56 - Bitter
Le pedía a Dios que las malditas aspirinas aliviaran mi dolor de cabeza, ya me había bebido cuatro vasos de agua y aún seguía teniendo mucha sed y ni hablar del dolor que tenía en el estómago. Estaba seguro que todo era culpa de los nervios y el hecho de que el día de ayer me había embriagado después de hablar con Calum.
Me dije que no lo iba a hacer, pero necesitaba organizar mis ideas para el día de hoy, hoy iba a hablar seriamente con Misty, o al menos eso tenía planeado hacer yo. Aún no la había llamado, y para no hacerlo había puesto mi teléfono en la gaveta de cubiertos de mí cocina. Pero tenía que traerlo, ya era hora. Argh.
Sin importar cuan agrio, amargo o duro era las palabras que íbamos a decirnos, teníamos que hacerlo, por nuestro bien.
Me dirigí a mi cocina, lo primero que hice fue buscar el aparato rectangular, cuando ya lo tuve en mis manos fui a sentarme en el taburete, aparté unas latas de Canada Dry vacías que estaban al frente mío y me concentré en la pantalla de mi iPhone.
Al ir a mis contactos, fui directo hacia la letra M, y esta vez sí marqué el nombre que era, no hubo tapujos ni movimientos de dedo hacia otro nombre a último momento. Sabía que ya no había vuelta atrás cuando comenzaron los pitidos.
— ¿Luke? — respondió al cuarto pitido, su voz estaba llena de asombro y supe que tenía que empezar a hablar.
—Hola, Misty, podrías venir a mi apartamento, o si no puedes podemos encontrarnos en algún lugar, aunque quiero estar solo contigo. — dije de forma directa, y me sentí bien al no trabarme. Ella tardó unos segundos en hablar y al hacerlo parecía insegura.
—No estoy segura sobre ir al dúplex. — dijo y sabía la razón.
—No te preocupes, Calum salió con Michael y Crystal. — aclaré, miré a las latas de soda apartadas y luego al estante de frutas que estaba vacío. — Él no está aquí, no te lo encontrarás ni tampoco habrá una pelea, Misty quiero salir de esto, y tú eres importante en esta ecuación, ¿Okay?
Un segundo, dos segundos, tres segundos. Muchos segundos para que Misty volviera a hablar.
—Okay. — respondió.
Misty's Pov
—Okay. — respondí insegura, mi pecho dolía y mi pulso estaba jugando conmigo al ir demasiado rápido. Por nada del mundo me esperaba una llamada de Luke, nunca, Pensé que él no quería hablar conmigo, mucho menos encontrarse. Además, ¿Dónde había cogido tanta seguridad? Me sorprendía.
¿Dónde estaba el chico que se hacía creer un pingüino?
— ¿Entonces te espero aquí? — me preguntó del otro lado de la línea.
Jugué con el borde mi camisa blanca básica, me mordí el labio inferior y asentí. Luego me reprendí porque él no me vería.
—Sí. — acepté.
—Te veo luego. — dijo seguido de colgarme.
Dejé mi celular en el tocador de mi habitación, me miré al frente del espejo y pude notar cuan preocupada estaba. Íbamos a hablar seriamente. Y todo el caos del beso con Calum hacía las cosas más tensas. ¡Diablos! Todo iba mal.
Ya estaba lista, o sea, antes de que la llamada de Luke apareciera me estaba maquillando, pues ya me estaba cansando de verme con ojeras y mal peinada. Iría así, con mi camisa básica, unos jeans azules de tiro alto y unos botines de converse negros. Sabía que tenía que pintarme de nuevo el cabello porque las raíces oscuras eran muy notorias. ¡Hola, soy rubia teñida! Ja.
Solté un gran suspiro, cogí mi pequeña cartera con estampado de bananas, mi teléfono y llaves y salí de mi apartamento para ir directo a la gran charla que iba a tener con el que era o es mi mejor amigo.
***
Al estar frente a la puerta de aquel dúplex sabía que después de esto ya nada sería igual. Probablemente.
Lo peor de todo fue cuando el chico rubio y de ojos azules, con aspecto demacrado, me abrió a puerta, invitándome a pasar. Podía sentir la tensión que había entre los dos y eso hacía que todo empeorara en el hecho de la "comodidad".
—Ven. — me susurró, le seguí a través del pequeño pasillo que intersectaba los apartamentos de Cal y él, le observé abrir su puerta y mientras iba hacia él no pude evitar ver en dirección a la puerta de Calum. No había hablado con el moreno desde lo sucedido.
Luke me hizo una seña con su mano para que entrara, la cual obedecí. El apartamento lucía desordenado, algunas latas de soda y botellas de cerveza a un lado, camisas o lo que parecía ser ropa estaba arrojada a un lado del sillón. Luke se percató que estaba observando e hizo una mueca de disculpas.
—Disculpa el desorden. — murmuró y me recordó a aquellos tiempos en los que yo iba a su casa y él decía eso cuando entraba a su habitación. Me encogí de hombros, restándole importancia al asunto y me giré para estar frente a él. Luke me miró, apoyado en la puerta cerrada, su cabeza echada hacia atrás, haciendo relucir su manzana de Adán que estaba siendo invadida por una capa de vello facial. Siempre había dicho que Luke con barba era lo mejor, pero ahora... ni siquiera podía descifrar sobre qué íbamos a hablar a continuación.
Decidí sentarme en el sillón sin importar que era perseguida por los ojos de Luke, le observé de reojo y pude notar su mirada cargada de pereza y fatigo sobre mí.
Silencio.
Más silencio.
Extra silencio.
Entonces Luke se aclaró la garganta y a paso lento vino hasta donde mí, sentándose a mi lado. Acá era donde comenzaba todo. Misty, prepárate.
—Entonces... — dijo para llamar mi atención por completo. — Hablemos. — soltó con tono divertido, causando mi confusión. — Ya sabes, lo de Calum.
Oh...
—Luke, ese día había quedado con Calum para aclarar las cosas del día en el que te pegó, o sea, él estaba distanciado de mí por ese asunto y quería hablar con él para volver a la normalidad...
—Eso ya lo sé. — me interrumpió, se inclinó hasta apoyar sus codos en sus piernas y descansar su barbilla en una de sus manos hecha puño. — Calum me lo contó todo.
¿Qué?
— ¿Has hablado con Calum? — pregunté con miedo, y en mi mente vino la interrogante de que si el moreno estaba bien. Luke sonrió de lado y asintió.
—Ya he aclarado las cosas con él, pensé que era lo adecuado, además desde antes ya sabía que a él le gustabas, así que... supongo que era algo de esperarse de su parte. — me explicó tranquilo, como si me estuviese hablando sobre la primer condición física de equilibrio.
—Eso... — me quedé sin palabras, no sabía qué decir, pues si él decía que ya lo sabía todo, entonces, ¿Qué quería que dijera? — ¿Qué quieres escuchar?
—No lo sé, ya sabes... tal vez un: "Luke, le he seguido el beso a uno de nuestros grandes amigos porque..." — Luke me vio, volviendo a su posición original, se cruzó de brazos y esperó a que dijera algo. Oh bien, el hecho de que utilizara el término "grandes amigos" lo hacía vil.
—Estaba confundida. — admití. — Preveo que fue la sorpresa.
—Bien, es entendible. — dijo, le observé llevarse su labio inferior entre sus dientes para presionar, sabía que estaba pensando, le conocía. — ¿Quieres saber algo gracioso? — me preguntó, giró en el sillón para quedar frente a mí, cruzó sus largas piernas y colocó su brazo en la cabecera del mueble seguido de posar su quijada en su puño.
— ¿Qué? — pregunté extrañada. ¿Algo gracioso? ¿En serio?
—Cuando te encontré con Calum en el pasillo hace unos pocos días, ¿Quieres saber dónde iba y a qué? — interrogó, negué y él mostró una sonrisa dolida.
—Luke, se directo. — le dije en tono bajo, en cierto modo me había girado un poco para verle cara a cara, el hecho de que hiciera preguntas me estaba cansando, pero creo que fue mala idea pedirle ser directo, pues lo que vino después fue casi desgarrador de oír.
—Iba directo a romper con Arzaylea.
Aquella confesión o "algo gracioso" a como él le llamó, se había clavado en mi corazón, haciendo estragos y descolocando mis sentimientos. La había cagado.
Luke me sonrió, pero esa sonrisa fue carente de felicidad, él colocó su mano en su boca y agachó la cabeza, ocultando su rostro entre su brazo y el respaldar del sillón.
—Lo iba a hacer por ti. — su voz salió algo amortiguada.
Pude sentir mis ojos arder por las posibles lágrimas que tenía que controlar y el nudo retenido en mi garganta dolía demasiado
—Porque quería tener algo serio contigo.
Ya no podía más.
—Cállate. — susurré entrecortadamente, me llevé ambas manos a la cara y escuché a Luke sorber su nariz.
—Quería... — murmuró, pero llegué a escuchar. Levanté la mirada para verle observarme detenidamente.
— ¿A qué te refieres con que querías? — le pregunté dudosa y a la misma vez asustada, él se alzó de hombros y parpadeó expectante.
—Estoy muy liado. — respondió. Entrelazó sus manos y las colocó sobre sus piernas cruzadas. Hice lo mismo, ambos estábamos sentados de la misma forma. Y dolía porque esta escena me llevó a aquellos tiempos en los que nos poníamos así para contar historias de miedo... pero esta vez no era una historia de aquellas, ni tampoco una feliz, era una historia amarga.
— ¿Con qué?
—No puedo explicártelo si no te beso primero, es algo extraño. — dijo, llevándose toda mi sorpresa consigo. Él me miró atento y fruncí el ceño. Tenía que estar bromeando. ¿Besarle? ¿Ahora? ¿Por qué?
—Luke, no sé qué demonios estás tramando, pero... — me callé de golpe porque seguía sin asimilar sus palabras, en cierto modo me habían desconcertado demasiado.
—Misty, si tú no lo sabes, mucho menos yo, créeme. — Luke se encogió de hombros y de nuevo apoyó su mejilla sobre su puño, aplastando levemente su cachete.
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