53 - Muddle
—Eres muy necia. — me dijo Calum al momento de apartarse de mí para sacar las llaves de su apartamento.
Inconscientemente terminé girando mi cabeza para ver en dirección de aquella puerta cerrada, donde habitaba Luke, podía sentir la adrenalina en mí.
— ¡Demonios, Misty! — Calum gruñó al ver las llaves en el suelo, reí, pero me compadecí de él, me agaché para recogerlas y dárselas, pero cuando estuve en pie, el chirrido de una puerta abriéndose me asustó, no pudo ser Cal, digo, yo tenía las llaves.
Di una vuelta de 180° para encarar a esa persona, la cual nos miraba sorprendido, llevaba su celular en mano, parecía arreglado para ir a alguna parte, en otra ocasión hubiese preguntado, pero ya no podía darme esa libertad tan grande, o sea, nuestra relación dependía de una cuerda floja.
—Hola, Luke. — le saludé, miré levemente a Calum, quien miraba todo como si de una batalla se tratara, volví mi atención en el rubio y levanté las comisuras de mi labio.
Fue un momento muy tenso el de la espera. ¿Iba a saludarme?
—Hola, Misty. — respondió un tanto inseguro, él asintió en dirección a Calum y luego a mí. — Adiós. — susurró, entonces comenzó a caminar hacia la salida del dúplex y le observé en todo el trayecto hasta que cerrara la puerta principal.
— ¿Qué demonios fue eso? — escuché preguntar al moreno, pero no respondí. Estaba hecha un torbellino de confusión.
No sabía cómo sentirme con lo anterior, Luke había cumplido con su palabra, había devuelto el saludo, eso fue lo que le pedí en la cafetería, y lo había hecho, una parte de mí estaba triste, pues eso significaba que él quería las cosas así, y la otra parte estaba feliz por el hecho de que no me ignoró a como lo esperaba.
Pero lo que sí me preocupó, fue el hecho de que su hola me había golpeado.
¡Confusión máxima!
— ¿Te quedarás ahí, mirando a un punto en blanco? — preguntó Calum, le volteé a ver y sonreí al verlo en el marco de la puerta, esperándome.
Al momento de entrar al apartamento de Cal, pude sentir la nostalgia abarcarme por completo, había pasado mucho tiempo desde que no venía por aquí.
—Nada ha cambiado, ¿Eh? — me giré para verle, él se encogió de hombros, seguido, cerró la puerta y caminó hasta el sillón. Hice lo mismo, solamente que no me senté, sino que me dejé caer en él, provocando un quejido de su parte.
— ¡Mi pecho! — se quejó con voz chillona, reí y volví a golpearle.
—Niñita. — espeté divertida.
—Misty. — me llamó, salí de encima de él para acomodarme a su lado, giré un poco para observarle y esperé a que soltara algo. — ¿Qué fue eso en el pasillo? Digo, fue el momento más incómodo que he vivido en mis 20 años.
Entonces me quedé en silencio, sabía que tenía que responderle, no podía dejarlo con la intriga, conocía a Calum. Me aclaré la garganta, visualicé todo lo que estaba a mi alcancé y comencé a hablar después de estar un poco despejada.
—Eso que viste allá afuera, fueron dos amigos saludándose. — respondí un tanto confundida, fruncí el ceño, me llevé los mechones de cabello hacia atrás de la oreja y miré al moreno, que lucía igual de embrollado que yo.
— ¿Quedaron como amigos? — me miró con una ceja alzada, me encogí de hombros y tomé una gran bocanada de aire. — Lo suyo es muy complicado, nunca entendí, Misty, si yo fuera Luke jamás te hubiese dejado ir, hubiese luchado por estar contigo, ya sabes, todo esa basura de un chico batallando por su chica, Luke es un idiota. — dijo, me sentí extraña por sus palabras, ¿Dónde estaba el Calum que me molestaba? Okay, esto estaba muy raro.
—Bueno, pero Luke no hizo ni hará eso, es absurdo dejar a su novia por mí. — puse los ojos en blanco, me crucé de brazos mientras me recostaba en el sillón e hice un pequeño puchero. — Lo bueno es que todo eso ya terminó, estoy un poco aliviada.
—No creo que haya terminado, conociendo a Luke, no. — dijo, se volteó para verme y me sonrió. — Eres mejor que Arzaylea, ella es falsa, tú no... Ella abusa del iluminador, tú no. — bromeó causando mi risa inmediata, me encogí y miré a un punto cualquiera frente mío.
—Esto apesta.
—Tú no apestas.
—Pero tú sí.
— ¡Misty! — se quejó a como un niño de 5 años, reí y al mirarlo con cara de enojado, no pude evitar pasar mi mano por su sedoso cabello para alborotarlo.
—Niñita. — le volví a decir.
—Grosera. — susurró, casi cerca de mí, apoyó su cabeza en mi hombro, pero todo se tornó demasiado extraño cuando hundió su nariz en mi cuello, reí por el acto, pues era bien sensible de ahí, y terminé alejándome de Calum.
—Basta, me da cosquilla. — murmuré, podía sentir el sonrojo comenzar a subir por mis mejillas.
¿Qué estaba pasando?
—Oh, vamos. — me dijo, sonrió, y gracias a mis reflejos, terminé levantándome del sillón antes de que él comenzara a hacerme cosquillas en el abdomen, caminé hacia el centro de la sala, coloqué mis manos en mi cintura, y le miré mal a forma de broma.
—No cosquillas. — le sentencié. Él puso los ojos en blanco, se levantó y comenzó a estirarse, pero todo pasó tan rápido que no me di cuenta cuando Calum ya estaba a delante de mí, sosteniéndome de la cintura e iniciando lo que le pedí que no hiciera. — ¡Calum!
— ¡Misty! — rió, me dio la vuelta, me doblé por la risa, intentaba salir de su agarre, pero este era fuerte, ay no, ayuda.
—Por favor para. — le supliqué en medio de mis quejidos, él obedeció, pues se detuvo, se puso a delante de mí, abrí los ojos a tope cuando me sostuvo de las caderas y poco a poco acercó su rostro al mío.
¡Esperen! ¿Qué?
—Calum... — murmuré, pero no me dio tiempo de completar lo que iba a decir, porque sus labios ya estaban encima de los míos, moviéndose a ritmo lento, sin apresurar las cosas.
Lo peor no fue el hecho de que yo le estuviese siguiendo el beso, sino lo que vino después... Eso fue lo que arruinó todo.
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