Capítulo 10. Alianzas.
Tres chicos estaban en la oscuridad de aquella calle transitada, eran dos mujeres y un chico sentados en la acera.
Aquel lugar era un ir y venir de gente, a estas horas todos salían del trabajo y se perdían fácilmente entre la multitud de gente que caminaba cerca de ellos.
-¿Quién falta?- se quejó una chica de baja estatura con cabello rojizo.
-Tranquila, Julieka. -se quejaba Madelinne molesta. -Me duele horrible la cabeza y de no ser que quieras que te caiga un rayo, cierra la boca.
-Que humor. -se quejaba la tal Julieka.
-Estamos perdiendo tiempo. -aseguraba Devon. -No creo que vengan, Mad.
El chico miró a aquella hermosa joven que con un vestido color amarillo y unos zapatos blancos jugaba con un pequeño charco de agua acumulada en la calle.
-Sé que vendrán. -sonrió ella mirando en dirección al cielo.
Devon se recargó en la pared cerrando los ojos levemente, estaba agotado, su vida no era nada sencilla y ahora necesitaba dormir.
Julieka buscaba en su bolso un cigarrillo, pero al parecer no lo encontraba.
Las personas que caminaban por ahí ya comenzaban a ser sólo unas cuantas, por lo que cuando una figura oscura voló de un techo a otro, sólo aquellos tres chicos fueron testigos de la entrada de aquel felino.
Cayendo agazapado, miró a su alrededor, nadie más lo había visto, lo cual era un alivio para él. Se puso de pie rápidamente y sacudió su ropa desinteresadamente.
-Ya era hora. -se quejó Devon guardando su reloj.
-Tuve un problema para llegar aquí. - se encogió de hombros el chico.
-¿Ah si? ¿Cual? -preguntó Devon receloso.
-El problema era que no quería venir. -se limitó a decir Cat.
Mirando a la chica de cabello rojizo sonrió examinándola de cabeza a pies.
-Toma una foto si quieres. - se quejó Julieka molesta por la intensa mirada del chico.
-Claro que la quiero, pero esa ropa me estorba. -sonrió Cat.
-¿Serias tan amable de dejarme hablar con John? -dijo Madelinne al felino.
-Él prefiere que sea yo quien este ahora. -aseguró Cat. -Vamos, amor ¿No me extrañaste? Yo se que no empezamos del todo bien, pero apuesto a que no dejas de pensar en mi. ¿Te gusta lo brusco?
-Concentrate. -le regaño la chica.
-Bueno, empieza por decirme, ¿quién es esa hermosura? -señaló a Julieka.
-Ella es Julieka Morris. Es conocida como Fire Storm. -aseguró Madelinne sonriendo a la chica.
Sonriente, Cat extendió su mano para saludar a la chica y cuando ésta tomó su mano para estrecharla, él la acercó más a su cuerpo hasta quedar a poca distancia.
-Y dime primor, ¿Cuál es tu talento? ¿Calentar a los hombres con tu cuerpo? Porque déjame decirte que funciona.
-Cat. -regañó Madelinne.
-Tranquila cielo, no te pongas celosa.
-¿Tienes un cigarrillo? -preguntó la pelirroja a Madelinne, quien de mala gana le dio uno que sacó de su escote.
La chica de baja estatura se apartó del chico que la tenía presa entre sus brazos y levantado el dedo de enmedio hizo que se está saliera una llama de fuego.
Con una enorme sonrisa Cat observó como la chica encendía el cigarrillo y como la llama se extendía desde su dedo hasta su mano entera.
-¿Puedes envolver en llamas todo tu cuerpo? -preguntó Devon ahora interesado.
-Todo. -susurró ella mirando a Cat de forma coqueta.
-Sexy. -susurró Cat sonriente.
"Concentrate y deja de perder el tiempo con esa chica" le regañaba John.
-Bueno, ya que estoy aquí, empecemos a hablar del plan. -dijo Cat recargándose en la pared junto a Devon.
-Aún falta alguien más. -sonrió Madelinne.
-¿Ah si? ¿Quién? -dijo Cat sarcástico.
-Bueno, no ha de tardar mucho. -comenzó la chica mirando su reloj. -Debemos empezar por aclarar que no será nada sencillo acabar con esa bruja.
Todos guardando silencio miraron a Madelinne quien ahora lucía concentrada en lo que decía.
-Ella busca algo, algo que se le arrebató hace años y nosotros lo tenemos en nuestro poder. -sonrió la chica con malicia.
-¿Enserio? -dijo Devon confundido. -¿Qué cosa es?
-Una piedra. -sonrió Madelinne tiernamente haciendo más aguda su voz.
-¿Eso es todo? -se quejó Cat. -¿Le quitaste una maldita piedra y crees que con eso la podemos vencer?
-No es cualquier piedra, es una única y muy peligrosa. -aseguró Madelinne. -Esta piedra fue la que pudo encapsular el poder de Morgana hace muchos años, es nuestra única esperanza y si logramos meterla ahí, jamás saldrá de nuevo.
-¿Y como haremos eso? - preguntó Julieka.
-Se supone que la piedra fuinciona cuando se está lo suficientemente cerca de ella y se pronuncian unas palabras en latín.-comenzó Madelinne tratando de recordar las palabras.
-¿Quieres decir que si nos podemos acercar lo suficiente como para decir unas palabras cerca de ella, la podremos encerrar en esa piedra? -dijo Devon cauteloso.
-Exactamente. -sonrió ella tiernamente.
-Fácil. -se burló Cat.
-Aún no lo sabemos. -se quejó la chica.
-Ustedes déjenme acercarme a ella y yo hago el resto. -aseguró Cat pícaramente.
-Necesitamos ser rápidos, porque ella es demasiado poderosa y dudo que sea tan fácil. -se quejó Devon.
-¿Quién más rápido que este gato? -dijo Cat señalándose. -No necesitamos a nadie más.
-Pues... -comenzó Madelinne sonriendo traviesa.
Entonces la solitaria calle fue azotada por un fuerte viento que les puso alerta y una figura distorsionada apareció de la nada envuelto en pequeñas chispas verdes en medio de la calle. Su cuerpo parecía borroso, como si no fuera una figura sólida.
Después de que el polvo se dispersaran les permitió ver mejor al chico vestido con un traje verde pegado al cuerpo, hecho de un material extraño.
En su pecho se distinguía un rayo y la máscara que usaba era de la misma tela que el traje.
Sacándose la máscara para ver a los chicos mejor, se posicionó frente a ellos y comenzó a tocer debido al polvo, avanzando hasta Madelinne para saludarla con un beso en su mejilla.
-Llegas tarde. -se quejó la chica mirándolo con una sonrisa.
-Lo siento, lo olvidé por un momento. -se disculpó.
-¿Y quién es este? -se quejaba Cat ahora cauteloso.
-Soy GreenFlash.-aseguró el chico encogiéndose de hombros, restándole importancia.
-¿Tu eres el nuevo superhéroe que corre rápido? -Le preguntó Julieka.
-Si, eso creo. -sonrió GreenFlash.
-Si, ya he escuchado de ti en las noticias. Eres un Flash. -aseguró Devon emocionado. -Soy muy fan tuyo.
-Amm... ¿Gracias? -sonrió el héroe. -Ahora, díganme ¿Qué tengo que hacer?
-Correr. -sonrió Madelinne recargándose en el hombro del chico.
-A ver, denme un momento. -se quejaba Cat. -¿Vamos a pelear cinco contra la bruja? ¿De que nos va a servir que él sea muy rápido si sólo sirve para huir?
-¿Disculpa? -se quejó Green.
-Ya me escuchaste, Mcqueen. -dijo Cat cruzandose de brazos.
-¿Mcqueen? -repitió Julieka.
-Si, por el rayo Mcqueen... ya sabes... ¿Cars? -intentó explicarse el felino.
-Yo si entendí la referencia. -dijo Devon sonriendo levemente.
Pero borró su sonrisa al ver la cara de disgusto de su héroe favorito.
-Mira, gato. -comenzó Green. -Si vine a ayudar es porque Madelinne me lo pidió. Quiero ayudar a vencer a esa bruja, pero si vuelves a insultar mis poderes, te partire la cara antes de que te des cuenta. -amenazó el chico.
-Eso si eres lo suficientemente fuerte.
-Cat. -Le llamó Madelinne. -Green es el hombre más rápido del planeta. Su velocidad le da la fuerza supersónica.
Ambos chicos se miraban de forma calculadora, sonriendo maliciosamente, Cat asintió y dejando la pelea por el bien de la alianza que se había formado, decidió no hablar más del tema.
-Muy bien. -dijo Devon. -Creo que tenemos que entrenar antes de ir a pelear.
-Si, estoy con el relojero. -aseguró Cat señalando a Devon.
-Pues pueden venir a mi casa, tengo un sótano muy grande que uso como gimnasio. -aseguró Madelinne sonriente.
-¿Mañana en la tarde? -preguntó Green.
-Claro. Y no olvides llevar lo que te pedí. -sonrió la chica de cabello rosa mientras guiñeaba un ojo al chico de traje verde.
-Entonces me voy. Te veo mañana Mad, ¿Quieres que te lleve? -le preguntó Green.
-No gracias. Tengo cosas que hacer.
-Bien. Hasta mañana chicos. -se despidió de todos.- Gato, ten cuidado.- le advirtió al felino.
Desapareció en un abrir y cerrar de ojos, envuelto en pequeños rayos verdes que lo envolvian.
-No me agrada el tipo. -se quejó Cat. -¿Qué fue eso de "Gato, ten cuidado"? -se burló el felino haciendo una voz aguda para imitar la de GreenFlash.
-Es un gran superhéroe, lo admiro mucho y me encanta la forma en la que dicen que se convirtió. Y su traje es genial... es todo... ¡wow! -decía Devon animado.
-Es un gran chico. -aseguró Madelinne.
-Lo dices sólo porque te gusta y te enamoraste de él. -se quejó Cat.
-¿Crees que Madelinne ésta enamorada de él? -preguntó Julieka curiosa.
-Le hablaba a Devy. -se burló Cat sonriendo. -Pero si, también.
-Callate ya, gato. -se quejaba Devon.
-Es hora de volver a nuestras vidas humanas, los veo mañana a mi casa en la tarde. -regaño Madelinne.
Devon fue el primero en marcharse, Julieta esperó a terminar su cigarrillo y se marchó dejando a aquellos dos chicos solos.
-¿John? -susurró Madelinne mirando a Cat a los ojos.
-Sigo siendo Cat. -sonrió el felino picaramente. -John quiere descansar.
La chica acarició la mejilla del chico y miró sus intensos ojos verdes con detalle.
Sus ojos iban y venían de sus labios a sus ojos y se detuvo en estos últimos mientras sonreía.
-¿No recuerdas nada de esa noche? -preguntó la chica cautelosa.
-No, lo último que recuerdo es que estaba muriendo en el bosque y cuando desperté estaba ya atrapado en el cuerpo de este chico. -aseguró Cat señalándose.
-¿Y John no recuerda nada? -preguntó ella curiosa.
-¿Qué quieres que recuerde? -preguntó Cat cruzándose de brazos.
-Nada, olvídalo. Nos vemos mañana.
Dio media vuelta y comenzó a caminar dejando al chico ahí, se había molestado consigo misma por no poder olvidar aquellas palabras que el chico le dijo aquella noche en que ambos de conocieron.
Aquellos momentos donde no sabían que algo horrible les iba a suceder.
-Espera un momento primor. -se quejó Cat. -¿Dónde está el beso de buenas noches del gatito?
Tirando del brazo de la chica la hizo volver a su lugar y apretando la espalda de ella contra su pecho, Cat besó el lóbulo de la oreja izquierda de Madelinne.
Ella girándose dio un pequeño beso en la punta de la nariz del felino y después sonrió anchamente.
-Nos vemos mañana, gatito.
-Que sueñes conmigo. -sonrió Cat caminando en sentido contrario al de la chica.
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