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Marioneta, no te rompas, la obra no ha terminado todavía...
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La lluvia caía sobre la ciudad mientras el sol que jamás había aparecido se ocultaba, las personas rápidamente iban a sus hogares en busca de protección de la oscura e incierta noche que ocultaba los más tenebrosos escenarios, pero no todos tenían la misma suerte.
La joven peliceleste movía levemente su cabeza al compás de la música que sonaba en sus audífonos, se encontraba nuevamente en aquella vieja estación de trenes esperando, miró nuevamente su móvil y sonrió tranquila, aún quedaban varias horas para que su madre llegara a casa, tal vez podría tomar un buen baño y preparar la cena para apaciguar el regaño que le darían. Cerró brevemente sus ojos al sentir el viento ocasionado por el tren, se retiró el cabello del rostro y miró en la dirección a la que el tren venía, quedándose inmóvil observando a la figura que le observaba de pie.
—Hari...— su nombre se escapó de su boca ocasionando que el nombrado ladeara la cabeza —Veo que ya te encuentras mejor luego de lo de hoy— habló con total tranquilidad mientras extendía su mano a la adolescente. El Yakuza vestía aquella vestimenta tan característica con que ella le conocía y un simple cubrebocas blanco en vez de su máscara de la peste -Parece que llevar aunque sea una parte del rostro cubierto es algo importante para ellos-
No lo dudó y rápidamente se acercó a él para luego aceptar su mano, podría permitirse llegar un poco tarde hoy a casa, en silencio el albino la guio hasta un callejón donde les esperaba una de aquellas camionetas negras con la que la llevaron a u.a y abrió la puerta para que la menor ingresara, lo cual nuevamente hizo sin pensar.
Una vez dentro se encogió en su asiento mientras observaba al adulto dar la vuelta y subir al asiento del conductor, suspiró nerviosa al ver como la camioneta salía del callejón y comenzaba a transitar las casi vacías calles de la ciudad —Creí que no volvería a verte luego de lo de hoy...— confesó la joven mientras observaba por la ventanilla, pero volteó confundida al oír la risa del Yakuza —Realmente temblabas mucho, pensé que en cualquier momento ibas a correr hacía mí y echar todo a perder—
—Lo lamento...Que Overhaul se haya topado con mis compañeros fue realmente aterrador— se disculpó apartando la mirada —Cuando él me miró de ese modo...Sentí que moriría en ese mismo instante, se veía completamente enojado— La lluvia habían comenzado a caer y eso logró captar la atención de la menor, la cual sonrió viendo las gotas que quedaban en el cristal, siendo esta una acción que no pasó desapercibida para el albino
—Overhaul no te asesinará mientras no le hagas enfadar y seas de utilidad para él ¿entendido?—
—¿Y como sé que soy de utilidad para Overhaul?...—
El albino sonrió levemente bajo su cubrebocas y se encogió de hombros —Es mucho más sencillo de lo que imaginas— comenzó a explicarle mientras cada vez se acercaban más a la organización de Los ocho preceptos de la muerte —Simplemente debes demostrarle tú lealtad y él confiará en ti—
—¿M-mi lealtad?— tartamudeó observándole a lo que él asintió sin apartar su mirada del camino —¿Te arrepientes? Realmente pensaba que deseabas poder quedarte a mi lado, pero comprenderé si quieres quedarte con tu insípida vida, es una pena... Ya que si quieres estar con personas como esas, no puedo asegurar que vayas a vi—
—¡¡Yo no me arrepiento!!— le interrumpió sin prestar mucha atención a las últimas palabras que dio el adulto —Muy bien, ahora solo deberás lograr la confianza de Overhaul—
—¡Ha-haré lo que sea necesario!...—
—Entonces no tendrás ningún problema para asesinar a tus padres ¿eh?—
N/A
¿Qué opinan de la nueva portada?
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