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Capítulo 17

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BLACK CAT
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«Voy a mostrarle a todos que nada, ni nadie, puede romperme.»

⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯

La organización criminal Eel.

Esta organización era liderada por el supervillano del mismo nombre, quien también es conocido como Edward Lavell.

Aquel sujeto no poseía ningún poder... pero su traje era lo que lo hacía realmente poderoso.

Era básicamente una anguila. Un traje que podía envolverlo en electricidad de hasta diez millones de voltios.

Alguien sumamente peligroso y respetado del mundo criminal.

Alguien con un gran nombre...

Y alguien de quien necesitarían ayuda.

La guarida malvada de este sujeto no podía ser otra que uno de los edificios más altos del Distrito Financiero.

En el último piso de este edificio, se encontraba la oficina de Lavell, quien estaba sentado, en su escritorio. Portaba un traje azul, junto a una corbata del mismo color y una camisa blanca.

Era como si fuera un empresario común y corriente, aunque curiosamente... todo el mundo sabía que él era un gran criminal.

Este terminó de firmar varios papeles y alzó la vista, sonriendo y observando a sus invitados.

Black Cat, Merodeador y Scorpia.

— Bueno, bueno, bueno... miren a quienes tenemos aquí — dijo Edward — Si son ustedes. Merodeador, la copia de Scorpion y... una gatita desamparada.

— También es un placer conocerte, Edward — dijo Felicia.

— No, no, no... no es un placer, querida — dijo — Digo, ustedes acaban de venir, a mi oficina, con sus exuberantes trajes... ensuciando mi alfombra con su mugre.

— ¡Oye! — se quejó Scorpia.

— Soy un caballero y los dejé pasar. Uno no puede decirle que no a las visitas, ¿verdad? Sería de muy mala educación — continuó Lavell, levantándose de su escritorio — Pero no pensé que vendrían disfrazados, porque... bueno, lo hace muy poco informal, ¿no creen?

Este siguió caminando hasta pararse enfrente de los tres. Se apoyó en su escritorio y siguió observándolos.

Se podía sentir una gran aura de superioridad en sus palabras y en su forma de actuar.

Estaba irritando a Felicia.

— Digo, ¿por qué los trajes? ¿Qué les hace pensar que no tengo idea de quienes son debajo de ese cuero ajustado y, honestamente, ridículo? — dijo Edward, mirando a los tres — Felicia Hardy, Aaron Davis y... una criminal de poca monta que no merece mi tiempo.

— ¡También soy mercenaria!

— Lo que sea. Miren... no sé a que vinieron y, realmente... no quiero escuchar lo que me quieran decir — dijo — Pero, como soy un caballero... les daré unos minutos para que me digan lo que quieran. Así, mi negativa respuesta no se sentirá tan... vacía.

Los tres estaban callados.

— Apúrense... no tengo todo el día.

— Creo que quiero retractarme — dijo Merodeador — Esto fue una pésima idea...

— Ya estamos aquí... — suspiró Felicia — Aunque no quiera...

— El tiempo pasa... — dijo Lavell.

— Los Maggia planean atacarnos — dijo la peliblanca — A ti. A mí. Tombstone y Fortunato.

— Poseen un armamento muy poderoso — continuó el Merodeador — Tecnología con la que destruyó a los líderes de las familias.

— Si no nos unimos para derrotarlo, acabaremos de la misma manera — dijo — Así que vine a proponerte una alianza... unir nuestras fuerzas para matar a Hammerhead.

Cuando terminó de decir esto, hubo un silencio.

Un pequeño, pero al mismo tiempo, largo silencio... hasta que alguien lo rompió.

El mismo Edward Lavell, quien se reía de la proposición de Hardy.

— No es cierto... ¡No es cierto! Debe ser una broma. Una irónica y absurda broma — dijo Eel, aún riéndose — Vamos, díganme. ¿Quién de ustedes tiene la cámara oculta? ¿Acaso quieres volverte como Screwball, Hardy? ¿Hacer malas bromas a supervillanos?

— Hablo en serio, Lavell — dijo Hardy, empezando a enojarse.

— Al igual que yo, señores... y lo digo muy enserio — dijo, mientras se daba la vuelta — ¿Qué Hammerhead quiere venir a por nosotros? Eso es noticia vieja, amiga. Tengo infiltrados en los Maggia desde hace unos años.

— ¿Qué?

— SWORD, Hydra, Sable... puede atacarnos con lo que quiera — continuó — No sería la primera vez que nos enfrentamos a esos tipos.

— Creo que no estás entendiendo la gravedad de este asunto — dijo el Merodeador — Hammerhead no anda con juegos. Si crees tener una oportunidad...

— ¡Oh, Aaron! ¡Créeme que entiendo todo lo que está pasando aquí! — dijo Lavell — Y es algo que veo todos los días. Una pequeña banda que recién está empezando. Quieren crearse un nombre en el mundo criminal y, a la primera amenaza, buscan ayuda como bebés llorones.

Edward se dio la vuelta y miró a Hardy, fijamente.

— ¿Crees que no tengo oportunidad contra esos tipos? ¿Crees que sin tu ayuda... específicamente, tu ayuda... no podría con ellos? — preguntó — Creo que tus cambios de bandos de pudrieron el cerebro, niña.

— Te estoy ofreciendo la única opción que tienes — le dijo Hardy.

— ¡Ja! Hardy, me matas. Vamos. Todos en esta ciudad saben que eres una broma — dijo Eel — Jugaste con la araña hasta que se te rompió y ahora no tienes nada. Ni un centavo a tu nombre... y un nombre que no vale un carajo.

Este caminó y se acercó a la peliblanca.

— ¿Ahora yo? Hice un resumen de mí mismo. Forjé mi camino... incluso llegué a trabajar para los Maggia. De matón a un verdadero jefe de la mafia — dijo Lavell, observando toda su oficina — ¡Tengo un nombre real en el mundo criminal! ¡Tengo jugo, nena! ¡¿Y qué es lo que tienes tú?! Un hijo bastardo y... una banda inestable de inadaptados.

— ¡Voy a matarlo, jefa! — dijo Scorpia, preparándose para saltar.

— No lo hagas... — decía Hardy.

Pero la criminal no escuchó y saltó lo más alto que podía, dirigiéndose hacia donde estaba Edward, quien no se movía de su lugar.

Sabía que esto iba a pasar.

Sin que se dieran cuenta, dos matones de Eel salieron de la nada y agarraron a Scorpia en el aire, electrocutándola con una gran cantidad de voltaje.

Esta cayó al suelo, mientras se quejaba de dolor.

— Quiero corregir lo último que dije... una banda muy inestable de inadaptados — dijo Edward — Ahora, si me hacen el favor... largo de aquí. Manchan el suelo de mi oficina.

El jefe de los Eel se volvió a sentar en su escritorio y comenzó a leer los papeles que poseía.

Felicia ayudó a Scorpia a levantarse y, junto al Merodeador, se dieron la vuelta.

Dirigiéndose a la puerta de esa oficina.

Listos para irse.

***

El día seguía lluvioso, por lo que las personas que caminaban por las calles usaban sombrillas y abrigos, tratando de protegerse de las grandes gotas de agua que caían al suelo.

La lluvia en Nueva York podía ser bastante fría.

— ¿Estás bien? — preguntó el Merodeador.

Luego de que Scorpia los dejaran, ambos compañeros quedaros solos, observando la ciudad lluviosa de Nueva York.

— Sí, estoy bien... — dijo Felicia — Solo... enojada por lo que dijo.

— No dejes que esas cosas te afecten.

— Pues sí que me afectan... porque es verdad — dijo — Todo lo que dijo era verdad...

La peliblanca se agachó y se sentó en la cornisa del edificio donde estaban.

— Llevo más de dos años lamentando la muerte de Peter, ¿sabes? Llevo mucho evitando a mis amigos y... evitando al mundo. Nunca llegué a pensar la idea que tendrían de mí... — expresó — "La lamentable Black Cat", "la pobre madre soltera", "la mujer que hace todo esto por sentirse destrozada"... es lamentable pensar en esto...

— ¿Crees que eres lamentable?

— ¿No lo soy? — preguntó — Tú mismo lo dijiste cuando nos conocimos... ya no soy lo que era antes.

— Eres mejor, Hardy — dijo Aaron, sentándose a su costado — Te estás volviendo más fuerte, ágil... y comienzas a planear mejor las cosas.

— ¿Tú crees? Pues este plan no resultó como lo esperaba.

— Edward Lavell cambiará de opinión... tal vez los Maggia no lo derroten a la primera, pero se dará cuenta de los peligrosos que son — dijo — Y de que tenías razón...

— Grandes palabras de aliento...

— Cuando llegue el momento... podrás demostrarles a todos como eres en realidad — dijo el Merodeador — Ellos se darán cuenta de como sigues de pie... y cuán poderosa te has vuelto.

— Oh, lo sé... lo sé muy bien — dijo Felicia, levantándose — Voy a mostrarle a todos que nada, ni nadie, puede romperme.

Fue en ese momento que una llamada interrumpió su conversación.

 Se trataba de Boomerang.

— Habla — dijo Felicia.

Tengo información del Bar sin Nombre — dijo Fred — Hammerhead planea atacar primero a los Fortunato. Se encuentran en el teatro Auerbach.

— Teatro Auerbach... lo tengo — dijo Hardy — Tenemos trabajo que hacer.

— Tal vez podamos convencer a Don Fortunato de luchar juntos en contra de los Maggia — dijo el Merodeador — Si conoce como es Hammerhead, estará desesperado.

¿Necesita que hagamos algo más, jefa? — preguntó Boomerang.

— Reúne a los que puedas... rápido — ordenó Felicia — Vayan al teatro... y prepárense para pelear.

***

Teatro Auerbach.

En la entrada de este teatro, los miembros de la familia de los Fortunato se encontraban resguardando.

Cada uno de ellos se encontraban armados hasta los dientes, listos para llenar de plomo a cualquiera que intentara acercarse.

Pero cuando Felicia y Merodeador aterrizaron enfrente de ellos, uno de estos tropezó y cayó al suelo.

— ¿Enserio, Mickey? — dijo uno de los Fortunato.

— Perdón...

— Ustedes deben ser los Fortunato — dijo Felicia, acercándose.

— Black Cat — dijo otro de los Fortunato — El jefe dijo que vendrías.

— ¿Enserio?

— Quiere hablar contigo... dentro.

Felicia asintió y comenzó a seguir al matón... pero no pudieron caminar mucho.

Al momento de dar unos cuantos pasos, todo el teatro comenzó a temblar.

— ¡Están aquí! — dijo el Merodeador, dándose la vuelta.

Del suelo, saliendo cual topos, unas máquinas cilíndricas destruyeron el suelo y quedaron colocadas en el suelo.

Era un total de cinco de estas máquinas, las cuales terminaron rodeando la entrada del teatro.

Los habían atrapado.

El logo que estaba en estas máquinas era claro: S.W.O.R.D.

Y antes de que alguien pudiera decir algo, las compuertas de estas máquinas de abrieron rápidamente, mostrando que había en el interior.

Un montón de hombres de Hammerhead.

Estos levantaron sus armas y comenzaron a disparar.

Los matones de Fortunato comenzaban a caer, uno por uno, siendo asesinados por los poderosos láseres de los Maggia.

El Merodeador logró tomar a Felicia y protegerla con su capa de los disparos.

— ¡Son los de Hammerhead! — dijo Merodeador.

— ¡No me digas...! — exclamó Felicia, activando su comunicador — ¡Vengan! ¡Rápido!

En ese instante, cayendo del cielo, Scorpia aterrizó y derribó a dos de los Maggia.

Usando su cola de escorpión, tumbó a varios de estos y continuó atacando sin parar.

Seguida de ella, apareció Fixer, junto a Hipo, Boomerang, Skein, Speed Demon, Conejo Blanco y Fundidor.

Todos comenzaron a pelear contra los Maggia.

— ¡¿Se encuentra bien, jefa?! — preguntó Boomerang.

— Sí... veo que sí pudiste conseguir gente — dijo Felicia, levantándose del suelo.

— ¡Traté de llamar a Swarm, pero nunca supe si contestó mi llamada o no! — dijo — ¡Ni siquiera habla cuando contesta! ¡¿Cómo hicieron para que aceptara?!

— No tengo idea...

Los disparos y las explosiones comenzaba a escucharse por todo el lugar.

Black Cat saltó y ayudó a derribar a más de los Maggia que disparaban. En un principio, no parecía ser ningún problema para ellos.

Lo único que tenían que hacer era esquivar esos disparos de muerte y golpearles en la cabeza o en donde más les dolía.

— ¡Podemos con esto! — dijo Skein, ahorcando a varios de los tipos con la propia tela de su ropa.

Pero, en ese momento, tres personas aterrizaron en el campo de batalla.

Estos llevaban lo que parecía ser una especie de mochilas cohetes. Muy parecidas a las que poseían los soldados de Sable International.

Estos activaron unos escudos holográficos y se impulsaron velozmente gracias a los propulsores que tenían.

Lograron golpear a Hipo y a Fundidor, causándoles un gran daño y estrellándolos contra las paredes del teatro.

Cuando alguien era golpeado por estos escudos, parecía que era electrocutados fuertemente.

— ¡Maldita sea! — gritó el Merodeador, aterrizando en la espalda de uno de estos tipos.

El matón trato de liberarse de Aaron, comenzando a volar e intentando golpearlo.

Merodeador no dudó y, usando sus garras, destruyó la mochila cohete con la que estaban volando.

Comenzaron a caer rápidamente, por lo que el villano saltó y dejó al matón caer al suelo. Este se estrelló contra el pavimento, estallando en mil pedazos a causa de los propulsores que tenía.

Realizando análisis preliminar — decía Fixer, pasando al costado de Aaron — Buscando punto débil... encontrado.

Este elevó su francotirador y dio un disparo a otro de los Maggia con esos escudos.

La bala cruzó velozmente por todo el campo de batalla, esquivando a cada uno de sus compañeros de equipo... hasta llegar al matón.

Precisamente, la bala atravesó el metal de los propulsores de la mochila, llegando justo en el núcleo de esta.

El daño que provocó el disparo sobrecargó la mochila cohete, provocando que esta también estallara.

Objetivo neutralizado — dijo Fixer, bajando su francotirador.

— Eres bueno... — dijo Fundidor, levantándose del suelo.

No soy bueno — dijo — Soy el mejor.

— Presumido...

Ya solo quedaba uno con esa mochila cohete, junto a otro par de Maggia que quedaban.

Conejo Blanco alzó su paraguas y empezó a lanzar todas las zanahorias cohete que tenía. Estas estallaban, sin siquiera darles a los matones, pero que provocaba que comenzaran a retroceder hasta sus máquinas gigantes.

Speed Demon corrió lo más rápido que pudo y derribó a dos Maggia, dejándolos en el piso.

Boomerang lanzó sus armas y estallaron en la cara de los matones que quedaban, tirándolos en el suelo. El único que no cayó fue aquel que poseía el escudo y la mochila.

Era el único que quedaban.

Toda la banda de Cat lo rodearon. No tenía forma de escapar.

— ¡Malditos! — dijo el matón, elevándose en el aire — ¡Voy a acabar con todos ustedes!

— ¡Este es mío! — gritó una voz detrás de él.

Dos láseres verdosos le dieron por la espalda, provocando que cayera al suelo.

Había sido Scorpia, quien le había disparado estos láseres de los guantes que poseía.

El matón intentó levantarse, pero la mercenaria no dudó en ningún momento y, usando su cola, atravesó la espalda de aquel tipo, asesinándolo inmediatamente.

Ella lo elevó en el aire y lo lanzó contra las máquinas gigantes que salieron del suelo, llenando una parte de la sangre de este.

Scorpia empezó a reír, mientras pateaba a algunos de los matones que estaban en el suelo.

Mientras ella hacía esto, sus demás compañeros la veían, algo incómodos.

— Definitivamente, no quiero meterme con ella — dijo Skein, dándose la vuelta.

— Manchó los "cometierras" — dijo Speed Demon.

— ¿Lo qué? — preguntó Boomer.

— Los cometierras — repitió — Le queda bien a esas cosas, ¿no?

— Solo un poco...

Felicia suspiró y caminó hasta uno de los hombres de Fortunato.

Le extendió la mano y ayudó a levantarse.

— ¿Estás bien? — preguntó la peliblanca.

— Eso creo... — respondió este, mientras tosía — Esos tipos... esas armas... ¿qué diablos le pasa a Hammerhead?

— No lo pienses mucho... o te dará dolor de cabeza — dijo — Asegúrate de que tus demás hombres estén bien. Hablaré con tu jefe.

— Sí, sí... gracias por la ayuda — le dijo, mientras comenzaba a caminar — La familia Fortunato no olvida estas cosas.

Blak Cat asintió y caminó hasta la entrada del teatro.

Antes de abrir las puertas, se dio la vuelta y miró como había quedado el campo de batalla. Miró como habían muerto matones de los Maggia en ese lugar.

Tal vez ella no había sido la que los mató, pero... si había sido la responsable.

Tratando de ignorar esos pensamientos, se dio la vuelta y abrió las puertas.

Estaba lista para hablar con el jefe de los Fortunato. 

De hecho, estaba segura que no tendría problemas. Acababa de ayudar a sus hombres...

Pero las cosas no le iban a salir tan fáciles.

Un enorme agujero se podía ver en el suelo del teatro, al igual que el desastre que había en todo el lugar.

Todo había sido una distracción.

Al principio, Felicia pensó que Don Fortunato había sido asesinado mientras luchaban, pero... no había cuerpo.

No tenía sentido que se llevaran el cuerpo muerto de Fortunato...

— Lo secuestraron... — murmuró la peliblanca.

— ¡Ay, no! — dijo uno de los miembros de la familia, entrando en teatro — ¡¿Lo mataron?!

— Se lo llevaron.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué...?!

— No tengo idea... — respondió — Esto no tiene sentido...

— ¡Mierda! ¡Diablos! — seguía quejándose el matón — ¡¿Ahora qué haremos?!

— Mantener la calma — dijo Aaron, acercándose.

El Merodeador miró todo el lugar destruido. No lo demostraba, pero hasta él estaba sorprendido por todo el desastre que había provocado el cometierra.

— Nosotros nos encargaremos de encontrar a tu jefe — dijo Felicia, entregándole un comunicador — Te informaremos cuando lo hagamos.

— ¿De verdad? — preguntó el matón.

— Mantén preparados a tus hombres para cuando llegue el momento — dijo — Podría ponerse feo.

— S-Sí... sí, claro... — dijo el matón — Haremos lo que sea para salvar al jefe.

— Perfecto... — dijo Felicia, sonriendo.

Ella se dio la vuelta y salió de ese lugar... lista para continuar con la misión que tenían en ese momento.

Tratar de convencer a los jefes criminales de unirse a ella.

***

Deshuesadero. Guarida de la banda de Tombstone.

El lugar estaba en plena batalla.

Los hombres de Tombstone intentaban derrotar a los Maggia, pero estos no eran lo suficientemente fuertes.

Eran derrotados y asesinados por los matones.

Sobrecarga y Quemador también intentaban dar batalla, pero les era complicado.

Los Maggia con mochilas cohetes lograban someterlos con facilidad.

Y mientras luchaban todos los miembros de los Maggia, Hammerhead y Tombstone se encontraban hablando en la oficina.

— ¡Creí dejarle claro a tus hombres que no me gustan las visitas sorpresas! — dijo Tombstone, lanzando al cabeza de martillo afuera de su oficina.

— Había extrañado nuestras charlas, Lincoln... — dijo Hammerhead, poniéndose de pie — Siempre fueron calurosas...

— ¡Fuiste un idiota al venir aquí! 

— Tal vez... pero quería asientos en primera fila para el momento del siglo.

— ¡¿Qué?!

— No todos los días podemos ver al gran Tombstone sangrar...

En ese momento, uno de los matones de los Maggia saltó detrás de Tombstone y le hizo inhalar una extraña sustancia.

Fue por unos cuantos segundos, pero Lincoln logró inhalarlo.

Aún así, el albino tumbó al matón al suelo y le aplastó la cabeza.

Tombstone le preparó para correr tras Hammerhead, pero este fue más rápido y le dio un disparo en el estómago.

Y ante todo pronóstico... este disparo hizo retroceder al líder de la banda.

Lincoln bajó la vista y vio como un líquido rojizo comenzaba a salir de su cuerpo.

— El narcótico funcionó — dijo Hammerhead, acercándose — Ya no te sientes tan fuerte, ¿verdad?

— ¿Con qué... diablos me drogaste? — preguntó Tombstone, agarrándose la herida — Me siento un poco... extraño...

— Ya sabes. Agente bloqueador de partículas. Lo normal.

— Me hiciste... me hiciste daño... — dijo — Esto no... no es posible...

— Bienvenido de vuelta a la experiencia humana, Lonnie.

En ese momento, Escarabajo se levantó del suelo y vio la situación que estaba pasando.

— ¡Papá! — gritó Janice, elevándose en el aire.

Ella voló rápidamente en dirección de Hammerhead, pero... antes de que pudiera tocarlo, uno de los matones de Hammerhead la golpeó con su poderoso escudo.

Este ataque la mandó volando contra la pared, destruyéndola por completo.

Hammerhead sonrió y golpeó a Tombstone con su arma, dejándolo inconsciente.

— ¡Llévenlo donde acordamos! — dijo el cabeza de martillo — ¡Larguémonos de esta pocilga antes de que vengan los de azul!

Varios matones Maggia levantaron el cuerpo de Tombstone y comenzaron a llevárselo de allí.

Mientras que los otros, comenzaban a tirar todo el líquido que tenían los contenedores Alchemax del deshuesadero.

Y le prendían fuego.

¡Ahora sí empieza lo chido!

Buenas a todos!! Espero les haya gustado!

Si así fue, pueden darle a la estrellita y compartirlo.

El mundo criminal en Nueva York es más grande que lo que uno pensaría, eh? ;).

Nos vemos!

Publicado el 15/11/21

***

La estación de policía acababa de ser atacada.

Las ambulancias y los paramédicos se encontraban atendiendo a los policías heridos.

Cuerpos de Maggia y de oficiales se encontraban tirados por todo el lugar.

Habían recibido un duro golpe.

Fue entonces que alguien aterrizó en medio de todo este desastre.

El Hombre Araña.

— ¿Qué pasó aquí? — preguntó Miles, viendo todo este desastre — ¿Qué...?

— Los Maggia... — respondió un policía detrás de él.

El nuevo capitán de policía, George Stacy.

— ¿Hammerhead hizo esto? — preguntó el moreno — ¿Ese perdedor?

— Lo planeó a la perfección — dijo Stacy — Fue a las cajas marcadas con "Proyecto Olympus".

— ¿Sabes qué es eso?

— No... pero lo tiene.

— Lo detendré.

— Eso espero... — dijo el capitán, dándose la vuelta — Tengo el presentimiento...

"De que esto no acabará nada bien..."

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