Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🔺 28.

11:15 am.

El silencio que había en el despacho de Jeon, era realmente abrumador. Tanto para él, como para la persona sentada frente suyo; soobin, esperaba con incertidumbre la respuesta de su Jefe. El ambiente era pesado, y admitía que también era culpa suya. ¿Por que? Porque también estaba preocupado y con él pasar de los días estaba más ansioso y alerta.

Y Jeon Jungkook no podía estar peor, hasta el mismo Taehyung lo había notado, incluso si trató de no hacerlo ver que algo estaba mal. Habían sucedido tantas cosas esta sola semana que de verdad no sabía como comenzar a tratar de resolver cada uno de los problemas que se avecinaron abruptamente. Estaba afectándolo en todo.

Más y más señales de que alguien estaba tratando de joderlo llegaban todos los días. Estaba cansado. Ni siquiera podía dormir por pensar una y otra vez en la situación tan abrumadora que se encuentran. ¿Pero que podía hacer? No es como si pudiese ponerse a llorar, y pedirle ayuda a alguien. Se supone que debía ser el mismo quien se encargase de todo.

Había estado tenso estos días porque recibió una amenaza de parte de una persona del bajo mundo muy importante—no más que él, claro—diciéndole que tenía que romper el trato que hizo con su socio japonés, el cual estaría cerrado en tres días. Le advirtieron que si no hacía lo ordenado, habría consecuencias muy grandes hacia su organización. Por supuesto que no iba a hacerle caso. Lo que lo tensó de esto era que habían mandado ese mensaje hacia su casa... casa que había mantenido oculta por la seguridad de Taehyung. ¿Como mierda habían conseguido la ubicación a detalle? Eso lo tenía bastante ansioso.

Se irían de ahí hoy mismo, definitivamente. No pensaba irse a Japón y dejar a Taehyung ahí sabiendo que ahora ya conocen en donde se encuentran.

Otra cosa que lo había hecho sobre pensar en todo era la llegada de su hermano. Hace unos días escuchó rumores que Jeon Junho se reencontraría con su hermano, Jeon Jungkook. Eso no era nada bueno para Jeon. Hace años que no sabía nada de su hermano, es por eso que sea cual sea el verdadero motivo por el que vino, no era nada bueno. No quería tenerlo cerca, mucho menos sabiendo que tiene problemas con gente pesada. Todo eso era un riesgo para su mocoso, lo mejor era que se fuera cuanto antes.

Y claro, no pudo decirle—No—a Taehyung cuando le pidió de esa forma que lo dejase quedarse solo por esa noche... Aún que ahora, estaba arrepintiéndose.

Estos días había estado sintiendo un miedo sin explicación; uno que no lo dejaba en ningún momento y que lo hacía pensar por horas. Cuando llegó Junho, ese miedo aumentó, haciéndose más notorio en su interior. Y tal vez no habían hablado aún, pero sabía que su hermano tenía algo muy importante que decirle, y eso de verdad le ponía nervioso.

Más y más problemas, no sabía que hacer. No sabia como comenzar. ¿Que se suponer que haría? Ni siquiera sabía que era eso que Junho quería decirle, pero ya se hallaba a nada de arrancarse la cabeza.

—Entonces...–Soobin, en voz baja decidió retomar la conversación que se había parado por estar ambos metidos en su pensamientos. —Puedo encargarme de asegurar cada zona. Hace no mucho el cargamento de armas llegó de Tailandia, así que no será un problema. —

Jeon suspiró, ladeando su cabeza.

—Primero me aseguraré de tener la nueva ubicación cuanto antes, es ahí cuando mandaras toda la seguridad posible a esa dirección. —clavó sus ojos oscuros en el peliblanco, quien lo escuchaba con mucha atención. —Quiero a más de doscientos hombres al rededor de la nueva mansión. Por las carreteras, por el bosque cercano a ésta, por todas las cuadras. Que estén esparcidos. Quiero vigilancia a cien por ciento. —Soobin asintió con lentitud. —Dentro de la que será la nueva casa donde nos reguardaremos, quiero cuarenta cuidando desde dentro. Cinco en cada puerta. Dos parados en cada ventana. Y quiero a diez vigilando cada uno de los movimientos de Taehyung. Los quiero cerca las veinticuatro horas del día. Yo me iré, y no podré estar con él, entonces necesito el triple de seguridad para Tae. —

—¿las veinticuatro horas? Entonces... ¿habrá alguien en su habitación a la hora de dormir? —. Cuestiona.

¿Debía de haberlo? No confiaba en nadie.

—No. Tienen prohibido estar en la misma habitación donde mi novio dormirá. —Con dureza recalcó. —Cuando Taehyung duerma, diez hombres se quedarán parados desde afuera cuidándolo ahí toda la noche. Tapen cualquier ventana que haya. Nadie entra, y nadie sale mas que Taehyung. Quien me desobedezca, se muere. ¿En entendido? —soobin asiente. —Tenemos muchos problemas y amenazas últimamente. Se está complicando más de lo que pensé...—Suelta un suspiro con cansancio. —Hace mucho que nadie era tan imbecil como para pensar que puede venir a joderme... —Ladeó su cabeza, apretando su mandíbula al mismo tiempo. —Sea quien sea que esté tratando de arruinarme, le va a salir muy caro. —

—¿Tiene idea de quien puede ser la persona que esta haciendo todo esto? —. Le pregunta soobin, con curiosidad.

—Tengo dos personas en mi cabeza que pienso que son las responsables, pero solamente son especulaciones mías. Aún que, se con exactitud, que sea quien sea esa persona, va a terminar diez metros bajo tierra por haberse metido conmigo. Y ahora también con mi mocoso. —apretó los dientes entre sí. —Por eso te voy a pedir que en caso de que algo suceda en mi ausencia, sabes muy bien a donde hay que llevar a Taehyung. Se que eso no será suficientemente seguro, pero solo sería para hacer tiempo y que yo pueda encargarme cuanto antes. —Le recordó. Soobin estaba muy atento a las palabras de Jeon, porque sabía que tenía que estar preparado para cualquier cosa. —Porque al final todo valdrá la pena. Y si lidiar con ellos también implica dar la vida, la voy a dar con tal de que jamás lo encuentren.  No voy a permitir que le toquen un solo cabello a Taehyung. De todas formas ya todo está por terminar. —

—Si puedo contribuir con mi ayuda lo haré. Le juro que haré lo que sea por la seguridad de usted, y de Taehyung. Me haré cargo de todo, Señor.

Jeon río cortamente. —Solo necesito que cuides a Taehyung de cualquier cosa. Solo eso. —

¿De que le serviría a él estar bien si Taehyung resultaba afectado de todo esto? Era mejor el bienestar del menor, mil veces.

—Entendió, Jefe. Juro que haré lo que esté en mi alcance para cumplirlo —Jeon solo asintió, complacido de sus palabras. —¿Hay algo más que quisiese decirme? —. El de cabellos negros niega. —¿Entonces puedo retirarme? —pregunta de forma respetuosa.

—Antes de irte... Dime, ¿sabes si Taehyung ya despertó?

—¿El Joven Kim? Si, hace una hora despertó, y según lo que me dijeron al venir hacia acá, él está desayunando con su hermano en el jardín principal, Jefe.

***

11:30am.

El pequeño pelirubio, y Jeon Junho se encontraban desayunando al aire libre. El clima era Perfecto para estar afuera.

Un plato con frutos se hallaba en medio de la mesa de cristal en donde estaban ambos sentados. Y también, frente a ellos había, un plato blanco de porcelana que contenía yogurt bajo en grasas con almendras y granola. Un vaso de agua helada servida en un vaso de cristal justo alado de el plato anterior. Y algunas galletas de arroz también.

Taehyung había despertado hace bastante tiempo, a eso de las seis de la mañana, pero, todo fue culpa de la llamada que recibió su novio a esa hora tan temprana. Cuando Jeon colgó, se volvió a recostar a su lado. Pero después de estarse acariciando al principio sin segundas intenciones, todo para poder volver a retomar el sueño, tal vez haya terminado en otra cosa. Y bueno, así estuvo despierto de seis a ocho de la mañana entreteniéndose con el cuerpo del mayor, y viceversa.

Después de eso, ambos terminaron agotados. Taehyung volvió a dormir, pero Jeon, tenía muchas cosas pendientes que hacer, así que no pudo dormir nuevamente.

Y bueno, dos horas después Taehyung despertó. Se duchó, se cambió, y bajó hacia el primer piso con emoción, porque sabía que tendría bastante tiempo para conocer al hermano de su novio. Eso lo ponía bastante feliz.

Y bueno, para su sorpresa, Junho había estado recorriendo la mansión desde que despertó, y lo encontró en el jardín en medio de una llamada. No dudó en acercarse, importándole muy poco interrumpirlo.

Junho corto tan rápido como lo vio, y le tendió una grande sonrisa. Ambos hablaron un poco, y el rubio le propuso continuar su platica en el desayuno. Éste acepto de inmediato.

Y bueno, ahora estamos aquí. Hace no más de diez minutos que les habían traído el desayuno hacía la grande y elegante mesa de cristal en el jardín.

Junho observaba a Taehyung detenidamente. La forma en la que masticaba la comida con lentitud, sin una pizca de desesperación, disfrutándola. El como sus mejillas se abultaban tiernamente al meterse una pequeña porción en la boca. Su manera de tomar el vaso de cristal con agua dentro, con sus finas y delicadas manos, con suma suavidad; como si pudiese romper el vaso de un toque. Los movimientos y gestos que hacia... delicados. Las sonrisas suaves que le tendía al decir algo, unos bonitos hoyuelos formándose a cada lado de sus mejillas. Sus mejillas levemente rosadas. Sus ojos azules brillando en demasía por el leve sol que golpeaba la mitad de su rostro. Su bonita y fina nariz con un pequeño lunar en ésta. Sus labios rojizos. Su cabello rubio que tenía pequeños mechones rizados, que caían ligeramente en la punta. Su piel blanca, y que parecía ser suave y delicada. Sus pestañas largas y rizadas, resaltando sus ojos y rostro cada que sonría. Sonrisa que por cierto, forma de corazón tenía.

Era muy bonito, si.

Lo imaginó diferente cuando escuchó de él. Tal vez un poco más... ¿atrevido y vulgar? Algo parecido. Pero todo lo que había encontrado: era a un chico realmente delicado con cara de muñeco. Era absolutamente todo lo que un hombre quería si de físico hablamos. Ni muy alto, ni muy pequeño. Un cuerpo curvilíneo, pero sin verse vulgar; uno que cuando lo veías, pensarías que con solo tomarlo por la fina cintura se rompería. Tan frágil. Y con rostro de un muñeco de porcelana.

Taehyung era precioso. Cualquier persona estaría feliz con la vida de poder tener a alguien así a su lado. Entendía muy bien ahora a su hermano. Era realmente afortunado.

—¿Tú que opinas? —. El Jeon menor parpadeo desorientado, mirando al menor con confusión.

—Yo... ¿Te molesta repetírmelo? Estaba pensando en otra cosa, lo siento. —Se disculpó avergonzado.

Taehyung sonrío. —¿En que pensabas? —. Pregunta con curiosidad, mirándolo con ojos grandes.

"—En qué superaste todas mis bajas expectativas que tenía de ti de forma increíble.–" quiso decir Junho, pero sin embargo, se contuvo.

—Bueno, veras, yo... —¿que debía de decirle? Realmente no tenía ni la más mínima idea. — ¿Pasas mucho tiempo en este lugar? —. Fue lo primero que salió de su boca.

No es que le importase. O tal vez si. De algo tenía que servirle esa información.

Taehyung se dejó caer contra él respaldar de la silla, mientras hacía una mueca, pensado en la respuesta hacia la pregunta hecha. —Bueno... supongo. No salgo seguido. Solo soy obediente, así que no hay mucho que decir. —Contestó con simpleza. —Salgo de vez en cuando con mis amigos, o con kook a cenar. Hago fiestas cuando me lo permite tu hermano, y aveces voy a clubs nocturnos...—Respondió con una sonrisita. Junho lo miraba también, pero no entendía porque no decía nada. Es como si estuviese tratando de recordar lo que acababa de decir. Y pensó qué tal vez había compartido demasiado con él. Tal vez Junho se sintió incómodo. Aún que también, supo que no debía de hablar demasiado de esto con él. —Y bueno... es todo. —finalizó tan pronto como se dió cuenta.

—¿Es todo? ¿No hay anda mas? —. Cuestiona, con una ceja alzada. Estaba esperando a que siguiese.

Taehyung hizo una mueca. —No se que tan bien le parezca a Jungkook que te diga todo esto... y la verdad es que hoy comenzamos el día bastante bien, no quiero tener problemas. ¿Lo entiendes, no? —

Junho tarda algunos segundos en responder, pero al final, termina asintiendo sin más. No es como si pudiese obligarlo a decirle absolutamente todo lo que quiere escuchar.

Al parecer el pequeño Taehyung era demasiado obediente con las órdenes de su hermano. No esperaba menos de él.

Era extraño. Tenía muchas preguntas, muchas dudas. Quería aclararlas todas. ¿Que podía hacer? Jeon no parecía querer decirle nada, en lo absoluto.

—Sabes, Tae... en lo poco que te conozco, déjame decirte que hasta ahora me pareces una persona sumamente linda. De todas las formas posibles. Me hace sentir demasiado bien ver lo leal y obediente que eres hacia mi hermano. Me hace sentir tranquilo. —Le sonrió con suavidad. —Ya veo porque mi hermano te adora y cuida tanto. Definitivamente no hay dos como tú en el mundo. —río levemente.

Taehyung también lo hizo, con las mejillas algo sonrojadas por los halagos hechos. —Bueno, muchas gracias... A mi también me—

—¿Quieres que te mate, acaso? —. A pisadas fuertes se acercó Jeon, aplastando el pasto con dureza, yendo hacia donde estaban ambos.

Taehyung sonrió al verlo, ignorando el hecho de que lo había interrumpido, y casi corrió hacia él, hasta enrollar sus brazos alrededor del cuello contrario. —¡Al fin llegas! —. Besó rápidamente la mejilla del mayor, y le sonrió en grade.

Jeon en cambio lo había atraído hacia su cuerpo desde su cintura, tomándola con fuerza. Aprestándolo entre sus brazos con posesividad. Ni siquiera había prestado atención a Taehyung, porque miraba con molestia a su hermano menor.

—¿Que son todas esas cursilerías con las que le estás endulzando el oído a mi mocoso? ¿Ah? —Cuestiona.

Junho no se inmuta ni un poco por la fría y recelosa mirada que le estaba dando su hermano. —Yo no hice nada. Exageras. —Pone los ojos en blanco sin poder evitarlo.

—Me estaba diciendo que soy muy bonito y que le pone feliz que alguien como yo llegase a tu vida. Dijo que no hay dos como yo, y que tienes suerte de tenerme. —Le contó, usando tono engreído en forma de broma. —El si ve todo lo que hago por ti. Me agrada. —

Sus ojos negros se clavaron en novio frente a él que se hallaba entre sus brazos aún. Apretó los dientes entre sí. ¿Debería de alegrarse por lo que acababa de escuchar? ¿O tomarlo como broma? Por alguna razón, le cabreaba.

—¿Y tú por qué mierda le sonríes así? ¿Te sonrojas por él? ¿Te gusta que este inútil te diga cuan bonito eres? ¿No te basta con que te lo diga yo? —apretó más el delgado cuerpo contra el suyo. —¿Quieres que te rompa el culo otra vez? Estupido niñato...—entre dientes dijo, mirando a Taehyung amenazante.

El pelirubio sonrió con diversión hacia Jeon. Estaba tan acostumbrado... Taehyung dejó un pequeño besito en los labios de Jungkook con rapidez. —¿Rompérmelo otra vez? Por lo menos desayuna primero. Tu hermano y yo hablamos casi toda la mañana, y ya lo conocí más, así que no creo que haya problema en que después de que desayunes tú y yo subamos a nuestra habitación... ¿O si? —. Con tonó juguetón, y una sonrisita divertida propuso.

Eso pareció servir porque Jeon relajó su expresión casi tan pronto como Tae terminó de decir lo anterior.

Junho carraspeó incómodo. ¿Como podían ser tan vulgares si aún estaba él presente escuchando todo?—Sigo aquí.

Jeon resopló con fastidio.

***

Media hora había pasado ya. Ambos hermanos seguían afuera, en el jardín. Solo que ahora, la mesa ya estaba sin platos y vasos: completamente limpia. Jeon se hallaba sentado frente a Junho, ambos cara a cara. Y Taehyung, de pie, alado de donde Jeon estaba sentado.

—Subiré a arreglarme, cuando termine vuelvo nuevamente. Tal vez en una hora y media. ¿Esta bien? —.

Jeon hace un sonido de fastidio. ¿Una hora y media? ¿Por que siempre tenía que tardar tanto en arreglarse? Era molesto. —De acuerdo. —si, no estaba nada feliz con el tiempo que tendría que esperarlo, pero no quería poner a su mocoso de mal humor. Estaba bastante estresado como para lidiar también con los berrinches y lloriqueos de Taehyung. —Trata de apresurarte, ¿bien? —

Taehyung asiente. –Oh, por cierto... ¿Debería de llevar todas mis tarjetas? —cuestiona con duda.

Jeon niega con suavidad. —Usaremos mi tarjeta. Yo pagaré todo, tu guarda tu dinero, amor. —responde con simpleza.

—Está bien, entonces ya regreso..~ —. Se despide tiernamente de ambos, entrando segundos después a la mansión.

Taehyung y Jeon saldrían a comprar algunos muebles faltantes de la nueva mansión en la que vivirían más que pronto. Se tenían que ir de ahí cuanto antes. Quería complacer a Taehyung dejándolo elegir la decoración de la nueva casa porque, sabía cuánto amaba esta mansión, siempre dijo que era su favorita, es por eso que pasaban mayor parte del tiempo ahí. Y bueno, mudarse a otra tan pronto no era algo que alegrara a Tae... por eso dejaría que su niño decorase la nueva casa como quisiese, a su gusto. Lo dejaría gastar de su tarjeta todo lo que quisiera. Taehyung tenía sus propias tarjetas, con demasiado dinero que él se encargaba de depositarle cada cierto tiempo. Pero ese dinero que le daba, era una miseria comparando a lo que él tenía en sus cuentas.

Así que, ¿que más daba si dejaba a su mocoso reventarle la tarjeta en compras? Solo quería tenerlo feliz.

Y bueno, lo acompañaría por obvias razones, no pensaba dejarlo ir solo. También en parte era porque no quería ver más a su hermano, y cuando ambos volviesen de allá, Junho ya se habría ido de su casa. Y nuevamente desaparecería de su vista por otros cinco años más. Necesitaba que sucediese ya.

—Taehyung es un chico muy lindo y simpático. Me agrada. —

Sus ojos negros se posaron en los ojos del hombre sentado frente a él. —Ya repetiste demasiado lo lindo que te parece Taehyung. Hazlo nuevamente y no me va a interesar que seas mi hermano. Te recomiendo que cierres la boca y te largues cuanto antes, porque estás colmado mi paciencia. –sin una pizca de simpatía soltó Jeon.

Junho suspiró con fastidio. Jungkook era demasiado difícil. —¿No te cansas de amenazarme? Desde que puse un pie aquí, no has parado de repetírmelo. No se por que eres tan poco empatico...—. Resopló.

—Eso es porque no te quiero aquí. No necesito que vengas a traerme más problemas solo porque no supiste cuidarte la espalda tú mismo. —Jeon se cruza de brazos. —No tengo porque cuidarte, no tienes cinco años, tienes veinticuatro, se un hombre de verdad y arréglatelas tú solo. A la única persona que de verdad me interesa proteger es a Taehyung, y no voy a permitir que por tu culpa la seguridad de mi niñito esté en riesgo. ¿Ya te quedó claro? —Casi le escupió.

—Ya entendí, ya entendí... por Dios, que pesado eres... —Se quejó Junho.

—¿Y si ya entendiste por qué putas sigues aquí? —reprochó Jeon.

El Jeon menor soltó el aire con cansancio. —Aún tenemos muchas cosas de las cuales hablar, ¿no lo crees? —.

—¿Y sobre qué? No hay nada que me interese decirte, y tampoco hay algo que me interese saber tú patética y miserable vida. No hay nada de que hablar. —Con sequedad dice Jungkook.

—Eres cruel...—Le dice con falsa tristeza. –¿en verdad no hay nada que quieras saber de mi? Soy tu hermano menor, recuerda. –Jeon frunce el ceño.

—¿Y eso que? No eres un puto crío de doce años. El único pequeño aquí es mi mocoso. Y no, no hay nada que quiera saber de ti. ¿Te callarás ya? —. Con mirada impaciente pregunta el mayor.

—Bien, entonces si no me preguntaras nada, ¿puedo preguntar yo...? –mira a Jeon con duda. Éste lo mira cauteloso. Y claro que Junho se da cuenta de aquello, pero no lo culpa ni un poco.

–¿Y tú qué y para qué quieres saber? —. Mira a su hermano con seriedad.

—Solo... solo tengo curiosidad de lo que a sido tu vida estos años que no hemos estado viéndonos, tú sabes... –responde, riendo cortamente. —¿Tan mal esta? —

—Si, lo está. –Responde tan rapido como puede. —No confío en ti. Y a mi no me parece que vengas y aparezcas de repente, fingiendo venir por una razón, y después soltando otra completamente diferente. Vienes y te arrastras por mi ayuda, pero después estás preguntando cosas que no te corresponden. Mis hombres me dijeron que te vieron caminando muy temprano por toda la mansión, pero después te hallo conversando con mi novio y endulzándole el oído con quien sabe cuánta estupidez. Dices y dices que quieres conocerlo más. Qué quieres acercarte a él. Y eso a mi no me parece ni un poco. ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones con mi novio, Junho? —entre dientes cuestiona, fulminando a su hermano menor con la mirada.

Junho traga grueso. Se hace pequeño en su asiento.

¿Como es que...?

Era imposible que Jungkook no se diera cuenta de las cosas. Lo veía todo. Siempre analizaba y prestaba atención a todo, a cada detalle, a cada gesto, a cada palabra, a cada movimiento...

¿Como pensó que Jungkook sería una persona a la que se le pudiesen ocultar las cosas con facilidad?

¿Y ahora que se supone que debía de hacer? De todas formas, no tenía tantas opciones.

—Jungkook... Yo tengo algo muy importante que decirte. —confiesa —. Y es sobre Taehyung. —El Jeon menor desvía la mirada.

Jeon gruñe. —Cuidado con lo que sea que quieras decirme, porque si lo que quieres confesar es que te gusta mi mocoso, voy a encargarme de que mañana te encuentres flotando dentro de una bolsa de basura en algún río...—amenazó.

Junho frunce el ceño y niega con rapidez. —¡No es así! —. Se apresura a contradecirlo. —Aparte, a mi me van las mueres. —aclara. —Aun que igual Taehyung es bastante llamativo y atractivo, no lo niego.

—Cierra la boca y dime de una vez lo que me quieres decir.

—Eres tan impaciente...—Resopla. –Bueno, está bien, te lo dire. Pero antes, tienes que jurar que vas a tratar de controlarte, pensar dos veces en tus próximas acciones, y reacciones. —

—Yo no tengo porqué jurarle nada a nadie, menos a alguien tan inferior como tú. Yo voy a decidir como ponerme depende a lo que me digas. Y si después de lo que me digas quiero matar a quien se me cruce, lo voy a hacer. Tú no me vas a decir que hacer. —con sequedad le dijo.

Junho contó hasta diez mentalmente, porque Jeon era una persona realmente difícil de tratar. ¿Como es que Taehyung convivía las veinticuatro horas con él? Definitivamente debía ser una tortura.

—Nunca en mi vida me habían insultado tanto en tan poco tiempo. —Soltó en forma de broma, riendo un poco.

Jeon en cambio no cambió su rostro serio. Lo siguió mirando sin expresión alguna. No le hacía nada de gracia.

No fue sorpresa para Junho ver a Jeon mirándolo de esa forma tan seca. Lo observaba amenazante, con ansia e incertidumbre por lo que sea que fuese a decirle. Podía ver la intensidad e insistencia en sus ojos para que hablase de una vez por todas. Jungkook no contaba con más paciencia. ¿Pero que podía hacer? Junho solo quería bajar un poco el intenso ambiente para que así, tal vez la reacción de Jungkook fuese más... ¿humana? No había una palabra exacta para decirlo.

Lo más seguro es que después de decirle, Jeon querría matarlo él mismo con sus propias manos ahí en el jardín. ¡Por supuesto que temía por su vida!

De algo tenía que servir tener buen sentido del humor, ¿no?

Y cuando estuvo apunto de hablar; un hombre con traje, alto, delgado y cabello blanco se acercó a pasos firmes hacia ellos. Jeon no tardó ni un segundo en desviar su mirada hacia soobin.

—Jefe, todo de lo que me pidió que me hiciera cargo esta listo. Cada cosa esta donde debe de estar. Mande la cantidad de hombres que me ordenó hacia la nueva zona, e incremente la seguridad como me pidió. —Habló soobin cuando Jeon le aprobó con la mirada que dijese lo que sea que tenía para decirle.

—Los cargamentos, la seguridad, las cuentas, los documentos... ¿Todo está listo? —Cuestiona.

—Si, Jefe. Ya no queda nada de importancia aquí ni en ninguna de las demás mansiones. Todo está seguro donde usted ordenó. Ya solo queda reubicarnos. Todos están esperándonos allá. —Informó.

Eso solo significaba una cosa.

—Entonces es hora de irnos. No hay nada mas que hacer aquí. —Jeon suspira con lentitud. —Ordénale a felix que se asegure de que ninguna persona del personal quede viva, no podemos correr riesgos de que hayan escuchado algo y terminen arruinando nuestros planes. —Soobin asiente de inmediato. —Y que sea ya mismo. En media hora ya debemos estar partiendo de aquí. ¿Quedó claro? —.

—Si, Jefe. — Soobin hace una reverencia hacia Jeon, antes de irse. —Y con su permiso, voy a ir a hacer todo lo que me ordenó.

Jeon le da una mirada aprobatoria, y soobin se marcha con rapidez de ahí.

Junho no había entendido ni una sola palabra. Soobin había dicho todo pero a la vez nada. Tenía muchas preguntas que hacerle, pero que por obvias razones, no le haría. Jeon ya le había dejado claro en todos los idiomas que no iba a soltarle ni una sola palabra.

Que difícil...

—¿Matar al personal? —. Pregunta con una ceja alzada. —Que cruel eres... –Suelta una risa corta.

Jeon lo miró de la misma forma en la que lo había estado mirando desde que llegó. —Yo no soy tan imbecil como tú. A diferencia de ti, yo si pienso en todo, y cuido cada mínimo detalle. De no ser así, desde hace mucho hubiese terminado como tú. —

Junho desvía la mirada, y muerde su mejilla interna.

—Insisto en que eres cruel...

Jeon resopla y blanquea los ojos. —Como si me importara lo que piense un patético como tú. Mejor lárgate. Ya escuchaste que nos iremos de aquí muy pronto, no se porque aún no te has ido. Eres fastidioso. —

—Pensé qué tal vez te compadecerías de mi, pero ya vi que no. —Junho suspiró, rendido.

—Que bueno que ya te diste cuenta. Ahora, lárgate de mi jodida casa. —entre dientes ordenó.

–¡Lo haré! ¡Lo juro! Pero antes... dame por lo menos algunos consejos. Necesito por lo menos eso de ti. Ayúdame kook... –pidió.

—¿Consejos? —. Pregunto incrédulo. Junho asintió. —Puta madre, tú de verdad eres un inútil que no puede pensar por si mismo...—con fastidio dijo Jeon.—primero que nada, deja de arrastrarte a las personas pidiendo ayuda. Si no sabes sobre algo, no lo hagas y no hables de ello. Te ves como un idiota, y das lástima. —Solto Jungkook. —Tampoco andes caminando por ahí buscando donde refugiarte, por lo menos ponte un jodido chaleco anti balas, no seas idiota. —

—¿Usas tu uno? —. Pregunta curioso.

—Si, cada que salgo me pongo uno bajo la camisa. Nunca salgo sin él. Deberías hacer lo mismo, ¿oíste? —. Junho asintió. —Y lo último en lo que puedo ayudarte, es decirte que no te involucres con gente pesada si después no vas a tener con que pagarles. —

—Ya aprendí la lección, lo juro. —Sonríe.

—Si, claro. Me da igual si aprendiste o no, a mi no me afecta en absolutamente nada. —Jeon le resta importancia. —Y eso es todo. Vámonos ya de aquí. Anda, muévete animal. —

—¿Siempre eres tan amable? —. Cuestiona de forma sarcástica. Jeon le da una mala mirada después de haberlo escuchado reírse.

***

Jeon se hallaba de pie en la entrada principal de la mansión. Soobin estaba acompañándolo también, de pie frente suyo. Estaban esperando a que Taehyung terminase de una vez por todas de arreglarse para poder irse de ahí cuanto antes. Pensó qué tal vez tendrían que regresar, pero después de que soobin le haya dicho que ya no quedaba nada de importancia ahí, decidió que ya no volverían.

¿Para qué hacerlo? Era mejor abandonar el lugar cuanto antes.

Lo desesperante de esto era que podían irse siempre y cuando Taehyung bajase. ¡Pero no lo hacía!

Jeon estaba a nada de arrancarse la cabeza. ¡¿Cuánto más tiempo necesitaba ese mocoso para estar listo?!  Estaba contando hasta diez mentalmente, todo con el fin de no perder el control y subir por Taehyung él mismo, y traerlo a si de una vez por todas a jalones.

¿Que tanto estaba haciendo?

Se sentía asfixiado. Una gran parte de él le decía que tenían que abandonar el lugar lo más pronto posible. Se sentía desesperado. Y eso lo hacía enfadar.

Jeon miró el reloj de su muñeca por milésima vez. ¡Habían pasado ya dos horas! ¿No dijo que bajaría en una hora y media?

Listo. Había decidido que no le daría más tiempo.

—Suficiente. —Habló de repente Jeon en medio de todo el silencio. Soobin lo miró sin entender. —Ve por Taehyung, y dile que baje de una maldita vez, que no me importa si esta listo o no. O de lo contrario, yo mismo lo voy a traer a rastras. —Ordena al peliblanco, con impaciencia en su voz.

—Entendido, Jefe. —

Jeon ve a soobin subir las escaleras con barandales de vidrio que llevaban a su habitación. Cuando lo vio desaparecer por el pasillo, dejó salir un suspiro.

Su cabeza estaba a nada de explotar. Lidiar con Taehyung era completamente una pesadilla. ¡Y peor aún! Su hermano seguía en su casa. Lo que más quería era que se fuera cuanto antes.

Se supone que Junho había estado recogiendo sus cosas de la habitación en la qué pasó la noche. Pero no entendía porqué tardaba tanto. Si era necesario, también lo sacaría a la fuerza.

Tenían que marcharse pero parece que ninguno de los dos comprendía eso.

Y aún que ahí ya no tuviesen nada que hacer, a donde irían si. Jeon seguía teniendo demasiadas cosas de las cuales encargarse, no podía perder el tiempo solo porque su mocoso no sabia que jodida blusa ponerse.

Tenía un viaje pendiente en muy poco tiempo. 

Ese viaje que no lo dejaba dormir.

Faltaba cada ves menos horas para irse a Japón, y se sentía cada vez más indeciso. No sabia que hacer con respecto a Taehyung. No se sentía bien la idea de dejarlo en Corea, pero tampoco la idea de llevarlo con él a Japón, las dos eran opciones riesgosas.

Y aún que aveces le entraban ganas de cancelarlo, no podía. Este viaje, y este negocio llevaban meses de planificación. Muchas platicas y sugerencias para mejorarlo. Tomó muchas horas de su preciado tiempo, es por eso que no podía echarse para atrás.

Era mejor no pensarlo demasiado, no quería más problemas. La mejor idea era ir y volver lo más rápido posible.

Mientras más rápido, mejor.

Cuando volviese de Japón, pasaría el finde semana con su novio. Lo llevaría donde sea que quisiese. Tenía que recompensarlo después de cancelarle el viaje con sus amigos, y también el haberlo dejado solo por una semana. Después del viaje, con el trato cerrado y listo, la nueva casa ubicada en un lugar más seguro para ambos: todo estaría perfecto. Podría seguir trabajando como normalmente lo hace, libre de más preocupaciones, y se tomaría el tiempo de consentir los últimos días de vacaciones que le quedaban a Taehyung. Ya que en pocos días el menor entraría nuevamente a la escuela.

Y bueno, ambos seguirían con su vida normal. Que se basaba en peleas, compras, regaños, besos, salidas, celos, bromas, insultos, sexo, mimos, amenazas, amor, planes, y una infinidad de cosas más.

Y no saben cuánto anhelaba retomar su rutina antigua con el menor.

Tal vez lo único que no quería era dejar a Taehyung solo tanto tiempo. Sabía cuanto esto le afectaba al rubio, es por eso que también considero en dejarlo adoptar una mascota. Y no saben cuánto le costó que su interior aprobara esto... No le gustan ni un poco los animales, pero recuerda que Taehyung hace mucho le había estado insistiendo en que quería un perro, específicamente de raza pomerania. No comprendía el porque quería exactamente de esa raza pero, en ese momento cuando se lo pidió, se negó rotundamente.

En su cabeza no era nada linda la imagen de una animal de cuatro patas lleno de pelos caminase y estuviese las veinticuatro horas pasando el tiempo con ambos. Definitivamente no.

Pero ahora... le seguía pareciendo una imagen horrible pero tal vez ya no está tan en desacuerdo con cumplirle el capricho al menor.

Y bueno, si eso lo haría feliz... De todos modos ya le había dado miles y miles de cosas realmente costosas, un simple perro no era nada, ¿que más daba?

—Jefe. —Una voz que lo llamó provocó que saliese de sus pensamientos. Su mirada se posó en la persona frente a él; uno de sus hombres más confiables, felix. —¿Está todo listo? Necesito su orden para que podamos continuar. —

Jeon tarda un poco en responder. ¿Estaba todo listo? claro que si, el problema aquí era que Taehyung no bajaba, y estaba comenzando a estresarse.

—Si, todo está listo ya. —Responde, soltando un sonoro suspiro. —Lo único que falta es que Taehyung baje, pero estoy seguro de que sabes lo tardado que es... —soltó lo ultimo con un tono de fastidio. —De todas formas prepara las dos camionetas en las que nos iremos. Taehyung va a bajar si o si antes de la hora acordada. —Ordena, mirándolo.

Felix asiente al principio a sus palabras, pero luego de cinco largos segundos frunce el ceño y mira a Jeon con confusión.

—Perdone mi ignorancia Jefe, pero, ¿Acaso dijo que son dos camionetas, solamente? —. ¿Como que solamente dos? No iban a ser suficientes. O eso pensaba él.

Jeon frunció el ceño de la misma forma que lo hacía felix. No comprendía porque sonaba con duda esa pregunta. —Si, dos. —confirma sus palabras.

Pero felix sigue confundido, demasiado. —Señor, se qué tal vez esté siendo demasiado insistente y fastidioso pero, a mi opinión, dos camionetas no serán suficientes. —Con algo de inseguridad le dice a Jeon. Éste lo mira con seriedad e impaciencia por sus repetitivas preguntas.

—¿Y como por qué no serían suficientes? Yo di la orden porque se a la perfección cuantas personas somos las que quedamos aquí. —Reprocha, mirandolo.

—Jefe, con todo el respeto del mundo... —Debía de estar demente después de decirle: me-parece que se ha equivocado. —


....


El rostro de Jeon se endureció al escuchar lo anterior. Con toda la furia del mundo, Jeon clavó su fría mirada en felix. Dió dos fuertes pasos hacia donde se hallaba parado el más bajo, acercándose. Éste no pudo evitar hacerse pequeño en su lugar y mirar con nerviosismo al mayor, que de forma amenazante lo miraba también. A menos de un metro de distancia quedaron ambos.

—¿Acabas de decir que me equivoque? ¿cabron? —. Soltó con brusquedad.

—Jefe, y-yo..–

—¿Siquiera estuviste ayer cuando di la orden y la cantidad de personas que se quedarían aquí? ¿Ah? Seguro que no, pero si eres uno de los que están aquí por orden de soobin es por algo. Yo no me equivoque en nada. ¿Oíste? —entre dientes dijo.

Y aún que felix estaba realmente nervioso y algo asustado por la reacción de Jeon, seguía habiendo algo que no comprendía. Algo no estaba bien. No iba a quedarse con la duda.

—Señor...—Los ojos fastidiados de Jungkook se clavaron en él nuevamente. —Tal vez tiene razón en lo que dice, entiendo si soy yo el que se equivoco y le pido una enorme disculpa. —le dice felix sin dejar el nerviosismo detrás. —Pero si yo le estoy diciendo esto, es porque al estar asegurándome de que ya todo este como lo pidió, vi por toda la mansión a hombres armados en cada zona donde se supone que se les asigna cada día...—Informó.

Jeon frunce el ceño. —¿De que mierda hablas? —

—Sucede que, yo no tome importancia a esos hombres porque, apesar de que sus rostros me eran desconocidos, pensé qué tal vez usted los habría llamado a último momento, porque si no bien recuerdo, media hora atrás ya no había nadie en la mansión. Ni fuera, ni dentro de ella. Es por eso que me pareció raro que cuando regrese, hubiese nuevamente hombres. —Ni siquiera el mismo felix estaba entendiendo lo que decía, solamente estaba narrando lo que había visto, y no prestó la suficiente atención. —Creí qué tal vez ya no nos iríamos y por eso habían retomado sus puestos. Es por esa razón que vine a preguntarle a usted mismo, Jefe. —

Okey, decir que Jeon no estaba confundido y con dudas era poco. No entendía nada.

Su orden había sido más que clara. Todos sus hombres debían de irse a la nueva ubicación, y esperar ahí hasta que llegase. Y solamente diez hombres se quedarían con él para asi, después de las comprar con Taehyung, irse todos hacia la nueva zona. Entre esos hombres que se quedarían eran soobin y felix, entre otros ocho.

Soobin le había informado que todos sus hombres habían cumplido con la orden. O sea que desde hace una hora, ellos habían llegado a su destino.

Solamente habían quedado diez hombres. —sin contar a Taehyung y Jeon— Soobin, quien estaba arriba con Taehyung. Felix, quien estaba en estos momentos con Jeon. Cuatro hombres; dos en cada camioneta. Dos fuera la puerta de salida, —que estaba frente a donde se hallaban es estos momentos—y otros dos en la entrada trasera del jardín. Diez, en total.

¿Entonces por qué felix dice qué hay más de diez a los alrededores del jardín?

Todo estaba completamente mal.

El corazón de Jeon comenzó a acelerarse en cuestión de segundos.

Taehyung.

fue todo lo qué pasó por su cabeza, solamente él.

Y cuando estuvo a punto de salir corriendo en
dirección a las escaleras con el objetivo de ir por el menor cuantos antes... Altos y fuertes disparos se comenzaron a escuchar por todos lados. Pisadas y él sonido de las armas disparando. Gritos de dolor, que de oían sorprendidos, como si no se hubiesen esperando el impacto de algo, que esta ocasión, sería una bala.

Felix al escuchar los fuertes disparos, no tardó en sacar su arma de la parte trasera de su pantalón, volteando hacia todos lados alarmado.

—puta madre... ¡no puede suceder esto ahora, joder...!—casi gritó Jeon con rabia y nerviosismo.

Justo pasaba cuando no contaba con sus hombres. Cuando no se hallaba armado. Cuando las pocas armas que dejaron por seguridad estaban en una de las camionetas donde seguramente ya habían asesinado a sus hombres. Lo peor de todo, era que Taehyung estaba aquí. Eso le preocupaba más que nada. Agradecía haber mandado a soobin por él, quien siempre estaba armado y estaba perfectamente entrenado para lo que sea. Seguramente ya había escuchado los disparos, estaba seguro. Sabía que soobin no dejaría que se acercasen a Taehyung, pero aún así, esto no lo calmaba en nada.

Tenían que sacar al menor de aquí cuanto antes.

Eso se repetía en su cabeza una y otra vez, porque era lo único que le importaba.

Dos fuertes disparos resonaron frente a ellos, junto con el fuerte sonido de dos cuerpos cayendo e impactando contra el suelo con brusquedad. Y en la puerta de cristal blanco frente a ellos; espesas gotas de sangre se resbalaban lentamente por esta.

La pregunta aquí era... ¡¿Como mierda supieron cuándo estarían de esta forma!?

Si bien varios de sus hombres sabían que la ubicación se cambiaria, nadie más que los diez hombres que se quedaron—Que eran en los que más confiaba Jeon—sabían esta información. Todo por seguridad. Y también, para pasar desapercibidos y que no hubiese sospechas. Jeon pensó qué tal vez si iban todos al mismo tiempo, sería más fácil dar a entender lo que estaban planeando. Era más riegoso, o eso creyó...

Pero al final, todo había salido peor de lo que pensó.

Y alguien fue el responsable. No sabe aún quien, pero en cuanto lo sepa, lo va a matar él mismo con sus propias manos, e iba a disfrutarlo mucho por haber tratado de joderlo.

Le puerta principal se abrió con brusquedad. Felix apuntó hacia ese lugar de inmediato.

Un hombre de cabello castaño, no tan alto, con traje negro, y armado apareció frente a ellos; entrando con toda la confianza del mundo, dando pasos lentos, dejando huellas de sangre de los mismos. Otros hombres más siguiéndole el paso desde atrás, todos armados.

Y de repente, Jeon y felix se hallaron rodeados de ellos. Porque desde atrás, al menos unos diez más llegaron.

Jeon miraba a la persona frente a él, con el ceño fruncido y la mandíbula apretada. Estaba más que cabreado. De solo ver su estúpida sonrisa quería asesinarlo por haberse atrevido a hacer lo que hizo.

Una risa corta y amarga salió de Jeon.

Así que todo era obra de este hijo de puta

**

▫️ Si quieren que suba el otro mañana, más les olvide VOTAAAAAAR. 🙌🏻

Ya faltan 2 caps y fin. KAHSKAHSK CHAU.

tiemblen.

Odio love alarm, con eso les digo todo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro