Lissa Wenrill es la hija ilegitima de un noble del reino del trébol. Ya que su padre no quería saber nada de ella, la madre de Lissa se la llevo con ella a vivir a su aldea natal, donde la crio felizmente.

A la edad de 16 años, la aldea en la que vivían madre e hija fue atacada por bestias salvajes. Lo que Lissa no sabia es que ese incidente cambiaria su vida.

[Lissa con 16 años recién cumplidos]

Madre: y que quieres hacer?

Lissa: no lo se, supongo que me quedare para ayudarte con el huerto.

Madre: pero no hay nada que quieras hacer? Algo que te guste?

Lissa: no lo se... Tampoco es que tenga muchas opciones.

Aldeano1: (corriendo por la aldea) Bestias salvajes!! Nos atacan bestias salvajes!!!

A los segundos de pasar por la casa de Lissa, un gran estruendo se escucha en la entrada de la aldea. Las bestias comenzaron a destrozar todo lo que se encontraron a su paso. La madre de Lissa salió de su casa para huir, pero se encontró de frente con una gran serpiente negra.

Lissa: Mamá!!

Madre: Lissa, corre!!!

Lissa, al ver a su madre en peligro no dudo en usar su grimorio, que en ese momento solo tenia dos hechizos, belleza natural y pasos del espíritu de la helada.

La joven rápidamente corrió hacia su madre mientras una nueva pagina de su grimorio se iluminaba. Lissa llego hasta su madre para observar a la gran serpiente a punto de comerse a ambas. Desesperada, la joven lanza su nuevo hechizo esperando que funcionara.

Lissa: magia de hielo; mil espadas de hielo!!

De repente una gran cantidad de espadas descendieron desde el cielo atravesando por todo el cuerpo a la serpiente, inmovilizándola y matándola a los segundos.

Varias casas estaban destrozadas, pero varios aldeanos seguían vivos cerca de la casa de la joven, esperando que llegara la ayuda antes de ser devorados, y así fue.

Fuegoleon Vermilion, el capitán de la orden de los leones carmesí, descendía del cielo junto a algunos miembros de su orden para deshacerse de las bestias.

Fuegoleon: (tras derrotar a algunas bestias y mandar a su equipo a investigar si quedaba alguna) Has sido tu quien la ha derrotado. (acercándose a Lissa mientras señalaba a la gran serpiente)

La joven solo asintió, aun desconcertada por lo que había pasado.

Fuegoleon: entiendo, ¿no te gustaría unirte a los caballeros mágicos?

Lissa: eh?

Fuegleon: veo que tienes bastante magia, seguro podrías hacerlo bien. 

Lissa: pero solo tengo un hechizo de ataque.

Fuegoleon: entiendo, podría ver tu grimorio?

Lissa asintió y el caballero mago le hecho un vistazo al grimorio y sus tres hechizos.

Fuegoleon: no esta nada mal, pero el hechizo de belleza natural es algo especial. (pensando en algunas cosas) que te parece si te presentas en el próximo examen de caballeros mágicos, yo te entrenaría hasta entonces.

Lissa: (calmándose un poco e intentando tomar las riendas de la situación) si tanto confías en mi capacidad, por que no me metes en tu orden?

Fuegoleon: esa era la idea al principio, pero seria un desperdicio que entraras en mi orden teniendo un hechizo como belleza natural. Lo mejor seria que formaras equipo con magos de hielo y trabajaras en equipo con ellos usando belleza natural para aumentar las capacidad del equipo, pero en mi orden no hay magos de tipo hielo, a lo mucho puedes encontrar uno o dos de tipo agua, pero en la orden de las águilas plateadas hay varias magos de tipo hielo con los que podrías hacer equipo. ¿Qué me dices?

Lissa: no se...

Madre: acepta. (segura) Lissa, no puedes encerrarte en este pueblo para siempre, conoce mundo y busca cosas que te gusten.

Lissa: esta bien. (mirando al mago) Cuando empezamos?

Fuegoleon: cuando estés lista, si quieres te vengo a buscar en tres días.

Lissa: me parece bien.

Tres días más tarde, Lissa se despidió de la aldea y minutos después apareció fuego león en un carruaje mágico para llevar a Lissa. 

No tardaron mucho en llegar a la base de los leones carmesí, lugar donde se hospedaría Lissa por los siguiente meses hasta el día de la prueba de caballeros mágicos.

 Al día siguiente comenzó en entrenamiento de la joven

Lissa: (destransformandose cansada) que te ha parecido?

Fuegoleon: nada mal, creo que podrías ser de las mejores en el examen del año que viene con algo de entrenamiento.

Lissa: de verdad?

Leopold: (saliendo al patio de entrenamiento) Hermano, quien es ella?

Fuegoleon: es una joven maga que hará el examen de caballero mago en unos meses.

Leopold: y por que la entrenas? ¿No seria más útil entrenarme a mi, que ya soy caballero mago?

Lissa: que pasa? acaso el niño esta celoso de que su hermano entrene a alguien más?

Leopold: metete en tus asuntos niña.

Lissa: como que niña?! Si eres claramente menor que yo

Leopold: acaso estas ciega?! En donde ves que tu seas mayor?!

Fuegoleon: en realidad tenéis la misma edad. Y Leopold, la entreno porque le veo potencial.

Leopold: eso no tiene sentido, si tuviera potencial la aceptarías directamente en la orden en vez de entrenarla para que haga el examen. 

Lissa: lo que pasa es que mi magia no es realmente compatible con esta orden.

Leopold: eso suena a escusa!

Lissa: tu existencia si que es una escusa!

Fuegoleon: acabemos el entrenamiento por hoy! (entrando al edificio)

En los siguientes días los dos jovenes estuvieron picados, apartándose la mirada y casi sin hablar, pero al mes de que llegara Lissa, por casualidad Leopold se asomo por la ventana viendo como Lissa y su hermano se preparaban para entrenar.

Como esta era la única vez que dio esta casualidad, decidió quedarse viendo para conocer algo más la magia de la chica

Lissa: Lista!

Fuegoleon: aquí voy. magia de creación de fuego; rugido de león. 

Un gran león apareció al lado del mago y al rugir disparo un gran rayo de fuego que Lissa esquivo torpemente usando pasos del espíritu de la helada de manera algo torpe.

Estando en el aire Lissa se impulso hacia atrás mientras activaba belleza natural. Estando en el aire en medio de un pequeño salto, el pelo y ojos de Lissa se comenzaron a aclarar mientras su postura se enderezaba y caía en una fina placa de hielo de manera sutil y elegante.

Al ver ese gran cambio en su postura y movimiento, Leopold se quedo perplejo, parecía que estaba observando a alguien completamente diferente.

Lissa se impulso para acabar encima de Fuegoleon a unos cuantos metros.

Lissa: (dejándose caer) magia de hielo; mil espadas de hielo.

Lissa caía bocabajo con los brazos ligeramente cruzados mientras varias espadas de hielo se formaban a su alrededor.

De un momento a otro Lissa estiro los brazos hacia su contrincante lanzando así todas las espadas, que fueron evaporadas en un segundo por el mago de fuego.

Ambos siguieron por un rato, hasta que la practica termino y Lissa volvió a la normalidad.

Leopold: (saliendo del edificio corriendo) ¿¡Que ha sido eso!? ¿Cómo has cambiado de repente de una niña medio tonta a una chica hermosa y elegante?

Lissa: es mi hechizo belleza natural, produce ese cambio aparte de aumentar mi magia de hielo y la de mis aliados.

Leopold: por eso dijiste que no eras compatible con esta orden.

Lissa: pero espera... acabas de decir que soy hermosa? (empezando a reírse descaradamente)

Leopold: retiro todo lo dicho!! (Sonrojado) me voy.

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Hasta aquí el capitulo

Chaooooo