Capítulo 25. ¿Donde está?
Pasadas las horas, el felino examinaba la habitación del padre de John en el hospital, fijando su mirada en la piedra cerca de una mesa a su lado.
Hace horas que habían vuelto al hospital y dejando descansar al chico tomó posesión del cuerpo.
Una enorme duda crecía en su interior. Aquella sensación que le había causado la piedra no lo dejaba tranquilo. Era tan familiar aquel sentimiento que no podía evitar formular muchas explicaciones para aquello.
Sin poder esperar más tomó la piedra en sus manos y la miró detenidamente. La gema comenzó a resplandecer de un color blanco, una energía sobrecogedora la envolvía y permitía que el felino sintiera como aquella sensación lo recorría una vez más desde los pies a la cabeza.
Miles de recuerdos volvieron a su mente cegándolo a causa de un gran dolor de cabeza.
-Vladimir... -susurró una angelical voz reconocida por él.
Sin abrir los ojos debido al dolor que le envolvía se adentró más en sus recuerdos.
"Habían árboles por todos lados, gritos de personas le perseguían, en sus brazos llevaba el cuerpo de una hermosa joven de cabello negro y piel de seda blanca.
Corría a una velocidad inhumana y mostrándose preocupado la apretaba con fuerza. La adrenalina recorría su cuerpo con furia y un poderoso sentimiento de angustia le apretaba el pecho.
La mujer en sus brazos no paraba de susurrar lo mismo una y otra vez con desesperación.
-Vladimir...
-Todo va a estar bien. Casi llegamos, los vamos a perder y podré curarte.
-Debes matarme.
-¡¿Cómo crees que haré algo así?!
-Él no se detendrá, va a robarme todo, si él controla mi poder, estaremos perdidos.
-¡No dejaré que te toque!
-Vladimir... por favor. Detente, necesito descansar.
Sin más remedio se escondió entre unos árboles para recostar el cuerpo de la chica en las hierbas a su alrededor.
Ella miró la terrible herida en su pecho y gimio de dolor. Molesta, arrancó el collar de su cuello y lo miró por unos minutos.
-No lo hagas... -suplicó el chico.
-Es la única forma de esconderme de él. Debes guardarlo y cuando sea el momento saldré.
-No puedo vivir sin ti. Encierranos a los dos, pero no te vayas y me dejes.
-No puedo hacer eso, tu puedes salvarte. Tu estaras bien.
-¡No! ¡No estaré bien! Te necesito, ¡Te amo!
Ante aquellas palabras la chica sonrió y le besó suavemente en los labios.
-Te amo gatito.
Antes de que pudieran separarse un fuerte relámpago hizo que ambos mirarán horrorizados detrás de ellos.
Un hombre vestido completamente de negro y con su enorme cabellera negra alborotada apareció mostrando una macabra sonrisa.
-Hermanita, por fin te encuentro.
La mujer a su lado se retorcio de dolor y poniéndose de pie liberó toda su energía disparando el cuerpo del chico a unos metros de distancia. Su cuerpo se desvaneció siendo absorbido por la gema de su collar.
Aquella joya cayó al suelo parpadeando una luz blanca que pronto se extinguió.
Corriendo para tomarlo en sus manos Vladimir derramó lagrimas de dolor e impotencia. ¿Cómo pudo dejarlo así?
-Morgana.
-Vaya... creo que no le importas mucho después de todo. -se burló el hombre.
-¡Todo esto es tu culpa!
-Puedo sacarla.-sonrió -puedo volver a traerla. Te ayudaré a cambio de algo que necesito.
-Nunca te ayudaría.
-¿Nisiquiera por ella? Puedo matarte fácilmente y después a ella. Pero no quiero hacerlo aún.
-¿Qué quieres Morgan?
-Su poder.
Sin tener tiempo de reaccionar la gema le fue arrebatada de entre las manos y fue a parar a las de aquel sujeto que miró como a lo lejos las personas que le buscaban se acercaban.
-Vamos a divertirnos un poco.
Sintió unas poderosas ataduras enredarse a sus extremidades jalando y causándole dolor.
-¡No dejaré que le hagas nada! La protegere.
-Que risa me das. -se burló el hombre. -Te enamoraste de una bruja. Ellas no pueden amar, no pueden sentir.
-Ella me ama. Y yo la amo a ella.
-Lástima que jamás volverás a verla.
Apoderándose del cuerpo del chico implantó en él su magia negra. Envenenó su corazón con maldad y le obligó a olvidar sus recuerdos pasados.
Tratando de resistirse, Vladimir se aferró a su poca humanidad, pero era inútil. Sintió que su cuerpo no le obedecía y por un segundo todo se volvió oscuridad.
Abrió los ojos topándose con aquel hombre luciendo gentil.
-Entonces serás mi esclavo. Soy tu amo y tu de mi propiedad.
-¿Quién eres? ¿Quién soy yo? -preguntó el chico desorientado.
-De ahora en adelante te llamarás... Black Cat. "
Abriendo los ojos, Cat recuperó el aliento de forma desesperada, no se había dado cuenta de que había dejado de respirar.
Guardó aquella gema entre las bolsas de su chaqueta y miró a todas direcciones sintiéndose observado.
De pronto asimiló todo, su mente se abrió a un sinfín de teorias y fue hasta que se detuvo a examinar la imagen de aquella joven entre sus brazos, que algo dentro de él se encendió.
Una ira incontenible lo arrasó, sus puños se cerraron fuertemente y de un salto se puso de pie.
Salió por los corredores topándose a Min, quien dormía plácidamente en una de las sillas en la sala de espera.
-Niño. -lo llamó Cat.
Al ver que los rasgados ojos del chico se entre abrieron y su mirada se enfocó en él, le indicó que se parara.
-¿Qué pasa?
-Debo irme, necesito que cuides del padre de John.
-¿Cat? ¿A dónde vas?
-A terminar con esto de una buena vez.
-¿Has recordado?
-Lo suficiente.
-Entonces déjame ir contigo. -pidió Min desabotonando su camisa dejando ver su traje especial.
-No digas estupideces, pueden matarte en un parpadeo. John te necesita vivo. Has algo útil y cuida al anciano.
-Le prometí a John vengar a su padre. Yo voy contigo.
-Me vale un cacahuate. Te quedas. Necesito que hagas algo por mi.
-¿Qué cosa?
-Sigueme.
Caminando ambos hasta el baño del hospital, entraron sin llamar mucho la atención.
Cat se encerró en uno de los cubículos y se desvistio por completo. Sacando de la mochila de John el traje, comenzó a vestirse con éste.
Colocó todo excepto la máscara y guardó la demás ropa en la mochila. Salió sorprendiendo al chico de ojos rasgados que al verlo soltó una pequeña maldición.
-Dime que armas puedo usar con esta cosa.
-Bueno pues... las garras, son de titanio, son indestructibles. Tienes escondidas dos cápsulas de humo en el tobillo. -tomó aire y le indicó el lugar exacto. -También hay dos dagas en tus brazos.
-Muy bien. Recuerdo que mencionaste que el traje puede contestar mis dudas...
-Así es, sólo si tienes la máscara.
-Perfecto.
Acercándose más al chico que ahora había retrocedido inconscientemente, miró directo a sus ojos y mostró seriedad en sus facciones.
-No dejes que Madelinne me siga. Por nada del mundo la dejes ir.
-Pero...
-Debo hacer esto sólo. Prometo que tu amigo regresará sano y salvo pero necesito que mantengas a todos lejos.
-Madelinne podría verlo en una visión y...
-Pues entonces no habra más que hacer, pero que no me entere que le dijiste tu, porque te juro que te pateare en partes que no sabías que tenías. -amenazó el felino tomándolo de los hombros.
-Bien.
Soltando al chico, caminó directo a la salida y tomó su chaqueta para cubrirse. Salió disparado por la puerta trasera del hospital y comenzó a correr.
Sus piernas sentían la adrenalina al máximo, su pecho subía y bajaba con violencia.
Necesitaba verla, quería acabar con todo de una vez y contestar sus dudas.
Pronto llegó al bosque, las afueras del pueblo, donde se llevaba a cabo una construcción. Recordaba vagamente una pequeña cabaña a lo lejos.
Claro que la conocía, alguna vez él había vivido ahí. Con los sentimientos a flor de piel caminó evadiendo el material de construcción. El lugar que antes había sido su hogar ahora eran ruinas.
-Por fin llegas. -se escuchó una suave voz detrás de él. -¿Ya has recordado?
-¿Qué le hiciste a ella?
-¿Perdón?
Girandose para encarar a la persona detrás de él, miró directo a sus ojos grisaseos. Mostrándose furioso dio un paso al frente para encararla.
-¿Qué le hiciste a Morgana?
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Hola! Buenas noches a todos 😊
Gracias por seguir leyendo, no olviden darme su valiosa opinión y seguir votando.
Este es dedicado a ti Rebeca118 gracias por tus lindas palabras y seguir leyendo.❤
Nos leemos después 😉
Linda noche😉
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