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63 - Why?

Narrador.

Ella se sentía asqueada, casi al igual que él.

El simple hecho de verlo a él, agarrado de la mano de la morena, le mareaba, era más que obvio que los sentimientos eran los mismos, nada había cambiado, lo que había sucedido era que la situación había torcido todo.

Misty puso los ojos en blanco por lo que parecía ser la décima vez en el día y soltó un largo bufido. Ella estaba empezando a odiar esto de las reuniones de amigos que hacían los chicos.

— ¿Podrías quitar esa cara de oprimida? — Escuchó detrás de ella, seguido se sentir cómo un peso se sentaba a su izquierda, Misty se encogió de hombros, sin embargo no habló. — Vamos, es hora de divertirnos. — le dijo el teñido, que se había salido de la piscina para ir a por unas bebidas y se había topado con su amiga totalmente deprimida.

Misty le escaneó y negó al verlo empapado, Michael siempre siendo un desastre.

Miiiiiiiisty. — gritó él, logrando que ella le viese a los ojos. Él acercó su dedo índice al rostro de la teñida y sin más; le pinchó la mejilla.

Ella volvió a poner los ojos en blanco, se levantó de su asiento y caminó lejos de su amigo, quien le miró confundido mientras se alejaba.

En esos momentos Misty quería amarrarse a un árbol, o mucho peor sumergirse en la piscina con un ancla atada a su cintura, pero no podía detenerse, ella realmente quería hacer aquello, quería hablar con esa persona, sentía que era el momento de hacerlo, el momento de poner las cartas en la mesa y decir: "Basta con esta mierda."

Cuando ella estuvo cerca de donde esa persona estaba sentada, tomó una bocanada de aire y se dirigió hacia ahí, estaba decidida. Vaya que lo estaba. Era ahora o nunca.

— ¿Podemos hablar? — preguntó Misty, captando dos pares de ojos en ella, los más bonitos le miraron alarmados, y los color tierra mojada solamente le escanearon. Si hubiese sido otra persona, probablemente Misty hubiese temblado.

— ¿Conmigo? — se apresuró a soltar Luke, mientras se llevaba su mano al pecho para señalarse, sabía que no era a él, pero tenía que buscar una manera de detener eso.

—No, con Arzaylea, Luke. — le aclaró ella, él negó y se levantó de un salto.

—Nop, conmigo.

— ¿Qué mierda?

—Misty, habla conmigo. — le imploró el rubio, su expresión hizo que Misty frunciera el ceño, pero inmediato dirigió la mirada a la morena, que miraba todo con una ceja alzada. — Vamos.

De un momento a otro, él le había cogido del brazo, y le había hecho girar, no sin antes avisarle a su novia. Casi como un perro que pedía permiso para ir a jugar a fuera. Tonto.

—Arzaylea, iré a hablar con ella, ¿Okay? — él se llevó el labio inferior entre sus dientes y esperó a que ella asintiera. Misty estaba asqueada con la situación, no lo podía creer.

—No te tardes, cariño. — habló la pelinegra, con una sonrisa fingida en su rostro. Y aunque Arzaylea odiara tener que dejar que ellos dos hablaran, ella prefería aquello que tener que ver frente a frente a la otra. Arzaylea realmente odiaba a Misty.

— ¿Te quitó la correa? — bromeó la teñida, cuando empezaron a caminar hacia un lugar alejado de todos. Luke aún le tenía agarrada del brazo, y ella no protestó.

— ¿Es obvio? — le preguntó él, ganándose la sorpresa de ella, Misty no se espera esa respuesta, tal vez un: "Cállate, Misty" parecía mejor.

— ¿Qué es lo que sucede, Luke? — ella desaceleró el paso al momento de haber entrado a la gran mansión, vio a Luke cerrar las puertas detrás de ellos, y percatarse si no había alguien más adentro. Misty se quedó quieta, en cierto modo se había rendido de luchar con el rubio, dejaría que pasase lo que pasase.

—No lo entenderías, así como no lo entendiste al principio. — espetó él, Misty abrió la boca para poder emitir alguna protesta y hacer como si esas palabras no le habían dolido, pero no pudo, Luke le había golpeado bien bajo.

—Tienes razón. — murmuró, la teñida de rubia con raíces negras, se cruzó de brazos y tomó una gran bocanada de aire, sin importar que el lugar se estaba volviendo tenso, ella le sonrió. — ¿Por qué estoy hablando contigo y no con Arzaylea? Realmente quería poder aclarar las cosas con ella, decirle que ya no me importaba su mierda contigo... estaba a punto de alzar mi bandera de paz.

—Tu bandera de paz ya no importa, a ella no le importas. — Luke puso los ojos en blanco, pero al instante se arrepintió por haber dicho aquellas palabras, que para Misty sonaron crueles. — Misty, lo que quiero decir es que... A Arzaylea no le importa estar bien contigo, ella siempre te va a odiar...

Luke se calló, había dicho demasiado.

— ¿Odiarme? Eso es absurdo, ¡no le he hecho nada! — la rubia estaba frustrada e incrédula, quería pegarle al chico que tenía al frente por pendejo y a la vez quería gritarle a su novia.

—No puedo explicarte todo, Misty, solamente no te metas con ella. — espetó cansado, eso hizo que ella explotara enojada.

— ¿Por qué? — gritó, sus manos hechas puños a cada lado de su cuerpo, su mirada fija en la azul de él, y lo siguiente que dijo Luke hizo que Misty tambaleara hacia atrás.

— ¡Porque te tiene celos! Arzaylea te odia porque siento algo por ti, piensa que la voy a dejar por ti...

— ¡Tú no sientes algo por mí! — espetó ella, mientras negaba una y otra vez, se reusaba a crear esa idea, ya había tenido suficiente drama y problemas como para volver a caer en los mismos. Tenía miedo de volver a tropezar con la misma roca llamada Luke.

—Misty, será mejor que nos vayamos ya. — Luke apartó su mirada llena de dolor de la de ella, miró a sus Nike, luego a las motitas del suelo, tragó duro y de nuevo le vio, pero esta vez notó algo diferente en ella, Misty le estaba mirando con lástima y eso le enloqueció.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué? Hay demasiadas cosas que requieren de un por qué, Misty, se especifica.

— ¿Por qué te haces esto?

— ¿Hacerme qué? — le tembló la voz, pero aun así mantuvo su postura frente a ella.

—Te conozco desde hace años, Luke, no trates de engañarme, tú no eres así, ni por cerca, el Luke que yo conozco, es un chico cálido, carismático, pero a la vez tímido, le importa lo que los demás piensen de lo que hace, le gusta sentir orgullosos a sus padres, le gusta ver feliz a sus amigos, pero sobre todo; no flaquea, nunca, y Luke, eso lo estás haciendo ahora, maldición, me importas, pero no dejas que te ayude, quiero poder saber qué te hace sentir mal, quisiera ayudarte a enfrentar cualquier cosa, se supone que para eso están los mejores amigos, se supone que yo soy la tuya.

El lugar se llenó de silencio entre los dos, no importaba el bullicio que había afuera, para ellos no importaba. Luke trató de tragarse el gran nudo que había acumulado en su garganta, sus manos empezaban a tornarse heladas por los nervios, su labio inferior sin la perforación tembló en señal de que iba a derrumbarse, pero supo cómo mantenerse al margen, así como las demás veces. Estaba aparentando estar bien. Misty le observó esperanza, ella esperaba que sus palabras rompieran algo en él, y lo había logrado, Luke iba a hablar.

—Aprecio tus palabras, en serio, pero creo que debo irme.

Eso no era lo que ella espera. Sus mejillas se tornaron de un rojo encendido, sintió rabia hacia él, demasiada, y lo que determinó todo, fue el hecho de que Misty se le acercara antes de que se fuera y le plasmara la palma de su mano en la mejilla, haciendo que el rostro de él se volteara por el fuerte impacto. Luke se llevó una mano a la zona afectada y comenzó a sobar, su boca estaba abierta por el asombro, y su mirada mostraba confusión.

—Deja de ser tan idiota y pendejo por una vez en tu vida, ¿No me escuchaste? Me importas...

Luke no podía dejar de ser un idiota, porque agarró de los hombros a la teñida y plasmó sus labios a la altura de los de ella, haciéndola callar de inmediato.

—Y tú me sigues gustando, así que cállate. — le espetó él, pero lo que se ganó no fueron unas lindas palabras.

Misty agarró impulso y volvió estrellar su mano en la mejilla de él, Luke ni siquiera se inmutó esta vez, se la esperaba. Ella frunció su ceño por la furia que sentía y le gritó:

— ¡Cállate tú!

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