Capítulo 03.
Narra _________.
Estuve en aquel bosque un tiempo, estaba sola, asustada, no entendiendo que es lo que pasaba. Jamie no creía en mí, tampoco sus amigos y eso me hacía sentir débil ¿será lo mismo con el resto de los niños en el mundo? No quería pensar que así era y no podía quedarme sin hacer nada, debía ir al Polo Norte, tengo que hacerles saber a los guardianes que estaba de regreso.
Pero el miedo aun me invadía.
Cuando sentí descansar lo suficiente, no habría de otra que volar hacia el taller con ayuda del viento, así que soltando un gran suspiro me preparé con mi cayado en mano y salí volando del bosque.
—¡Oye, viento! — el viento sopló como manera de respuesta — Llévame a casa, por favor —
Pedí y así fue, el viento me ayudó a mantener un poco el equilibrio cuando empecé a sentirme débil nuevamente, resistí un poco así que solo esperaba caer una vez llegando. Estando en los aires, pude ver al fin el taller, tuve miles de sentimientos cuando vi que al fin estaría de regreso y con ayuda de los guardianes podrían creer en mí de nuevo. Cuando el viento paró, di mi mejor esfuerzo para no estamparme contra el suelo nevado, una vez de pie y sacudiendo mis ropas, me dispuse a caminar viendo a lo lejos la entrada del taller.
Estaba al fin en casa.
Nerviosa entré y vi el interior, todo seguía igual. Escuchaba como trabajaban los yetis en la sala que era la fábrica y algunos que otros estaban por ahí caminando en el salón principal, al ver que la puerta fue abierta, unos voltearon y sorprendidos miraron hacia donde estaba. Yo solo avancé.
— ¡Norte! ¡Hada, Conejo! ¿Meme? ¡Jack! — los llamé, pero nadie contestó — ¿Hay alguien en casa? —
Entonces choqué con uno de los yetis, era Phil, sonreí al verlo una vez más.
— ¿__________? — preguntó asombrado
—¡Phil! — le di un gran abrazo
— ¿Cómo es que estás aquí? No me digas que... Hombre de la luna te trajo de vuelta — dijo y asentí
— Si, pero estoy bien, ya estoy de vuelta — dije — ¿Dónde están ellos? —
Quise seguir buscándolos, tal vez en la oficina de Norte podrían estar, o en el gran salón, quizá deben estar comiendo, iba tomar camino, pero Phil me detuvo.
— __________, no debiste haber regresado — me dijo tomándome de los hombros
—¿Qué? ¿Por qué? —
— Es peligroso, es como si hubieras vuelto a nacer. Estás débil, puedo verlo —
— Estaré bien, si los guardianes me ayudan... —
— No, _________. Ellos... —
Su silencio me trataba de decir algo, me podía imaginar el que, pero no quería aceptarlo, eso no puede ser posible. Era demasiado.
— Phil ¿Qué es lo que pasa? —
— Te fuiste por mucho tiempo, __________. Aquí en nuestro mundo, 400 años han pasado desde tu partida y los guardianes, ellos han aceptado tu partida, ya no hay esperanza que los haga creer que volverás —
— ¿Qué quieres decir con eso? —
¿400 años?
— Para ellos no eres más que un simple recuerdo, es como si jamás hubieras existido y por lo que veo, es que los niños dejaron también de creer. Olvidaron que ___________ Snow existía —
— Los guardianes no pueden olvidarme, yo soy uno de ellos ¿Recuerdas? Bueno, no se hizo oficial, pero...ellos no... no pueden — negué varias veces alejándome de Phil
— Lo lamento, __________ —
Phil me mira con tristeza, sabía que aun si le pedía que les dijera que regresé no lo hará, es como si tuviera que aceptar que yo ya no existiera. Otra vez era invisible. Ya no había más fuerza, gasté todo lo que me quedaba para irme de vuelta al bosque con ayuda del viento, caí llegando y me dejé abrazar por la nieve mientras dejaba salir mis lágrimas.
Ya no había nada que hacer, esa esperanza que mantenía en mí... había desaparecido.
400 años han pasado, para Jamie solo 4 tuvo que pasar para que dejara de creer en mí junto al resto de niños y para los guardianes solo me convertí en un simple recuerdo. Lo mejor será encontrarnos, no quisiera verlos sabiendo que jamás pensaron en que yo podría regresar, era obvio, Hombre de la luna me lo dijo.
Era arriesgado regresar y aun así no quise escucharlo.
Tomé camino al lago para seguir el resto del día ahí, pero unos murmullos a lo lejos me hicieron detener y ocultándome en los árboles. Alguien andaba merodeando. Trato de acercarme sin dejar de ocultarme de árbol a árbol, para mi gran sorpresa y un gran crujido en mi pecho...
Me encontré a la distancia, llegando al lago, a Jack y venía acompañado con esa mujer de nombre Elsa, esa mujer de la cual me había contado Hombre de la luna. Estaban juntos, ambos reían y Jack sonreía demasiado.
Sentí un malestar repentino y no negaría que sí, eran por los celos al verlos tan juntos ¿Será que...? Agh, era obvio que ellos salían. No me di cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, mi vista solo estaba puesta en Jack junto a ella, sin ver que los árboles que tenía rodeándome empezaron a congelarse a tal punto de quebrarse una que otra rama, eso llamó la atención de los presentes en el lago.
— ¿Qué fue eso? —
— No lo sé, iré a ver —
Me retiré en cuanto vi a Jack acercarse, no tenía fuerza de volar así que corrí y me oculté entre arbustos esperando a que no me viera.
—¿Está todo bien, Jack? —
La escuché hablar.
—Eh, s-sí, no era nada — dijo y sus pasos sobre la nieve se alejaron
Asomándome, Jack ya no estaba, no quisiera seguir ahí así que me fui.
Me fui lo más lejos posible apenas con las fuerzas que tenía, confundida, con miedo, me detuve... entonces rompí en llanto una vez más, el suelo empezó a congelarse y los árboles igual, tal como momentos atrás.
— Pobre y dulce niña — una voz apareció — De nuevo tan indefensa, cada vez perdiendo su poder porque sus amigos ya no creen en ella. La olvidaron —
Me puse de pie mirando a todos lados, hasta que una sombra pasó detrás de mí, girando y apuntando a mi cayado me encontré de nuevo con esos ojos amarillos y piel grisácea.
— Pitch... —
Él también había regresado.
Corregido 2023.
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