59 - Blue Eyes
Al día siguiente de haber ido de compras a Walmart con Michael y que él me comparara con un brócoli, bonita analogía, por cierto. Cualquiera pensaría que se perdió todas las clases de Lengua y Literatura. Ughh. Me encontraba caminando hacia Hard Rock Café, donde por petición mía, me vería con Calum.
Sentía que debía darle un cierre a todo este embrollo. Y lo haría.
Saqué mi iPhone pues este había vibrado en el bolsillo de mi pantalón, y a como las demás veces al ver quién era, le ignoré.
Michael había hablado con Luke, sin importar que yo le dijese que hiciera lo contrario, ahora el rubio bastardo intentaba hablar conmigo. La cuestión era que yo no quería hacerlo. Idiota. Él había perdido una —realmente varias— oportunidades conmigo.
Al cruzar la puerta de aquel café tan célebre, pude ver a lo lejos al moreno, estaba sentado en una de las mesas del fondo, justo donde se encontraban enmarcadas algunas guitarras y camisas que le pertenecían a famosos. Amaba este lugar, en serio, me gustaba el aspecto que tenía, lleno de instrumentos y reliquias del rock, Cuando más me acerqué a él, pude observar que llevaba una de sus reputadas camisas de Drop Dead, él me notó inmediato, le ofrecí una sonrisa amistosa, que él devolvió. Las cosas estaban tensas, sí, él y yo no habías hablado a como se debía desde lo sucedido en su apartamento, Ashton me había dicho que Cal se sentía culpable por toda la mierda que nos dio a Luke y a mí.
—Hola. — le saludé, sentándome al frente de donde se situaba él, me sonrió sin mostrar su dentadura, una sonrisa plana. Casi incomoda.
—Hola, ¿Está bien esta mesa? — me preguntó, fruncí el ceño, observé alrededor asentí. — La camisa de Kurt Cobain está ahí. — señaló a mi lado, volteé a ver y sin dudas ahí estaba una camisa blanca con un gráfico de dos muñecos mal dibujados matándose, uno cortándole la cabeza a otro con una hacha, con la palabra "Hard core" arriba. Lindo. Este estaba enmarcaba en vidrio, con el nombre de Kurt en una placa y la fecha, estaba a distancia, pues nos separa unas cadenas de gamuza negra.
—Necesito una así. — le dije haciendo un puchero, me volví hacia él y noté cuando me observó fijamente, inmediato apartó la mirada. — Entonces, quiero que me escuches.
—Okay. — habló, colocó sus manos sobre la mesa de metal y me miró a los ojos.
—Te gusto. — comencé a decir, él asintió. — Me besaste por impulso, Okay, lo entiendo, no es tu culpa, ni la mía, ni de nadie, simplemente pasó, no te culpo por nada Calum...
—Pero estás pasando por una mierda horrenda con Luke y solamente porque nos vio besándonos. — me interrumpió, disgustado. — Probablemente si no te hubiese besado, Luke y tú estarían juntos.
Tal vez.
—No lo estaríamos. Él no dejaría a Arzaylea, nunca. — dije, sintiendo un fuerte nudo en mi garganta, vaya, esas si habían sido difíciles de pronunciar.
—No lo entiendo, él chico nos sentenció a todos desde que éramos pequeños que nos alejáramos de ti, cuando Ashton apareció tuvo una charla con él sobre que no se te acercara, fue muy estricto cuando se refería a ti, sabes, y ahora es un tremendo idiota que no es capaz de darte todo para que estés bien, al parecer que entre más crece Luke, más idiota se vuelve. — Calum soltó un largo suspiro, fijó su mirada en la porta servilletas negro de la mesa, iba a hablar, pero la presencia de un mesero con una bandeja me interrumpió.
—Su pedido, señor. — dijo el chico, dejando dos vasos de soda y un plato grande -como todas las ordenes de aquí- de papas fritas con queso derretido.
—Gracias. — dijo Calum, miré al mesero irse y luego al moreno. — Me tomé la molestia de ordenar antes de que vinieras, si no te gusta, podemos pedir otra cosa. — negué y le di un sorbo a mi soda, era Sprite, Calum sí sabía lo que me gustaba.
—Está bien así. — le sonreí haciendo que él también lo hiciera. — Gracias.
—Está bien.
Y de nuevo mi teléfono comenzó a vibrar, pero no era una llamada, sino muchos mensajes, uno tras otro.
Sabiendo quien era, puse los ojos en blanco y me digné a leerlos.
Mala idea.
Escuché a Calum decir mi nombre, pero no podía apartar la mirada de la pantalla que mostraba aquella aberración.
"—Estás en el Hard Rock Café. — Luke."
"—Hay fotos de ti y Calum en una mesa, en Twitter. — Luke."
"—Tengo la fuerte necesidad de ir ahí solamente para hablar contigo, en serio, necesitamos hablar. — Luke."
Alcé la mirada hacia Calum y me encogí de hombros, sintiendo un escalofrío por todo mi cuerpo. Luke no podía venir.
— ¿Qué pasa? — me preguntó el moreno, sus gruesas cejas estaban casi unidas por la confusión, pero no sabía si decirle era algo bueno, pero tampoco podía dejar que "él" nos sorprendiera.
—Yo...
Otro mensaje.
"—Pero sé que lo estropearía todo si llego, no soy tan desgraciado, sabes. — Luke."
Todo el aire que había estado reteniendo salió a como lo haría una caldera. Pude sentir mi pulso a la normalidad y ya no había aquel mareo que me hacía querer vomitar.
"—En serio déjame en paz, se supone que nos estamos tomando un "tiempo" lejos. Gracias. — Yo."
Estaba harta de esta situación, de que Luke jugara conmigo, no podía dejar que eso sucediera, sabía que me estaba poniendo en riesgo, a mí y a mis sentimientos. El apetito se me había ido, sin importar cuánto amara las papas con queso derretido, no podía pensar en otra cosa que no fuera en él.
Enfoqué mi mirada en Calum, quien parecía estar articulando palabras, pero que no llegaba a entender, puse todo el esfuerzo en ponerle atención y cuando sus palabras llegaron a mí, no supe cómo actuar.
— ¿Estás bien? — me preguntó, pero no contesté. — ¿Quién te envió mensajes? ¿A caso fue Luke? — no hubo respuestas de mi parte. Calum notó mi expresión fúnebre y tomó una gran bocanada de aire. — Está jugando contigo.
—Lo sé. — murmuré, dejé mi celular sobre la mesa, y me resbalé en mi asiento hasta donde más podía. — Lo siento, Calum, se suponía que esto era para arreglar las cosas contigo, para sentirme bien, pero viene este idiota y lo arruina todo.
—Misty, no te agobies, todo está bien entre nosotros dos, solamente dejemos el asunto del beso en el pasado. — me dijo, con una sonrisa de lado en su rostro, haciendo resaltar sus mejillas.
—Gracias, Cal.
***
Había estado hablando con Calum desde hacía ya una hora, estábamos vagando de tema en tema, cosas triviales, sin sentido y graciosas. Era por este tipo de cosas que amaba pasar tiempo con los chicos. Todo iba bien, lo juro, podía volver a sentirme como la yo anterior, Calum me hacía olvidar todo el asunto desagradable con el idiota innombrable.
Pero entonces pasó. Un mensaje nuevo en mis notificaciones. El peor de todos.
"—Misty, las cosas ya van lo suficientemente mal, no importaría si lo estropeo una vez más. — Luke."
Toda la poca tranquilidad que había logrado tener en este corto periodo de tiempo se había caído, directo al infierno, donde debería estar, quizás allá sufriría menos que aquí.
—Debemos irnos ya. — le avisé a Calum, quien por un momento lucía perdido y confuso, pero agradecí que se levantara de la mesa, al igual que yo. La cuenta ya la había pagado tiempo atrás.
— ¿Me dirás qué sucede? — él me tomó del brazo, haciéndome ir un poco más lento, volteé a verle y traté de hallar las palabras adecuadas, pero nada salió.
—Solamente vayámonos. — supliqué y él me soltó, estando de acuerdo conmigo.
Al momento de cruzar las puertas del establecimiento, decenas y decenas de personas iban y venía, esta parte de los LA era demasiado concurrida, quizás se convertía en un riesgo.
Entre algunos rostros que caminaban deprisa, le miré. Todo a mi alrededor se paralizó, fue como si ya nada existiera, y le odié por hacerme sentir esto y también le odié por haber venido hasta aquí.
No había escapatoria.
—Misty. — gritó mi nombre, enseguida me di la vuelta, quedando frente a frente con Calum, este me miró extrañado, ya había notado a su amigo, y no pasaron segundos cuando sentí una presencia detrás de mí. —Misty. — murmuró mi nombre, le di una mirada alarmante al moreno, pero este me hizo girar.
Fue cuando le vi a los ojos, a esos ojos azules que tanto me gustaban, casi parecidos a los míos, pero mejores. La mirada del que fue mi mejor amigo era casi dolorosa de ver, su semblante estaba seria, casi lúgubre. Como yo.
— ¿Qué haces aquí? — le espeté no tan alto, no podíamos llamar la atención de las personas, digo, dos chicos de una famosa banda estaban conmigo en la calle.
—Tratando de hablar contigo.
—No quiero, se supone que nos estamos tomando un tiempo.
—Lo sé, pero tenemos que hablar.
—No.
—Sí, por favor.
—No comenzaré una pelea de sí y no, Luke. — fruncí la semblante, agobiada, me volteé para ver a Calum, él nos observaba a los dos, luciendo serio. — Calum, vámonos.
—Misty... — trató de hablar él, pero el idiota le interrumpió.
—No, Calum, ella se queda conmigo.
Me enojé, me enojé tanto que algo dentro de mí hizo una explosión, me giré para ver a los ojos del rubio y dejé salir todo.
—No me quedo contigo, no tengo por qué hacerlo, no hay nada de qué hablar, ¿Por qué no te vas con Arzaylea? Te doy más tiempo para que pienses en esto junto a ella. Estúpido bastardo, ni creas que voy a volver a soportar tus arranques de dudas conmigo, o es no o es sí, pero no más vueltas a este asunto, me estoy volviendo loca, tú lo haces. — tomé aire, tratando de estabilizarme. — Luke, no pienso jugar a tu juego, me cansé.
Luke me observó callado, le había dejado sin palabras, por un instante cortó cualquier contacto visual, miró los lados, a Calum que seguía detrás de mí y luego otra vez a mis ojos.
—Calum, vámonos, ya terminamos con esto. — me giré, empujé al moreno del abdomen, arrastrándolo conmigo lejos de esto, lejos de cualquier cosa rubia y de ojos azules. Y no era yo, porque soy teñida.
—Misty, espera. — Luke intentó detenerme, pero no pudo. — La cuestión es que yo no quiero perder a mi mejor amiga.
Me detuve en seco al escuchar aquello, que entró en mí como si fuese una espina o algún trozo de vidrio. Me giré para verle a los ojos y quizás ese fue el peor error que pude haber hecho porque esa mirada azul ya no era la misma. Y dolía.
—No puedo perderte.
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