Capítulo 15
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BLACK CAT
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«No me importa si vive o muere»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
Un plan sencillo.
Es todo lo que se necesita para poder cumplir con los objetivos.
Realmente no existen los planes complicados y, aquellos que lo son, en realidad son varios planes sencillos unidos, uno tras otro, formando ese plan complicado.
En las guerras de territorio, las cosas son parecidas.
A cada momento, los líderes de los grupos criminales inventan planes para poder destruir al rival.
Planes que sirvan para acabar al otro y apoderarse del territorio del rival.
De esto se trata la guerra.
Crear planes simples que permitan acabar con el otro.
Y esto era lo que estaba ocurriendo.
— ¡Rápido! ¡Rápido! — decían los Maggia, agarrando todas las armas que podía.
Hammerhead se encontraba dentro del viejo sanatorio de Harlem.
— ¡Maldición! — decía otro Maggia, notando como no tenían mucha munición.
Así que, para poder atacarlo... se ideó un plan simple.
— ¡Llegó la hora!
Atacar de frente.
Conejo Blanco. Boomerang. Speed Demon. Hipo. Bruno. Swarm.
Todos ellos se encontraban caminando enfrente del sanatorio.
Mientras veían como los lacayos de Hammerhead salían de allí.
— Estos perdedores de verdad creen que pueden con nosotros — dijo Boomerang, sacando dos de sus armas de su espalda.
— ¡No van a ver de donde les llegó la zanahoria! — dijo Conejo Blanco, alzando su paraguas.
— Ella puede ser algo impulsiva — dijo Hipo — ¡Pero te aseguro que es una gran compañera!
— C-Claro... — expresó Boomer.
— Concéntrense... — dijo Bruno, poniéndose a cubierto — La jefa nos dio una orden y debemos hacerle caso.
— Lo sé, lo sé... Dios, ¿acaso no tienes personalidad?
— ¡Yo estoy listo para mostrar de que estoy hecho! — dijo Speed Demon — ¡Hagámoslo!
Entonces, este comenzó a correr rápidamente.
Los matones Maggia comenzaron a disparar con las armas que poseían, las cuales disparaban láseres.
Eran armas de Sable International.
De todas formas, a pesar de usar estas armas, ninguno de los disparos lograban darle a Speed Demon. Este se movía rápidamente, viendo como todos y cada uno de los rayos de energía se movían lentamente hacia su dirección.
Cuando finalmente dejó de jugar, decidió correr hasta donde estaba uno de los Maggia.
Pero, al dar un paso... algo estalló.
La explosión lo mandó a volar varios metros hasta caer sobre varias bolsas de basura.
— ¡Eres un idiota! — rió Boomerang, burlándose de él.
— Voy a aplastarte, amigo... — dijo Speed Demon, levantándose de la basura.
Los Maggia no se detuvieron y comenzaron a disparar, obligando a los miembros de la banda de Black Cat a cubrirse detrás de los muros que había allí.
— ¡Tenemos un problema! — dijo el hombre veloz — ¡El lugar parece estar minado!
— ¡Ya me di cuenta! — le gritó su compañero.
— ¡Yo me desharé de las bombas! — dijo Conejo Blanco, levantando su paraguas — ¡Voy a hacer estallar todo este lugar!
Entonces, varias zanahoria cohetes salieron disparados en dirección de los Maggia.
Estas se estrellaban enfrente de los matones, haciéndolos volar hacia todos lados.
Aún así, no se detenían y seguían atacando con todo lo que tenían.
— ¡No les dispares a ellos! — se quejó Boomerang — ¡Dispara al suelo! ¡Que exploten todas las minas posibles!
— ¡Tú no me das órdenes! — dijo Lorina
— ¡Solo hazlo!
— ¡No!
Ella seguía disparando, empezando a desesperar a todos sus compañeros criminales.
— ¡Conejo Blanco! ¡Obedece lo que te dice Boomerang! — dijo Bruno, disparando desde su francotirador — ¡Black Cat lo puso a cargo de esta operación!
— ¡¿Mi reina lo puso a cargo?! — preguntó Conejo.
— A-Ah... ¡sí! ¡Así es! — dijo Boomerang — ¡Ella me puso a cargo, así que haz lo que te digo!
Lorina lo miró, dudosa de las palabras que decían ambos.
Pero esto no duró mucho, ya que formó una sonrisa de oreja a oreja.
— ¡¿Por qué no lo dijiste nada?! — dijo Conejo Blanco, apuntando su arma al suelo — ¡Lo que sea por mi reina!
Las zanahorias explosivas salieron disparadas desde su paraguas en dirección al suelo, causando una gran explosión y provocando que el suelo comenzara a temblar.
Todo esta destrucción traería a la policía muy pronto.
— Ya enserio, ¿cómo funciona su cerebro? — preguntó Bruno.
— No lo sé... — dijo Speed Demon — ¡Pero es hora del segundo round!
Aquel grupo comenzó a acercarse, mientras seguían atacando y luchando contra los matones de Hammerhead, intentando evitar que estos entraran.
Lo interesante de este "complicado" plan, es que era el momento de ejecutar el segundo plan simple.
Mientras el grupo A se encargaba de distraer a los Maggia, era el trabajo del grupo B encargarse entrar sin que nadie se diera cuenta.
Los cuales se encontraban en lo alto de un edificio, al costado.
— No se ve muy bien... — dijo 8-Ball.
— Sí... para los Maggia — dijo Felicia — Bueno, ¿estamos listos?
— Estoy seguro que uno de ellos va a morir — dijo Ringer.
— Concéntrate en la misión — dijo Killer Shrike, empujándolo — Haz tu trabajo.
— S-Sí, señor...
Ringer sacó cinco anillos para cada uno.
El Merodeador disparó dos cables en dirección a una de las ventanas del sanatorio.
Gracias a los anillos, comenzaron a deslizarse hacia la ventana, logrando entrar a este sanatorio... aunque Ringer estuvo a punto de caer.
Era algo torpe.
— Boomerang, estamos dentro — dijo Felicia — Sigan así.
— En...did...o... — trataba de decir el criminal.
Pero la llamada se colgó en ese instante.
— No debe de haber mucha señal — dijo Felicia.
— Eso no será ningún problema cuando acabemos con ese cabeza de ladrillo — dijo 8-Ball, caminando por la habitación donde estaban.
— Y-Yo creo que... deberíamos ir cautelósamente... — dijo Ringer, caminando detrás del cabeza de billar — D-Digo... no sabemos que tan armados estarán.
— ¿Qué? ¿Tienes miedo?
— N-No... bueno, no de los Maggia... — dijo — P-Pero, ¿y si hay algún fantasma aquí...?
— El único fantasma en este lugar serás tú si no te callas y dejas de temblar — le amenazó Shrike, empujándolo a un lado.
— E-Está bien...
Black Cat y el Merodeador vieron como los tres sujetos salían de esa habitación y caminaban por el largo pasillo que había allí.
Todo esta sanatorio mental parecía llevar muchos años abandonado. Uno nunca pensaría que aquí se ocultaría una mafia tan grande como los Maggia.
¿O tal vez sí?
— Vamos — dijo Felicia, empezando a caminar.
— Prepárate — le dijo el Merodeador, caminando detrás de ella.
— ¿Disculpa?
— Tienes un gran odio latente contra Hammerhead — dijo — Te dañó y casi acaba con tu hijo. Usa eso para hacerle frente.
— ¿A qué te refieres?
— Que cuando estés a punto de hacer lo que debes de hacer... no dudes.
Felicia volteó y lo miró fijamente, confundida.
— Si te refieres a...
— ¡Jefa! — avisó Shrike — ¡Venga aquí!
Al acercarse, vieron un curioso hueco en el suelo, provocado por lo destruido que estaba el lugar.
Debajo, y rodeado por muchos escombros, se encontraba una gran sala, con varias mesas y sillas.
Parecía ser el lugar donde Hammerhead planeaba todas sus operaciones.
Los cuatro bajaron y comenzaron a revisar todo el lugar.
Realmente parecía ser el clásico lugar donde los mafiosos planean cosas de las películas.
— Debo admitirlo... Hammerhead tiene estilo — dijo Felicia, revisando un mapa encima de una mesa — Que curioso...
— Hammerhead estuvo ocupado — dijo el Merodeador, a su costado.
— Parece que estaban planeando apoderarse de todos los distritos de Nueva York — expresó la peliblanca, partiendo el mapa en dos — Siento que nuestro plan ya no es tan original como creía...
Aaron Davis siguió leyendo varias hojas sueltas en ese lugar.
Algo no le cuadraba.
— Hammerhead no es tan listo para poder planear todo esto — dijo — No está trabajando solo...
— ¿Con quién? — preguntó Felicia.
— Tengo una teoría...
— A-Ah... ¿chicos? — llamó Ringer, señalando algo a un costado de la habitación.
En una pared, estando incrustando por cuchillos, se encontraban cuatro fotografías.
Edward Lavell. Líder de la organización criminal conocida como "Eel". Esta organización había logrado apoderarse de varios distritos de Nueva York y había sido una gran competencia con los Maggia.
Don Fortunato. Miembro de la familia de los Fortunato y quien siempre entró en conflicto con los hombres de Kingpin hace un tiempo. Una familia que traicionó a los Maggia y que parece ser que Hammerhead quiere muerto.
Tombstone. Líder de su propia banda y que controla una buena parte del submundo criminal. Muy difícil de matar, por lo que pensar en eliminarlo sería algo estúpido.
Black Cat...
— Parece que te quiere muerta, jefa — dijo 8-Ball.
— Bueno, estuvimos destruyendo varios de sus centros de fabricación de dinero ilegal — dijo Shrike — No me sorprende tanto.
— Ojo por ojo... — dijo Felicia, continuando caminando.
— ¿A qué crees que se refiera? — preguntó Ringer a 8-Ball.
— No sé... y no me importa — dijo el criminal, siguiéndola.
Los cuatro caminaron por esa larga sala, tratando de encontrar la presencia de alguno de los Maggia en ese lugar.
Lo único que veían eran las cajas de Sable y de SWORD.
— ¿T-Tenemos un plan B si todo sale mal? — preguntó Ringer.
— Cállate... — expresó 8-Ball.
— S-Solo digo... soy alguien que únicamente dispara anillos — dijo — Y, bueno... digamos que son tan eficientes contra balas y... eso...
— ¿Por qué lo trajimos?
— Factor sorpresa — respondió Felicia — Ringer podrá asfixiarlos, sin que se den cuenta, con sus anillos.
— Pero para eso necesitamos que guarden silencio — dijo el Merodeador.
— Ya oíste — dijo el cabeza de billar, golpeando el brazo de Ringer.
— Lo siento... — expresó este.
Cruzaron un pasillo lleno de lo que parecía ser un equipo de cámaras, iluminación y audio.
Un equipo de transmisión en vivo.
— Creo que a Screwball no le gustará esto — dijo Felicia, viendo una de las cámaras.
— ¿Por qué no la reclutamos? — preguntó Ringer — Escuché que ella...
— No — dijeron los cuatro, continuando su caminar.
— O-Ok...
Abrieron una puerta y se encontraron con una gran habitación.
Una habitación... llena de gente Hammerhead, los cuales llevaban armas de Sable.
Estos voltearon y vieron a los cuatro criminales en el lugar.
— Creo que ya los encontramos... — dijo Felicia.
— Bueno, felicidades Ringer — dijo 8-Ball — Perdiste toda tu funcionalidad en esta infiltración.
— No seas tan duro con él.
— ¡No se muevan! — gritó uno de los miembro de los Maggia, levantando su arma de Sable.
Black Cat y su equipo se quedaron quietos, preparados para atacarlos.
Ambos bandos estaban preparados para atacar.
— ¿Qué hacemos? — preguntó uno de los Maggia — Ella está aquí...
— El jefe la quiere viva — dijo su compañero — Podemos acabar con los otros...
— Oh, lamento mucho decepcionarlos... — dijo Felicia — Pero ustedes no acabarán con nadie... nosotros sí.
El Merodeador saltó y comenzó a atacar a cada uno de los tipos armados, al igual que los demás.
La pelea acababa de empezar.
***
— ¡Estos tipos van a acabar con nosotros! — dijo Boomerang, ocultándose detrás de un muro de roca.
Las balas y láseres de las armas de los Maggia comenzaban a traspasar la estructura, obligándolos a correr en medio de los disparos.
Speed Demon no tenía problema en acercarse a los tipos armados.... la cosa era que algunos de ellos tenían placas que lo electrificaban con el simple toque.
No podía hacer mucho contra ellos.
— ¡Mueran! ¡Muera! — gritaba Conejo Blanco, disparando un montón de balas de una ametralladora de los sesenta.
— ¡Necesitamos un mejor plan que solo atacar! — dijo Speed Demon, empujando a Lorina, salvándola de las balas.
— ¡Yo tengo mi propio plan!
— Sí, se nota...
Boomerang comenzó a lanzar sus armas, logrando salvar la vida de Bruno de unos sujetos que se acercaban detrás de ellos.
— Maldita sea — se quejó este, sacando un boomerang de su espalda y lanzándolo al aire.
Este comenzó a girar rápidamente, pasando por todo el campo de batalla y elevándose hasta el cielo.
Un mecanismo en el boomerang provocó que se quedara suspendido en el aire, funcionando como un dron de reconocimiento.
— Muy bien... — expresaba Boomerang, conectando sus gafas a su artilugio — ¡Tengo visibilidad de toda el área!
— ¿Cómo se ve, amigo? — preguntó Hipo.
Boomerang se giró rápidamente, sorprendiéndose por la aparición repentina del hipopótamo humano.
Aún le parecía sorprendente que algo así existiera.
— ¡Tenemos un grave problema! — explicó Boomerang — ¡Los Maggia nos están rodeando!
— Eso no es bueno... — dijo Bruno, golpeando a un Maggia que se había acercado a él — ¡¿Tienes algún plan?!
— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué tendría un plan?!
— ¡Porque Black Cat te puso a cargo!
— ¡Eso no...! Ah... diablos...
Boomerang, también llamado Fred Myers, comenzó a pensar, oculto detrás de otra estructura de piedra.
Sus compañeros lo cubrían, mientras este dibujaba figuras extrañas en el suelo.
Ideaba un plan.
— Creo que este tipo está loco... — dijo Conejo Blanco.
— Lo tengo... — dijo Boomerang — ¡Muchachos, tengo un plan!
— ¡¿Qué necesitas?! — preguntó Speed Demon.
— ¡A ti y a Swarm!
En ese momento, un montón de abejas mecánicas cayeron a un costado de los criminales, revelando la presencia de Swarm.
— ¡Si van a hacer algo, háganlo ahora! — se quejó Bruno, ocultándose a un costado.
— ¡Speed Demon! ¡Necesito que corras en círculos en el centro del campo! — ordenó Boomerang — ¡Crea un tornado! ¡El más grande que hayas hecho!
— ¡¿Qué?! ¡Seré un blanco fácil si comienzo a correr en círculos! — reclamó Speed Demon, también llamado James Sanders.
— ¡Solo corre rápido y evita que te den! — le gritó — ¡Swarm! ¡Cuando Speed Demon haya creado el tornado, necesito que uses tus abejas para destruir las armas de esos tipos!
Swarm simplemente se quedó parado, viéndolo fijamente.
— ¿E-Está bien...? — preguntó Fred.
A lo cual, Swarm simplemente asintió, mientras un montón de abejas comenzaban a salir de la túnica que lo cubría.
Speed Demon tomó aire y comenzó a correr a una gran velocidad, esquivando disparos y láseres, logrando llegar al centro del campo de batalla.
Allí, dudoso de la decisión de Boomerang, comenzó a correr en círculos, lo más rápido que este podía.
Poco a poco, un tornado comenzaba a formarse en ese lugar.
Mientras esto ocurría, sus demás compañeros seguían defendiéndose del ataque de los Maggia, los cuales comenzaban a mostrar su superioridad.
El hecho que portaran esas armas de organizaciones importantes era una ventaja suprema.
Pero que también significaba una confianza suprema.
Boomerang sintió como era atraído hasta el tornado, por lo que se agarró de la estructura de piedra.
— ¡Todos! ¡Escuchen! — dijo Fred — ¡Agárrense de algo!
Sus demás compañeros lo escucharon y comenzaron a sujetarse de lo que podían, mientras los Maggia eran absorbidos por el tornado.
Algunos que se dieron cuenta del plan, trataron de darle a Speed Demon para que pudiera detenerse.
— ¡No... deben... darme! — gritaba James, mientras se movía lo más rápido que podía para esquivar las balas.
Pero estas eran demasiadas.
Al estar girando tan rápido, él estaba en todos los lugares y al mismo tiempo en ninguno de ellos.
Las probabilidades de que una de esas balas le dieran era muy grande... y muy baja.
Aún así, siguió corriendo lo más rápido que podía.
— ¡Swarm! — gritó Boomerang — ¡Tus abejas...!
Mientras este hablaba, la estructura de piedra de la que se sujetaba se destruyó, provocando que este saliera volando hasta el tornado.
Y pudo terminar en este... de no ser porque Hipo lo sujetó fuertemente.
— ¡Te tengo, amigo! — dijo Hipo.
Swarm simplemente dejó que sus abejas fueran absorbidas por el tornado.
Sus pequeñas y diminutas abejas comenzaron a aterrizar sobre las armas de los matones de Hammerhead, rompiendo los cables de estas y dejándolas inutilizables.
Bruno, Conejo Blanco y Boomerang atacaban a los Maggia que habían logrado sujetarse de algo y que empezaban a dispararle a Speed Demon.
Lo estaban logrando. Estaban ganando esa batalla.
— ¡Muy bien, Speed Demon! — dijo Boomerang — ¡Detente! ¡Ahora!
Ni bien dijo eso, del huracán salió disparado Speed Demon.
Este atravesó una pared de ladrillos, estrellándose contra un auto, partiéndolo en dos, y acabando en un callejón.
Estaba cansado, adolorido... pero seguía vivo.
El tornado se deshizo de golpe, mandando a volar a los Maggia hasta el suelo, dejando debilitados a todos ellos y con armas no funcionales.
— ¡Lo hicimos! — celebró Conejo Blanco.
— ¡Sí! — celebró también Hipo, chocando los cinco con su amiga.
Fred corrió hasta James, ayudándolo a levantarse, mientras reían los dos por la victoria.
Swarm simplemente se quedó quieto, viendo como sus abejas volvían alrededor suyo.
Pero había uno que no celebraba nada...
— He llegado a ver las armas de SWORD y de Sable — dijo Bruno, viendo una de estas tiradas en el suelo — No se comparan en nada a estas...
— ¿Qué quieres decir? — preguntó Boomerang.
— Si querían proteger a su jefe... ¿por qué mandar a sus hombres con armas de poco calibre?
— Espera, espera... — decía un cansado Speed Demon — ¿Quieres decir que esto... fue una distracción?
— ¿Por qué querrían distraernos?
Todos voltearon a ver el sanatorio abandonado.
Habían sido engañados.
— Oh, no... — dijo Bruno, tratando de conectarse por su comunicador — ¿Jefa? ¡Jefa! ¡Responda!
Había sido una trampa.
***
Black Cat saltó y logró golpear a uno de los Maggia en la cara, estrellándolo contra una pared y dejándolo tirado en el suelo.
El Merodeador logró incrustar sus garras contra la pierna de otro, para luego arrastrarlo por el suelo y lanzarlo contra un mueble.
— ¿Enserio es lo mejor que Hammerhead tiene? — preguntó Felicia.
Fue en ese momento que el tipo que ella había estrellado se levantó y saltó hacia ella, inadvertidamente.
Pero no logró lastimarla porque Killer Shrike apareció y le pateó en el mentón, dejándolo inconsciente.
— No debería de confiarse, jefa — dijo Shrike, sonriéndole — No es bueno para los negocios.
— ¿"Para los negocios"? Me gusta esa frase, Shrike — dijo Felicia, levantando su puño y lanzándole una bala eléctrica a otro tipo que se acercaba a ella — Creo que te la robaré, amigo.
— Es un gran placer para mi que la usted la use.
— Ya, no hagas esto raro.
8-Ball lanzó sus bolas de billar al suelo, haciendo tropezar a los últimos dos matones de los Maggia.
Estos intentaron levantarse, pero las bolas estallaron en sus caras, mandándolos a volar.
Y mientras estos terminaban de pelear... Ringer se quedaba temblando en una esquina.
— Bueno, pudo ser más emocionante — dijo 8-Ball — ¡Me alegro tanto ver que todos aportaron en la pelea!
— Y-Yo... — trataba de decir Ringer.
— No recuerdo que haya sido tan tímido cuando lo presentaste — dijo Felicia al Merodeador.
— Ni yo — dijo este.
En ese instante, las puertas que había a un lado de ellos se abrió de golpe.
Esto llamó la atención de todos allí, quienes se prepararon para quienes se acercaran.
De la sombra que adentro, comenzaron a salir varios soldados Maggia armados. Estos alzaron sus armas y apuntaron a todos los de la banda de Cat, empezando a rodearlos.
— Bueno, parece ser que tendremos que seguir bailando... — dijo Felicia.
"Oh, yo creo que no..."
La voz de una persona caminando entre las sombras se hizo escuchar.
Hardy volteó y pudo reconocer de quien se trataba esta persona.
— Hammerhead — dijo la peliblanca, viéndolo acercarse.
— Ha pasado tiempo, Cat — dijo el cabeza de martillo, con una de las armas de Sable en sus manos — Me alegra ver que sigues viva.
— El sentimiento no es mutuo.
— Lo sé, lo sé... estás molesta. Lo entiendo bien — dijo — Yo también estoy molesto. Y mucho... ¿tienes idea de cuánto dinero y tiempo que costaste?
— ¿Vas a darme un sermón?
— No lo sé, ¿tú lo haces? ¿Lo haces con tu pequeño grupito de tipos malos? — preguntó — Te hubiera servido hacerlo... aún si es solo para alardear... así hubieras sabido del traidor en tus filas.
— ¿Qué? — preguntó el Merodeador.
En ese instante, un montón de anillos envolvieron el cuerpo de cada uno de la bandas, provocando que estos cayeran de rodillas al suelo.
8-Ball volteó y vio como Ringer había sido que los había atrapado.
— ¡¿Eras un traidor?! — gritó el cabeza de billar — ¡Miserable bueno para nada!
— ¡Cierra la boca! ¡Todo está saliendo de acuerdo al plan! — le gritó Ringer — Atacarlos por sorpresa con mis anillos, ¿no...?
— ¡Pero no era a nosotros, idiota! — dijo Shrike, recibiendo un golpe de parte de uno de los matones.
Felicia, con sus garras, comenzó a intentar liberarse de los anillos que rodeaban sus muñecas.
Lo mismo intentaba Merodeador, con la diferencia de que este podía hacerlo en cualquier momento. Solo esperaba la señal de Cat.
— "No hay honor entre ladrones". Una frase que viene bien ahora, ¿no? — preguntó Hammerhead a sus hombres — Las personas como tú, Hardy, no entienden lo que es el honor...
— ¡Ya hice lo que me pediste! — gritó Ringer — ¡¿D-Dónde está...?! ¡¿Dónde está mi hija?!
Hammerhead sonrió, mientras hacía una pequeña seña a uno de sus hombres.
— ¿Por qué no te acercas, Anthony? — dijo el líder de los Maggia, alzando sus brazos.
Ringer caminó lentamente hasta Hammerhead.
— ¡N-No quiero juegos! — dijo Ringer — ¡Solo quiero que me digas donde...!
— Ella está bien, amigo — dijo — Vamos, ven aquí...
El criminal que maneja anillos se acercó hasta quedar cara a cara con Hammie, el cual, sin avisar, le dio un abrazo.
— Verán, yo... soy un caballero. Si tocaran la puerta... les abriría — dijo Hammerhead, haciendo a un lado a Ringer — Pero tenían que entrar por las malas.
— ¡Cierra la boca! — preguntó Felicia.
— Ese es el problema con los ladrones de ahora: no respetan... — dijo — Se han vuelto muy frágiles... creen que todo lo que les sucede es injusto... En el pasado, cuando nos golpeaban, respondíamos... nos ganábamos su respeto... y sabían cual era su lugar.
El líder levantó su mano izquierda y la apoyó en el hombro de Ringer.
— Aprendían a temernos...
Y fue entonces que, sacando una pequeña pistola de su bolsillo, le disparó a Ringer en el estómago, provocando que este cayera al suelo, adolorido.
Felicia no vio venir eso.
No esperaba que le disparara sin previo aviso.
— Pero ahora creen que nos pueden vencer fácilmente — dijo Hammerhead, apuntando a la cabeza de Ringer — Creo que es hora de volver a imponer ese miedo...
De pronto, Black Cat logró abrir el anillo que aprisionaba sus muñecas.
Usando sus garras, destruyó los anillos que envolvían sus brazos.
El Merodeador logró también liberarse y atacó a los matones de los Maggia. 8-Ball y Killer Shriker se levantaron y también comenzaron a atacarlos, aún teniendo los anillos rodeándolos.
Felicia derribó a uno de los Maggia que estaban al costado de Hammerhead, mientras que a otro lo electrificó con sus balas eléctricas.
Saltó y fue hacia Hammerhead, lista para acabar con él...
Pero cuando estuvo a punto de hacerlo... sus garras se detuvieron.
Hammerhead había tomado a Ringer entre sus brazos y tenía su arma apuntándole en la cabeza.
Esto no iba bien.
— ¿Qué pasa, Hardy? — preguntó Hammerhead — ¿Por qué te detienes?
— Baja tu arma.
— ¿Acaso te preocupas por él? ¿Temes que acabe con su vida?
— ¡N-No...! — se quejó Ringer, agarrándose la herida en su estómago.
— Suéltalo... — volvió a decirlo Felicia.
— ¿Y si no quiero...? Oh, ya sé que está pasando... no puedo creerlo... — dijo Hammerhead, soltando algunas risas — La moral de un héroe... sigues teniendo esa moral de justicia dentro de ti.
— No lo voy a repetir, cabeza de...
— A pesar de que este tipo de aquí te traicionó... no quieres que muera. No quieres que nadie muera porque sabes... que eso no te haría mejor que yo — dijo — Bueno, déjame aliviar tus penas... ¡Yo soy mejor que tú!
— No me importa si vive o muere.
— ¿Ah no? — dijo, acercándose más a ella.
Se acercó hasta el punto en que sus garras estaban a centímetros de su cuello.
— Si me matas ahora... puede que mi dedo se resbale y termine matando a Anthony... — dijo Hammerhead — Y no quieres dejar a una pobre niña huérfana... ¿o sí?
Felicia se quedó petrificada.
No quería ser la causante de algo así.
Lo único que le quedaba era que uno de sus compañeros llegara y la ayudaran en esta situación, pero estos estaban ocupados luchando contra los matones.
A pesar de que solo estaban pasando unos segundos... esto se sentía como si fuera horas.
— P-Por favor... no quiero morir... — dijo Ringer — N-Necesito verla... por favor, jefa... yo...
La mano de la peliblanca temblaba.
Podía ser tan fácil.
Un simple movimiento. Uno muy rápido y todo acabaría.
Podría ser libre de todo esto, pero... no podía.
No podía hacerlo...
— Ahí está... — rió Hammerhead, viendo el rostro de Felicia — La perfecta demostración... de lo débil que eres.
Entonces, su vista se movió hasta detrás de Hardy, haciéndola voltear.
Allí vio como un matón Maggia levantaba su arma y se preparaba para dispararle.
Pero antes de que pudiera hacerlo, el Merodeador saltó y lo tiró al suelo, derrotándolo.
— ¡Acaba con él! — le dijo Aaron.
Felicia asintió nerviosamente y se dispuso a volver a girarse...
Cuando escuchó un disparó.
Mientras se daba la vuelta lentamente... pudo ver como los sesos de Ringer volaban a un costado suyo.
La sangre de su ex compañero le empapó una parte de la cara.
No había podido salvarlo de las manos de Hammerhead.
Ella miraba al suelo, observando el cuerpo muerto de Ringer...
Apretó sus dientes y se dispuso a atacar a Hammerhead, pero este fue más rápido.
La razón por la que el líder de los Maggia se llama "Hammerhead" es por el simple motivo de poseer una placa de metal en su cabeza. Esta placa es prácticamente indestructible y... muy dura.
Apenas logró golpearla con fuerza, pero esto fue suficiente para romperle la nariz a la peliblanca, dejándola tirada en el suelo.
Este golpe la había mareado. Todo comenzaba a darle vueltas.
Hecho que Hammerhead aprovechó para escapar de allí, con algunos de sus hombres.
Felicia intentó levantarse... pero su cabeza no se permitió.
Terminando en el suelo...
Inconsciente.
Hello!!!
¡Finalmente, continuamos con las adaptaciones!
Espero les haya gustado este capítulo, chicos!!! Si así fue, pueden darle a la estrellita y comentar y todo eso jeje.
Nos veremos en el siguiente capítulo!
Publicado el 09/11/21
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