendo un poco.

- Wow, mira eso. - dijo mirando hacia el pasillo.

Las caderas de Fabian estaban meneandose por los pasillos, no entiendo como es que pueden haber hombres que realmente pueden parecerse a una mujer.

- Hola, nena, ¿se despertó mi heroe? - preguntó poniendo una mano en su cintura.

- ¿Que?, ¿Katarina que dice? - dijo Janet mirandome.

- El es Fabian, a el fue quien salvó tu hermano. - sonreí. - Fabian, ella es Janet, hermana de Michael.

- Oh, mucho gusto me encantan las trenzas de tu cabello, aveces quisiera haber nacido negra. - estrechó la mano de Janet.

- Igualmente, me encanta tu ropa.

Ahora estaba mas cubierto que cuando lo encontramos pero aun asi no perdía la sensualidad, aqui si te ven vestida de esa forma comienzan a decirte ramera.

- Si alguna vez vienes a mi casa te encantara ver mi colección, mi ropa te quedara a la perfección. - sonrió.

- Oh claro.

- ¿Y como está Michael?

- Acaba de despertar hace como una hora y no quiere que lo vea. - sonreí triste. - Ya no hay nadie en la sala, puedes entrar si lo deseas.

- Claro que si, iré a darle las gracias y a hablar con el, nos vemos chicas.

- Nos vemos. - dije sonriendo con tristeza.

Me moria por verlo, queria hacerle saber que no estaba solo y que no me interesaba como se viera.. pero no me deja acercarme.

- Tranquila, en unos dias podras verlo. - Janet acarició mi espalda.

- Yo quiero verlo ahora..

Fue lo unico que dije y comencé a llorar como una niña pequeña.

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Espero que lo disfruten.

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