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Capítulo 21. Sentimentalismos.

En el cine todo había sido normal, cuando llegaron y se sentaron todo se volvió menos tenso gracias a que Madelinne no paraba de hablar.

Padre e hijo estaban sentados uno al lado del otro, siendo Madelinne la que decidió esto, se colocó a la derecha de John y lo sujetó de la mano durante toda la película.

John se mostró distante en todo momento a su padre y la chica. Pero sin poderse oponer, se dejó sumergir en la trama y disfrutó de la función.

Ahora estaban en su casa, acababan de llegar y ya era muy noche. Su padre cargaba con las cubetas con apenas pocas palomitas y tenía en su rostro una enorme sonrisa.

-Hace tanto que no me divertía así. -comenzó dejándose caer en el sofá.

-¿Verdad que fue divertido? Debemos hacerlo de nuevo. -animó ella sonrinte.

-La película fue buena. -se encogió de hombros John.

-¡Fue asombrosa! ¿Quién diría que todo era un sueño? Nunca me lo imaginé.

-Bueno, ya es tarde y estoy muy cansado. -aseguró sonriente el padre de John. -Gracias por la película.

-Gracias por llevarnos, señor Kedward. -le sonrió Madelinne dejando un pequeño beso en su mejilla. -Descanse.

-Hasta mañana, que descansen. -se despidió feliz.

-Dile algo... -susurró ella dándole un codazo a John.

-¡Oye! -se quejó él molesto.

Miró a la chica y tras su intensa mirada asesina suspiró sin más remedio. Se giró para ver subir las escaleras a su padre, éste aún llevaba una leve sonrisa en los labios mientras subía tranquilamente.

-Yo... -comenzó John tratando de llamar su atención.

Su padre le miró extrañado al darse cuenta de que le hablaba y se detuvo en las escaleras para prestarle atención.

-Descansa papá. -dijo John entre un suspiro resignado.

El rostro de su padre se iluminó haciendo que su sonrisa se engrandara mucho más. En sus ojos se vio un brillo que hace tanto no había y con un asentimiento volvió a subir las escaleras.

-Hasta mañana, hijo.

Al ver aquello, Madelinne soltó un pequeño chillido de felicidad mientras aplaudía repetidas veces.

-¡Yeiii! -dijo feliz.

John sonrió al sentirse tranquilo. Aquella sonrisa en el rostro de su padre había causado algo dentro de él al saber que con una simple acción había logrado mejorar su humor por mucho. ¿Eso era capaz de lograr él? No había hecho nada especial después de todo.

Sin pensarlo subió las escaleras y detrás de él la chica le seguía, entró a su habitación  quitándose la chaqueta y la arrojó a una silla.

El pequeño gato se asomó de debajo de la cama y al ver a su dueño se acercó a sus pies.

-Mi bebé. -dijo Madelinne cargando al pequeño animal para hacerle mimos. -¿Cómo se ha portado papi contigo?

John se despojó de la mayoría de su ropa y quedando sólo en pantalones se recostó en la cama mirando al techo.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué tenía tan revueltos sus sentimientos. Hoy había sido un día demasiado largo y con muchas sensaciones.

Su madre, su padre, Madelinne...

"DÉBIL" se quejaba Cat molesto. "Te dije que caerías. ¿No vez lo que hace? Te tiene en sus manos, haces todo lo que ella quiere."

-Eso no es así. Es sólo que... -susurró John pensativo.

"Cierra la boca, Haz metido la pata. Te enamoraste de ella y ahora estamos perdidos. Estas haciéndote blando, John. Estas por arruinar todo."

-No se arruinó nada. -se quejó él molesto. -La venceremos y después...

"Y después podrás hacer una linda família de nuevo ¿no? ¿Eso es lo que quieres? Perdonar a papi y enamorar a esta loca." se quejaba el felino con asco. "Creí que eras diferente. Me decepcionas, no tienes lo necesario para usar mi poder."

-Cállate, soy lo suficiente...

"NO ERES NADA"

-Eres un...

Derrepente sintió una leve caricia en su brazo y levantó la vista, su mirada se topó con unos enormes ojos azul intenso.

El cabello rosa de la chica hacía cosquillas en el pecho de John. Sonriendo, Madelinne comenzó a subir con pequeños besos sobre la piel de él pasando su lengua por la superficie antes de besar.

Sin poder evitarlo John cerró los ojos y se recostó de nuevo en la cama dándole el permiso de continuar, disfrutando del placer que sentía.

Ella subió hasta su cuello y ahí se detuvo a besar lentamente cada centímetro hasta su clavícula.

"Detenla. Concentrate, no la dejes ir más allá"

-Madelinne... -comenzó John con voz entrecortada tratando de recomponerse.

-¿Si?

-Detente. -pidió entre un leve gruñido.

-¿Quieres que me detenga? -preguntó ella pícaramente.

Subió una de sus piernas hasta colocarse sobre las del chico a horcajadas. Volvió a bajar sus labios hasta el cuello de él y besó profundamente para después morderlo.

-No. -susurró John después de unos segundos.

Satisfecha con la respuesta recorrió con su lengua hasta la oreja de John y sonrió con malicia cuando se dejó caer por completo sobre John.

Un ronco gemido se hizo presente por parte del chico y Madelinne le miró traviesa.

John abrió sus ojos mirándola encima de él y por un segundo se olvidó de todo a su alrededor y disfrutó de los sentimientos que explotaban en su pecho. Jamás había experimentado una sensación así, estar con chicas siempre, pero sentir más allá de su cuerpo jamás.

¿Qué le estaba pasando?¿Estaría bien o mal?¿Desde cuándo surgió?

El aroma que desprendía la ropa de ella lo aturdia en gran manera, la fragancia de su madre era tranquilizadora pero al combinarse con la de la chica lo volvió loco. Era inexplicable lo que llegaba a sentir.

"Eres patético."

Su interior era un caos, la mente de John en ese momento formulaba posibles explicaciones tratando de calmar esos sentimientos en su interior. Pero, ¿y si él no quería cambiar?

"Vamos a perderlo todo por tu culpa. Es TU CULPA QUE TODOS VAYAN MORIR." se quejaba Cat molesto. "TIENES QUE REACCIONAR"

¿Y si tenía razón? Todo esto que está naciendo en su interior puede arruinarlo todo. Los está exponiendo en bandeja de plata ante la bruja para que los mate por el simple hecho de estar cerca suyo.

No quería que les hicieran daño, pero se contradecía al no querer alejarlos. John sabía entonces que la única manera de mantenerlos a salvo era sacarlos de su alrededor.

Su tranquilidad se transformó en un ceño fruncido que arrugaba su frente y cerró los ojos con furia.

Tomó a Madelinne de la cintura y la arrojó fuera de la cama haciéndola caer al suelo sobre su trasero. En el rostro de la chica se distinguían diversas emociones, como la sorpresa, decepción, la confusión pero ahora sobre todo el enojo.

-¡¿QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE?!

-Lárgate de mi casa. -dijo John poniéndose de pie y mirando a la ventana en un intento por ignorarla.

-¿Qué ? ¿Eso quieres? -se quejó ella furiosa. -Ya me cansé de tus juegos John. Me dejas acercarme y luego me quitas. No voy a permitirte seguir con esos berrinches.

-Sólo quiero que te vayas. -se quejó él.

-¿Qué sucede? Hace unos minutos estábamos muy bien.

-Si, porque quería acostarme contigo. -se giró él para mirarla arrogantemente. -¿Que creías? ¿Que estaba comenzando a sentir algo por ti? No seas ingenua, sabes como soy y tu te acercaste al fuego pequeña, ¿te quieres quemar?

-Eso no es verdad. Este no eres tu...

-Siempre he sido el mismo. Cat y yo somos uno. Somos así y nadie, nisiquiera tu niña loca, va a hacerme cambiar. - se acercó a ella. -Soy BlackCat y no siento nada por nadie.

-Te equivocas, todos tienen sentimientos, hasta tú. Se que me quieres igual que yo a ti, aunque muchas veces demuestras lo contrario. No entiendo porque siempre cambias de parecer, ni porque un minuto a otro me quieres y alejas, pero John, yo te amo... Te amo enserio y estoy dispuesta a luchar por ti.

Aquellas palabras provocaron un desequilibrio dentro de John, pero manteniéndose firme ocultó esas emociones y se mantuvo sereno, como si aquel "Te amo" no lo hubiera hecho dudar.

Con unas leves risas burlonas y falsas, John se dejó caer en el pequeño sillón junto a la ventana y negó con la cabeza.

-Vas a perder esa lucha. Lo único que puedo sentir por ti es lástima. Nisiquiera despiertas en mi deseos por tenerte como mujer. Hazte un favor y olvídate de mi, vete. Nunca te necesité y nunca lo haré, no se porque sigues aquí, en verdad que estas loca.

Lágrimas comienzan a deslizarse por las mejillas de Madelinne haciéndola lucir frágil y a punto de desmoronarse.  Abraza su cuerpo como si temiera que se fuese a separar de ella en cualquier instante, toma una inspiración profunda y temblorosa haciendo que entonces se escuche un fuerte relámpago afuera.

La lluvia azota de un minuto a otro contra el cristal de la ventana y parece ser un diluvio acompañado de luces en el cielo. Relámpagos resuenan con violencia y causan que la luz se vaya.

La habitación es alumbrada por una pequeña lámpara de pilas que John tiene al lado de su cama y los relámpagos que de vez en cuando iluminan el cielo oscuro y lleno de nubes.

-Si eso quieres, me iré. No quiero verte nunca más, no quiero saber nada de ti. Después de que matemos a la bruja, me iré y nunca jamás me verás.

-Bien. -susurró John seriamente.

-Te odio. ¡TE ODIO! Te di todo lo que tenía, eras todo lo que me quedaba. Aquella noche cuando te conocí, me enamoré perdidamente de ti.

-Estaba ebrio. -recordó John.

-Si, muy ebrio. Ambos lo estábamos hasta cierto punto. Pero fuiste el verdadero tu y eso me enamoró en un segundo. Por eso estoy segura cuando te digo que este ya no es John.

-Es un mejor John. -sonrió el chico mirando al cielo iluminarse por un rayo.

-Eres un idiota. -susurró ella secando de nuevo sus lagrimas. -¿Quieres estar sólo? Eso te has ganado, estarás más que sólo.

-Me gusta así.

-Disfrútalo entonces. -gruño molesta. -Te di todo lo que tenía y lo poco que soy y... por un momento creí que...

-Yo jamás podría enamorarme de ti. -susurró John por lo bajó mirándola a los ojos.

En los enormes ojos azules de Madelinne se vio reflejada una terrible agonía. El brillo en estos se apagó y las lágrimas inundaron sus mejillas.

Con rabia la chica se dio media vuelta y salió de la habitación, se escucharon sus pasos rapidos por las escaleras y como se azotaba la puerta principal.

Mirando por la ventana observó cuando Madelinne caminaba destrozada por la calle, lloraba desconsoladamente mientras la lluvia le empapaba por completo.

John luchó contra sí mismo en cada palabra y en no salir tras ella para consolarla pero esto es lo que tenía que hacer, debía estar sólo y protegerla. Le dolía terriblemente verla de esta manera pero eso era lo mejor, prefería sufrir él a que sufrieran los demás.

"Empecemos a trabajar. " ordenó Cat. "Ya fueron muchos sentimentalismos"

...

Han pasado tres días desde que Madelinne se fue aquella noche lluviosa y no la ha vuelto a ver.

John ha vuelto a ser frío y cortante con todo lo que se le atraviesa. Incluso a faltado a la Universidad estos últimos dos días pues se ha dedicado a investigar sobre la bruja en un vago intento por recordar su pasado.

El olor a libros viejos de la biblioteca inunda sus fosas nasales al entrar al gran lugar.

Parece estar vacío por completo y sólo un par de mesas están ocupadas por dos o tres chicos con libros y tarea.

Adentrándose más y más en los pasillos John comenzó a buscar por su cuenta historias sobre magia y hechicería.

Tomó un par de libros gruesos y arrugados, dirigiéndose a una mesa aislada de las demás, escondida en la sección de química y biología.

Al adentrarse en la lectura buscó y buscó nombres, imágenes, historias y demás. No parecía encontrar nada que le convenciera de ser real o adecuado para su caso.

Hasta que un gran libro lleno de polvo cayó con violencia en la mesa por una chica de cabello negro.

John miró a la chica que seriamente se sentó a su lado para abrir el libro y buscar una página en específica.

-Mary... -comenzó John recordando su nombre. -¿Qué haces aquí?

-Te estoy ayudando. Necesitas recordar, necesitas saber lo que pasó para así vencerla. -aseguró ella encontrando la hoja que buscaba.-Aquí.

Señalado la hoja le entregó el libro al chico que rápidamente comenzó a leer.

"Morgana"

Ese era el encabezado de la página, en él una vieja foto de aquella bruja en blanco y negro era expuesta. Había poca información sobre ella, relatando las leyendas que se sabían sobre aquella mujer.

Todas aseguraban que era una criatura horrible y malvada. Había sido la causante de tantas muertes y catástrofes.

Pero algo le llamó la atención. No trabajó sola, había un secuaz llamado "el gato negro" que siempre era visto a su lado.

La fotografía donde la bruja flotaba entre árboles y un muchacho detrás de ella se colocaba en una posición animal era borrosa y por consecuencia su rostro era un misterio.

-¿Ese es...Cat?- susurró John pensativo.

"Al parecer fui su ayudante. Pero... ¿por qué lo haría?" Cat no dejaba de formular ideas, la cabeza de John era un caos.

Siguió leyendo pero nada podía satisfacerle, sus ojos viajaban por el libro y escudriñaba con cuidado cada palabra.

"Morgana, la bruja más peligrosa de todos los tiempos fue perseguida por décadas. Según registros del año 1945 señalan que se cometieron más de setenta asesinatos. Grupos de búsqueda se dedicaron a perseguirla y llevarla a la hoguera.

Su fiel compañero, señalado como un animal ágil y rápido, siempre estuvo a su lado hasta el día de su encierro.

Las poderosas hermanas Kürten, brujas de magia blanca, se encargaron de encapsular su poder en una pequeña gema de energía. Desde ese momento el pueblo logró dormir en paz por años.

Dicen que jamás se volvió a saber de ella ni de sus ayudantes. Algunos rumores dicen que la gema fue resguardada por la familia Kürten por decadas. Aunque se perdió total comunicación con ellos."

Al terminar el libro las dudas comenzaron a surgir, ¿Qué tenía que ver Cat en todo eso? ¿Por qué ayudaba a Morgana? ¿Cómo podría recordar?

-Necesitas la gema. -susurró Mary seriamente. -Tal vez ella te de respuestas.

"La tiene la bruja, ella tiene la gema."

Poniéndose de pie John guardó el libro en su mochila y miro a Mary agradecido.

-Recuerda nuestro trato, yo te ayudo, tu me ayudas. -sonrió ella.

-Gracias.

-Una cosa más... -comenzó tomándolo del bazo. -Cuando recuerdes, no vayas sólo. Ella siempre estará esperándote en el lugar donde comenzó todo.

-¿Dónde es eso? -preguntó John cauteloso.

-No lo sé, no nos ha llevado. Pero se que no es muy lejos.

-Gracias de nuevo.

-Cuidate mucho. Espero que no te mate antes. -sonríe ella burlona.

-Tengo siete vidas.

Corriendo, John salió disparado de la biblioteca con la mente enredada y preguntas que necesitaban respuesta.

La gema sería la respuesta.

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HOLA! espero que lo disfruten, estamos en la cuenta regresiva ya.
Gracia por leer❤

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