MICHAEL

- ¿En serio estás saliendo con ella? - preguntó Genna mientras tomaba de su cerveza.

- Claro que si, Genna, ella es la chica que yo he buscado... si la escucharas hablar, realmente me agrada su atrevimiento y honestidad. - sonreí como tonto. - Y no pongas tus pies sobre la mesa.

Ella los bajó y pasé un paño humedo donde estaban las marcas de sus pies, estabamos en el restaurante ya que hoy no habia escuela. Genna, he estado en casa desde ayer ya que su madre la he echado de su casa al escuchar una conversación telefonica que tuvo con Zoe.

- ¡Uy, puedo sentir que estas enamorado! - sonrió - ¿La gordita irá a la fiesta de hoy?

- No. Está castigada porqué dió un discurso de moral en la iglesia. - sonreí - Ella es impresionante, yo no tendría ni el atrevimiento de pararme frente a mi iglesia.

- La chica tiene actitud, yo tambien la tengo y Zoe es muy timida, yo la sacaré de su zona de comfort. - me guiñó un ojo. - Bien, iré a atender. - dijo viendo a dos personas que entraban al restaurante.

- Dime los pedidos, voy a preparar el café.

Ella asintió y se fue, yo preparé la maquina de café mientras pensaba en Katarina. Quiero verla, necesito besarla, la extraño a cada momento y eso me hace mal, me encantaría ir a su casa siempre que pueda, pero lamentablemente no es así.

- ¡Hola, Michael! - esa voz...

Me di la vuelta encontrandome con esos ojos verdes hermosos que me vuelven, esa sonrisa tan agradable y esos rizos rojos que me encantan.

- Cariño... - susurré sonriendo como tonto. - ¿Que haces aquí? - ella pasó por debajo de la tabla y acercó a mi.

- Vengo a ver a mi "novio", ¿no puedo?.

- No me agrada que hagas comillas. - dije dandome la vuelta.

Fingí estar mirando la maquina de café y sentí sus cortos brazos intentar rodearme.

- No te molestes, ¿si? es solo que es algo nuevo para mi. - sentí un beso suyo en mi espalda. - Hueles bien...

- No hagas eso. - dije sonriendo y me di la vuelta. - Tenía muchas ganas de verte y de.. - atrapé sus labios.

Su sabor me encanta, al igual que ver que está en puntillas para intentar estar a mi altura.

- Besarte. - finalicé apretando sus mejillas.

- Mhm, tambien queria eso. - sonrió. - ¿Me darás algo de desayunar o me matarás de hambre como mi madre?

- ¿Tu madre qué? - dije con el ceño fruncido.

Ella solo negó y sonrió de lado.

- Olvida eso, tengo hambre.

- Te daré café ¿o quieres chocolatada? - pregunté mirandola.

Me sentía responsable de ella, como un padre o algo asi, pero obviamente tambien la quiero como a una novia.

- Lo que sea, solo dame algo de comer. - me abrazó fuerte. - Estás tan calentito que no quiero soltarte jamas.

Suspiré y sonreí, jamas me habia sentido de esta forma. Le preparé una chocolatada y aproveché para darle de probar el pastel de vainilla que preparé. La vi tan ida mirando hacia el cuadro de mi familia, no la queria molestar porque me encantaba verla tan tranquila, me genera tranquilidad. Es tan bonita.

- Tu madre era hermosa, eres igual a ella. - me miró.

- Todos dicen lo mismo. - reconocí poniendo frente a ella la taza y el pastel. - Espero que te guste, linda.

- Gracias, pequeño. - acarició mi mejilla. - ¿Cuantos hermanos tienes?

- Tengo ocho, somos seis varones y tres mujeres. - ella asintió.

- Apuesto a que eres el mas guapo de ellos. - me miró.

Me sonrojé al instante.

- Bueno.. el que tiene mas suerte es Tito. - miré mis manos. - Y gracias por decir eso.

- De nada, debes saber que eres lindo. - tomó un sorbo de su chocolate. - Está genial, ¿quien preparó el pastel?

- Lo preparé yo.

- Si no llegas a casarte conmigo juro que voy a suicidarme. - tocó mi mano. - Está delicioso, eres un genio.

- Yo quiero un beso con sabor a chocolate y vainilla. - dije fingiendo hacer un puchero.

Ella se levantó y enredó sus brazos en mi cuello, sus labios carnosos comenzaron a besar los mios.  Acaricié su mejilla mientras que profundizaba el beso, sus manos estaban aferradas a mi cabello y yo simplemente disfrutaba de ello.

- Perfecto. - dije sonriendo y viendola a los ojos.

Sus pipulas estaban algo dilatadas y sus mejillas estaban rojas del sonrojo, yo mordí mi labio al verla, es demasiado encantadora.

- ¡Hola, Mikey! - ambos nos separamos y mis ojos se encontraron con Roma.

- Hola, Roma ¿que tal estas? - pregunté sonriendo.

- ¿Roma? - preguntó Katarina alejandose de mi y tomando asiento otra vez.

- Oh si, ella es una de mis amigas.. Roma, ella es Katarina.. - dije mirando a mi novia.

- Encantada de conocerte, soy Roma. - tomó la mano de ella y le sonrió.

Katarina me miró por unos segundos con molestía, luego tomó la taza de chocolate, el pastel y fue a sentarse a otra de las mesas.

- ¿Que le pasa? - preguntó Roma mirandome. - No importa, que agradable es verte.

- Igualmente.. - dije algo sonrojado. - ¿Que te gustaría tomar?

- Solo venía a preguntarte si hoy irás a la fiesta. - apoyó sus brazos en la barra.

- Oh, claro que si iré con Genna.

- ¿La chica esa no irá? - preguntó refiriendose a Katarina quien estaba a un lado desayunando con Genna.

Su mirada estaba fija en mi amiga y estaba seria, no se que es lo que pasa con ella.. no he hecho nada, nadie lo ha hecho.

- No. - contesté. 

- Oh, bien entonces nos veremos está noche.. adios, lindo. - besó mi mejilla.

Sentí tanta vergüenza y sonreí nervioso, aquellos ojos verdes me miraban con enojo.

- Hey, Kat.. - dije acercandome a ellas.

- ¿Que quieres?¿ya terminaste de hablar con tu crush?

Al escucharla decir eso miré directamente a Genna.

- ¿Que? ella queria saber, no me culpes.

- ¿Tenías que decirle? - pregunté serio.

- ¿Por que no tendría hacerlo? - se levantó. - Se supone que eres mi novio y ni siquiera le dices a esa chica que yo soy tu novia.

- Lo olvidé, perdoname. - dije tomando sus manos.

- Al demonio, dejame. - se soltó de mi agarre y fue hacia la salida.

La seguí, no queria que me haga esto justo ahora.

- Amor, no te comportes como una niña. - le pedí tomandola suavemente del brazo.

- ¿Como una niña? eres mi novio Michael, no eres solo un amigo. - suspiró. - Debo ir a casa, sueltame.

- Dame un beso antes, ¿si? - dije abrazandola.

- No, no tengo ganas. - dijo corriendo su rostro a un lado.

- ¿A no? - susurré y le di besos pequeños en su cuello, sentí que se tensó asi que dejé de hacerlo.

- ¡Ya, ya! - dijo y me besó, un pequeño beso.

- Yo quiero meter mi lengua en tu boca le dije. - mirandola divertido.

- ¡Michael, habla bajo! - exclamó sonrojada.

- Dame un beso, entonces.

Ella sonrió y me besó suavemente, me encanta.

- Me voy, nos veremos mañana, tal vez. - sonrió.

- Está bien, cariño, cuidate.

La vi alejarse y sonreí, su caminar es tan lindo, ella me encanta completamente. Todo acerca de ella me resulta interesante, quiero conocer mas acerca de la persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.

- ¡Que trasero! - dijo el idiota de Randy.

- No te hagas el idiota. - le dije molesto y entré al restaurante. - ¿Por qué llegas a esta hora?

- Tuve algo de acción anoche. - dijo moviendo sus caderas de forma grosera.

- No me interesa, vamos, preparate.

- ¿Es tu novia? - me preguntó con los brazos cruzados.

- Claro que si. - contesté.

- Que suerte tienes, debes aprovechar ese trasero y ese cuerpo. - dijo mordiendose el labio.

Que agradezca que es mi hermano y odio la violencia, porque sino ahora mismo estaría rompiendole la cara.

- Entra y deja de decir imprudencias. - suspiré.

- Lo siento, lo siento. - dijo riendo.

Yo solo negué, aveces es un idiota. Bueno, en realidad, lo fue siempre.

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Espero que lo disfruten.

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