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🎃Happy Halloween🎃

Ya se que Halloween ya pasó... pero queria dejar un rato las las votaciones hasta que salga un definitivo.
La opcion uno y dos fueron las mas elegidas, pero la primera gano por un voto.
Igual, seguramente escriba tambien las otras cuando no tenga nada que hacer o cero inspiración.
Espero que hayan pasado un lindo Halloween, y feliz comienzo de noviembre 😘

~○~

La noche del 31 de octubre daba inicio en la cuidad de Londres. Mientras varios niños y niñas salian por las calles portando sus coloridos disfraces en busca de dulces... El joven Phantomhive se dignaba a ir al estudio de su padre, el conde Vincent Phantomhive, quien se encontraba firmando unos trabajos.
Al entrar, el pequeño se acercó al hombre y se sento en sus piernas.

Ciel: Quiero algo dulce... Unos caramelos o algo asi.

El mayor acaricio su cabeza, sin quitar su mirada de los papeles que tenia en su escritorio.

Vincent: Amor... No te puedo dar algo ahora.

Ciel: Pero es Halloween, la tradición es comer dulces.

La realidad, es que el hombre no tenia muchas ganas de discutir con su pequeño hijo, estaba demasiado ocupado para eso.

Vincent: Corrección, la tradición es disfrazarse e ir a pedir dulces.

Ciel: Pero me da miedo ir solo... No quiero.

Siguió el jovencito insistente, haciendo puchero y con sus ojitos cristalizandose debido a las lagrimas que se comenzaban a acumular.

Vincent: Ciel, nene, mira...

Estaba apunto de dar alguna explicacion sin sentido solo para salirse de aquella charla y evitar al niño... Justo en ese momento, uno de los sirvientes de aquella enorme casa paso por el pasillo, yendo en dirección a la sala, pero fue interrumpido por el amo.

Vincent: ¡Sebastián...! Ven aqui un segundo.

El hombre azabache se detuvo a verlo... Cuando se percato de la presencia del menor, ahi supo que nada bueno podía salir de eso... El pequeño Phantomhive era el ser mas caprichoso, malcriado y llorón que podia existir, según Sebastián, pero como no creerlo, con 7 años de edad, el niño no demostro lo contrario.

Sebastián: ¿Necesita algo?

Pregunto con mala gana, sabiendo ya de antemano que lo que sea que le pedirian, tendría algo que ver con el niño.

Vincent: Ciel saldra a pedir dulces... Acompañalo a su cuarto, busca alguno de sus disfraces y ve con él, no quiere ir solo.

》Claro... mande a alguien más a cuidar al mocoso. Como tiene plata, que otro se encargue del hijo《  Pensaba el azabache sin borrar la sonrisa de su rostro, tenia que agradecer que su amo no podia leer su mente.

Sebastián: Como ordene.

El mayor se acerco al niño, tomando su mano y guiandolo a la puerta.
Llegaron la habitación, el de ojos rojos habia dejado en la cama del niño todos los disfraces que este tenia, al ser un jovencito bastante consentido, eran demasidos. Pero la mayoria de ellos, él ya se había puesto.

Ciel: ¡No me gustan! ¡No lo quiero!

Sebastián: Señorito, por favor, relájese... Estoy seguro que algo le va a gustar.

Ciel: ¡No!

El hombre trataba de mantener la compostura, pero era realmente dificil... Aun asi, sonreia, aunque por dentro deseaba matar al niño.

Sebastián: Señorito, no se ni que quiere...

Ciel: ¡Dulces!

Ya habia colmado lo poco de paciencia que de por si ya tenia. Tomo un par de cosas, se retiro por unos segundos, al volver, tomo al pequeño y comenzó a vestirlo... Quedando como un pequeño y adorable demonio. En su ojo derecho coloco un lente de contacto morado que tenia un extraño símbolo, pero luego creyo que seria un poco grotesco para la familia que servia, asi que lo cubrio con un parche.

Sebastián: Listo... Ya tiene un disfraz nuevo. Ahora vamonos.

Ciel: Tu no tienes disfraz.

Sintio que una vena se le hinchaba, pero ya no tenia que hacer. Suspiro y penso para mi mismo

》Si ya estamos en el baile... Bailemos《

~○~

Una mujer disfrazada de monja salio a atender la puerta, la cual estaba siendo golpeada recientemente. Al hacerlo, se encontro a un joven y apuesto hombre de cabellos azabaches, blanca tez, ojos carmesí, el pecho de un esqueleto y una larga capa roja que cubria sus piernas por completo. La dama sintió un sonrojo apoderarse de todo su rostro, obviamente no era lo que esperaba en la noche de Halloween, pero nadie se quejaria de eso.

Sebastián: Buenas noches, mi Lady... Estamos en busca de dulces.

Dijo este con una sonrisa en el rostro.

Mujer: ¿Estamos?

El hombre tomo un poco su propia capa, la extendio y dejo ver al pequeño niño que tenia aferrado a una de sus piernas. El joven "demonio" estaba realmente timido.

Se alejaban mientras el niño solo observaba feliz su canasto de dulces.

Sebastián: La próxima casa pides tú...

Ciel: ¡¿Qué?! ¿Porque? A ti te va muy bien.

Eso era verdad... Todas las casas que llevaban viendo hasta ahora eran muy bien recibidas gracias a el apuesto hombre, y por supuesto, daban buenos dulces.

Sebastián: Se supone que usted es quien deberia estar pidiendolos... Yo solo vine a cuidarlo.

Vieron desde afuera una enomerme mansión, la cual parecia estar dando una fiesta.

Sebastián: Seguramente tienen muchos dulces. Vaya... Pida como un niño normal.

El pequeño temblo un poco ante la idea... Respiro profundo y camino, se acerco a la puerta y toco el timbre... En pocos minutos fue atendido por un elegante hombre.

Ciel: Du-dulce o truco...

Al hombre se le iluminaron los ojos... Pero pronto los cerro mientras comenzaba a hacer sonidos raros para el menor


Vizconde Druitt: Ohhh, Tan hermoso... Tan perfecto... La inocencia y perfeccion de un hermoso infante trasformada y corrompida por un ende demoníaco, manifestando su blasfemico ser en él... Es tan... Es tan....

Honestamente, el pequeño comenzaba a espantarse, no sabia muy bien en que pensar. Pero antes que pasara a peores, el hombre fue interrumpido por el elegante esqueleto azabache.

Sebastián: Solo queremos los dulces, gracias.

Menciono con su seño fruncido, pero sin borrar su sonrisa. Claramente en joven aun era demasiado pequeño para enteder el concepto adulto que estaba ocurriendo en aquel momento... Aunque los chocolates valieron la pena.

Sebastián: Definitivamente, no volveremos a esa casa...

Dijo mientras se alejaban y llevaba al niño en los brazos.

Ciel: ¿Porque? Nos dio muchos dulces.

Es más que obvio que el hombre no se iba dignar en dar explicaciones.
La siguiente casa tenia un estilo extraño... Como asiático. El hombre toco la puerta, aun con el pequeño en brazos... Cuando abrireron, se encontraron con la figura de dos sujetos.

Ciel: Dulce o trunco...

Lau: Vaya compania nos trae la noche en este momento... De las superficies subio rompiendose las uñas hasta llegar a nuestra tierra.

El hombre hablaba con un tono misterioso y sabio... Se acerco al pequeño y acarició su cabeza.

Lau: ¿Y que se supone que eres?

Su voz habia cambiado totalmente a una intrigada, despistada y de un completo idiota... Lo que dejo con los pelos parados al par que estaba alli afuera.

Ciel: Soy un demonio... Pense que sabias.

Lau: No, no tenia idea. Pero eres bastante tierno. Ran-Mao, dale los caramelos.

Ella no dijo nada, solo dejo unos dulces en el canasto del niño. Mientras se alejaban, el hombre acaricio su barbilla mientras dibujaba una sonrisa en su rostro.

Lau: Me pregunto que tan interesante sera aquel truco que hacen cuando no les quieran dar dulces...

La siguiente casa era un poco... Demasiado roja. Paredes rojas, cortinas rojas, techo rojo. Al tocar la puerta, oyeron un grito proviniendo de adentro.

Grell: ¡Mocosos molestos! ¡Ya les dije que no les voy a dar ni un solo cara...!

Antes de poder terminar de hablar, el joven de cabellos largos y rojos salio para encontrarse con el niño y el adulto. Al verlo, su rostro se sonrojo y dibujo una sonrisa en sus labios.

Grell: ¡Wow! ¡Navidad llego antes para mi! El enano esta de más, pero con gusto aceptare a este suculento caballero.

Ambos quedaron extrañados ante aquel comportamiento, pero el niño rápidamente sonrio, casi hasta con un brillo en los ojos, miró al pelirrojo y le propuso un trato.

Ciel: Dame todos los dulces y obtienes un beso de Sebastián.

Sebastián: ¡¿Perdón?!

Grell: ¡Acepto!

Luego de unos minutos, el pequeño azulino estaba parado junto a un arbol con una paleta en su boca... En cuanto al azabache, él estaba de rodillas contra el tronco vomitando.

Ciel: No exageres, solo fue un besito.

Sebastián: Esa imagen jamas se borrara de mi cerebro... Directo a la seccion traumas.

Ciel: Pero mira, tengo muchos dulces. Una casa más y nos vamos...

El niño camino hasta la que seria la ultima casa en visitar... Pero al estar frente a aquella mansion, sintio un leve escalofrío correr por su cuerpo. El azabache lo alcanzo, parandose dentras de él.

Sebastián: ¿Vamos?

Ciel: Pensándolo mejor... Creo que estamos bien. Vamos a casa.

Sebastián: O no, dijiste que querias una última... Ya estamos aqui, ahora vamos.

El niño claramente tenia miedo, y como no... La mansion se veia espantosa, ademas que no parecia que otros niños hayan ido a pedir nada... Sus decoraciones eran todas con cruces o cristianas, sin mencionar que parecia hasta tener un cementerio propio. El azulino volvio a esconderse en la pierna del sirviente, temblando mientras sus pequeños pies se movian al ritmo que el de su acompañante, al estar frente a aquella puerta, el mayor toco... Pero en lugar de recibir alguna respuesta, esta solo se abrio. El lugar por dentro era demasiado agradable, pero el pequeño aun se sentia incómodo. Entraron lentamente, con el jovencito llevando la delantera, mirando a cada lado asustado y paranoico... Cuando de repente, algo tomo su cintura mientras gritaba.

Ciel: ¡Aah!

Se sobresaltó el menor al sentirlo... Mientras su acompañante lo soltaba y se reia.

Ciel: ¡No es gracioso, Sebastián!

Sebastián: Tienes que verle un poco de humor, tu me hiciste besar a un loco.

Ciel: ¡Voy a matarte! ¡Idiota!

El menor opto por golpear al hombre con sus pequeños puños, mientras este solo se seguía riendo de lo sucedido. Ninguno se percato de la presencia de otro hombre llegando a la sala.

Ash: ¿Que creen que hacen aqui?

Ambos llevaron su mirada al sujeto de blancos cabellos, quien miraba con desagrado a los infiltrados.

Ciel: Dulce o Trunco...

Ash: El Halloween es una época asquerosa, donde se rinden cultos satanicos.

El niño se vio confundido, hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos.

Ciel: Solo es por diversión...

Ash: ¿Te gustan los demonios y las brujas?

Ciel: Bueno, esta noche yo seria un pequeño demonio...

Esto ultimo lo dijo mientras sonreía y movia sus hombros alegremente.

Ash: Eso te vuelve tan desagradable como ellos.

Le dio un pequeño golpe con los dedos en la nariz del pequeño, no muy doloroso, pero si le disgusto al azulino, y tambien a su sirviente... No porque el niño le importara demasiado, pero seguía sindo el hijo de su amo.

Sebastián: Esta bien... Supongo que sera el truco.

El azabache se agacho hasta llegar al odio de su señorito, donde comenzo a susurrarle lo que el niño tenia que hacer.

Ciel: ¿Despues de decir eso... cierro los ojos?

Sebastián: Asi es, y tapa sus odios, hasta que yo le diga lo contrario.

El pequeño estaba confundido, pero solo afirmó. El hombre se reincorporó otra vez... Sonriendo como siempre.

Sebastián: Bien, mi pequeño demonio... ¿Que debo de hacer?

El azulino se saco el parche que tenia en su ojo, dejando ver el aquella estrella morada.

Ciel: Es una orden, Sebastián... Acaba con este sujeto.

Sebastián: Yes, my lord...

El pequeño niño tapo sus orejas con sus manos, cerro con fuerza sus ojos y espero que el sirviente acabara con su "acto" de truco.
Ya no podia ver ni oir nada... De haberlo hecho, podria haber visto como al azabache le comenzaban a brillar los ojos.

Sebastián: Ahora... ¿Que debería de hacer?

El rostro del joven de ojos violetas se desfiguró ante el espantoso escenario que se estaba formando en ese momento.
Gritos fue lo minimo de las cosas que pasaron en ese momento, las paredes fueron testigos de atrocidades espeluznantes, la alfombra se pintaba de un lindo carmesí.
Los minutos pasaron, y el niño sintio como era tomado para ser alzado nuevamente, destapo sus odios mientras sentia como quien lo cargaba comenzaba a caminar.

Ciel: ¿Puedo abrirlos?

Sebastián: Si, mi señorito.

Al hacerlo, ya estaban saliendo de aquella mansion, el hombre que lo llevaba tenia una bolsa con caramelos en su mano.

Sebastián: Le traigo mas dulces.

Pasados los minutos, ambos estaban en el parque sentados en una banca... El niño tenia su cabeza apoyada en pecho del adulto, mientras daba un mordisco a su barra de chocolate, luego cortaba un poco con sus dedos y se la ponia en la boca del azabache. La noche de Halloween no habia sido tan espantosa como el adulto habia pensado que seria... Incluso le parecio divertido estar con el niño.
Comieron unas golosinas más y volviero la casa, en mitad del camino, el pequeño quedo dormido en los brazos de su sevidor.

Sebastián: Feliz Halloween, my lord.

~○~

Los años habian pasado... Un Halloween nuevo estaba apunto de comenzar. El elegante sirviente esperaba paciente fuera de la habitacio del jovencito.

Sebastián: My lord... ¿Ya esta listo? No quiero que se le haga muy tarde.

El azulino salio del cuarto... Al ver al pequeño, el hombre no puedo evitar el sonreír.

Ciel: ¿Qué?

Sebastián: Nada, bonito disfraz...

Ciel: !!

Desde aquella vez habian salido todos los años juntos... Y por supuesto, dejaban el manjar mas delicioso para el final, volviendo sin dudas todos los años a la mansion del hombre de blancos cabellos que gritaba demasiado... Para él, solo habia una opción...

Truco o Truco

~○~

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