Luke se acomodó entre mis piernas, llevó una de sus manos a mis caderas y apretó haciendo que me estremeciera. Sí, el beso se había vuelto muy necesitado por ambas partes.

Llevó su boca a mi cuello, le di acceso haciendo hacia el otro lado mi rostro y arqueé la espalda cuando sentí los besos húmedos por toda esa sección. Oh Dios santos. ¿Por qué no detenía esto? No, no quería. Solté un pequeño quejido cuando mordió mi lóbulo para luego reír en mi oído. Idiota.

Enrollé mis brazos alrededor de su cuello, enterré mis dedos en su suave cabello y lo acerqué a mí haciendo que me besara en los labios. Luke gimió entre el beso y eso hizo querer matarme.

—Luke... — susurré algo perdida en la situación cuando este comenzó a balancear sus caderas contra las mías. Metió una de sus manos debajo de mi camisa y al sentir su tacto frío rozar mi espalda baja; gemí.

— ¡¿Qué Demonios?! — alguien gritó desde la entrada, inmediato Luke se alejó de mí levantándose de la cama y yo me senté toda aturdida en la orilla de esta.

¿Qué demonios hice? ¿Qué jodido estaba pensando cuando le seguí el beso a Luke?... Realmente nada, no estaba pensando en nada.

—Santa mierda, no lo puedo creer... Luke eres un maldito idiota, tienes novia, Misty tú también. — Nos regañó. Miré de soslayo a Luke y este miraba al suelo, con los brazos cruzados. Mis mejillas ardían a no más poder y Michael no ayudaba para nada.

—Michael no digas nada. — habló el rubio, se pasó ambas manos por su cabello y lo jaló totalmente frustrado. Él estaba tan rojo, parecía que iba a explotar.

—Eres un idiota, Arzaylea está en la sala preguntando por ti, agradece que vine yo y no ella. — Michael soltó un suspiro y alzó sus manos de forma exasperada.

No podía articular palabra alguna. Me sentía avergonzada, mis manos temblaban, sabía que Michael me iba a regañar. Soy una tonta, una tonta muy grande.

— ¿Luke? — se escuchó desde afuera de la habitación, seguido entró Arzaylea totalmente confundida. Agradecía que Luke estuviera en pie, lejos de la cama. — ¿Qué sucede?

—Nada, vamos. — gruñó el rubio, caminó hasta donde la pelinegra, le agarró la mano y ambos salieron de la habitación.

Algo dentro de mí se quebró al presenciar aquello, o sea, minutos atrás él se estaba besando conmigo y luego se iba con ella. Sentí mis ojos arder y mi garganta doler por el gran nudo que estaba manteniendo.

Michael se sentó al lado mío, pasó su brazo alrededor de mis hombros y me atrajo a él. Fue en ese momento donde mis mejillas se humedecieron.

—Michael, creo que me gusta. — confesé en un hilo de voz. — me gusta mucho.

—No sé qué decirte, me has dejado aturdido, ¿Por qué tuviste que seguirle? — Michael frunció el ceño, acercó una de sus manos a mi rostro y secó las lágrimas rebeldes que se me habían escapado.

—No lo sé. Lo odio, pero lo quiero, todo esto me hace sentir como una estúpida. Él tiene a Arzaylea... — solté un sollozo, me odié por ello e intenté ahogar los demás.

—Si te sirve de algo, a él también le gustas. — me dijo mi amigo, pero no me sirvió para nada. Eso era lo que más me enojaba, me ponía furiosa que Luke no hiciera absolutamente nada para intentar algo.

— ¡Lo sé! — grité enojada, me sequé las lágrimas y salí corriendo de ahí para irme a encerrar a mi habitación.

Luke's Pov

Era un idiota que no podía controlar sus jodidos impulsos. Arzaylea y yo estábamos sentados en uno de los sillones de la sala, ella me hablaba de algo, pero no podía prestarle atención alguna, en lo único que podía pensar era en Misty. Ella debe de odiarme... de nuevo.

— ¿Qué demonios? Luke, préstame atención. — la pelinegra tomó mi barbilla e hizo que le mirara a los ojos.

— ¿Qué?

—Estás raro, ¿Qué es lo que sucedió con Michael y tu amiga esa?

—Misty, se llama Misty. — aclaré molesto, me llevé ambas manos al rostro y froté tratando de quitar la pesadez.

—Sí, ella.

A lo lejos pude observar cómo un cuerpo salió corriendo muy rápido de la habitación de Michael, no pude ver hacia donde iba, pero sabía que era Misty.

—Espera un segundo, Arzaylea. — dije inconsciente y me levanté del sillón.

No sabía qué iba hacer, no sabía cómo arreglar esto y eso me estaba matando. No debí besarla, no ahora.

— ¿Por qué Misty salió corriendo? — pregunté en un susurro a Michael, este me miró desde su cama y sonrió apesarado.

—Luke, jamás me cansaré de decirte que eres un idiota, la chica estuvo llorando. — tras decir eso Michael, no me bastó más para ir donde ella. Necesitaba hablar y aclarar las cosas.

Salí apresurado de ahí, supe que estaba en su habitación, era obvio, Misty solía escapar a su cuarto cuando estaba triste, la conocía.

Cuando estuve frente a la puerta de madera fina, tomé una bocanada de aire y toqué tres veces, pero no hubo respuesta alguna.

—Misty, ábreme.

—Vete. — gritó desde el otro lado, su voz sonaba distorsionada por la división. Me sentí una basura por ser el culpable de todo.

—Por favor. — murmuré, apoyé mi frente en la puerta, sentí una fuerte presión en el pecho, seguido de ansiedad. Comencé a frotar mi dedo pulgar con el índice a cómo hacía cada vez que me sentía mal. Eso a veces me calmaba. — Misty, ábreme, por favor.

—No puedo. — le escuché, supe que estaba cerca, al otro lado de la puerta.

—Necesito hablar contigo. No quiero perderte, no otra vez... no lo soportaría. — confesé, bajé la mirada a mis manos y las empuñé.

—Ajá.

No supe cómo tomar ese ajá hasta que vi el cerrojo dar vuelta, me alejé y presencié a Misty cuando por fin empujó la puerta a un lado.

Ella estaba mal y en verdad me sentí el peor ser humano de la tierra.