Katarina

Estabamos sentados frente a una de las cafeterias cercanas a la escuela, Michael charlaba con Genna y Zoe, miraba hacia el parque. Yo miraba fijamente a Michael, su sonrisa y sus ojos son tan lindos, aveces quisiera saber que es lo que el siente o saber mas acerca de su vida. Su mirada llegó hasta a mi y una sonrisa se formó en sus labios.

- ¿Que harás esta noche? - preguntó poniendo sus manos en la mesa.

- No lo sé, tengo que estudiar un poco y tal vez, aburrirme en mi habitación .. como siempre - sonreí.

- ¿Quieres que vaya a tu casa?

- ¿A.. mi.. casa? - pregunté algo pensativa.

¿A mi casa? Eso no parecia tan buena idea, si mi padre lo ve ahí probablemente lo saque a patadas, pero si lo  llevó a mi casa sin que ellos lo vean suena convincente. Me he arriesgado tantas veces, deberia hacerlo otra vez mas.

- Claro que si, ven a mi casa esta noche.. pero tendras que entrar por la ventana de mi habitación. - dije mientras tomaba la manzana que tenia sobre mi mesa.

- Entiendo, está bien.

Asentí y miré a Zoe quien ahora hablaba con Genna, ambas se veian tan bien juntas y notaba el brillo en los ojos de Zoe. Siempre creí que ella era solo antisocial con los chicos por costumbre, pero nunca me habia imaginado el hecho de que le gustaran las chicas, al menos Genna es una buena persona.

- ¿Me acompañas al baño? -me preguntó Zoe levantandose.

- Claro que si. - contesté y la seguí.

Entramos a los baños de la cafeteria, todos nos miraban raro pero creo que es porque nos vieron cerca de los chicos "negros", estoy segura de que mi padre se enterara de ellos en algun momento.

Michael

Katarina estaba en el baño junto a su amiga, yo estaba pensando en que esta noche nos veremos. Estoy nervioso porque apuesto a que sus padres no me aceptarían y por eso ella no quiere que ellos me vean, pero supongo que arriesgarse por primera vez está bien.

- ¿Coqueteas con ella? - preguntó Genna.

- Es que.. hoy cuando la estaba mirando me di cuenta que sentía algo raro. - suspiré. - Es decir, es muy linda y todo, pero no estoy seguro de lo que sentí.. no la conozco demasiado como para decir que me enamoré.

- Te entiendo. Yo estoy enamorada de Zoe, te lo aseguro porque nunca me habia sentido asi.. - suspiró y sonrió. - La veo sonreir y es como si todo dentro de mi despertara, es muy linda.

- Me agrada la confianza que te tienes, al menos ella te corresponde.

- ¿Y que dices de la gordita?

- No creo que yo le guste, es decir ¿la has visto? es muy perfecta. - dije mirandola.

- Tu no eres feo del todo. - me dijo y sonrió. - Bueno, ya, silencio.

Yo solo negué riendo. Katarina venía muy seria del baño y fue raro ya que siempre está sonriendo, sus ojos se encontraron con los mios y entonces sonrió. No debe hacer eso, siento que soy especial para ella.

- ¿Nos vamos? - preguntó Zoe.

- Claro.

Nos levantamos y  comenzamos el camino a casa, estoy tan nervioso que no se que me pondré para ir a la casa de Katarina. La miré y ella me estaba mirando, aveces quisiera saber que es lo que siente pero temo que su respuesta no sea la que espero. Suena tonto, pero me siento confundido y ni siquiera nos conocemos lo suficiente.

- ¿Me llamarás? - preguntó estirandome un papel.

- Claro que si, de hecho, estaba pensando en pedir tu numero. - sonreí y tomé el papel.

- Llamame a las siete, si te contesta alguien que no soy yo corta ¿de acuerdo? - asentí. - Nos vemos, Michael.

Besó mi mejilla y luego la de Genna, ambas se despidieron y se fueron de nuestras vidas. Genna y yo, volvimos a nuestro barrio, Randy hoy se hizo cargo del negocio y me daba gusto ya que nunca quiere estar ahí. Las amenazas ya cesaron, le dí una paga adelantada a Randy para que les devuelva el dinero mientras que tambien guardamos para remodelar el restaurante. Mamá estaría feliz si viera como ha crecido el negocio familiar, como ha crecido Janet y ver como estoy logrando terminar mis estudios. No hay dia en que no la extrañe o recuerde, anoche me desperté llorando, la imagen de su muerte me quedó muy grabada desde pequeño y fue lo mas dificil vivir con eso.

Katarina.

- ¿Que se supone que me pondré? no creo que un vestido elegante quede bien, dios... - susurré.

- ¿Por que tanto drama? será en tu habitación, ponte comoda o recibelo en pijama o mejor no, quizas y el negro quiere mostrarte otras cosas. - sonreí.

- No se de que hablas, pero no pasará nada malo. - me miré al espejo con un vestido a cuadros que nunca usé. - Creo que no me hace ver gorda.

- No eres gorda, no seas ridicula. - dijo y se levantó - Claro que si, no uses maquillaje, tienes belleza natural.

- ¿Belleza natural? - pregunté con el ceño fruncido. - Lo unico natural es mi trasero y es pura grasa.

- Por dios, todo tu cuerpo es tuyo no digas tonterias. Tu sonrisa es hermosa, no debes sentirte mal. - besó mi mejilla. - Me voy porque la vieja loca debe querer predicar.

- Ni me lo digas, no me dejaran entrar mas a la iglesia - reí - Pero me siento bien, yo creo en dios y no necesito de una iglesia para adorarlo.

- Asi se habla, bueno.. mandale mis saludos al muchacho y cuidate, suerte.

Yo asentí riendo y ella salió por la ventana de mi habitación, mis padres no me dejan tener visitas. Me miré al espejo y sonreí, me odiaba tanto que sinceramente queria tirar el espejo al demonio y cancelar todo con Michael. El telefono de casa comenzó a sonar. Lo habia traido a mi habitación para que nadie pudiera atenderlo antes que yo, ademas era el unico que teniamos en toda la casa.

- ¿Hola?

- Hola, señorita.

Una persona con voz rara y aguda habló del otro lado, parecía una anciana o algo así.

- ¿Quien es? creo que se ha equivocado de numero.

- Oh no, yo te conozco bien pelirroja linda.

Y entonces oí su risa del otro lado, era él.

- Michael, me la creí.

- Genial, entonces podré hacer esa voz cada vez que te llame.

- Esta bien. ¿vienes ahora?

- Claro que si, dentro de unos minutos.

Le di mi dirección y quedamos en que vendría un poco mas tarde, estaba muy nerviosa y no quería que mi padre lo viera.. me siento muy nerviosa, pero quiero verlo, necesito verlo.

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Espero que lo disfruten.

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