Katarina

Despúes del episodio mas vergonzoso de mi vida, me encontraba en el suelo siendo abrazado por el hombre mas encantador de todos. Levanté mi mirada y lo primero que vi fueron sus ojos cerrados, el dormía sin darse cuenta y yo estaba encantaba de tener este tipo de vista.

- Amor, creo que ya está amaneciendo. - dije tocandole el hombro y lentamente acaricíe sus mejillas. - ¿Mike?

No dijo nada, mantenia su posición.

- ¿Mike?

- Si me das un beso, quizás, me despierte. - abrió un solo ojo haciendome sonreir como una tonta.

Me acerqué a el y atrapé sus labios, tan calido, tan dulce, tan romantico como siempre. Lo tiré hacia atras, haciendo que apoyara su espalda en el suelo y yo me subí sobre el.

- Podría aplastarte, pero no quiero. - dije levantandome.

- No, hazlo, no me importa. - puso sus manos sobre mis caderas y yo lo miré fijo.

Me habia avergonzado todo mi vida de mis caderas y decía que si alguien me tocara me sentiria asquerosa. Esta vez, fue distinto, sus grandes manos casi cubrieron los costados de la cadera.

- ¿Si? - dijo con una sonrisa.

Mordí mi labio y asentí, me subí sobre el y me sentí tan ligera como una pluma. Algo que es raro, ya que un hombre tan delgado como el podria hacerme sentir como si lo quebrara a la mitad.

- ¿Sabes que es lo que mas me gusta de tu cuerpo? - preguntó mirandome fijo.

- No, ¿que es? - pregunté acariciando su cabello afro.

- Tus curvas, siento que puedo aferrarme a ellas e impedir que te vayas de mi lado. - mordió su labio. - ¿Crees que lo que nuestra relación necesite sea sexo?

Yo me quedé en silencio, anteriormente quiso esconderse cuando le pregunté acerca de esto. Ahora lo dice tan natural.

- Cuando sea el momento indicado lo sabremos, me siento feliz con solo besarte, solo, no deberiamos acelerar las cosas. - miré hacia la ventana. - Está amaneciendo.

El puso sus brazos en su nuca y miró.

- Debemos ir a la escuela en unas horas. - sonreí - Debes irte, amor.

- ¿Tu quieres que me vaya? - hizo un puchero.

- Tu sabes que me encantaria que te quedes aqui por siempre, pero, tenemos responsabilidades y si queremos una casa y una familia tendremos que cumplir con nuestras obligaciones. - me levanté.

- Tienes razón, cariño. - se puso de pie y se acercó a la ventana. - ¿Crees que seria bueno empezar hoy a conseguir gente para nuestras juntas?

- Creo que si, mientras mas temprano mejor ¿no? - besé sus labios.

- Claro, te amo y buenas, ¿noches? - rió. - Nos vemos.

- Te amo y por favor, ten cuidado cuando vuelvas a casa.. no quiero que te pase nada. - lo abracé fuerte haciendo puntas mis pies.

- Lo prometo, reza por mi y todo estará bien. - besó mi frente.

Me hice a un lado y el salió por la ventana, sonreí al ver que me tiró un beso y comenzó a correr. Algun dia, vendrá a visitarme sin tener que estar atento a la policia y a las personas que lo quieren dañar, algún dia tomaré su mano con orgullo y podremos vivir como una pareja feliz y tendremos muchos hijos. Todos ellos serán tan hermosos y especiales al igual que el.

- ¿Cuando acabarás con esto? - me di la vuelta y me encontré con el idiota de Jack.

- ¿Quien te ha dado el permiso de venir aquí y entrar como si nada? - me acerqué a el. - Largate, prometo que yo misma voy a sacarte a patadas en el trasero.

- Sé tu secreto, tu padre no quiere negros en la familia. - sonrió burlón. - ¿Quieres que el sepa que ese tal "Michael" es tu novio?

Sentí miedo, no quiero que mi padre sepa por ahora. No quiero que dañen a Michael.

- No quiero que el lo sepa, y menos por un idiota como tu. - le dije con cara de desagrado.

El muy miserable solo sonrió y salió de mi habitación, este idiota es capaz de cualquier cosa para conseguir sus cochinadas conmigo. Debo hablar con Michael, tengo que decirle que tenga cuidado.. no me importa lo que pase conmigo, mientras que el esté bien yo lo estaré.

*******

Iba a paso rapido hacia el salón, necesitaba encontrar a Michael y hablar con el a solas. No entiendo porqué la gente tiene que ser tan estupida y mala, como para no dejarte amar a la persona que tu corazón eligió.

- ¡Amor! - gritó detrás de mi con una sonrisa.

Corrí hacia el y me apegué a su cuerpo, jamas he necesitado a nadie que me protega, pero cuando estoy el me siento como si tuviera un escudo.. siento que su amor me protege y puedo estar aqui siempre.

- Necesito que hablemos.. - justo la campana sonó. - Hablaremos despues.

- ¿Que pasó?¿es algo malo? - tocó mi mejilla y sonreí.

- Despues hablaremos, prometo que todo estará bien. - le tomé la mano.

El me miró curioso, pero no dijo nada. 

Tomamos asiento al instante, el profesor entró y comenzó con la clase.

- Dime, ¿que es lo que pasa? - me dijo en voz baja.

- Es mi cuñado, luego te cuento bien que pasó. - acaricié su mejilla.

- Jackson. - dijo el profesor y yo lo miré con el ceño fruncido. - Quedese en silencio o saldrá de la sala.

¿Jackson? yo fui quien lo estaba tocando y distrayendolo, me parece estupido que haga esto.

- ¿Y yo? - pregunté poniendome de pie.

- ¿Señorita Gabrielle? - dijo mirandome. - Usted está haciendolo bien.

Sonrió nervioso.

- Yo soy quien estaba hablando con el y no me llame por mi apellido. - suspiré y tomé asiento.

- Pero, el negro.. el...

- ¿Quien se cree que es para llamarlo asi? - Michael me tomó de la mano. - Me parece una porqueria que digan que solo por ser profesores son respetuosos, no debe ser asi con el, ni con nadie. - fruncí el ceño.

- Lo siento. - bajó la mirada.

Yo solo me senté, se que no me ha dicho nada por el simple hecho de que sabe quien es mi padre, aveces me molesta pero no puedo evitarlo. Creen que soy la bebé de papi como el hace creer, cuando en realidad me golpea y me hace sentir miserable.

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Espero que lo disfruten.

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