¡QUE SIGNIFICA ESTO!

Asta y Sofía miraron detrás y se dieron cuenta de quién era el que gritaba, Sofía se asustó, pero Asta sonrió, era quien lo había exiliado: El Rey Augustus Kira.

Rey Kira: ¿QUÉ ES LO QUE ESTA PASANDO?- Grito molesto ante la situación que tenía de frente.

Asta: Buenas noches Rey Kira-. Le miro con su ojo derecho el cual era rojo cual diablo. –Me disculpo por la intromisión en su morada, pero creo que ya sabe que esta pasado. Desearía que no molestara mientras estoy probando la piel de MIS concubinas en estos momentos-. Hablo de forma condescendiente.

Rey Kira: ¿CÓMO QUE TUS CONCUBINAS MALDITO DIABLO?- Estaba alterado, el ver a Asta desnudo junto a Nía y Sofía le hizo rabiar en sobremanera. –NÍA, SOFÍA ¿QUE TRAICIÓN ES ESTA? ¿POR QUÉ USTEDES ESTAN DESNUDAS JUNTO AL DIABLO QUE DESTROZO EL REINO DE SU EXCELENCIA?

Sofía no respondió, estaba algo confundida y aterrada.

Asta: Ya te explique, ella son MÍAS. Rey Morsa con disfunción eréctil-. Hablo con desdicha. –O debería decir marica. Porque no encuentro alguna razón para que tus antiguas concubinas sean vírgenes cuando tienen una belleza sin igual. La verdad me sorprende que POCO HOMBRE, sea usted Rey Kira-. Concluyo burlosamente.

Rey Kira: ¿QUÉ QUIERES DECIR CON POCO HOMBRE?- Alterado hablo.

Asta: Sencillo, por lo que mis concubinas me dijeron jamás lograste tocarlas de forma pasional, siempre te quedabas con los nervios de punta cada vez que querían que las tomaras y las hicieras sentir mujeres. Pero te quedaba como cobarde mientras ellas se resignaban a dejarte ir por tu poca hombría-. Dijo de forma muy firme e insultante. –O ¿Sera que la tienes tan pequeña que te avergüenza el hecho que de que te vean tu miembro tan insignificante?- Se rio mientras el Rey estaba rojo de furia.

Rey Kira: MALDITO DEMONIO TE HARE PAGAR POR ESTO, CUANDO LLEGUEN MIS GUARDIAS TU Y ESAS PE...- Un fuerte ruido cortó el discurso del Rey.

El Rey Kira sintió su espalda extrañamente fría, cuando se dio vuelta, miro que Danma, había caído detrás de su espalda, cortando la parte trasera de su atuendo, sin cortarle.

El Rey solo se asustó, cerca estuvo que le rebanara por la mitad aquel mandoble.

Asta: Escucha Rey Morsa, con Miembro de Rana. No quiero que nos interrumpas, mejor dicho, deberías quedarte y ver como un hombre de verdad satisface las necesidades de una mujer-. Hablo de forma dominante mientras abrazaba a Sofía.

Rey Kira: Sofía, ¡Éles un diablo, él fue quien causo todo, quien destrozo el reino! No estarásdejando que te controle. O lo haces por tu voluntad. Porque si es así, MATARE A TODA TU FAMILIA MALDITA PERRA SINO TE ALEJAS DE ESA ESCORIA DEL INFRAMUNDO-. Exclamo el Rey.

Sofía estaba en otro dilema, tenía que escoger, por un lado estaba el Rey que estaba amenazando a su familia, la cual era para ella muy preciada, a pesar de que la entregaron en concubinato al Rey, a pesar de sus negativas. Pero por otro estaba Asta, sus palabras era ciertas, pronto habría una revolución y ella estaría a merced de la marea que tendría.

Asta solo la miro y pegando su frente con la de ella. Aquello fue un gesto que la dejo decidir completamente.

Se aparta de él, levantando su trasero a vista de Asta, mientras miraba sin cuidado al Rey Kira.

Sofía: Rey Asta-. Dijo mientras miraba al Rey. -¡Hágame suya! ¡Hágame sentir mujer! ¡Muéstreme como un complace a una mujer! ¡Muéstrele a este poco hombre lo que hace un hombre de verdad!

Asta solo pudo reírse, la chica por fin se había decidido. Ahora podía hacerla suya, probar su piel y reclamarla para si por la eternidad.

Asta se acomodó detrás de ella, coloco su miembro en su intimidad, mientras entraba poco a poco, Sofía solo tiro un gemido cuando sintió como era rellenada por Asta.

Asta decidió insultar más al Rey y sabia como.

Del grimorio de Asta salieron Shukuma y Metsuma, las cuales rodearon al monarca quien chillaba de miedo. El Rey intento irse, pero Shukuma se colocó en su cuello de frente, mientras Metsuma se encontraba en su nuca. No importaba a donde se movía, seria cortada de por las espadas de Asta.

El monarca solo pudo mirar mientras Asta introdujo de golpe su miembro en Sofía quien soltó un grito de dolor al ser desvirgada por Asta, arqueo su cabeza hacia atrás, pero Asta la beso para que dejara de gemir de dolor, probando sus labios mientras se pasaba su dolor.

El beso alivio el dolor de Sofia.

Asta hizo presente su Forma Negra, la cual asusto a Sofía, un ala negra de diablo se alzó en su espalda derecha, su pelo se tornó negro a la mitad, haciendo presente un cuerno de diablo, al tiempo que su brazo derecho tenía sus líneas rojas encendidas. Mientras su colmillo se hacía más pronunciado y afilado, al tiempo que su ojo se volvía de un carmesí puro como la sangre.

Asta: Soy Asta-. Susurro en el oído de la pelirosa. –Soy el Diablo que derroto a Zagred junto a sus compañeros. Soy quien hoy reclama tu cuerpo, serás mía de aquí al final de tu vida-. Sofía se estremeció por la afirmación. –No te hare daño como si lo hizo esta escoria. Solo nuevamente: Hazme tuyo Rey Asta. Para que así pueda hacerte mía y mostrar que solo seré tuyo en mi lecho.

Sofía: Si-. Respondió algo exaltada. –¡Hazme Tuya Rey Asta!- Exclamo para molestia del Rey.

Asta: Pues que así sea.

Asta agarro la cintura de Sofía, había pasado el tiempo y ya el dolor se había ido. Comenzó a embestirla lenta y pacientemente buscando no dañarla. Poco a poco los gemidos de la chica se complementaron de los gruñidos de diablo de Asta. Era una muestra excitante y aterradora a la vez.

Sofía: Por... Ahh favor, Rey Asta más fuerte... Ahh-. Exclamo la chica sin vergüenza.

Asta hizo caso de laspalabras de su ahora concubina. La embistió con más fuerza, el sonido de suspieles chocando cual aplausos se escuchó por toda la sala. Asta estaba en elcielo, siguió penetrando a Sofía sin importarle nada. La chica saco su lengua mientras buscaba la boca de su nuevo amo. Asta la beso de lengua mientras el Rey veía como su antigua concubina era poseía por el diablo.

Rastros de sangre combinada con los fluidos de ambos se podían ver de la conectada intimidad de ambos. Mientras Asta parecía un diablo en toda regla, saboreaba cada palmo de placer que podía sentir de la chica, mientras esta solo se entregaba a la lujuria pura.

Ya no le importaba nada, su familia podía importarle poco, ahora solo deseaba complacer a su nuevo amo, aquel que haría arder este reino y construiría uno nueva de las cenizas. ¡Era ahora propiedad en cuerpo y alma del Diablo del Trébol!

El Rey Ausgustus Kira solo pudo comenzar a llorar mientras era obligado a ver como Asta se hacía del cuerpo de la pelirosa, aquella visión le daba asco y extrañamente, placer. Pero se sentía asqueado, poco más que una escoria mientras veía con horror como Asta demostraba su hombría, poseyendo y complaciendo a la chica que durante tiempo el mismo no pudo tener.

¿?: Es hermoso ¿No?- Hablo una voz de penumbra en su oído. –El como un diablo y una humana son unen en un acto de pasión y lujuria. Mira como sus energías se unen buscando poder completarse.

El Rey miro a que se refería aquella voz.

Miro como la energía de ambos comenzaba a surgir. Un mana brillante de color rosa y blanco se desprendía de Sofía, mientras otro oscuro de bordes rojo salía de Asta.

Ambas energías se juntaban, arremolinaban y chocaban, para luego repelerse. Buscando unirse.

¿?: Este es la pureza de la oscuridad que profana todo, y la esencia de la luz que limpia purgar la impureza. Ambas esencias buscan unirse pero sus portadores solo disfrutan de la lujuria y pasión del acto, dejan de lado el mundo que les rodea y buscan disfrutar de toda gota de placer y felicidad que puedan tener.

Rey Kira: ¿Qué belleza hay en eso?- Pregunto mientras lágrimas de impotencia y asco salían de sus ojos.

¿?: Tu una escoria. Jamás entendería tal cosa. Solo podrás contemplar la forma que todo toma. Disfruta mientras la pieza de mi plan hace suya otra mujer para engendrar su prole, una que hará que está estancada especia se libre de las cadenas que la limitan. Para dar un paso adelante que lo hará llegar a las estrellas.

Aquella voz desapareció.

Asta y Sofía estaban en los cielos, sus cuerpos sudaban mientras sus bocas estaba ensalivadas por tantos besos se habían dado. Sus cuerpos sudados por pasar tanto tiempo disfrutando de los prohibidos placeres de la carne. Mientras eran observados por un humillado Rey Kira. Aquello solo dio mucha más excitación.

Asta tomo los brazos de Sofía usándolos de palanca mientras comenzaba a llegar a su límite. Sofía se dejó tomar, mientras sus pechos se movían mientras era fuerte y placenteramente penetrada por el Diablo.

Ambos finalmente llegaron al clímax al mismo tiempo. Sus energías finalmente se juntaron simbolizando la unión de ambos en carne y alma a base de lujuria. 

Asta tuvo que caerse de espalda a la cama al lado de un dormida Nía, mientras tenia Sofía encima de él. Sus intimidades estaba a la vista del Rey, Asta deposito su semilla dentro de la pelirosa mientras esta suspiraba tomando aire buscando tranquilizarse por la marea de sensaciones que tenía.

¡Jamás en su vida!

La chica quedo dormida, mientras Asta quedaba satisfecho, casi hora y media de puro sexo desenfrenado, pasional y lujurioso, y para mejorarlo todo. ¡En frente del Rey Kira!

El susodicho se encontraba llorando a lagrima tendida, sentía su orgullo totalmente destrozado, su hombría totalmente aplastada y su cordura muy tocada por las palabras que aquella voz le dijeron.

Asta se levantó y camino desnudo al frente del Rey con su Forma Negra todavía presente, aquello asusto al Rey que no pudo moverse ya que Metsuma corto levemente su nuca.

Asta: Debo decir que falta mucho para que esto cambie. Pero te diré que ahora que te he hecho sufrir de esta forma. Me siento satisfecho, ellas me pertenecen ahora y tu poco hombre pronto sentirás un dolor inmenso cuando se haga del liderazgo de este podrido reino-. Se acercó a oído. –Pronto tú y toda tu familia sufrirá por todo lo que me han hecho.

El Rey cayo noqueado al suelo. Asta se vistió levemente y a sus nuevas amantes. Llevándose a ambas al tercer campamento donde estaría a salvo.

Hoy sin dudas había hecho sentir más que escoria al Rey.

Los había hecho sentir: Poco Hombre.

Continuara...