LILY SE PREGUNTABA COMO UNA PERSONA TAN FRÍA podía llamarse como el verano.

Summer tan solo intercambió unas pocas palabras con Elle y Alex antes de pedir sus armas y empezar a examinarlas. Tan solo sonrió una vez, cuando Steven vació su mochila sobre la mesa de metal y reveló dos alargadas y afiladas cuchillas de doble filo. 

Lily pensó que tal vez se había mostrado seca por el malhumor, pero descubrió que no era así, la chica era de pocas palabras y eso le agradaba. Decía lo que tenía que decir y no hablaba de más. 

La Armería era un espacio amplio con algunos alambres clavados a las paredes que sostenían rifles, pistolas, arcos, hachas, lanzas, cuchillos o cualquier cosa lo suficientemente afilada o letal. También había una larga mesa de acero inoxidable, donde cada uno vació su mochila, y unos grandes tableros de dardos, que utilizaban para probar las armas, además de sacos esponjosos colgados del techo. 

- ¿Con cuantas dagas te quedaras? - Lily se dio cuenta de que Summer le hablaba. 

-Dos – contestó tomando dos de las cinco dagas plateadas. 

Summer era bonita, a su modo claro. Tal vez a primera vista por sus cabellos color zanahoria y sus ojos celestes, además de sus mejillas algo rojas y un aspecto de niña de 15 años parece la típica niña tierna e inofensiva, pero no tenía nada de parecido cuando la escuchabas hablar, o la mirabas a los helados ojos celestes. Le recordaba vagamente a Donna. 

Además, Lily la había visto usar todas las armas que tenían para comprobarlas. Elle la había ayudado. Summer tenía una puntería anormal y Elle demostró ser capaz de utilizar cualquier objeto con el mínimo filo y aun así... lograr matar. 

-Pruébalas – le dijo Alex señalando el tablero de dardos. 

Lily dio vuelta la daga sobre sus manos, equilibrando su familiar peso y colocándose frente al blanco. Y con un movimiento de su brazo la daga zumbó por el aire para clavarse en el medio de la diana. 

Compuso una sonrisa de suficiencia mirando la otra daga y más relajada y confiada, la tiró, fue a parar justo al lado de la otra.

-Bravo... - aplaudió Elle - pero eso no significa que tengan poco por aprender... - Elle señaló a Lily – te falta masa corporal y seguramente tengas desventaja en lucha cuerpo a cuerpo. 

Lily abrió la boca, con indignación. 

- ¡Es porque estuve en el Bosque y no tenía comida! 

Elle sonrió, una sonrisa totalmente falsa que reflejaba lo peligrosa que era. 

-Lo sé – se limitó a decir, dando media vuelta y saliendo de la Armería con pasos despreocupados. 

Alex subió una ceja mirando a Lily. 

-Ella no es exactamente dulce... pero bien hecho. 

Alex intercambió unas cuantas palabras con Summer cuando un chico entró 

- ¡Pensé que me quedaría todo el día sola, Feder! - bufó Summer dándole una larga escopeta a el chico. 

-Tranquila preciosa... ¿está cargada? - el chico apuntó a uno de los tableros de dardo entornando los ojos. 

- ¡Claro que no! No me arriesgaré a darte un arma cargada luego del... incidente... 

Rose entornó los ojos. 

- ¿A qué se refiere? 

El chico la miro de arriba abajo sin mucha vergüenza. 

-Mmm nada... ¿cuál es tu nombre linda? - preguntó con una gran sonrisa. 

Rose frunció el ceño. 

-Eso no te interesa... y yo hice una pregunta – contestó ella dándole el arma a Luke, quien miraba atentamente, cruzándose de brazos. 

Reg frunció el ceño, tomado por sorpresa. Ladeo la cabeza, pensativo, mientras miraba a Rose confundido, como si le hubiera salido otra cabeza. 

Summer sonrió. 

- ¿Ves Reg? Nadie quiere tu atención, así que mejor trabaja así los llevo al Flavio – dijo dejando una lanza de material plateado en la mesa - ¿Esta te gusta Reed? - le preguntó a Steven. 

El pelirrojo la tomó balanceándola entre las manos y la tiró a la única diana libre, dando en el medio. La quitó y asintió a Summer. 

- ¿Ya te vas al Bunker Alex? - preguntó el tal Reg limpiando con un trapo una cuchilla llena de tierra – ¿O te quedaras en el Flavio? 

-No, me iré al Bunker porque algo me dice que June no estará muy... pues ya saben cómo es. 

Lily no entendía nada, pero intentó seguir la conversación. 

-Si no la sacas de segunda al mando nunca te harán caso los tuyos, menos aun cuando ella los incentiva para ir a suicidarse al Bosque con tal de salvar un par de vidas... - Summer frunció sus finas cejas color zanahoria. 

Alex bufó y su voz subió levemente. 

-Estoy cansado de que me digan que hacer – y con esa frase abandonó la Armería. 

Reg quiso aliviar la tensión. 

-Si... digamos que el número de tu teléfono es la única clave para salvar al universo... - empezó mirando a Rose  

Summer le dio un fuerte golpe en la cabeza. Y Reg se tapó los cabellos dorados con los brazos. 

-Lo único que quiere es tu número – le dijo Summer a Rose, irritada. 

Luego se volteó hacia todos los demás.

-Ahora tomen sus armas y vámonos – Summer tomó una pistola pequeña. 

Y salió por la puerta sin esperarlos. Lily observó a Rose y ambas la siguieron, con los demás tras él.

El atardecer había teñido el cielo de colores cálidos, el rojo color sangre se extendía por sus cabezas, degradándose hasta llegar al violeta y luego al negro. El sol se ocultaba tras el Flavio, iluminando los grandes ventanales y haciendo brillar su parte color negro y la otra blanca. 

Summer entró por la puerta principal, una gran puerta de madera. Dentro... estaba casi desierto, exceptuando a dos personas. 

Una de ella era Elle, y parecía que quisiese que le dispararan antes de estar allí, y a su lado había una chica castaña, de unos ojos color oliva, piel que se veía suave y aspecto delicado. Además de una remera ajustada y blanca y el pelo recogido en una cola de caballo alta con unos sucios lentes. Lily supuso que se vería más bella sin los lentes.

-June, ellos son Lily, Lucy, Luke, Steven y Rose – dijo Elle con una voz que era todo menos felicidad. 

Así que ella era June, la chica a la que Elle quería mandar a la profundidad del bosque. La verdad no le parecía para nada malvada, al contrario, tenía un rostro dulce y compuso una sonrisa de bienvenida. 

''Las apariencias engañan'' habría dicho Jamie si hubiese estado con ella. 

June se aclaró la garganta. 

-Pues... Soy June Beaumont – dijo ella dudando entre extender o no la mano – y yo estaré a cargo de enseñarles el lugar y todo lo teórico sobre el Bosque... 

-En realidad Alex dijo que prefería tener la mente despejada y la mandó aquí para enseñarles las costumbres – corrigió Elle con una voz peligrosamente suave. 

June la miró con una pequeña sonrisa que reflejaba todo menos alegría. 

''Hay sonrisas que no son de felicidad, si no un modo de llorar con bondad'' una vez le había dicho Owen 

-Si, así es. 

Lily se sentía en una guerra entre una serpiente y un indefenso venado, con miradas fulminantes y palabras cargadas de veneno, falsa amabilidad y superioridad por parte de Elle, y miradas entristecidas y labios apretados por parte de June. La verdad es que Lily estaba por interferir para que le dijeran de una maldita vez a donde ir, pero Summer la salvó. 

-Si, ya entendimos – empezó la chica dirigiéndoles una mirada a Lily y los demás de que no se metieran – Si me disculpan, Alex me pidió que llevara a estos chicos a una habitación - terminó mirando primero a la líder y luego a la segunda al mando. 

June suspiró. 

-Claro Summer. 

Summer asintió empezando a caminar y Lily no dudó en seguirla, agradeciendo poder dejar atrás a esa batalla que la estaba ahogando. 

Cunado estuvieron alejados Summer habló. 

-Discúlpenlas, Elle y June no... se agradan demasiado – dijo con calma, mientras se daba vuelta. 

Luke la observó con curiosidad. 

- ¿A qué te refieres? - preguntó entornando los ojos. 

-June ha hecho cosas complicadas con tal de ayudar a quienes llegan en los cubos... ¿compartirán habitación o prefieren una para cada uno? 

Todos se miraron entre ellos. Lily sabía lo quería, había aprendido a confiar en esas personas... ella había dormido mientras ellos luchaban con una Sombra, había comido algo que ellos habían cazado, había aceptado confiar en sus planes...  

-Juntos – habló Rose por todos, dirigiéndole una sonrisa y un guiño a Lily. 

La comisura de los labios de Summer se elevó levemente y abrió una puerta. 

-Cinco camas, acomódense, ya les traigo ropa para dormir – y dicho eso desapareció por el pasillo. 

Lily entró a la habitación, no era muy espaciosa, había una ventana con cortinas negras en la pared de atrás, mesas de luz y repisas, tres camas, una en el suelo y otras un poco más elevadas. Lily frunció el ceño, confundida, Summer había dicho que había cinco. 

- ¡ME PIDO LA DE ARRIBA! - chilló Rose repentinamente, asustando a Lily y corriendo a una esclarea de metal y subiéndola con rapidez.  

Lily la siguió con la mirada, había dos literas más, pegadas a la pared gris. 

Lucy y Luke se miraron y ambos corrieron a la otra de arriba, pero Lucy fue más ágil, y subiendo rápidamente de dos en dos la escalera se tiró en el colchón que crujió bajo su peso. 

Steven y Lily se sentaron en las que no estaban en el suelo y Luke, con un bufido se tiró en la de abajo.  

Summer llegó poco después con remeras holgadas y pantalones de piyama. Lucy y Rose tan solo se cambiaron el pantalón desde las camas de arriba. 

Lily se dio vuelta para que Steven y Luke se cambiaran y ella solo se cambió la remera, el jean era bastante suelto para ella. 

Cuando Summer se fue, apagando la luz, Lily miró la parte inferior de la cama de Rose, que era la que tenía arriba. Por un momento le dio miedo de que se cayera el colchón arriba de ella cuando estuviese durmiendo. Pero, aun así, con miedo a terminar como pure de Lily, cerró los ojos intentando poner en orden sus agitados pensamientos.

Recordó el día en el que había conocido a Elle y Alex... o mejor dicho a Axel y Ava, los mellizos vecinos de Marie.