Capítulo 12
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BLACK CAT
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«Me daría mucha pena el decirles que acaben con ustedes...»
⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯
Nadie dijo que una guerra por los territorios de Nueva York iba a ser algo fácil.
Aunque tampoco dijeron que iba a ser algo difícil.
Era algo de suponer si a quien quieres derrotar es a una mafia que lleva más de treinta años en las calles de la ciudad.
Pero los vejestorios como ellos siempre tienen la misma debilidad: las viejas tradiciones.
Los Maggia tienen tradiciones que siguen al pie de la letra. Un perfecto ejemplo de esto sería la tradición de la Boda de los Mártiles, o la vieja tradición de usar horribles sombreros de mafiosos... también llamadas fedoras.
De todas formas, lo mejor que se puede hacer en este tipo de situaciones... es aprovechar todas estas debilidades.
— ¿Están todos en posición? — preguntó Felicia.
— En posición — confirmó Shrike.
— Aquí — dijo Boomerang.
— E-Espera... — decía Speed Demon — ¡En posición!
— Eres rápido... ¿cómo siempre llegas tarde? — preguntó Fundidor.
— ¡No me juzgues!
— ¿Ringer? — preguntó Cat.
— ¡Aquí, señora!
— Voy a suponer que Swarm también está en posición... — dijo — A mi señal...
"¡Ahora!"
Todos los miembros de la banda saltaron y entraron de golpe a la fábrica de dinero ilegal de los Maggia.
Listos para destruirla por completo.
Las últimas semanas habían sido así.
Destruir las propiedades de los Maggia. Robar algún que otro banco. Perder a la policía.
Todo esto sin cobrar ninguna vida de esos matones.
Black Cat había intentado evitar cruzar esa línea, lo cual llegaba a fastidiar a varios de los miembros de su banda.
Pero era lo que ordenaba la gata... así que no tenían otra opción que obedecer. Además de que cada operación que realizaban siempre terminaba en un completo éxito.
Ni siquiera los héroes que protegían la ciudad habían podido encontrarse con ellos.
Realmente, Felicia no podía llevarse todo el crédito en estas operaciones. Si no fuera por la ayuda del Merodeador, o de Boris, a la hora de planear estos ataques, estarían en aprietos.
Aunque, Aaron Davis parecía no llevarse bien con Korpse... siempre buscaba una manera de contradecirlo.
Si era algo fastidioso, pero no le tomaba mucha importancia. Además, pronto Bruno podría unirse a ellos a su banda.
Todas los matones de Hammerhead terminaron siendo derrotados, mientras que las máquinas que fabricaban dinero eran destruidas por las abejas de Swarm.
Misión cumplida.
— Gran trabajo, señores — dijo Felicia, viendo como uno de los matones caía desmayado en el suelo — Ustedes sí que saben como hacer una fiesta.
— Usted tampoco lo hace nada mal — dijo Shrike.
— Gracias, gracias...
— ¡Yo tengo una duda! — dijo Speed Demon, mientras se movía rápidamente, de maquinaria en maquinaria — ¡¿Por qué no nos quedamos con una de estas cosas?!
— ¿Hablas de... crear nuestro propio dinero ilegal?
— ¡Sí! ¡En vez de destruir estos lugares, podríamos solo botar a los Maggia!
— ¡Tarado! ¡Así no funcionan las cosas! —le gritó Fundidor, derritiendo una de las máquinas — ¡Sí nos quedamos con uno de estos lugares, Hammerhead también vendría a destruirlo!
— ¡B-Bueno...! ¡¿Podríamos llevarnos una?! — preguntó Speed Demon, deteniéndose enfrente de Cat — Llevarlo a nuestro escondite y usarlo.
— ¡Estas cosas son enormes! ¡No podríamos!
— ¡¿Cuál es tu problema conmigo?!
— ¡Cállate, niño veloz!
— Cálmense, ustedes dos — dijo Felicia, agarrando a ambos de los hombros — No nos vendría mal usar ese dinero...
— ¡¿Ves?! — dijo Speed Demon.
— El tamaño podría ser un problema... pero yo me encargaré de buscar una solución — dijo — Ahora, volvamos de una vez...
Había que seguir trabajando.
***
El escondite que Felicia tenía, con Bruno y Boris, se había convertido en el principal centro de operaciones de su banda.
Tenían suerte que no fueran muchos, ya que podrían terminar apretados.
Aunque puede que eso cambie.
— ¿Fabricar dinero? — preguntó Boris — Una máquina de esas no entraría en este lugar, Hardy.
— Podríamos buscar otro lugar — sugirió la peliblanca.
— Eso sería algo peligroso... sobretodo en este momento.
— No del todo — dijo el Merodeador — Yo me encargaré de buscar alguna zona más grande.
— C-Claro...
— Ahora debemos de hablar de algo más importante.
Aaron Davis cerró la puerta de la oficina en la que se encontraban y presionó el botón de su guante, activando un holograma.
Esta pantalla holográfica mostraba un montón de imágenes de criminales, con sus nombres y descripción.
— Reclutar — fue lo único que dijo.
— ¿Quieres que añadamos más tipos malos a nuestras filas? — preguntó Cat.
— ¡¿A-Ahora?! — expresó Boris — ¡¿No es muy pronto?!
— Tengo algunas sugerencias, aunque tú tienes la última palabra — dijo Aaron, presionando las teclas de su guante.
— ¿Me ignoró?
Kraven, el cazador.
Conejo Blanco.
Escarabajo.
Esos eran los nombres que el Merodeador le sugirió.
— Kraven no — dijeron Felicia y Boris al mismo tiempo.
— Es un tipo raro — añadió Korpse.
— Además, es muy fácil de derrotar... — dijo Hardy.
— Deberías considerarlo — dijo el villano — Sus habilidades en combate son sobresalientes, además de ser un maestro a la hora de cazar a sus presas.
— El Hombre Araña lo derrotó en más de una ocasión — dijo Boris — Vi las grabaciones. Ni siquiera se esforzó.
El Merodeador ignoró a Boris y miró a Felicia, quien dudaba mucho en si reclutarlo o no.
— Lo pondremos en posibles candidatos — dijo la peliblanca — ¿No tienes a otros?
— Está Fixer y Scorpia — respondió — El primero puede crear cualquier arma que queramos en segundos. La segunda usa una armadura parecido al del Scorpion original.
— No me parece malas opciones... — dijo Boris.
— Además, alguien con las habilidades de Fixer nos podría ser útil... — decía Felicia — Bueno, supongo que primero iremos tras Conejo Blanco.
— ¿Crees que esa demente quiera unirse a nosotros? — preguntó Boris — Ella cree que vive en el País de las Maravillas.
— He recopilados datos de ella — dijo el Merodeador — Lidera un pequeño grupo de criminales: Los Menagerie.
— ¿Así se llaman? — preguntó Felicia.
— Parece ser un grupo compuesto por criminales con poderes de animales.
— B-Bueno... supongo que podríamos ver como unirlos...
— Esto es una pésima idea... — murmuró Boris, incrédulo.
***
— ¡Tomen esto, sucios sirvientes! — decía Conejo Blanco, mientras lanzaba zanahorias explosivas a los coches de los policías — ¡No podrán enviarme con la Reina Roja! ¡Jamás permitiré que me corte la cabeza!
Una persecución a alta velocidad se llevaba a cabo en las calles de la ciudad de Nueva York.
Un extraño vehículo, conducido por un hombre hipopótamo, se encontraba siendo perseguido por la policía.
Su robo al banco había sido un completo éxito.
— ¡¿Puedes dejar de decir estupideces?! — preguntó su compañera, mientras abría la ventana del vehículo — ¡Me estresas!
— ¡Oh! ¡¿Acaso vas a usar tus poderes, Polilla Gitana?! — preguntó Conejo Blanco, emocionada.
— ¡No me llames así! — le regañó — ¡Mi nombre es Skein!
Skein tenía la capacidad de poder manipular, telequinéticamente, cualquier tipo de tejido. Usando esas habilidades, usó la ropa de los oficiales de policía para crear máscaras que no les permitiera ver.
Los policías terminaron chocando entre sí, perdiendo de vista al equipo, quien seguía escapando a gran velocidad.
— ¡Gran trabajo, Polilla! — dijo Conejo Blanco, abrazándola.
— ¡No me digas así! — se quejó Skein, malhumorada.
— Señoritas, ¿a dónde desean que las lleve? — preguntó el hombre hipopótamo — ¿Volvemos a nuestro "cuartel general"?
— ¡Sí! ¡En dirección al reino de la Reina Blanca! — respondió la mujer.
— ¡Pues vamos allí! — dijo Hipo, aumentando la velocidad.
— ¿Por qué acepté unirme a ustedes...? — cuestionó Skein
El vehículo conducido por el viejo compañero de la fallecida Panda-Mania, Hipo, fue velozmente hasta lo que parecía ser un gran edificio en Upper East Side.
El trío bajó del vehículo y subieron por el elevador, tranquilamente. El guardián del edificio era un viejo que siempre se quedaba dormido.
No tenían problema a la hora de llevar su dinero.
— ¿Cuál otro banco deberíamos de robar? — preguntó Hipo, caminando por el pasillo.
— El Chase Bank podría ser una opción — respondió Skein — Aunque, creo que no deberíamos limitarnos a bancos pequeños.
— ¡¿Hablas de robar bancos grandes?! — gritó Conejo Blanco, emocionada.
— Claro que no... y no grites — se quejó — Tal vez podríamos robarle tecnología a Industrias Stark o... robar en el Edificio Baxter.
— Pero... ¿no es imposible robarle a los supers? — cuestionó Conejo Blanco — Digo, casi nadie puede hacerlo...
— Yo creo que si trabajamos en equipo, podemos lograr lo imposible — dijo Hipo, sonriente — ¡Nadie podrá detenernos!
— No tienen idea cuánto los odio a ustedes dos... — suspiró Skein, sacando las llaves de su bolsillo.
Sybil Dvorak, alias Skein... o Polilla Gitana, según Conejo Blanco. Nacida como una mutante, terminó siendo derrotada en múltiples ocasiones por Spider-Woman. Es una ladrona y criminal que busca vengarse de Spider-Woman. Además de que, gracias a sus poderes, puede crear unas alas con las cual planea.
Lorina Dodson, alias Conejo Blanco. Una mujer obsesionada con el libro de "Alicia en el país de las maravillas". Con la fortuna de su difunto esposo, terminó volviéndose una criminal porque... buscaba una vida llena de peligro y emoción... Usa zanahorias explosivas que salen disparados de un paraguas.
Hipo. Nació siendo un hipopótamo, común y corriente, hasta que un misterioso sujeto en armadura roja lo hizo evolucionar hasta convertirlo en un hipopótamo humanoide. A pesar de parecer tener una agradable actitud, le gusta hacer fechorías. Esto era, sobretodo, en compañía de su vieja amiga, Panda-Mania, quien fue asesinada por el Hombre Araña.
Skein metió las llaves en la perilla de la puerta y la abrió, mostrando la oscuridad que provocaba el apartamento por tener las luces apagadas.
Dio un paso, dispuesta a prender las luces... hasta que escuchó un sonido.
El pequeño ruido, y casi imperceptible, de una persona dando una pisada en la oscuridad.
Eso prendió todas sus alarmas.
— ¡Te tengo! — gritó Skein, atacando el lugar de donde venía el ruido.
— ¡¿Qué demonios?! — gritó la persona que estaba en la oscuridad.
— ¿Qué sucede? — preguntó Lorina, encendiendo las luces.
Cuando estas brillaron, mostraron como en el pasillo del apartamento, un viejo moreno y pequeño intentaba cubrir su cuerpo, mientras toda la tela de su ropa salía volando de allí.
En segundos, esta persona terminó desnudo y ocultándose detrás de un sofá.
— ¿Y este quién es? — preguntó Skein — No es otro de tus clásicos secuestros, ¿o sí? ¿Conejo?
— N-No... creo... — dijo la criminal — ¿De casualidad te llamas Jamie?
— C-Chicas... — dijo Hipo, señalando los otros sofás que estaban a un costado.
Sentada, se encontraba Felicia Hardy, quien miraba incrédula lo que le acababa de ocurrir a Boris.
— No mencionaste a una tipa que deshacía ropa — dijo Cat.
— No lo creí necesario — exclamó el Merodeador, apoyado en la pared en la que estaba la puerta.
Conejo Blanco soltó un grito al nota la presencia de Aaron, protegiéndose detrás de Skein.
— ¡Suéltame! — gritó Sybil, empujando a Lorina.
— Te dije que te ocultaras en el armario — le dijo Felicia a Boris.
— Deshizo mi ropa... — exclamó este.
— Te lo dije.
— ¡Deshizo mi ropa!
— ¡¿Quién carajos son ustedes?! — preguntó Skein, preparándose para atacarlos.
— ¡Oye! No los insultes — exclamó Hipo — Tal vez sean amigos.
— ¡¿Lo dices enserio?!
Black Cat volteó a ver al Merodeador, dando a entender que ella no estaba segura de todo esto.
Aún así, el villano asintió con la cabeza, provocando un suspiro por parte de la peliblanca.
— Esperaba tener una mejor presentación... — murmuró la gata, mirando a los tres criminales — Los Menagerie... un placer por fin vernos.
— ¡Oye! ¡Yo la conozco! — dijo Conejo Blanco, levantándose de su asiento — ¡Eras la novia del Hombre Araña! ¡Te vi en televisión!
— ¿S-Solo por eso me recuerdas...?
— ¡Sí!
— C-Claro... bueno, no importa — dijo — Vengo a ofrecerles... una invitación.
— Le entro — dijo Skein.
— ¿Qué?
Sybal caminó hasta Felicia y se arrodilló frente a ella.
Tenía una expresión de alivio en el rostro... lo cual era raro.
— No sabes cuanto tiempo he estado esperando para que otro grupo criminal me invitara a unirme — dijo Skein, uniendo sus dos manos — Por favor, déjame unirme a tu banda.
— ¿Si quiera sabes mi nombre?
— Prometo tatuármelo.
— ¡Esto fue una pérdida de tiempo! — gritó Boris, asomándose.
— Espera, espera... — dijo la peliblanca, volviendo con Skein — Te tatuarías mi nombre... ¿y también mi rostro?
— Lo que sea — dijo Skein.
— Hum...
— ¡¿Enserio lo estás pensando?! — cuestionó Korpse.
— Somos la banda de Black Cat — dijo el Merodeador — Buscamos criminales que quieran unirse a nosotros y ustedes son candidatos.
— ¡Espera, ¿ellos también?! — dijo Skein, señalando a su viejo equipo — ¡Son unos buenos para nada!
— ¡Oye! ¡Eso ofende, Polilla! — dijo Conejo Blanco.
— ¡Te dije que no me llamaras así!
— Todos ustedes están invitados a unirse — aclaró Felicia — Y créanme... les conviene unirse.
— Tendremos el control absoluto de la ciudad — dijo el Merodeador — Acabaremos con todos los que se interpongan en nuestro camino.
— Eso los incluye... claro, sí es que no aceptan...
— ¡¿A sí?! ¡¿Tú y qué ejercito?! — preguntó Lorina.
Felicia chasqueó los dedos.
En ese momento, el vidrio de la ventana se rompió y rozó la cabeza de Conejo Blanco, impactando la pared.
Una asustada Lorina Dodson se dio la vuelta, observando como se trataba de una simple bola de billar lo que había creado un cráter en su pared.
Se dio la vuelta y miró a través de la ventana, observando como 8-Ball les apuntaba con un francotirador de bolas de billar.
— Digamos que tengo amigos algo... amenazadores — dijo la peliblanca, sonriente — Me daría mucha pena el decirles que acaben con ustedes...
Boris levantó la cabeza, mirando incrédulo a Felicia Hardy. No daba crédito a lo que escuchaba salir de la boca de Cat.
— ¡Incluso sabes crear amenazas! — dijo Skein, tomando las manos de Felicia — ¡Estaría encantada de trabajar a tu lado!
— B-Bien... supongo que cuento contigo — dijo Felicia, algo incómoda — ¿Los demás?
Conejo Blanco miraba fijamente a la peliblanca, enfocándose en esto último.
— Tu ropa es negra, pero tu cabello... ¡Ah! ¡Casi no te reconozco! — dijo — ¡Eres la Reina Blanca!
— ¿Perdona...?
— ¡Mi reina! ¡Sabía que algún día volvería a verla!
Fue entonces que Lorina se puso de rodillas, inclinándose como si estuviera realmente frente a una reina.
— ¿De qué habla esta loca? — se preguntó Boris.
— Yo la seguiré a donde me mande, mi reina — dijo Conejo Blanco, sonriendo — Juntas derrotaremos a la Reina Roja y, finalmente, traeremos paz a todo el reino...
— ¿G-Gracias...? — dijo Felicia, igual de confundida como todos en la sala.
Ella suponía que mientras le hiciera caso... no habría problemas.
Aunque, algo le decía que tal vez... Conejo Blanco no estaba del todo bien de la cabeza.
— ¿Y tú, señor hipopótamo? — preguntó la peliblanca — ¿Entras al barco?
— Normalmente diría que no, porque saliste con el tipo que mató a mi vieja amiga — dijo Hipo — ¡Pero mis nuevas amigas decidieron unirse a ti, así que también iré!
— Definitivamente, esto es una mala idea... — volvió a decir Boris.
— D-De acuerdo... — dijo Felicia — Cuento con ustedes para que me ayuden a alcanzar mi objetivo.
— ¡Sí! — exclamó Skein.
Los primeros miembros que reclutan y son algo... raros.
Pero dicen que mientras más, mejor.
De todas maneras, las habilidades que tienen ellos podrían serle muy útiles en algún momento.
Primera reclutación... un éxito.
— O-Oye... — decía Boris — ¿P-Puedes arreglar... mi ropa?
— No — dijo Skein.
— D-Diablos...
***
En el penthouse de Felicia Hardy, se encontraba una persona cuidando al pequeño niño.
Mary Jane Watson.
La pelirroja, una vez se recuperó de sus heridas, insistió a Felicia de ayudarla a cuidar a Walter.
En un inicio, la peliblanca se negó... pero viendo lo ocupada que iba a estar, terminó aceptando.
MJ creía que todo iba a ser como siempre había sido... pero, al parecer, no...
Las cosas habían cambiado.
— ¿Cómo que no vendrás? — preguntó Mary Jane, al teléfono.
— Estoy ocupada en la... oficina... — dijo Felicia.
— Claro... la "oficina" — repitió — Y con eso... ¿a qué te refieres?
— A la oficina, MJ... por favor, solo cuídalo esta noche — dijo Felicia — No te lo volveré a pedir.
— Me lo vas pidiendo varias noches, Felicia... ¿en qué estás tan ocupada?
— En algunos asuntos... — le contestó — Debo colgar. Gracias, de nuevo.
— E-Espera...
Pero la pelirroja no pudo seguir hablando.
Felicia Hardy le había colgado el teléfono.
Cuando hablaron en el hospital, Felicia le había dicho sobre su plan de dejar la ciudad, junto a su hijo, con el objetivo de huir de Hammerhead y los Maggia.
Pero resulta que ahora había conseguido un "trabajo" que le permitiría tener más dinero y huir, ahora sí, de la ciudad.
Eso no tenía sentido para la pelirroja.
En primer lugar, ¿por qué gastaría tanto dinero en otro penthouse si busca salir de la ciudad?
¿El dinero que tenía no le era suficiente?
— ¿Tía MJ? — dijo Walter, caminando hasta la pelirroja — ¿Estás bien?
Mary Jane lo miró y suspiró, formando una sonrisa.
— Sí, todo está bien... — dijo MJ, cargando a Walter entre sus brazos — No tiene que ver contigo, pequeñín.
¿O tal vez sí?
— Oye, ahora hablas mejor que antes — dijo la pelirroja, llevándolo a la cocina — ¿Qué te parece sí celebramos eso?
— ¡¿Helado?! — preguntó Walter, emocionado.
— No le digas a tu madre que te di helado — le dijo — Si es que la ves en un día de estos...
— ¡Vainilla!
— Bien, bien... te daré de vainilla.
MJ dejó a Walter encima de la isla de la cocina, abriendo el refrigerador y sacando el bote de helado.
Ella también se preguntaba... si es que debía de decirle todo lo que ocurría a Miles Morales o a alguno de sus amigos.
Sentía que no debía de traicionar la confianza que Felicia le estaba dando, pero...
¿Hasta que punto era aceptable no traicionar esa confianza?
Esa duda la comenzaba a carcomer por dentro...
Mientras le daba a Walter el helado que quería.
Hagamos como si no me olvidé de publicar capítulo, ¿de acuerdo?
Feliz Halloween!!!
Como están?
Espero les haya gustado el capítulo.
Así es, viejos personajes están volviendo a las historias y nuevos van a aparecer próximamente ^^.
Este mundo se vuelve más grande ;).
Nos vemos en el siguiente capítulo!
Publicado el 31/10/21
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