—¡Al fin llega! — escuché gritar al otro humano — ¡Rápido entre, está sufriendo mucho!

—Claro... — Minho pasó al interior con algo de duda, siendo arrastrado prácticamente por el desconocido cuya histeria iba en aumento.

El veterinario llevaba un maletín en mano mientras  que yo permanecía recostado en el sofá de la casa haciendo mi mejor actuación  para ganar  aunque sea un poco salmón como disculpa. Jeongin permanecía a mi lado con expresión afligida.

—Gracias por venir en tu día libre Minho.

—No hay problema, ¿Qué pasó?

—¡Yo lo asesine, todo es mi culpa!— el otro humano soltó un sollozo.

—No está muerto...

—¡Pero por poco! — insistió —¡Lo vi caer, vi el miedo en su mirada como si hubiese visto su vida pasar frente a sus ojos!

El veterinario ignoró las lamentaciones del otro y se acercó a mí. Me revisó las patas, la cabeza y tanteo mis costillas en busca de fracturas mientras Jeongin y el otro humano esperaban impacientes. 

Minho frunció el ceño.

—Creo que... habrá que aplicarle una inyección ya que no se mueve — dijo, alcanzando su maletín.

—¡Lo sabía, está tan grave que necesita medicación fuerte!

—Minho...— Jeongin me observó con expresión de susto.

Abrí un poco más los ojos para alcanzar a ver el momento en que el veterinario sacaba una jeringa de su maletín. Yo conocía esas cosas, cuando Jeongin  recién me había salvado y llevado a revisión con ese humano me habían puesto varias de esa, las llamaban "vacunas" y dolían como el infierno.

Vi a Minho  acercarse a mí y antes de llegar a su objetivo me puse en pie de un brinco y salí corriendo.

—¡Se recuperó! — Gritó el otro humano —¡Es un milagro!

—No estaba herido para empezar — Minho rodó los ojos — Estaba fingiendo.

—¡¿Cómo puede creer siquiera que una criaturita como él pueda fingir algo así?! — El humano desconocido azotó el pie en el suelo.

Minho arqueo una ceja. Jeongin caminó hacía mi escondite detrás de Winnie Pooh y me tomó en brazos.

—Jinnie, no es bueno andar fingiendo, casi me matas del susto.

Fui yo quien por poco se muere del susto por culpa de aquel humano idiota.

—Minho, lamento haberte hecho venir.

—No te preocupes, no estaba haciendo nada de provecho después de todo — Minho se acercó y me acarició la cabeza pero yo aún no lo perdonaba por arruinar mi actuación así que desvíe la mirada.

Lo escuche reír pero no me gire a verlo, estaba molesto con él. 

—¿Qué fue lo que pasó? — Pregunto de nuevo.  

—Estaba hablando por teléfono, Jinnie se acercó a la ventana y...        

—¡Yo lo vi pasar frente a la mía y lo saludé pero creo que lo asusté mucho, el gatito saltó y cayó al árbol!

—Ah, ya veo... ¿y tú eres?

—Han Jisung mucho gusto vivo a lado — el humano, quien por fin nos decía su nombre, sonrió ampliamente.

—Bueno Jisung, creo que debes disculparte con alguien ¿no? — Minho me apuntó. 

El tal Jisung que me había asustado asintió y caminó hacía mi.

—En verdad lo siento, gatito — me dijo pero desvíe la cabeza peluda como lo había hecho con el veterinario. — ¡Me odia!

—Quizás si le compras algún bocadillo... — Minho se encogió de hombros.

¡Eso! Dile, tú si me entiendes. Te perdono veterinario.—¡Minho! — intervino Jeongin — No creo que sea correcto.

Tu calla humano tonto.

—¡No, él tiene razón! Es justo — Jisung asintió —¿Qué es lo que le gusta al gatito?

—Salmón — dijeron Jeongin y Minho al mismo tiempo y yo maullé en asentimiento.

Al fin.

Me re desaparecí, lo siento.

El colegio me tiene súper atareada, pero tratare de darme espacios libres para ustedes.