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Capítulo 18

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BLACK CAT
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«¡Él está muerto!»

⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯

El suelo comenzó a temblar.

Esto llamó la atención de dos de los matones de Eel, quienes alzaron sus armas.

No tenían idea de a donde apuntar.

Nadie les había avisado sobre un ataque.

Y antes de que pudieran pensar en otra cosa... los cometierra aparecieron.

Estos se abrieron con rapidez y la lluvia de disparos asesinaron a los dos hombres.

Los Maggia salieron de los cometierra y corrieron dentro del edificio.

El ataque sorpresa de los hombres de Hammerhead les dio cierta ventaja sobre la organización Eel.

Mientras esta masacre de ambas partes era provocada, Edward Lavell lo observaba todo por las cámaras de seguridad.

— Maldita sea, justo hoy — dijo, mientras se levantaba de su escritorio — No podía esperar mañana, ¿verdad? No... tenía que hacerlo el martes de pizza...

Este presionó un botón y, de la pared de su costado, un traje morado y azul se hizo presente.

Su traje de Eel.

"Acabaré con todos ellos"

Piso tras piso, los Maggia iban avanzando, dejando atrás una gran pila de cadáveres.

El poder de ataque de sus armas era superior al de los de Eel.

— ¡Sigan luchando! — dijo uno de los hombres de Eel, derribando a otro Maggia — ¡No podemos dejar que lleguen al jefe!

Pero los disparos de los hombres de Hammerhead lo dejaron tirado en el suelo, muerto.

No importaba la electricidad que lanzaran, los escudos de los Maggia lo aguantaban.

Ese armamento era muy poderoso. Parecía algo fuera de este mundo...

Daba que pensar sobre lo que sea que estuviera ocurriendo en Symkaria. Sobretodo por el hecho de que este armamento no sea suficiente para solucionar los problemas que ocurrían en ese país.

Pero esto no podía importarle menos a Edward, quien había llegado al campo de batalla.

— ¡Jefe! — dijo uno de los de Eel, viéndolo bajar por las escaleras.

— ¡Llévate a los heridos de aquí! — ordenó Lavell — Yo hablaré con nuestros invitados...

En ese instante, los guantes de Edward se cubrieron por una electricidad demasiado brillante, obligando a los Maggia a cubrirse los ojos.

Eel caminó hasta quedarse en medio del campo de batalla... y levantó sus manos.

— Mueran... — expresó — ¡Diez millones de voltios!

La liberación de energía provocó una poderosa explosión.

Esta explosión fue tan fuerte que todos los vidrios de tres pisos quedaron destruidos.

Cuando el humo de la explosión desapareció, los cuerpos muertos de los Maggia se encontraron desperdigados por todo el lugar.

Esto provocó una pequeña risa por parte de Edward.

— ¿Enserio? ¿Lo dicen enserio? — dijo este — ¿Esto es lo mejor que Hammerhead puede mandarme? Me subestima...

— J-Jefe... — decía uno de los Maggia, en el suelo.

— Tu jefe fue un idiota al mandarlos aquí sin refuerzos — dijo, mientras se acercaba a él — Ustedes no son nada contra mi poder.

— N-No... jefe... somos nosotros... — decía este.

— ¿Qué?

Fue entonces... que la ilusión acabó.

Unos drones aparecieron de pronto, desactivando lo que era unos hologramas.

La cosa había cambiado completamente.

A quienes había destruido, eran en realidad miembros de su organización.

Y quienes se encontraban detrás de él... eran los Maggia.

Hijos de puta... — murmuró Eel, dándose la vuelta.

Pero, sin que pudiera hacer nada más, uno misil fue directamente hacia él, estallando y lanzándolo hasta la pared.

Eel se levantó rápidamente y corrió hacia los Maggia, pero estos lanzaron unos cables que lo envolvieron y lanzaron al suelo.

Intentó generar electricidad para liberarse, pero los cables la absorbían.

Se encontraba en aprietos.

Aún así, se levantó e intentó empujar a alguno de los Maggia... pero no pudo. Uno de los matones más grandes lo agarró de los hombros y lo estrelló contra otra pared.

Los matones levantaron sus armas y comenzaron a disparar todo lo que tenían contra Edward.

Su traje lo protegía de morir, pero estos láseres provocaban que sintiera mucho dolor.

Tanto que no pudo aguantar más.

Lanzó un fuerte grito, intentando levantarse del suelo...

Y terminó quedando inconsciente.

Perdiendo esa batalla.

***

"Les habla Natalie Long desde el lugar de los hechos. Como se puede apreciar, estas gigantescas máquinas de SWORD aparecieron de la nada enfrente del edificio donde se sospechaba que Edward Lavell, líder de la organización criminal Eel, se encontraba escondido. La policía entró al lugar de los hechos y revisó todos los cadáveres... sin encontrar el cuerpo de Lavell. ¿Este podría ser otro ataque de los Maggia en esta guerra de territorios?"

En el escondite de Felicia, su banda, junto con los hombres de Fortunato, se encontraban observando la noticia del Bugle.

— Logró vencer a Lavell... — dijo Fundidor — Eso es imposible...

— Eel y su organización era su principal competencia — dijo Scorpia, sonriendo — Tiene sentido que quiera deshacerse de él de una vez.

— No encontraron cuerpo... ¿se lo llevaron?

— ¿A él también? — preguntó Boomerang — ¿Por qué Hammerhead los está secuestrando?

— ¿Rescate?

— ¿Quién diablos pagaría por las vidas de esos dos? — expresó Speed Demon.

— ¡Oye! ¡Nosotros daríamos la vida por Don Fortunato! — dijo uno de los Fortunato — ¡Él es un gran hombre!

Mientras todos estos veían las noticias, Felicia Hardy y Aaron Davis veían toda la situación desde la oficina.

Allí, en las computadoras, Phil Urich y Boris Korpse seguían intentando descifrar lo que se encontraba en las memorias.

Aunque... Phil parecía no esforzarse mucho en lo de los Maggia... y se enfocaba mucho más en investigar acerca de esa Globulina Verde.

— ¿Quién crees que siga? — preguntó Felicia.

— Tombstone o nosotros — respondió Aaron — Podría ser cualquiera.

— ¿Crees que podamos contra su poder de ataque? 

— Oye, Cat... — dijo Boris

— Con los de Eel podríamos tener una oportunidad — dijo el villano — Pero... siento que necesitamos más apoyo...

— Yo también... — suspiró la peliblanca — Es como si nos enfrentáramos contra un ejercito.

— Coincido... no esperaba que fueran tan fuertes.

— Tal vez... deberíamos intentar convencer a Tombstone otra vez — propuso la peliblanca — Si ve esto, quizás él acepte...

— ¿De verdad piensas eso?

— No... él siempre ha sido muy obstinado.

— Hardy, escucha... — volvió a decir Boris.

— Yo contactaré con los que quedan de Eel — dijo Aaron — Los convenceré para unirse a nosotros.

— Bien... — dijo Felicia.

¡Hardy! — dijo Anastasia, a través del comunicador — ¡A la entrada! ¡Ahora! ¡Tenemos intrusos!

Felicia miró al Merodeador y ambos asintieron, saliendo de la habitación.

— Y... me ignoró por completo... — dijo Boris, suspirando — Genial...

— La evolución humana... — murmuró Phil, leyendo en su computadora — Todas las funciones que se podrían hacer con esto...

— ¿Dijiste algo?

— Nada... nada...

Black Cat y el Merodeador salieron del escondite, dirigiéndose hasta el tejado de este.

Allí, tirados en el suelo y amarrados por cuerdas, habían tres personas.

Encima de estos, se encontraba Anastasia Kravinoff, apuntándolos con su lanza.

— Gran trabajo, Ana — dijo Hardy, acercándose.

— Estos idiotas intentaron entrar — dijo la cazadora — Solo hice lo mejor que sé hacer... cazar.

— Ajá...

— ¡Podrían soltarnos! — dijo uno de los tirados en el suelo — ¡Queremos hablar con Black Cat!

Felicia los miró con atención y pudo reconocer a uno de ellos.

Se trataba de Janice Lincoln.

La hija de Tombstone.

— Hola, Escarabajo — dijo Felicia — ¿Acaso te mandó tu padre?

— ¡Se llevaron a mi padre! — dijo Janice.

—¿Qué?

— Hammerhead y sus hombres — dijo — ¡Crearon una sustancia! ¡No tengo idea de que era esa cosa! ¡Lo hicieron vulnerable!

— ¿Te refieres a que recibió daño? — preguntó Merodeador — ¿Tombstone recibió daño?

— ¡Sí! ¡Ese tipo es muy peligroso!

— Imposible...

— La tecnología que poseen les debió facilitar eso — dijo Felicia — Y si a él también se lo llevaron...

— Entonces solo queda una persona a la que busca...

— A mí.

— Oye, mujerzuela — dijo Quemador, mirando a Ana — ¿Podrías liberarnos?

— ¡Cállate, anciano! — gritó Ana, acercando su lanza a su cuello.

Hardy se dio la vuelta y comenzó a pensar.

Tenían la curiosa ventaja de que iban tras ellos... pero esos también significaba que podría usar todo su armamento contra ellos.

Además de que no sabían cuando es que podrían llegar a atacar.

Tal vez debería de pedirle ayuda a alguien más... tal vez a Miles Morales.

Pero no... él jamás aceptaría trabajar con los demás tipos. Nunca le gustó trabajar con criminales.

Se encontraban solos en esto... así que debía ella de resolverlo.

— Quiero pensar que la razón por la que viniste a mí es porque quieres trabajar juntas — dijo Felicia.

— ¡Quiero salvar a mi padre! — dijo Janice — ¡No me importa nada más! ¡Por favor!

— ¡El jefe siempre ha sido comprensivo con nosotros! — dijo Quemador — ¡Le debemos un favor!

— ¡Contarás con todos nuestros hombres si nos ayudas! — dijo Sobrecarga — ¡Black Cat! ¡Necesitamos de tu ayuda!

— Me halagan... — dijo Hardy, sonriendo — Lo digo enserio. Me siento como una princesa ahora mismo.

Cat le hizo una seña a Anastasia, a lo cual ella respondió con un gruñido.

Usando su lanza, cortó las sogas que envolvían a los tres sujetos, liberándolos.

Janice se levantó del suelo y se acercó a Felicia.

— ¿Vas a ayudarnos? — preguntó esta.

— Tombstone me ayudó una vez hace mucho tiempo y yo lo traicioné — dijo Felicia — Quiero arreglar nuestras diferencias.

— Gracias...

— Vayan adentro y prepárense — ordenó — Algo me dice que pronto tendremos que luchar.

— S-Sí...

Escarabajo, Sobrecarga y Quemador comenzaron a bajar las escaleras, dejando a los otros tres arriba del tejado del escondite.

— Cada vez somos más — dijo Ana — Tu "escondite" se vuelve más pequeño.

— Tendremos que buscar otro lugar pronto — indicó Merodeador — Yo podría hacerlo.

— Te lo dejó a ti — dijo Felicia — De preferencia, que tenga más de un piso.

— Me aseguraré de eso.

— ¿Ahora qué haremos? — preguntó Anastasia.

— Quiero que vigiles el área — ordenó Felicia — Si ves a algún Maggia cerca, encárgate de él.

— ¿Y qué hago con el Maggia? 

Hardy caminó unos pasos hacia enfrente, observando el atardecer de la ciudad.

— ¿Qué más puedes hacer? — dijo la peliblanca — Mátalo.

— Como quieras — dijo la rubia.

— ¿Qué harás ahora? — preguntó Merodeador.

— Iré a descansar un rato — respondió — Han sido días algo largos.

Ella disparó un gancho y se fue balanceándose de allí.

En dirección de su hogar.

***

Últimamente, la rutina de Felicia había sido la siguiente: Un día largo de trabajo, llegar a su penthouse, dormir.

Así todos los días. Realmente, no se le hacía tan cansado o repetitivo como algunos dicen que son los trabajos.

Pero sí que había días estresantes, donde solo quería llegar a casa y descansar un poco.

Este había sido uno de esos días, por lo que regresar temprano le venía bien.

Dio varios saltos por los edificios, acercándose cada vez más y más.

Pero cuando estuvo a punto de dar un último salto... los Maggia aparecieron volando enfrente de ella.

— ¡¿Qué diablos?! — expresó la peliblanca, dando unos pasos atrás.

Eran cuatro de estos.

Cada uno con sus poderosos escudos, quienes observaban a Black Cat, fijamente.

— ¡¿Cómo diablos me encontraron?! — preguntó Felicia, accionando sus garras.

— ¡Eres una gata muy escurridiza! — dijo uno de los Maggia — ¡Pero no te diste cuenta que le habíamos puesto un rastreador a la tal Licoln!

Estos comenzaron a propulsarse rápidamente hacia ella, intentando darle.

Felicia saltaba y esquivaba como podía a cada uno de ellos, pero la velocidad de los propulsores era sorprendente.

Así que, dando un salto al esquivar a uno de ellos, logró posicionarse encima de su propulsor.

— ¡Oye! — se quejó el Maggia.

— ¡¿Por qué no damos un paseo?! — preguntó Cat, incrustando sus garras.

El matón comenzó a moverse bruscamente en el aire, intentando quitársela de encima. Pero Felicia no lo permitió.

Con sus garras dentro de la mochila cohete, comenzó a destrozar los cables que había dentro. Chispas salían del propulsor, perdiendo altitud.

El Maggia intentó estabilizarse, pero las fallas eran críticas.

Por lo que en vez de seguir ascendiendo, ambos comenzaron a caer en picada.

Felicia usó al matón como tabla de surf, haciendo que este amortiguara su caída sobre el tejado del edificio donde aterrizaron.

Aquel Maggia quedó inconsciente, mientras que su demás compañeros se acercaban.

La peliblanca sabía que no tendría oportunidad contra los otros tres. Pero escapar era algo igual de complicado... ¿cómo los perdía?

Tenía que seguir luchando sola...

O eso creía ella.

Hasta que una telaraña le dio en la cara de uno de los Maggia.

— ¡¿Lo dices enserio?! — dijo Miles, aterrizando detrás de Felicia — ¡¿Estabas teniendo una fiesta y no me invitaste?! ¡Me siento excluido!

— ¿Qué diablos haces acá? — preguntó Felicia.

— Iba paseando por aquí...

— Araña...

— Llevo siguiendo a estos tipos desde hace unas calles — le contestó — ¿Por qué te siguen?

— ¡Es complicado!

— Estuve escuchando algunos rumores... cosas que no quiero creer que sean verdad.

— ¿Por qué no nos concentramos en el problema que tenemos aquí? — preguntó Felicia.

El Maggia que había recibido la telaraña finalmente logró quitársela y se preparó para continuar atacando.

Los tres Maggia estaban listos para seguir atacando.

— ¡Después hablaremos! — dijo Miles, activando su Poder de Veneno — ¡Acabemos con estos tipos de una vez!

Usando su Bioelectricidad, el Hombre Araña se movió rápidamente hasta uno de los tres matones, golpeando fuertemente el escudo de energía de estos y mandándolo contra la pared de un edificio.

Felicia se sorprendió al notar la velocidad de Miles. Ella no recordaba que fuera así de rápido.

Había aprendido a aprovechar sus poderes en batalla.

Cat notó como los otros dos Maggia iban en su dirección, así que saltó y los esquivó. Alzando su brazo derecho, disparó una cuerda que envolvió el cuello de uno de ellos.

Tiró de esta cuerda y tumbó al Maggia al suelo, cosa que Miles aprovechó y envolvió en telarañas.

— ¡No se distraigan con la araña! — dijo otro matón — ¡Vayan por Black Cat!

— ¡Me siento un poco ignorado en esta confrontación! — dijo Miles, golpeando al tercer Maggia — ¡Vamos, chicos! ¡No sean tímidos y también invítenme a cenar!

— ¡Creí haberte dicho que te alejaras de mí! — dijo Felicia, arañando el escudo de otro Maggia.

— ¡Y lo estuve cumpliendo, ¿o no?! — dijo — ¡No sabía que estos tipos iban tras de ti! ¡Lo que me lleva a preguntarme...! ¡¿Por qué van tras de ti?!

— ¡No te concierne!

— ¡Creo que sí me concierne! — dijo Miles, aterrizando a su costado — ¡Si lo que escuché es cierto, estás en más problemas de lo que piensas!

— ¡Sé en que tipos de problemas me meto!

— ¡No lo sabes! — dijo el moreno, golpeando a otro matón — ¡Hammerhead robó algo que la policía tenía guardado! ¡Algo llamado "Proyecto Olympus"!

— ¡¿Qué es eso?!

— ¡No tengo idea! ¡Pero la policía lo tenía muy bien resguardada! 

— ¡Bien! ¡Gracias por la información!

— ¡Creo que no me entendiste!

Cat saltó y pateó a otro Maggia en la cara. Este intentó levantarse, pero Miles liberó un poco de su poder y lo mandó a estrellarse contra otro matón.

— ¿De verdad estás liderando una banda criminal? — preguntó Miles — Robar era una cosa, pero... ¿una banda? ¿En serio?

— Ya te dije que...

— ¡Esto no es lo que Peter hubiera querido!

— ¡No digas lo que él hubiera querido!

— ¡¿Por qué?! ¡Él también era mi amigo!

— ¡Eso me da igual! ¡Yo...!

— ¡Felicia! — expresó Miles, aterrizando enfrente suya — Escucha, entiendo el dolor por lo que debes estar pasando... pero esta forma en la que lidias con el no es la correcto.

— ¡No estoy lidiando el dolor! ¡No estoy haciendo nada de esto de forma impulsiva!

— ¡Entonces, ¿por qué estás haciendo todo lo que él no hubiera querido que hicieras?! 

— ¡Él está muerto! — le dijo — ¡¿Qué importa lo que...?!

— ¡¿Qué acabas de decir?!

— ¡Espera! ¡Yo no...!

— ¡Así no eres tú, Felicia! — dijo — ¡Te estás comportando como uno de esos idiotas que seguro lideras!

— ¡Claro que no! ¡Así no soy yo!

— ¡Así pareces!

— ¡No me conoces!

— ¡Claro que sí! ¡O por lo menos lo hacía! — dijo Morales — ¡Todo esto que estás haciendo...! ¡Todo esto te está cambiando! 

— ¡Ya cállate! — dijo Felicia, dándole un puñetazo en la cara.

Miles retrocedió unos pasos, mientras se agarraba la mejilla.

Su Sentido Arácnido no le había avisado.

— No quiero pelear contigo — dijo Miles.

— Entonces aléjate — dijo Felicia, dándose la vuelta.

Pero al momento de dar un paso... fue atacada.

Dos Maggia, usando sus escudos de energía, fueron de ambas direcciones hacia ella. Estos chocaron contra su cuerpo, provocando que toda la electricidad le hiciera daño.

Ella gritó de dolor, mientras los Maggia empujaban más sus escudos. Buscaban dejarla inconsciente.

— ¡Felicia! — gritó Miles, corriendo hasta ellos.

Envolviéndose en Bioelectricidad, saltó y se fue en contra de los matones Maggia, empezando a luchar contra ellos.

Cat terminó en el suelo, adolorida.

Sentía como su cuerpo le dolía. Cada centímetro de su cuerpo había recibido esa poderosa descarga... y eso no era algo muy bonito.

Lo único que quería, en ese momento... era salir de allí.

Y eso fue lo que hizo.

Antes de que el Hombre Araña pudiera darse cuenta... Black Cat había desaparecido.

Dejándolo luchando solo contra los Maggia.

— ¡¿Por qué siempre me pasa esto cuando trabajo en equipo?! — se preguntó Miles, golpeando a los matones.

***

Felicia aterrizó en un callejón.

Se apoyó en la pared y se recostó en el suelo.

Ella podía escuchar... escuchaba las voces de las personas que cruzaban por la acera. Estaba cerca a esta, pero lo suficientemente lejos como para no ser vista por alguno de ellos.

Estaba cabizbaja. Estaba adolorida.

Ni siquiera podía ir tranquilamente a su hogar sin que los matones de los Maggia fueran tras ella.

Estaba harta de ellos. Estaba harta de Hammerhead. Estaba harta de que Miles creyera saber lo que era mejor para ella.

Ya estaba cansada de toda esta ridiculez de la guerra de territorios.

Lo único que quería en ese momento... era acabar con Hammerhead. Acabar con ese sujeto de una vez por todas.

Quería acabar con él y con todo lo que había construido.

Era lo único que envolvía su cabeza en ese momento...

Era lo único que le importaba.

— Merodeador... — dijo Felicia, llamándolo por el comunicador — Reúne a todos... es momento de ir por respuestas.

¿Respuestas?

— Te enviaré la ubicación...

Bien.

Ella colgó y se levantó de donde estaba.

Disparó su gancho... y fue hacia donde sabía que obtendría respuestas.

El Bar sin Nombre.

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"Destruyan todo... y a todos..."

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Humo.

Fuego.

Dientes.

Sangre.

Todas y cada una de estas cosas se podían ver en todo el Bar sin Nombre.

Fue una masacre.

Matones de los Maggia asesinados por doquier.

Cada uno de ellos intentaron defenderse, pero no pudieron hacer nada contra el poder que los supervillanos tenían.

Muy pocos Maggia sobrevivieron a esa masacre... pero, de entre ellos, uno de estos fue Vinny.

Este se había escondido detrás del cuerpo muerto de Gino. 

Podía ver, con toda claridad, a cada uno de los tipos en trajes, sentados en las mesas y sillas.

Vinny sacó un arma y se preparó para disparar a todos en la sala.

Pero cuando posicionó su dedo en el gatillo...

— Yo no haría eso si fuera tú... — dijo Killer Shrike.

El Maggia se levantó e intentó dispararle, pero Shrike fue más rápido y le golpeó en la mano, haciéndole soltar el arma.

— ¡Miren a quien tenemos aquí! — expresó el asesino, tomando a Vinny del cuello — ¡Quedó uno con vida!

— ¡Yo quiero matarlo! — dijo Scorpia, mientras sacaba su cola del cadáver de otro Maggia — ¡¿Puedo matarlo?!

— Nadie va a matarlo — dijo Boomerang — La jefa necesita a uno.

— ¡Tienes razón! — dijo Shrike, sacando un cuchillo de su traje — ¡Tenemos que incentivarlo!

Sin previo aviso, incrustó el cuchillo en la pierna de Vinny, haciéndolo gritar de dolor.

El sonido de sus gritos no fue suficiente para poder ocultar las pisadas que bajaban por las escaleras... y daban paso a la líder de toda esta banda.

Black Cat.

Ella, sonriendo de oreja a oreja, observó al último de los Maggia vivo.

— Me alegra ver que dejaron unas sobras, chicos — dijo Felicia, acercándose a él.

Detrás de ella, se encontraba el Merodeador, Bruno y Boris.

Este último observó todo el lugar, sorprendido por lo ocurrido. Bruno trató de disimularlo, pero también se había sorprendido por la destrucción que había ocurrido.

Los dos compañeros se miraron entre sí, sin saber como sentirse.

Felicia Hardy había sido la que ordenó todo esto.

— Así que... dime, cielo — dijo Hardy, acercando sus garras a la cara de Vinny — ¿Por qué no eres amable conmigo y me dices donde están los jefes?

— Y-Yo no... no... — trataba de decir Vinny — ¡S-Sí te digo, Hammerhead me matará!

— Oh, que tierno... — Cat miró a Shrike — Él cree que nosotros no lo mataremos...

Y entonces, Killer Shrike le incrustó otro cuchillo en la pierna, haciéndolo gritar.

— ¡N-No lo sé! ¡Juró que no lo sé! — gritaba Vinny.

— Está mintiendo — dijo Boomerang — Él y Gino eran los hombres de confianza de Hammerhead. Lo saben todo.

Felicia sonrió, mientras tomaba uno de los cuchillo incrustados, sin sacarlo de la pierna.

— Creo que no he sido muy clara... — dijo la peliblanca...

Entonces, ella movió el cuchillo hacia adelante, haciéndolo gritar.

— ¿Dónde...?

Luego, lo volvió a bajar.

— ¿...están...?

Después, lo movió a la izquierda.

— ¿...los...?

Para al final, moverlo a la derecha.

— ¿...jefes?

Vinny se quejaba del dolor que sentía del cuchillo que penetraba en su pierna.

Cada vez que Felicia movía el arma, era un gran dolor que le hacía gritar.

Estaba sudando y comenzaba a derramar unas lágrimas.

— H-Hammerhead... ¡Hammerhead los quería para el espectáculo! ¡Esta noche! — dijo Vinny, finalmente — ¡P-Pero eso es todo...! ¡Eso es todo lo que sé! ¡Lo juro!

Cat se acercó más a él y lo miró fijamente.

— ¿Dónde? — preguntó.

— N-No lo... no lo sé... — dijo este, cerrando los ojos.

Esto hizo que la peliblanca sonriera.

— ¡Este caballero no me quiere decir la verdad! — dijo Felicia, retrocediendo — ¡¿Alguno de aquí quiere ayudarme a hacerlo hablar?!

—¡Yo puedo hacerlo, mi reina! — dijo Conejo Blanco, alzando su paraguas — ¡Siempre se me ha dado bien hacer hablar a la gente!

— ¡No! ¡No, esperen! — dijo Vinny, siendo alzado por Killer Shrike.

No pudo seguir hablando porque fue lanzando hacia una mesa, destruyéndola y acabando en el suelo.

Intentó levantarse, pero su pierna no le respondía... y los miembros de la banda de Black Cat se acercaban a él.

— ¡El espectáculo! ¡Sí, claro! ¡Él quería luces! ¡Iluminación! ¡E-Es un dramático! — decía Vinny.

Pero esto no lo libró de ser pateado por parte de Speed Demon, siendo estrellado contra una pared.

— Tic tac, amigo — dijo Hardy — Si quieres que los detenga, tienes que hablar.

— Y-Yo... yo no...

Entonces, uno de los hombres de Eel apareció y le provocó una gran descarga de electricidad, haciéndolo gritar de dolor.

— ¡E-Está bien! ¡H-Hablaré! — dijo Vinny, siendo liberado de la descarga — E-El espectáculo será en la construcción...

— Lugar y hora — dijo Felicia.

— A las... a las nueve... la construcción de la parada A en la treinta y cuatro... — dijo Vinny — Por favor... lo juró, es todo lo que sé...

Cuando terminó de decir eso, Cat caminó y se agachó hasta él, sin quitar la sonrisa en su rostro.

— ¿Ves? No fue tan difícil ser honesto... — dijo Felicia — Gracias por la información.

Entonces, Black Cat se levantó y comenzó a caminar hasta la salida del bar.

— ¿Qué hacemos con él? — preguntó Escarabajo.

— Desháganse de él — ordenó Black Cat.

— ¡¿Qué?! ¡No! ¡Yo dije la verdad! — decía Vinny — ¡Lo juró! ¡Yo...!

Pero Felicia no le prestó atención.

Solo escuchó las súplicas de Vinny... hasta que estas pararon de golpe.

Una vez salió del Bar sin Nombre, vio la hora.

Faltaba poco para las nueve.

Así que no tenían tiempo que perder.

Era la hora de actuar.

Hello darkness, my old friend!

Que tal?!

Espero les haya gustado este capítulo!!!

Si así fue, pueden darle a la estrellita!

Nos vemos!!!

Publicado el 18/11/21

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