Capítulo 6
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BLACK CAT
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«No pedí tu ayuda...»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
— ¿Los Maggia? — preguntó un chico moreno.
— Así es, Ryan — dijo Felicia — Pagan bien, la verdad...
Ambos jóvenes se encontraban vestidos para la ocasión, caminando en dirección al baile escolar de fin de curso.
— Oye, meterte con la mafia es muy peligroso — dijo Ryan, parándose enfrente de ella — Tu padre ya lo hizo y mira como terminó.
— No tienes nada de que preocuparte, cielo — le dijo la peliblanca, sonriéndole y acariciándole la mejilla — No me voy a unir, "unir", a los Maggia... voy a engañarlos.
— Creo que eso es peor...
— Mientras no sepan quién soy, todo estará bien.
Felicia se hizo a un lado y siguió caminando, mientras tarareaba una canción.
— Felicia — volvió a llamar Ryan — No tomes este asunto como un juego.
— Tu tranquilo, yo...
— ¡Felicia!
La peliblanca suspiró, parando en seco.
— Escucha, no es un juego para mi... — dijo la peliblanca — Mi padre necesita una cirugía...
— Tú sabes que no le debes nada...
— Lo sé, pero... no sé... no puedo dejarlo así — dijo Felicia, volteando y mirándolo a los ojos — Haré solo dos o tres trabajos para ellos y luego los dejaré.
— ¿Lo prometes?
— Lo prometo.
Ryan asintió con la cabeza, no tan convencido por las palabras de su novia.
Felicia notó esto y se acercó hacia él, desordenándole el cabello.
— Oye... todo va a estar bien — le dijo — Confía en mi... nada malo va a pasar.
— Sí, bueno... eso espero — dijo Ryan, sonriendo — Mejor olvidemos este asunto y... disfrutemos del baile.
— Así se habla — dijo — ¿Alguna vez fuiste a algún baile que no fuera las reuniones aburridas de tus padres?
— Uno que otro... pero nunca a uno de Midtown.
— ¡Te va a encantar! — dijo la chica, tomando la mano de su pareja y guiándolo — A veces, las cosas se vuelven algo...
Pero antes de poder continuar con lo que estaba diciendo, apareció alguien corriendo por el pasillo.
Esta persona chocó contra el hombro de la peliblanca, provocando que ambos casi cayeran al suelo.
— ¡Lo siento! — dijo el chico castaño, mientras continuaba corriendo — ¡Tengo prisa!
Los dos jóvenes vieron como ese castaño corría, perdiéndose entre los pasillos de la escuela, mientras murmuraba unas palabras sobre un ferry.
Ryan se acercó a Felicia, la cual se sobaba el hombro.
— ¿Estás bien? — le preguntó Ryan.
— Sí, pero ese tipo si que me golpeó feo... — exclamó Felicia.
— ¿Quién era ese idiota?
— Creo que Parker... empezó a trabajar en el Bugle hace poco — le respondió.
— Es un tonto...
— Y un perdedor, pero da igual — dijo — ¿Vamos a la fiesta?
— Bien...
Ambos siguieron su camino, mientras se dirigían al coliseo de aquel baile escolar.
Sin saber que sería de las últimas veces que estuvieran juntos.
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Hubo un tiempo, hace muchos años, que las mafias gobernaron la ciudad.
Un tiempo donde los más grandes héroes no existían y la gente vivía con miedo a salir de sus casas.
Épocas complicadas... que podían estar próximas a volver.
Con el resurgimiento de los Maggia y los imperios criminales, la gente volvía a tener miedo.
Los héroes que protegían las calles no eran suficientes. Cada día que pasaba, los criminales se volvían más listos y más fuertes.
Esta era la época de la secuela del Padrino.
Y como cada época así... existían las personas que buscaban hacer caer a estas grandes organizaciones.
Personas que daban una muy buena remuneración por estos trabajos.
Era el trabajo perfecto para el pequeño grupo de Black Cat.
Pasaron ya varios meses planificando lo que sería el golpe más arriesgado que alguna vez hayan hecho.
Un atraco hacia los Maggia.
Pero, después de repasar todo el plan... estaban listos.
El primer lugar para robar la primera memoria Maggia... era en el museo MOCA de Manhattan.
Felicia Hardy aterrizó en el tejado de ese gran museo de arte.
El plan era simple. Entrar en el tejado del museo y dirigirse hacia la obra de arte más importante que había allí.
The Maria.
Tomar la pintura y robar la memoria Maggia que se encontraba oculta dentro.
— Ustedes dos también podrían ayudarme en estos robos — dijo la peliblanca, haciendo un agujero en el vidrio.
— Así es como funciona las cosas, Hardy — habló Boris — Tú te encargas de entrar y salir; Bruno conduce el vehículo de escape, además de revisar si alguien se acerca... y yo planifico todo.
— Yo te ayudé a planificar todo... — murmuró Felicia, quitando el vidrio y entrando al museo.
El lugar era igual de enorme que por afuera.
Grandes piezas de arte podían verse por doquier. El tamaño de cada una de estas era igual al valor que podrían obtener.
— El sistema de seguridad no se activó... buen trabajo, Boris — dijo Felicia.
— No se olvide de los guardias, jefa — dijo Bruno.
— No lo haré — respondió — Según los registros, debería de haber tres guardias esta noche...
Black Cat comenzó a moverse sigilosamente, mientras buscaba a cada uno de los guardias.
Una vez encontraba a uno, los dejaba incapacitados o sedados, evitando causarles mucho daño.
Hacer eso no le costó mucho trabajo...
Hasta que, finalmente, se encontraba completamente sola en ese museo.
— Acabemos con esto — dijo Felicia, caminando hasta la pintura en exhibición.
Esta obra de arte podía verse en toda su gloria.
Aunque, para ella, la calidad del arte no podía importarle menos en ese momento.
Lo único que quería era lo que tenía dentro.
Caminó, acercándose todavía más, pero accionando el altavoz de la descripción de la pintura.
"La pintura The Maria es un gran ejemplo del impresionismo moderno. Su robo y recuperación en repetidas ocasiones es casi tan intrigante como la obra en sí"
— Yo solo veo a una señora posando — dijo Felicia — Hay cosas mejores en ese museo.
— Según los datos que recopilé, la memoria debe de estar dentro de la pintura — dijo el doc.
Black Cat no lo pensó mucho y se acercó a la zona donde estaba la pintura.
— ¡Jefa, tenemos compañía! — dijo Bruno.
De la entrada, varios camionetas comenzaron a entrar rápidamente, destrozando las puertas de vidrio y activando las alarmas.
— ¡Creí que habías desactivado el sistema de seguridad! — se quejó la peliblanca.
— ¡¿Crees que es fácil desactivar todos y cada uno de ellos?! — dijo Boris — ¡Estuve apunto de hacer estallar todo!
Fue en ese momento que el sistema de seguridad activó un vidrio blindado que separó a la gata de su premio mayor.
— Debe ser una broma...
Felicia escuchó como varios hombres salían de los vehículos y comenzaban a acercarse.
Ella disparó un gancho y se elevó hasta una de las esculturas flotantes.
Los hombres caminaron hasta la pintura, observando el vidrio blindado.
— Maldita sea... — dijo uno de ellos — ¡Díganle a Frank que usaremos artillería pesada!
— ¿Estos hombres...? — murmuró Felicia — Reconozco a algunos... son hombres de Hammerhead.
— ¡¿Hammerhead?! — repitió Boris — ¡¿Qué rayos hacen sus hombres aquí?!
— No lo sé... pero parece que también vinieron por la pintura — dijo — No pueden llegar allí porque un vidrio blindado les impide.
— Ninguno de mis contactos me dijeron que iban a estar aquí...
— Tus contactos te engañaron, genio.
— Jefa, es muy peligroso — dijo Bruno — Debe retirarse.
— No me iré sin la pintura.
— No puedes robarles en su cara — añadió Boris.
— De hecho, doc... — decía la peliblanca, observando una rejilla de ventilación — Sí puedo... ¿aún tienes los planos de este lugar?
— Claro...
— Guíame.
Black Cat saltó y se metió en los conductos, empezando a arrastrarse por estos.
Gracias a los planos que el doctor Korpse tenía, la gata empezó a avanzar lentamente, hasta llegar hacia la zona de la pintura.
En ese lugar no había ninguna rejilla de ventilación, pero eso no suponía ningún problema.
Felicia sacó uno de los artilugios en los que había estado trabajando un comenzó a hacer un agujero.
— Espero que sepas lo que estás haciendo, Hardy — dijo Boris — Temo que llegue alguno de esos súper...
— Bruno...
— Estoy atento, jefa — le contestó — Aún no llega la policía.
— Muy bien...
El agujero que estaba formando se terminó, provocando que cayera un trozo del techo al suelo.
Esto llamó la atención de los miembros de los Maggia, quienes, sin poder hacer nada, vieron como Black Cat descendía hacia la zona donde estaba la pintura.
— ¡¿Cómo están, caballeros?! — saludó la peliblanca, mientras caminaba hacia la pintura.
— ¡Es Black Cat! — dijo uno de ellos.
— ¡Maldita sea! ¡¿Qué hace ella aquí?! — dijo otro.
— Ya saben... mirando el arte... — les respondió, tomando la pintura entre sus manos — Intentando averiguar que interesante tiene un dibujo medio realista...
Entonces, la peliblanca rompió la pintura en dos, viendo como caía una memoria usb al suelo.
Ella sonrió, agachándose para recogerla.
— ¡Frank! — gritó uno de los Maggia.
Fue en ese momento que alguien, con un lanzamisiles, se acercó y apuntó al vidrio blindado.
Black Cat se sorprendió de esto. No esperaba que estos tipos tuvieran ese tipo de armas.
¿De dónde la habían conseguido?
Pero, antes de que pudiera disparar alguno de los misiles... esta persona fue golpeada, siendo mandado a volar varios metros.
Todos voltearon, viendo esto, sin comprender que pasaba.
Velozmente, cada uno de los miembros de los Maggia eran paralizados y dejados inconscientes.
Felicia se sorprendió, en un inicio, de esto... pero luego de comprender que sucedía, su cara de sorpresa cambió por una más seria.
— Jefa, ¿está bien? — preguntó Bruno.
— Está aquí... — respondió Felicia.
— Pero... no vi que nadie entrara...
— Claro que no... — dijo, cortando la llamada.
Cuando el último miembro de los Maggia terminó en el suelo, el camuflaje del responsable desapareció.
— Miles Morales — dijo Felicia, viendo al Hombre Araña acercarse hasta el vidrio.
— Felicia... — dijo Miles — Te ves bien.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó la peliblanca — ¿Los Vengadores no te necesitan en alguna misión o algo?
— No hoy... creo — respondió — ¿Qué tal va todo? ¿Cómo van las cosas con tu hijo y... eso?
— Son muchas preguntas.
— Me considero alguien curioso.
— Esos son los gatos, no las arañas.
— ¿Qué estás haciendo, Felicia? — preguntó Miles — Escucho la alarma del museo y te encuentro rodeada de Maggia.
— Lo tenía bajo control.
— Claro que no... de no ser por mí, estarías hecha pedazos.
— No pedí tu ayuda...
— Pero la necesitas... y no me refiero solo a esto — dijo — Felicia, solo estas poniendo a tu hijo en peligro si sigues robando.
— Agradezco cuando los consejos de como ser padre vienen de alguien que no lo es.
— Peter no hubiera querido que tú hicieras todo... todo esto.
— No digas su nombre...
— Si él estuviera aquí...
Entonces, la peliblanca accionó sus garras y las incrustó en el vidrio blindado, sin poder romperlo pero causando unas rasgaduras.
Había apuntado a la cara de Miles.
— Él no está aquí... ¿o sí? — preguntó Felicia — No hables como si lo conocieras...
— También fue mi amigo.
— ¡Y aún así, no pudiste ayudarlo cuando más lo necesitaba!
— ¡Tú tampoco! — le dijo Miles — Strange me contó lo que pasó. Tenías el poder de un dios y solo te quedaste causando destrozos en Central Park.
— No estaba en todas mis facultades, al contrario de ti...
— Ninguno lo estaba... pero ya ha pasado mucho tiempo desde su muerte — dijo Miles — Tú y yo debemos de hablar. No puedes seguir con esto...
— No hay nada que tenga que hablar contigo... — le dijo Felicia — Pero, con ellos...
La peliblanca señaló detrás del moreno, provocando que este se girara.
Al hacerlo, vio como más hombres de Hammerhead empezaban a acercarse, mientras apuntaban con sus armas.
— Tendremos que posponer nuestra conversa... — pero, al darse la vuelta, vio como Felicia ya se había ido — ¿Cómo hace eso sin el camuflaje?
El Hombre Araña activó su Poder de Veneno y comenzó a atacar a los criminales.
Mientras este enfrentamiento se llevaba acabo, Felicia aprovechó para salir del museo por el mismo agujero que ella había hecho para entrar.
***
Black Cat y su equipo no demoraron demasiado en llegar a su escondite.
Allí, entraron y pusieron la memoria en encima de una mesa.
— Infórmale a nuestro misterioso cliente que tenemos una de las memorias — dijo Felicia, mientras se alejaba un poco.
— Estoy en eso... — dijo Boris — Debo decir... que este primer robo de la noche fue un completo éxito.
— Los Maggia la vieron — dijo Bruno — Eso no estaba en el plan.
— La repentina aparición de la mafia no estaba en el plan — dijo Boris — Pero... no creo que mi contacto me haya traicionado.
— ¿Por qué?
— Sí lo hubiera hecho, los Maggia hubieran sacado la memoria de la pintura... pero no lo hicieron...
— Entonces, ¿cómo sabían que estaríamos allí?
— No tengo idea... es extraño... — dijo Korpse — ¡¿Tú qué piensas, Hardy?!
— ¡Que tenemos la memoria! — dijo Felicia — Lo demás da igual... hay que terminar este trabajo hoy...
La peliblanca se encontraba en una esquina de la habitación.
Estaba hablando con Mary Jane.
MJ:
"Todo está bien"
"Cómo te fue?"
Felicia:
"Bien..."
"Me encontré con Miles"
"No terminó bien"
MJ:
"Le dijiste?"
Felicia:
"No"
MJ:
"Por qué?!"
Felicia:
"Después te explico"
"Gracias por cuidar a Walter"
"Te pagaré el doble si todo sale bien"
MJ:
"Eso suena bien"
"^^"
La peliblanca suspiró, terminando de escribir.
Si todo salía bien... este podría ser su último trabajo antes de finalmente dejar colgado su traje de cuero.
Iba a ser una larga noche...
— ¿"MJ"? — preguntó Boris.
— ¿Quién es "Walter"? — preguntó Bruno.
Felicia apagó su celular, mientras se daba vuelta rápidamente.
— ¡¿Qué no saben lo que es privacidad?! — preguntó.
— ¿Walter no era el nombre de tu padre? — se preguntó Boris — Acaso... ¡¿está vivo?!
— ¡Claro que no, idiota! — le regañó Felicia — Walter es... mi gato.
— ¿Llamaste a tu gato como tu padre? — preguntó Bruno.
— Sí, es... oigan, no les pago para que hagan preguntas — dijo — Tenemos trabajo que hacer.
— ¡Eso es verdad! — exclamó Boris — ¡Señores, tenemos que llegar hacia nuestro siguiente objetivo!
El doctor abrió un cajón y sacó un mapa de la ciudad, extendiéndolo en la mesa.
Este mapa tenía varios lugares de la ciudad de Nueva York marcados, con zonas claves de los Maggia.
Ubicaciones donde se encontraban casi todas las memorias de los Maggia.
— ¿Aún no encuentras la última? — preguntó Felicia.
— Esta noche la encontraré — dijo Boris — Pero, mientras tanto, podemos ir por la siguiente memoria.
— ¿Dónde? — preguntó Bruno.
— En Waverly, pero está bien resguardado — expresó la peliblanca — Los alejaremos hasta...
— Entre Hudson y North Moore — añadió Boris.
— Tendremos que causar una distracción — dijo Felicia — ¿Doc?
— Lo tengo todo controlado — dijo el científico — Ya avisé a la policía. No tardan en dirigirse hasta el lugar.
— Los Maggia estarán distraídos y podremos robar la memoria.
— Se me hace un buen plan — dijo Bruno — ¿Entrarás sola?
— Pensaba que también podrías ayudarme.
— Será un placer, jefa.
— Muy bien, muy bien... — dijo Boris — ¡Habrá que darse prisa, entonces!
Los tres ladrones empezaron a alistarse e ir a toda velocidad hacia la dirección indicada.
La siguiente memoria de los Maggia se encontraba allí.
Y debían de robarla.
Mientras estos se subían al vehículo y empezaban a acelerar hacia ese lugar...
Alguien los observaba entre las sombras.
***
El lugar del tiroteo se veía como lo esperaban.
Los policías y los miembros de los Maggia se disparaban a diestra y siniestra.
Ninguno de ellos permitían a los oficiales a acercarse al edificio.
Lo que significaba que esa era la oportunidad perfecta para que Black Cat pudiera escabullirse hacia ese lugar.
La peliblanca, desde otro edificio, disparó un gancho hasta aquella bodega donde se debía encontrar la memoria.
Debían entrar y salir rápido.
Ambos comenzaron a deslizarse por el cable hasta llegar a una ventana. Allí, comenzaron a revisar, de reojo, si había alguien dentro.
Al no ver a nadie, decidieron entrar sigilosamente.
Felicia entró primero, mirando a todas partes, estando alerta. Bruno la siguió, apuntando con su arma a todas direcciones.
A pesar de estar listo para matar, Felicia Hardy le había ordenado que no lo hiciera. Así era como trabajaba ella.
— Boris, estamos dentro — informó Felicia — ¿A dónde vamos?
— Sigan por el pasillo — respondió el doc, por el comunicador — La tercera puerta a la derecha.
Ambos empezaron a avanzar por el pasillo, mientras ruidos violentos se escuchaban dentro del lugar.
A pesar de la distracción, varios miembros de los Maggia se habían quedado para resguardar la memoria USB.
Era muy seguro que, en el lugar donde estaba la memoria, había guardias protegiéndola.
Al llegar al final del pasillo, observaron el de la derecha, viendo como también se encontraba vacío.
Eso era extraño.
Caminaron hasta llegar a la puerta indicada...
Y vieron como habían cuerpos de los Maggia tirados por todo el lugar de la habitación.
Cada uno de esos sujetos estaba muerto.
— ¿Qué diablos pasó? — se preguntó la peliblanca, viendo toda la escena.
— No lo sé, pero estos tipos... — dijo Bruno, revisando uno de los cuerpos — Estos rasguños son enormes.
Los cuerpos tenían grandes arañazos en el pecho y en la espalda. Eso era lo que había provocado la muerte de esos criminales.
Felicia alzó la vista y vio como, encima de una mesa, había una pequeña estatua.
La estatua estaba rota... y mostraba que dentro estaba la memoria USB.
— Esto no tiene sentido... — dijo la peliblanca, tomando la memoria — ¿Alguien mató a toda esta gente y no tomó la memoria?
— Esto es muy extraño... — murmuró Bruno.
— ¡¿Ya tienen la memoria?! — preguntó Boris — ¡Deben salir de allí! ¡Los Maggia están volviendo a la bodega!
— ¡Es hora de irnos! — dijo Felicia, saliendo de esa habitación.
Ambos compañeros comenzaron a correr por los pasillos de ese lugar, mientras las pisadas y las maldiciones de los Maggia se escuchaban aproximándose.
Intentaron dirigirse hacia la ventana donde habían entrado, pero se escuchaban voces de esos sujetos por esa dirección.
— ¡Necesitamos otra salida, doc! — se quejó Felicia, escuchando disparos hacia su dirección.
Bruno giró y comenzó a disparar su ametralladora hasta varios miembros de los Maggia, dándoles en las piernas.
— ¡Sí siguen recto, llegarán a unas puertas! — dijo Boris — ¡Es una terraza! ¡Podrán escapar por allí!
Black Cat alzó la vista y vio las dos puertas.
Entonces, empezó a aumentar la velocidad, empezando a acercarse hasta la puerta.
Dio un gran saltó y pateó la puertas, abriéndolas.
Bruno salió y cerró las puertas. Rompió un conducto de agua y la puso en las manillas de la puerta, impidiendo que los Maggia pudieran seguirlos.
Estos golpeaban las puertas, intentando abrirlas.
— ¡Es momento de salir de aquí! — dijo Felicia, disparando su gancho hasta otro edificio.
Ambos se empezaron a deslizar, justo cuando los Maggia lograron abrir las puertas.
Estos empezaron a maldecir, debido a que habían fallado en atraparlos.
Black Cat y su equipo se encontraban en un edificio, sonriendo por su misión exitosa.
Aunque... el hecho de encontrar esos cuerpos muertos había llamado la atención de la peliblanca.
No sabía quién habían provocado esas muertes.
Tampoco sabía por qué lo había hecho...
Y tampoco sabía que aquella persona se encontraba en lo alto de otro edificio...
Observándola.
Bueno, bueno... comienza este arco.
Finalmente, después de mucho tiempo, comienza la adaptación de los dlc del videojuego de Spider-Man ps4.
Aunque con una gran diferencia... esto está siendo protagonizado por Felicia Hardy.
Ya verán todo lo que ocurrirá en un futuro y todas las sorpresas que vendrán juju.
Nos veremos en el siguiente capitulo!!
Hasta la próxima!
Publicado el 13/10/21
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