
Prólogo.
— Amore mio ¿Dónde vas en esas ropas? —preguntó el mayor al ver como su precioso retoño se colocaba su túnica y capa de brujería -la cual siempre usaba para los sacrificios y rituales- haciéndolo ver adorable ante sus ojos.
La túnica era bordo, tenia un gorro para cubrir la cabeza y tenia una enorme estrella de David en su espalda de negro. Si hablamos del largo del pedazo de tela, a Taehyung luego de ponérselas sobre los hombros le llega pasando por centímetros a la rodillas y de la medida del brazo llegaba hasta sus nudillos. Pero, a Jungkook que es menor de altura, lograba sobrepasarle por bastante el largo y sus brazos se ocultaban completamente.
No se veía como una aterradora bruja como Taehyung a la hora de hacer sus cosa, pero lo hacia lucir sumamente adorable.
Luego de colocarse la prenda y atarla al rededor de su cuello, el azabache se miró por ultima vez el espejo satisfecho y se acercó a su pareja que lo miraba esperando una respuesta. Con una gran sonrisa en el rostro reflejando toda su felicidad tomo la mano del mayor jugando con sus largos y finos dedos.
— Jimin me ha dicho que Yoongi le ha permitido hacer tarta en su casa y me ha invitado —habló emocionado dando pequeños brinquitos en el lugar.
Si, adorable.
— ¿Y eso que tiene que ver con mis ropas? —preguntó con el ceño fruncido sin poder ocultar la sonrisa que se escapaba de sus labios.
El mayor se acercó lentamente hacia el menor y le tomó el mentón sonriendo aun mas al sentir como sus corazones empezaban a acelerar el ritmo.
Jungkook acercó su rostro al de Taehyung plasmando sus belfos en los rojizos labios del blanquecino ser. Luego de que ambos sintieran como el anhelo empezaba a crecer con el beso, sonrieron al sentir en carne propia como todo el caos que se encontraba en su interior, poco a poco se iba calmando hasta que sus aguas se tranquilizaron.
— Es que amo tus ropajes de sacrificios —comentó avergonzado por el hecho que siempre ha tenido gusto por la ropa de brujo de su pareja— Jimin también se las quitará a Yoongi.
El mayor frunció el ceño y solo asintió dándole la aprobación.
No podía hacer menos por su pequeño, siendo que este lo ha amado con todo su corazón aun sabiendo todo lo malo que ha hecho en el mundo y a cientos de personas.
Jungkook era la hermosa luz que hacia de faro en la oscura vida que llevaba.
Recuerda como se encontró al menor luego de haber terminado un ritual en el medio del bosque y este cuando lo vio lleno de sangre se preocupo al instante.
A su mente viene el momento que Jungkook lo tomó de la mano con delicadeza porque la tenia lastimada y le dio asilo y asistencia en su vivienda.
Y luego de eso fue todo hermoso.
Hermoso, como el pequeño que tiene enfrente.
— Gracias, Gracias, Gracias —exclamó eufórico besando rápidamente todo el rostro del castaño haciéndolo reír— Me iré porque luego saldré con Jimin a comprar a frutas.
— Ten cuidado —habló estaba vez cambiando su semblante a uno serio y preocupado. Sabe de memoria que ese día seria luna llena y significaba una cosa. Muerte. O como muchos le dicen la noche de "Caza de brujas"— Van y vienen rápido ¿Si?
— ¡Si! —habló y besó nuevamente los adorables labios de su novio para salir dar brinquitos.
Taehyung vió al menor salir del lugar y su preocupación llego instantáneamente acordase que no le pasaría nada al menor. Muchos del pueblo los conocía hace años, y por mas que hiciera rituales y demás cosas, nadie sospecharía de ninguno.
Porque tanto Min Jimin como Kim Jungkook eran ambos, dos masas de algodón azucaradas que consiguieron el cariño de muchos.
Luego de haber llegado a lo de Jimin ambos se fueron tomados del brazo hacia el mercado del pueblo a buscar la tan anhelada fruta.
No pudieron evitar sentir las miradas de los demás en ellos y ambos lo comprendían. Estaban con ropas de brujos y seguramente mas de uno las habrá reconocido de los libros.
Pero no era de preocuparse mucho, ya que no eran los únicos que hacían eso.
Claro, no estaban tan locos como para salirse vestidos de brujas en luna llena.
En ese pueblo ya era casi costumbre que los jóvenes vistieran cosas así por simple moda o por querer hacer la gracia.
Aunque ambos menores sabían que ninguno de ellos tenían en sus casas a brujas de verdad.
— Jimin ¿Quieres hacerla de manzana? —preguntó Jungkook mirando dicha fruta y volteo al ver que su amigo al no escuchar respuesta— ¿¡Jimin!? —exclamó alterado buscándolo a su alrededor y palideció al ver a su amigo en el suelo siendo rodeado por varios chicos.
Sus compañeros de escuela.
— Vamos Park, ya sabemos que eres una puta bruja —habló uno de los mayores que lo tenia en el suelo pisándolo con el pies, sus ojos inyectados en veneno se dedicó a mirarlo con desprecio— Esas ropas son de brujas —escupió con asco rebajándolos a ambos con una desagradable mueca al percatarse de que estaba el otro de la misma manera.
— Déjenlo —exclamó Jungkook empujando a todos y acercándose a su amigo en el suelo.
Más murmullos se escucharon por ahí, haciendo que mas gente los rodee.
En ese momento ambos tenían miedo, pero mas que miedo estaban enojados. Esos chicos se la pasaban acosándolos a ambos como si fueran polilla a la luz, cosa que cansaba.
En los secesos se dedicaban a decirles cosas denigrantes y hacerles saber que solo son putas, que solo sirven para estar una noche y que nadie los querrá enserio.
Si supieran que ambos hasta están casados a esa corta edad con sus "novios". Claro, una boda al estilo bruja, con sangre, sacrificios y cánticos en latín.
Pero no, porque casi nadie tenia conocimiento de Taehyung y Yoongi, ya que por pedido de los mayores se mantienen lo mas discretos posibles.
— La ultima advertencia Park, o vienes conmigo a mi casa o aquí y ahora mismo te acusó de brujo —habló Bogum con superioridad sabiendo que el otro no tiene otra opción.
— Déjame —exclamó el rubio enojado ya estando rojo de cólera— ¡Siempre nos persigues a ambos! ¡La semana pasada era Jungkook y ahora soy yo! ¡Déjanos en paz a ambos!
Si, su amistad es desde que ambos estaban en pañales y tras perder a sus padres ambos son lo único que se tenían, bueno, hasta que entraron dos personas mas a sus vidas y a sus corazones.
Bogum tensó la mandíbula y escuchó varios murmullos que lo hicieron finalmente enojar.
Sacó de su mochila un antiguo y viejo libro de color rojo con muchos detalles negros y una gran descripción en latín en frente, colocó el libro frente a los rostros de los dos jóvenes haciendo que ambos chicos abran los ojos sorprendidos y asustados.
— Esto lo encontré en la bolsa de Jungkook —habló Bogum apretando los dientes alzando el libro— ¡LIBRO DE HECHICERÍA Y MAGIA NEGRA! —gritó alto para que todos escucharán de que se trataba— ¡MIN JIMIN Y KIM JUNGKOOK SON BRUJOS Y AQUÍ TENGO LAS PRUEBAS!
Y todo se fue al caño, haciendo que ambos tragaran en seco no demostrando una expresión. Jungkook tomó con fuerza la mano de Jimin hasta que unos campesinos mucho mas grande que ellos los tomaran de los brazos y los separaran a la fuerza llevándoselos a su destino.
Porque eso fue lo único que necesitaron los demás del pueblo, para que esa misma noche se llevara a cabo la ejecución de ambos.
Mientras que Taehyung y Yoongi se encontraban cada uno en su casa leyendo sus libros de conjuros hasta que sus corazones dolieron de la peor forma posible haciendo que cayeran al suelo dejando salir lloriqueos y muchas lagrimas.
Porque Mai, la venerada diosa de ambos les aviso que sus parejas no se encontraban bien.
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