62 - Undead
Misty's Pov
— ¿Qué es lo que sucede con Luke? — escuché preguntar a la voz de Nia, la baterista de Hey Violet, una chica muy linda y de cabello corto color negro. Me giré para encararle y no supe qué decirle, pues realmente no lo sabía, así que solamente me encogí de hombros y le vi darme una sonrisa de lástima, sabía que no iba hacia mí, sino hacia el rubio que llevaba sumido desde que llegó con su novia agarrados de la mano.
La gran mansión de LA se había limpiado y organizado por petición de Michael para pasar el rato entre amigos, todos habían llegado, hasta chicos que no conocía, pero que se llevaban muy bien con los demás, desventajas de no sacar las narices de Tumblr últimamente.
—No lo sé, está así desde que llegó. — me digné a contestarle a la pelinegra, ella hizo un extraño mohín y entonces dijo lo que me temía.
—Creo que deberías ir a ver qué pasa con él, digo, ¿Ya dejaron su drama atrás?
—Supongo. — respondí, cogí mi botella de Arizona y le di un sorbo mientras miraba cautelosa a Nia, pero ella lo percibió y me sonrió.
—No seas cobarde, a este paso jamás terminarán a como antes, su amistad se irá al caño. — me regañó, puso los ojos en blanco, solté un largo suspiro y asentí, ella tenía razón y la odiaba por ello.
—Demonios, tal vez debería saludarlo, ¿No? — cuestioné, me giré levemente para enfocar mi mirada en el rubio que estaba sentado en una hamaca mecedora lejos de los demás. Parecía no haber dormido por días, por semanas diría yo.
—Ve. — me sonrió.
Me levanté de la silla de donde estaba sentada, tiempo atrás viendo cómo Calum hacía el pendejo para hacer reír a todos, y tomé una gran bocanada de aire. Pero entonces algo me detuvo de mi gran hazaña.
— ¿Dónde está Arzaylea? — pregunté con temor, no quería encontrármela a la cara y que ella me restregara que se había quedado con Luke.
—Se dirigió con Crystal y otra tipa hacia una habitación para ponerse los trajes de baño. — me informó y asentí procesando, y analizando mis siguientes movimientos.
—Okay. — susurré de manera distraída, tomé mi botella de Arizona, la aferré con mi mano durante mi trayectoria hacia donde el rubio, de fondo sonaba alguna canción de Green Day, y las risas estridentes de los demás llegaban a mí en un eco lejano, mi mente se centró en él, en el chico que parecía destruido, y para ser sincera, odiaba no saber qué le tenía así.
— ¿Dónde crees que vas? — escuché a mi lado, seguido de sentir una mano alrededor de mi brazo, me giré inmediato, algo frustrada y al ver a Calum, quité mi semblante enojado. Sus ojos chocolates me inspeccionaron de arriba abajo, una sonrisa abarcó su rostro, elevando sus mejillas apretables. Podía decir que su mirada me quedó por completo, y eso que no enseñaba nada más que mis piernas por los shorts y mis brazos por la camisa de tirantes de la mercancía de los chicos que traía puesta. — ¿Intentas escapar de la diversión?
—No, iba donde Luke. — fui sincera, no quería rodeos.
Su cara de sorpresa me golpeó, elevó sus gruesas cejas y me soltó, retrocediendo un paso de mí.
—Oh, bien, deberías ir a animarle, parece muerto viviente. — intentó bromear, pero un destello de decepción cruzó por su mirada y me sentí mal.
—Calum...
—No, está bien, ve. — me cortó, me mostró una seña de sonrisa y negué ahora confundida.
—Solamente quiero saber cómo está. — le aseguré y no supe por qué le estaba dando explicaciones a Calum, tal vez el hecho de que a él le gustaba me había juntado más a él y a lo que le rodeaba. Era extraño.
—No tienes que darme explicaciones, Misty. — frunció el ceño, iba a seguir hablando, pero él me atrajo en un abrazo, apretándome fuerte, solté un quejido y le escuché reír. — Ve.
—Bueno. — le dije, le entregué mi botella de Arizona, me acomodé mi camisa, y me di la vuelta encontrándome con la mirada azul de Luke, me sorprendió encontrarle viéndome, pero lo que más me sorprendió fue el hecho de que no había apartado la mirada. Luke había visto mi abrazo con Calum. Diablos...
¿Por qué siquiera me preocupaba?
— ¿Puedo? — pregunté dudosa, mientras señalaba el lado libre de la hamaca sillón. Luke pareció sorprendido, pero luego de unos segundos asintió. Tratando de ser cuidadosa me senté a su lado, sin rozar ninguna parte de nuestros cuerpos. — Hola.
—Hola. — me devolvió el saludo, observé un atisbo de sonrisa en su cara y eso me hizo sonreír más.
— ¿Cómo estás? — pregunté seria, pero su fuerte risa me hizo fruncir el ceño al instante, le miré confundida mientras recobraba la postura y abandonaba la risa, la cual no entendía. — ¿Qué? — cuestioné cuando me observó a los ojos.
— ¿Qué pasó, Misty?
— ¿Tiene que pasar algo? — me encogí de hombros y él negó. — ¿Por qué la risa?
—Estamos tan cerca como extraños. — me dijo e inmediato entendí a qué se refería.
— ¿Estás citando una de tus canciones?
—Sí, lo hago.
Ambos soltamos una pequeña risa.
—Luke.
— ¿Misty?
— ¿Qué pasa contigo? — pregunté en un murmuro, temiendo que me respondiese de una manera grosera. — Digo, estás extraño, no eres el mismo de antes, luces apagado. — expliqué, me giré en el mueble, tratando de quedar un poco cerca de él, Luke giró su rostro para observarme a los ojos y se encogió de hombros.
—Sí, también noté lo mismo. — contestó como si estuviésemos hablando de otra persona, menos de él.
—Luke... — sentencié. — Vale, no tienes que decirme todo el asunto de tu problema, pero dame una pista, quisiera ayudarte, ya sabes, para mejorar las cosas entre nosotros y todo eso de nuestra amistad comenzando de nuevo.
—Nuestra amistad comenzando de nuevo. — repitió con una mueca de sonrisa, que consistía en una de sus comisuras levantada y sus ojos fijos en el suelo. De la nada, Luke se inclinó, llevándose sus manos a la cara para tapársela, sus codos en sus piernas para apoyarse y en medio de la confusión le escuché gruñir. — Estoy a punto de colapsar, eso es lo que pasa, Misty, no creo que puedas ayudarme. — descubrió su rostro para verme. Sus ojos azules que una vez me trasmitieron alegría, ahora hacían todo lo contrario.
— ¿Colapsar? ¿Por qué?
Fruncí el ceño, Luke pareció dudar ante lo que me iba a decir, iba a abrir la boca, pero un carraspeo al frente de nosotros hizo que fuese cual fuese el momento que estábamos teniendo él y yo se esfumara.
—Luke.
Ambos recobramos nuestra postura y al hacerlo un fuerte nudo amargo se instaló en mi garganta. Arzaylea nos miraba con cara de pocos amigos, llevaba su traja de baño, cubriéndole una bata medio larga que parecía haber sido tejida, sus ojos se posicionaron en mí e hizo una mueca de desagrado, que no dudé en devolvérsela.
— ¿Mmh? — Luke se llevó inconscientemente su pulgar a la boca para morderse la uña, él nos miró a ambas, intercalando de ella a mí, parecía perdido.
—Vamos con los demás. — le dijo la morena, se cruzó de brazos y esperó.
—Bueno... — él me miró a los ojos y fruncí el ceño.
—Arzaylea, estaba hablando con él, si no te molesta me gustaría seguir haciéndolo. — le dije a ella, con toda la amabilidad requerida en el mundo porque mi lema era: "Respeto y amabilidad ante todo."
Ella me mostró una sonrisa plana, se llevó un mechón de cabello detrás de la oreja y miró a su novio.
— ¿Qué decides Luke?
Él dejó de morderse la uña y se aclaró la garganta, asintió en dirección a la morena para luego verme a mí.
—Lo siento, tengo que ir con Arz. — me dijo, se levantó de la hamaca, se sacudió su short deportivo Nike y fue hacia la par de ella.
Me había quedado anonadada.
—Vamos, Lukey. — chilló ella, tomándole del brazo y entrelazándolo con el suyo, les vi girarse e irse hacia donde estaba la piscina. A los lejos pude visualizar la gran sonrisa de Arzaylea y eso me enojó. ¿Qué diablos?
Pero aquí la verdadera interrogante: ¿De qué color era la correa de Luke?
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