Lily camino haciendo muecas de dolor, lo que le hubiese hecho esa Sombra la había dejado con el cuerpo adolorido y cansado, y eso la hacia sentirse débil. Odiaba ese sentimiento.

A su lado caminaba Lucy, lo que la hacia sentirse además de débil, incomoda. La pelirroja utilizaba una lanza como bastón, aunque no lo necesitara. Tenia el arco y el carcaj con flechas colgados por el hombro. Además de una apariencia determinada y segura, a pesar de su cara y ropa sucia.

Rose iba algunos pasos atrás, apoyada en Steven, quien la sujetaba de la cintura para ayudarla a caminar, Rose cojeaba.

En su escape de la Sombra había pisado mal y le dolía el pie izquierdo. Lily la admiraba. Aun con un pie herido había luchado contra la Sombra y acudido a su ayuda.

Y cuando se internaron en el bosque, Steven se había ofrecido como soporte para ella, Rose negó su ayuda. Unos metros después casi tropezó con una raíz y a regañadientes acepto la ayuda que Steven le volvió a ofrecer.

Al lado de ambos caminaba Luke. Lily podía sentir la mirada de él quemándole la nuca. Se volvió a dar vuelta por decimosexta vez y volvió a cruzarse con los ojos grises de él. Luke no aparto la vista, se limitó a mirarla inexpresivo.

Lily sintió rabia, un sentimiento que la invadía muy a menudo cuando estaba acompañada de él. Odiaba que las personas se hiciesen las interesantes.

Le dirigió una mirada fría que demostraba todo el desprecio que sentía y volteo la mirada al frente para esquivar un árbol.

La voz de Lucy casi hace que se choque con un gran roble.

-Gracias por lo de allí... y lo siento por lo de la cosa que te hizo esa... lo que sea que fuera esa cosa.

Lily tuvo que contenerse en no gritarle. Lucy parecía una chica perfecta, humilde, sincera, valiente, confiada, linda. Lily quería golpearla.

-Cualquiera lo habría hecho- respondió tal vez mas fría de lo usual.

Lucy la miró y Lily volvió a sentirse incomoda, los ojos verdes de la pelirroja la recorrieron de arriba a abajo y volvieron a concentrarse en el camino.

Las hojas hacían ruido cuando las pisaban, crujiendo, el viento movía las oscuras copas de los arboles que brillaban opacamente debido al sol que se escondía.

Habían decidido, después de muchas discusiones, internarse al bosque hacia al oeste, teniendo como referencia el sol que se ocultaba. No se desviarían del camino y podrían volver fácilmente al claro si tenían algún inconveniente. A la luz del sol, el bosque no parecía tan terrorífico, aunque seguía teniendo un lado intimidante.

Lily aferraba con fuerza la daga, no le importaba que sus nudillos estuviesen blancos, lo único que le preocupaba era encontrarse con una de esas Sombras o algo peor.

Aun se preguntaba por que y como había sucedido, la Sombra la había tocado y el cuerpo le empezó a doler, ella sintió como si le arrancaran la piel de a tiras, como si se la quemaran, le ardía, mucho. Era totalmente insoportable, como si alguien le clavara sus propias dagas y las hundiera aun mas y masen la piel, con tal de que el dolor cada vez fuera mas lento e insoportable. De solo pensarlo le recorría un escalofrió.

Esquivo otro gran árbol y continuo caminando, quedaban pocas horas de luz, y eso la ponía nerviosa.

Lily no era precisamente una gran fan de la oscuridad.

-Tal vez debamos descansar - dijo jadeando Steven unos metros atrás.

Lily no espero a que nadie negara o afirmara la idea, se dejo caer en el suelo exhausta. Hace ya una hora que el cuerpo le pesaba.

Steven ayudo a que Rose se sentara a su lado, la castaña no parecía muy feliz por que la ayudaran, pero no tenia muchas opciones. Steven y Rose le caían bien, a pesar de que Steven la hubiese tacleado, lo entendía. El estaba preocupado por su hermana.

Lily pensó en su propia hermana. Gwen. No podía evitar preocuparse por ella, ¿estaba bien? ¿Dónde estaba? ¿también la habían metido en esto? ¿la volvería a ver?. Eran diferente, si, pero era su hermanita, y si le hacían algo a Gwen, tendrían que intentar sobrevivir a la ira de Lily.

Gwen parecía ser el contrario de Lily, a ella le gustaba pensar que eran como el ying yang, Gwen era rubia, baja, de piel bronceada, simpática, risueña, conocía a todos y se pegaba como una garrapata a sus seres queridos. Por otro lado, Lily era pelinegra, alta, con piel pálida y pecosa, era fría, seca, sarcástica y odiaba los lugares con mucha gente. Lo único que ella y Gwen tenían en común eran los ojos, azules, oscuros, profundos y brillantes como una noche estrellada.

-Tenemos que hacer turnos de guardia - Lucy interrumpió sus pensamientos - Si alguien ve algo, grita.

Lily estaba muy cansada para discutir, asintió de acuerdo.

-Me quedo con el primer turno – dijo Rose.

Steven y Luke la miraron como si se hubiese escapado de un psiquiátrico.

-De ninguna manera, estas cansada y herida – contradijo Steven, Lily se iba a ofrecer pero el pelirrojo se dio vuelta en su dirección – Y tu tampoco – añadió señalándola con un dedo índice – las dos van a descansar.

-Si mamá – Lily rodó los ojos, cansada o no, no le gustaba que le llevaran la contraria.

-Yo me quedo con la primera ronda - Luke cargó su arma y apoyó su espalda en un tronco de los enormes robles.

Lily quería discutir pero los parpados le pesaban. Ahora pensaba en su madre. Gwen era la copia de ella, rubia y ojos azules, aspecto risueño y tierno, pero no en personalidad. Lily estaba bastante segura de que había heredado su sarcasmo, frialdad y orgullo. Pensar en ella y Gwen le daban ganas de cavar un pozo y enterrarse.

Cerró los ojos, estaba cansada, tenia sueño, y había sido una noche y tarde muy largas. Estaba inquieta, pero aun así quedo dormida em pocos segundos.

Y soñó.