Sere el Monstruo que este mundo necesita
Amaneció al día siguiente. Asta se encontraba despertando, una sensación de serenidad y satisfacción se sentía por todo su cuerpo. Miro al frente y allí estaba Nebra, la cual se encontraba sonriendo con una cara de felicidad y satisfacción.
Asta intento moverse pero se dio cuanta de que su miembro aun estaba dentro la Silva mayor. Al intentar moverse Nebra soltaba un gemido ahogado por el movimiento del miembro aun presente en su intimidad.
Asta no se movió más solo se sintió tranquilo. Asta tenia algunos remordimientos encima el mayor de ellos era el haber hecho el amor con la hermana mayor dentro Noelle. Aun cuando el había aceptado corresponder los sentimientos de la Silva menor.
Para el, el hecho de haber hecho esto le hacía sentir mal consigo mismo o... ¿No?
Era extraño, Asta desde hace tiempo sentia que ya no era el mismo de siempre. Muchas cosas que antes le parecían malas y inmorales se volvieron casi cotidiano para el.
Matar y torturar sin miramiento o despreocupación, era algo que también daba como normal a su vista. Ahora el haber intimado con la hermana de la mujer que habia aceptado corresponder sus sentimientos tampoco le parecia malo. ¿Era algo de lo que preocuparse?
Ciertamente, ni siquiera el lo sabia.
Empezo a ver de reojo a Nebra de nuevo, y nuevamente, la excitación comenzo a surgir. Mantuvo cuerdo su pensamiento, mientrás sopesaba las opciones para salir de allí sin despertarla. No queria tener más problemas personales.
Comenzo a salir de ella, pero una sensación de ricura y placer comenzo a invadirle. Volvio a la posición inicial, la sensación se fue y satisfacción quedo, Nebra solto otro gemido ahogado. Asta intento salir denuevo pero fue lo mismo, pero nuevamente intento... Pero esta vez no para salír.
Comenzo nuevamente a embestirla lenta y tranquilamente disfrutando de cada centimetro de su intimidad, empezo a manosear los senos de Nebra, la cual empezo a gemir y mientras el placer la invadia aun en el sueño.
Asta agarro el muslo de la Silva, apretandolo para sentir la suave y hermosa piel de la mujer en frente suyo. Siguio mientras ella seguia dormida, Asta la seguia penetrando sin importale lo que afuera sucediera. El solo buscaba satisfacerse con el cuerpo de Nebra.
La Silva finalmente abrio los ojos. El enorme placer de la penetración le habia sacado de su sueño, buscaba la razón de todo. Sintio como su intimidad era invadida repetidamente, sus senos manoseados y trasera apretado.
Miro de reojo y vio la mirada de Asta.
La cual le asusto pero se calmo, su ojo derecho era rojo como la sangre más pura. Simbolo de su lado demoniaco que tomaba parte de el. Extrañamente y sin esperarlo, su Forma Negra se hizo presente, un ála negra se materializo, a la par que su colmillo se hizo más afilado y la presencia de un cuerno se hizo presente.
Era un diablo en toda la regla. Y ahora este diablo estaba poseyendo el cuerpo de Nebra.
La Silva se asusto, quiso gritar pero solo gimio, Asta la tomo por el mento y la beso mientras seguia de espalda pegada a su cuerpo, urgo la garganta de la Silva sin reparo, al tiempo que su brazo derecho empezo a estimular el clitoris de la Silva. Gemidos ahogados se escucharon en sus bocas. Nebra se sentia sumisa, indefensa.
Asta la tumbo en la cama, estando ella en planta en el colchon.
Asta empezo a embestirla con más comodida, mientrás el placer que sentia se volvia cada vez más constante y su lujuria hacia presa de tomarlo de nuevo. Nebra en cambio gemia con fuerza mientras se mordia su labio inferior mientras intentaba no llamar la atención. Estaba cansado por la noche de pasión que tuvieron anoche. Pero ahora no podia hacer más qe aguantar el dolor y disfrutar del placer que ahora Asta le propiciaba.
El solo se mantuvo así durante un buen tiempo, la sensación de la intimidad humeda dispuesta de Nebra que le daba era indescriptible. Habia escuchado por parte de Vanessa que la exquisites del acto era adictiva y ahora el lo experimentaba. Deseaba dejar de lado el mundo y solo estar dedicado a satisfacer sus instintos más bajos. Sin importarle lo que le dijeran los demás.
Aunque ya ni le importaba.
Nebra se sentia dominada y algo asustada. Miraba de reojo Asta con su Forma Negra presente la cual le daba un toque intimidante en todo aspecto, sentia como si el diablo mismo la estuviera penetrando. Pero la excitación le hizo olvidarse del miedo y disfrutar de las freneticas embestidas que el Antimago le daba.
Nebra no lo sabía, pero Asta habia decidido corresponder los sentimientos de su hermana menor. Pero eso de saberlo tampoco le importaria, Asta en su podia hacerse de una o más mujeres. Pués en el Trébol la perfidia de los nobles y la realeza, se podia tener más de una esposa o siquiera una cocubina. Era degradante el rebajarse a tal posición.
Pero Nebra hacia tiempo que habia perdido su estatus. Ahora solo estaba al mismo nivel que el cenizo. Además del que el estar en su lecho junto a el le excitaba de gran manera. No era un puta o cualquiera. Era sencillo, ella le atraia todo de el, era un motivador nato, un líder en potencia y acto. Tenia poder y reconocimiento y merito propio. Y tenia un fisico que cualquier noble desearia tener, todo lo que una doncella podria soñar y sumado a su apariencia diabolica que lo volvia algo intimidad, era el coptel perfecto para que ella decidiese que estaba bien compartir el lecho con otra mujer.
Daba igual cual fuera, ella no tendria problema. Era algo degradante, pero eso tambien era divertido, jugar a lo prohibido era lo que más le gustaba. Tal vez, llegar tan lejos como dejarse embarazar y ser la progenitora de la prole del ahora Diablo del Trébol.
Era algo exitante.
Asta: Nebra-. Pronunció mientras gruñia cual demonio. -Debes saber que deseo corresponder los sentimientos de tu hermana-. Concluyo mientras agachaba su cabeza para estar junto a su oido.
Nebra: No me importa-. Dijo con dificultad ante la descarga de placer que tenia. - Si puedo Ah... Estar contigo Ah... Me conformo.
Nebra se sintio algo molesta por la declaración del cenizo. Pero el haberlo visto varias veces sabia que era lo que haria. Era algo molesto pero si deseaba estar junto a Asta debia aceptar lo que el quisiera. Era muy claro que su hermana no lo aceptaria pero algo le decia que Asta haria que ambas estuviera su lado.
Asta y Nebra siguieron haciendo el amor durante una hora entera. Ambos entregados a los placeres de la carne como si nada importara. Comentiendo pecados mientrás la lujuria pura les consumia.
Asta era un diablo con Forma Negra profanando el cuerpo de una hermosa doncella. Pero eso lo hacia más excitante para ambos. El era un diablo desde que habia vuelto y ahora se haria de todo lo que alguna vez perdio... Y mucho más.
Asta habia tomado su decisión. Se haria de su sueño, y tomaria el cuerpo y alma de las hermanas Silva. Era muy deplorable lo que hacia, pero el ya no era el mismo.
Una parte de si habia muerto cuando llego al bosque al ser exiliado. Buscaba vengarse de aquellos que el quitaron todo. Y lo haria escupiendo en la cara a todo lo que creian era suyo.
Mataria al todos aquellos que lo exiliaron e insultaron, se haria de la piel de las feminas de la Casa Silva sin esperar a nada, las tomaria para si y seria suyas. Daba igual si Noelle se molestara al principio. El sabia que lograria convencerla para que abcederia estar junto a su hermana mayor en su lecho.
Arrancaria la raiz de este podrido reino y lo reduciria a cenizas para construir uno nuevo del suelo carbonizado resultante. Se haria de su sueño a fuego y sangre.
Nadie lo detendria, los destruiria, mataria y torturaria sin pensarselo dos veces. Era macabro lo que haria una vez eliminase a la Triada Oscura y acabace con la amenaza de los diablos. Pero el sería algo para lo que el jamas penso ser, seria: El monstruo que este mundo necesita.
Continuara...
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