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BLACK CAT
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«Sí le haré mucho... mucho daño.»

⎯⎯ Historia de Web of Spider-Man ⎯⎯

El Merodeador, Black Cat y Boris comenzaron a saltar por los distintos edificios de la ciudad de Nueva York.

Korpse no paraba de gritar cada vez que saltaban, agarrándose fuerte de Felicia para no estrellarse contra el pavimento.

— ¡Enserio, ¿por qué lo trajiste?! — preguntó Aaron — ¡Solo nos va a estorbar!

Felicia no le respondió y siguió avanzando.

Siguieron por varios minutos, siendo vistos por las personas que miraban hacia arriba por los fuerte gritos del científico.

Siguieron avanzando hasta llegar al lugar de reunión... el cual no podía ser otro que...

— ¿El bar sin nombre? — preguntó Felicia, aterrizando en el suelo.

Boris se soltó de la peliblanca y corrió hasta un montón de bolsas de basura que había a un costado, empezando vomitar.

— ¿Este no es un lugar donde frecuentan los Maggia? — volvió a preguntar Felicia, ignorando los vómitos de su compañero.

— Esos sujetos están muy ocupados en algo para venir aquí — dijo el Merodeador, abriendo la puerta — Sígueme la corriente y haz lo tuyo.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres con eso?

— Sólo hazlo.

— ¿Cómo quieres que te siga la corriente y haga lo mío? — preguntó Felicia — ¿A qué te refieres con que haga lo mío?

— Cállate.

El Merodeador bajó las escaleras, seguido de una confundida Felicia y de un mareado Boris.

Cuando finalmente llegaron al bar, vieron como el lugar no se encontraba tan lleno como ella esperaba.

Había unas cuantas personas en trajes extraños y coloridos.

Lo único que tenían todos ellos en común era la mirada de malas personas... a excepción de uno de ellos que parecía tener una bola de billar en la cabeza.

Cuando ellos miraron al Merodeador, dejaron de hacer lo que estaban haciendo y empezaron a acercarse.

— Si que te tardaste, Aaron — dijo uno de ellos, con un traje extraño rojo y azul — Por un momento, creí que nos dejarías tirados.

— O peor, que nos traicionarías — bromeó otro sujeto, que parecía tener boomerangs en su espalda.

— ¡¿Te imaginas que hubiera hecho eso?! — dijo el de cabeza de billar — ¡No hubiera descansado hasta desmembrarte, pieza por pieza!

— Ustedes dos, cállense — dijo otro, con una cola de caballo horrible, mientras miraba a Hardy — No es momento para hablar de esas tonterías.

Felicia observó a varios de los criminales que el Merodeador había reunido allí. Algunos pudo reconocerlos por haberlos visto en las noticias, mientras que a otros no tenía ni idea de quienes eran.

Si era cien por ciento honesta... todos los sujetos que había reunido eran don nadies. No sobresalían en nada por el estilo y parecían ser idiotas con poco éxito en atracos.

— Todos los que están aquí... — dijo la peliblanca, mirando a todas direcciones — ¿Este es tu "gran equipo" que nos llevará a la cima?

— No tengo idea de quien es el que está por allá — dijo el villano, señalando a un sujeto que estaba en una esquina del bar con varias botellas de cerveza.

— ¡Ustedes ignórenme! — dijo el sujeto — ¡Solo estoy pasando un buen rato por aquí!

— C-Claro... — murmuró Boris — Estoy empezando a pensar que esto fue una mala idea.

— No eres el único — añadió Felicia.

El Merodeador notó la conversación de ellos dos y se hizo a un lado, dejando que los demás supervillanos pudieran ver que estaban en ese lugar.

Al ver a Felicia, la primera reacción de algunos fue levantar sus boomerangs y... lo que sea que usara el tipo cabeza de billar como arma.

Se pusieron varios en alerta, mientras otros seguían inmóviles, sin tomarle mucha importancia.

— ¡Así que sí que nos ibas a traicionar, Merodeador! — dijo el tipo boomerang — ¡Trajiste a uno de ellos!

— No es así, idiota — dijo el villano morado — Es ella de quien les hablé.

— ¿Qué?

— Ella me encargó reunirlos a todos.

Lo que acababa de decir el Merodeador era una completa mentira. 

A esto debía de referirse con "seguirle el juego".

— ¿Y crees que vamos a creerlo? — dijo el tipo de cabeza de billar — ¡Ella no es bienvenida aquí!

— Vaya que hiciste muchos enemigos — murmuró Boris.

— ¿Crees que es por el tiempo en el que estuve atrapando criminales? — preguntó Felicia.

— Hace tiempo que Black Cat dejó de trabajar para la justicia — aclaró el Merodeador — Lleva haciendo grandes robos desde hace tiempo. Ella fue quien le robó las memorias a Hammerhead.

— ¡¿Fue ella?! — preguntó el tipo boomerang, algo sorprendido — ¡¿Lo dices enserio?!

Aaron sacó las cinco memorias de su cinturón, mostrándoles a todos la prueba de haberlas robado.

Algunos miraban sorprendidos, mientras uno que otro sonreían al ver la cantidad de información de lo que abría dentro de esas cosas.

Sobretodo uno de ellos, quien se acercó rápidamente.

Esta persona estaba con una ropa formal. De hecho, tenía la pinta de ser un típico nerd de oficina.

— ¡No puedo creer que lo consiguieras! — dijo esta persona, agarrando algunas memorias — ¡Esto es oro virtual!

— ¿Ah...? — expresó Felicia.

— Él es Phil Urich — explicó el Merodeador — Sabe de tecnología.

— El intelectual del grupo, supongo.

— Black Cat nos reunió a todos aquí con un solo objetivo: Apoderarnos de Nueva York — dijo Aaron — Para poder lograr esto... reunió para nosotros las cinco memorias de las familias Maggia.

Otra mentira... bueno, media verdad.

— Con la información que podamos recopilar de estas memorias, lograremos derrumbar la influencia de los Maggia en Nueva York — continuó — Hammerhead caerá y nosotros nos alzaremos como los verdaderos líderes de la ciudad.

— Vaya, se le ve inspirado — murmuró Boris.

— Black Cat nos guiará hasta nuestro objetivo — dijo — Y les puedo jurar, con mi vida, que vamos a lograrlo.

La gata negra quería reírse por el discurso que el Merodeador le había soltado.

Él creía que ella no conocía nada de el bajo mundo, pero parecía ser que el Merodeador era quien no sabía.

Con un discurso así de sentimental, era imposible que toda esa banda de...

— Bueno — dijo el tipo boomerang, guardando sus... boomerangs.

Espera, ¿qué?

— Mientras hagamos buen dinero cuenta conmigo, Black Cat — dijo el tipo de cabeza de billar.

Los demás criminales aceptaron lo que les dijo el Merodeador, dejando a la peliblanca sin palabras... literalmente.

— ¿De verdad aceptaron así nada más? — le susurró Felicia a su compañero.

— ¿Qué esperabas? Son criminales y tienes las memorias — le respondió el doc — Hiciste algo grande al robarle a los Maggia, así que creen que puedes tener lo que se necesita... para ganar más y más dinero.

— ¿El dinero es lo único que los motiva?

— Sí...

— Espera, ¿entonces ya me gané su confianza? ¿Tan rápido?

— Claro que no. No te confíes — le regañó — Una cosa es que aceptaran unirse a ti y otra muy diferente es que confíen en ti.

— Ya veo...

Felicia se sentía como una tonta.

Parece ser que... realmente no sabía muy bien como funcionaba el verdadero mundo criminal.

El Merodeador suspiró, algo irritado, y empezó a presentar a cada uno de los que estaban presentes.

Simon Maddicks, alias Killer Shrike. El tipo con la horrible cola de caballo. Posee una armadura de malla de acero de aleación de aislamiento. Por ordenes de Roxxon, fue enviado a los laboratorios de Mutagenics de la Corporación Brand, dándole un aumento a su capacidad humana. Esto le dio una mayor fuerza y se dedicó a robar bancos... hasta ser derrotado por Moon Knight, terminando en Ryker por un tiempo.

Jeff Hagees, alias 8-Ball. Aquel con cabeza de billar. Ex-trabajador del Departamento de Defensa de Estados Unidos, siendo despedido infundadamente. Un simple criminal que usaba bolas de billar explosivas como armas.

Frederick Myers. Boomerang. Usa boomerangs como armas y no hizo grandes cosas en su vida criminal.

Swarm. Un tipo que controla abejas y que no es muy hablador que digamos.

James Sanders, conocido como Speed Demon. Puede correr muy rápido y, según él, romper la barrera del sonido.

Ringer. Usa un dispositivo en sus muñecas para condensar anillos que sirven como armas. Algunos son explosivos, mientras que otros sirven para atrapar a sus enemigos.

Cristopher Colchiss. Fundidor. Puede proyectar una forma de energía que afloja las fuerzas de enlace entre las moléculas de las sustancias que causan estas sustancias para cambiar de estado sólido a estado líquido... Funde cosas.

Phil Urich. Parecía ser el más joven de todos aquí. Sobrino de quien fue el reconocido reportero Ben Urich. El cerebro del grupo.

— ¡James Howlett! — dijo el borracho de la esquina, levantando su botella — ¡Ese es mi nombre, preciosa!

— ¿Por qué sigue vivo? — preguntó Boris.

— Él nos pagó las copas — respondió Boomerang.

Felicia observaba a cada uno de ellos. El hecho de que ninguno tuviera algo realmente espectacular la preocupaba un poco.

¿De verdad, con este equipo, iban a destruir a los Maggia? ¿Aquellos Maggia con tecnología de Sable, A.I.M., SWORD y quien sabe qué más?

El Merodeador volteó y miró a Felicia. Parecía que él esperaba que ella dijera algo.

No había preparado ningún discurso inspirador para supervillanos, así que ella estaba vacía.

Además de que improvisar no era su fuerte.

— L-La ciudad se encuentra dividida en este momento. Con las memorias que les robé a los Maggia nos servirán para acabar con ellos sin dudar — dijo Black Cat — Haremos sufrir a los Maggia como nunca han sufrido antes. Robaremos todo lo que queramos y destruiremos a quienes se interpongan en nuestro camino.

— No dejaremos que nadie interfiera en nuestro planes — añadió el Merodeador.

— Y ahora que están conmigo... serán testigos de como asesinaré a Hammerhead con mis propias manos — dijo, agarrando una copa de la mesa — ¡Seremos los que gobiernen esta ciudad desde las sombras!

Los supervillanos tomaron sus vasos y los levantaron, soltando un grito de celebración.

Hardy sentía que se había dejado llevar un poco, pero parecía que había funcionado su discurso.

— Oye... — dijo Boris, susurrándole a Felicia — ¿Qué fue eso de matar a Hammerhead? Creí que habías dicho que tú no hacías eso...

— Lo dije para quedar bien — le respondió — Tranquilo, no lo mataré... pero sí le haré mucho... mucho daño.

Aaron Davis, a pesar del ruido que provocaban los criminales en su festejo y bebida, había podido escuchar eso.

Sentía que Boris Korpse podría interponerse en toda esta operación.

— ¿Ahora qué? — preguntó Felicia al Merodeador.

— Es momento de dejar marca...

— ¿Dejar marca?

— Sí... hacerle entender a los Maggia que estamos tras ellos.

— Ya veo... eso me gusta... — dijo Felicia — Y tengo una ligera idea de como hacerlo...

— Yo también...

Boris, quien agarró una copa, miró a ellos dos planear.

Los observaba preocupado y algo angustiado.

— Tengo un mal presentimiento... — murmuró el científico.

***

— ¿Viste las noticias? — decía uno de los matones de los Maggia — Dicen que Silk volvió a Nueva York. La vieron con el Hombre Araña y Spider-Woman.

— ¿Cerca de esas explosiones? — preguntó su compañero.

— Sí.

— Esas son mentiras — dijo — Ayer vi como Silk detenía a unos criminales en San Francisco.

— Entonces, ¿por qué dicen que la vieron?

— Dicen muchas cosas para llamar la atención... ¿recuerdas que dijeron que había una nueva araña balanceándose con el Hombre Araña?

— Lo recuerdo...

— ¡Es mentira! Dijeron que su traje era blanco con negro... osea, el de Silk.

— Ya veo...

Ambos matones se encontraban vigilando la entrada de la empresa de almacenamiento del amigo de Hammerhead.

Aquel lugar donde tenían guardado un montón de dinero falsificado.

Los dos guardias siguieron hablando, sin darse cuenta que alguien se paraba enfrente suyo.

Les tomó varios segundos darse cuenta de su presencia...

— Oye, ¿qué quieres? — preguntó uno de ellos.

Boris Korpse, quien era el que se había parada, los saludó sonriente.

— ¡Largo de aquí! — dijo su compañero, acercándose — ¡¿Eres sordo?!

Pero no pudo dar otro paso.

Una cuerda negra envolvió su cuerpo y lo elevó en el aire.

Su compañero se sorprendió ante esto, levantando su arma. Pero no disparó nada ya que un fuerte golpe lo derribó.

El científico suspiró, mirando hacia arriba y viendo como Felicia descendía, con el cuerpo inconsciente del matón que agarró.

— ¿No es muy pronto para actuar? — cuestionó el científico — Quiero decir, sé que hay que hacerlo... pero mejor empezamos robando dinero en vez de declararle la guerra a los Maggia.

— De todas formas íbamos a hacerlo — dijo Black Cat, viendo a los demás integrantes de su banda salir desde el callejón.

— Lo sé, pero si empezamos por robos, te serviría para conocer mejor a tus compañeros.

— Esto funciona igual — dijo el Merodeador.

— ¿Cómo así?

— Tranquilo, doc — dijo Felicia, acercándose a la puerta — Lo tenemos.

Black Cat sonreía, mientras veía a su equipo detrás de ella.

Lo que sea que pudiera hacerle algún daño a Hammerhead... era algo que le hacía feliz.

Con tal de poder vengarse de él...

— Caballeros... prepárense — dijo Cat, posicionando sus manos en la entrada — Y no olviden... ningún muerto.

— ¿Por qué no podemos matarlos? — preguntó Speed Demon.

— Porque debemos darle un mensaje a Hammerhead... — dijo Felicia, diciendo una media verdad — Quiero que todos sus matones se lo den.

Y sin previo aviso...

Abrió las puerta de par en par.

Los miembros de los Maggia que estaban en ese lugar se sorprendieron al ver a todo ese grupo de supervillanos en la entrada del almacén.

La demora en la reacción de ellos fue lo que le dio ventaja a la banda de Black Cat.

Rápidamente, Speed Demon corrió y tumbó a varios de los matones al suelo, mientras les quitaba las armas.

Boomerang lanzó sus boomerangs explosivos, al igual que 8-Ball y sus bolas se billar, empezando a destruir todo ese lugar.

Los demás secuaces entraron al lugar y empezaron a destruir.

Billetes falsificados volaban por todo el lugar, mientras eran fundidos por el Fundidor. Killer Shrike comenzó a derribar a los Maggia que intentaban dispararles, al igual que Ringer, asfixiándolos con sus anillos, casi matándolos.

— ¿Quieres...? — decía Felicia, viendo a Swarm a su costado.

Este simplemente asintió y comenzó a caminar, liberando sus abejas robóticas en el lugar, ayudando a destruir el dinero y lastimar a los matones.

Black Cat sonrió y miró como todo ese lugar era un caos.

Se sentía bien haciendo todo esto... o eso quería creer que era lo que sentía.

— Sigo diciendo que este no debimos empezar así... — dijo Boris — No sé si esta es la mejor estrategia.

— Deja de dudar — dijo el Merodeador — Todos nuestros miembros están capacitados para el trabajo.

— C-Claro... 

Un billete comenzó a caer enfrente de Felicia, siendo agarrado por ella.

Observaba como el fuego comenzaba a volver cenizas ese dinero.

— Empezar a lo grande fue la mejor idea, doc — dijo Hardy, soltando el billete — Quiero que Hammerhead sepa que no me destruyó... así será más satisfactorio cuando acabe con él...

— Tranquila... yo me aseguraré de que tú seas quien lo mate — dijo el Merodeador.

Boris tragó saliva, observando a Felicia, quien miraba sonriente toda la destrucción.

Su mal presentimiento se intensificaba a cada instante.

Hardy accionó sus garras y comenzó a caminar hasta dentro del almacén, lista para unirse a la diversión.

El Merodeador también caminó, chocando su hombro con el de Boris... y corriendo hasta los matones que intentaban defenderse del ataque.

Al final, Boris fue el único que se quedó en la entrada, observando toda la destrucción.

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Hammerhead se encontraba observando la ciudad desde la oscura habitación de su penthouse.

A la lejanía, podía observar un humo salir desde el almacén donde tenía el dinero falsificado.

Esto le hizo apretar sus dientes. Lo había atacado y tenía una ligera idea de quien había sido.

Pero ya no podía seguir pensando en eso. Ahora mismo... tenía una importante llamada de negocios.

Una pantalla a sus espaldas se encendió, mostrando la figura de un hombre gigante, calvo y en traje.

— Kingpin... — murmuró el cabeza de martillo.

— ¿Qué está ocurriendo, Joseph? — dijo el calvo — Me informaron de un ataque.

— No es nada importante, señor — dijo — S-Solo un pequeño contratiempo...

— ¿"Contratiempo"? ¿Solo un "pequeño" contratiempo...? — repitió.

— S-Sí, yo...

— ¡Estoy harto de los contratiempos, Joseph! — gritó Fisk, golpeando su silla — ¡Primero pierdes una gran cantidad de mis armas y ahora pierdes nuestro dinero!

— Y-Yo mismo me encargaré de... de solucionarlo, señor...

— Estamos en una situación precaria, Joseph.

— L-Lo sé, señor...

— La ciudad está siendo un caos y debemos aprovecharnos de eso...

— Lo sé...

— No lo parece, así que déjame darte un pequeño mensajito — dijo Kingpin, levantándose de su asiento — Sí no te deshaces de este "contratiempo"... ¡Yo mismo te trituraré para hacer dinero con tu cadáver!

Hammerhead pudo ver como Fisk lanzaba su computadora al suelo y la destruía, cortando la llamada a golpe.

Cabeza de martillo simplemente suspiró, aliviado de que terminara la conversación... y también fastidiado.

Se dio la vuelta y miró las calles de la ciudad.

Él tenía un plan. 

Un plan a seguir que debía de darle la oportunidad de apoderarse de la ciudad.

De enseñarle al mundo que nadie podía meterse con los Maggia y salir impune.

— Disfruta de tu puesto, Kingpin... — murmuró Hammerhead — Porque pronto... ese lugar quedará vacío...

"Y alguien tendrá que tomarlo"

Muy buenas, chicos!!

Espero les haya gustado!

Como ven, en este capítulo presente, lo que es principio, los integrantes de esta banda ^^.

Si les gustó, ya sabes, pueden darle a la estrellita y compartir.

Nos vemos!!

Publicado el 28/10/21