17 - Good For You
Misty's Pov
Sentía que mi cabeza en cualquier momento iba a estallar, tenía miedo de abrir los ojos por la luz, un lado de mi rostro estaba apoyado en algo suave y acolchonado, me sentía pesada y por lo tanto no me levantaría de donde estuviera.
Aguarden.
¿Dónde estaba y por qué olía a tocino?
—Maldita holgazana, despierta. — escuché y sentí una patada en mi trasero. Solté un gruñido y escondí mi rostro entre mis brazos. — ¿Disfrutando de la resaca?
—Púdrete. — espeté, me levanté poco a poco y al abrir los ojos visualicé la sala de mi apartamento. — ¿Estoy en mi apartamento?
—Sí, te acabo de traer, créeme que pensé que los brazos se me caerían, por eso te tiré en el sofa. — dijo Calum al frente mío.
— ¿Te estás comiendo mi tocino?
—Cargarte me dio hambre. — se excusó y volvió a la cocina.
Y era por eso que casi nunca bebía, odiaba tener resaca, me senté en borde del sillón, escondí mi rostro entre mis manos y gruñí al recordar algo de lo de ayer.
— ¿Me das tocino? — le grité a Calum.
—Ven por él, mujer.
Gruñí, pero me levanté y dirigí hacia la cocina, me senté en uno de los taburetes, Calum me sonrió, puso un plato al frente mío con tocino y le lancé un beso.
Después de eso, él se fue, dejándome sola con mi resaca.
Me dirigí a mi habitación, sin pensarlo dos veces me lancé en mi preciada cama, busqué el amor de mis almohadas y en cuestión de minutos caí dormida.
***
Eran las tres de la tarde, me había bañado y ahora me encontraba en bata al frente de mi tocador. Mi cabello estaba húmedo, mi rostro pálido y sonreí al verme así; a una Misty sin maquillaje. Me miré las manos y presencié la cicatriz de aquel tonto accidente, era pequeña y si mirabas mi palma era obvia.
Tomé la secadora y empecé a secar mi cabello rubio, a veces quería regresar a mi hermoso cabello negro original, pero amaba verme rubia.
Al tenerlo seco me lo amarré y contemplé todo mi maquillaje sobre el tocador, pasaba tanto tiempo metida aquí para poder lucir bien. Y sabía él porqué de quererme ver bonita.
Luke.
Lo sé, soy patética.
Había decidido ser rubia aquella vez porque recordé que una vez Luke cuando éramos más jóvenes me había dicho que moriría si yo fuese rubia, por eso lo hice, para hacerle saber que era otra Misty, una Misty linda.
Antes era muy insegura de mí misma, pero las palabras de Luke hicieron que eso fuera desapareciendo.
Yo quería verme bien por Luke.
Y aún que sonara tonto y patético no era porque quería seducirlo, sino porque quería demostrarle que ya no era insegura y que también era un gran partido para cualquiera, cosa que él odiaba, Luke y los demás siempre fueron celosos conmigo, pero sobretodo él.
Ahora ni siquiera le importaba, me trataba mal, hacía como si no existiera y si se llegaba a dirigir a mí era para decirme algo grosero o para pelear.
Solté un suspiro y dispuse a maquillarme. Cada vez que salía de mi habitación lo hacía luciendo linda.
***
—Te dije que no. — sonreí como estúpida cuando Bryan me tomó de la mano.
— ¿Por qué no? Será divertido. — dijo él, emocionado, le sonreí, le miré a los ojos ámbar y con ello terminé cediendo. Era difícil decirle no a Bryan.
—Acepto, pero prometeme que no me dejarás caer porque si es así te pegaré fuerte. — le amenacé y él rió.
—Prometo no dejarte caer.
Y aquí me encontraba después de esa conversación; en una pista de patinaje sobre hielo y con miedo de caerme de trasero.
—Dame la mano. — me dijo Bryan, negué y me aferré más a la barra.
—Primero quiero ver cómo patinas.
—Misty...
—Por favor, no quiero morir en el hielo. — dije, él negó divertido, pero se comenzó a alejar de mí seguido de patinar de un lado a otro, a lo lejos abrió los brazos y asentí. A los segundos Bryan vino a mí y me tomó de las manos.
—No estés tensa, tranquilizate. — asentí, sentí que me iba a caer hacia atrás y rápidamente me aferré al torso de Bryan. — Te agarraré por atrás. — me dijo al oído y sonreí.
—Bryan, eso sonó mal. — bromeé a lo que él rió.
—Demonios, tienes razón. — rió más y también yo. — Vamos, Misty, pondré mis manos en tu cintura para guiarte.
—Okay. — acepté y pude sentir mis mejillas arder.
Él sonrió, posó sus manos en mi cintura, me comenzó a impulsar desde atrás y sentí que en cualquier momento iba a morir.
—Tengo miedo. — le dije girándome para verle a la cara, él volvió a posicionar sus manos en mi cintura y me volví a ruborizar.
—Te ves linda ruborizada. — me dijo, le sonreí a duras penas, sentí que me iba a resbalar, pero Bryan me agarró fuerte, me miró a los ojos y como si de una película cliché se tratase; me beso.
Y yo le seguí el beso.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro